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Capítulo 47 Hechizos

-Listo- exclamó Benjamín, dando por terminada la incisión- ¿pueden contarme Qué pasó?- preguntó finalmente.

-Macristen hizo un hechizo de vinculación- contestó Derek- No podemos hacerle daño, todo lo que le pase a ella le pasara a Anais.

Yo permanecí en silencio total, digiriendo todo lo que había sucedido los últimos días, el dolor consumida mi cuerpo, mientras Margared vendaba mis muñecas. Derek estaba justo frente a mí, mirándome muy atento, como si temiese que fuera hacer algo en contra de mí misma. Admitía que esta situación me tenía mal y más qué mal, estaba desestabilizado mentalmente, solte un  suspiro e hice una mueca de dolor, cerre mis ojos tratando de aclarar mis pensamientos y en general, los demonios que me atormentaban. Mi hermana estaba en otro cuarto y la custodiaban Carson y Dominic, ya que, temían que la bruja viniera por ella. Jasper y Patrick daban rondas alrededor de la casa y el viñedo, al igual que mi hermano. Me dolía el cuerpo, más que el cuerpo, estaba agotada mentalmente, tenía muchas cosas en qué pensar, todo me daba vueltas, así que cerré mis ojos unos segundos, para encontrar un poco de paz, pero no, no había, no mientras ella estuviera viva. El hechizo de vinculación, consistía en vincular por medio de la sangre a una persona con otra, todo aquello que le pase a una, le pasara a la otra, si una muere la otra morirá, si ella muere yo moriré junto a ella.

-Parece que es inteligente la bruja esa- agregó Margared.

-Lo es- Conteste en un susurro- Si no, hace mucho el cónclave la hubiera Atrapado.

-listo sólo espera que te regeneres- dijo Benjamín- los dejaremos solos, Para que puedan hablar- asentimos, el señor y la señora cranwell empacaron el botiquín de primeros auxilios y los vimos desaparecer al cruzar la puerta, acomode más la vata que cubría mi abdomen, tuvieron que quitarme lo que traía puesto para curarme latigazo en mi espalda.

-¿Cómo te sientes?- preguntó él.

-Como si me hubiese pasado un camión encima- conteste el río brevemente.

-No sé cómo nos acercaremos a ella sin hacerte daño a ti- dijo mientras corría una silla y se sentó justo frente a mí.

-Era la oportunidad perfecta para deshacernos de ella.

-Jamás Anais- exclamó- perderte, No es una opción, que te quede claro- me quedé mirándole unos segundos y luego, soltó un suspiro, jamás me sacrificaría, eso lo tenía muy claro.

...

-¿Tú qué haces aquí?- escuchaba voces en la planta baja, Margared parecía realmente molesta- sabes que no eres bienvenida a esta casa, lárgate- seguía gritando.

Aaron y yo intercambiamos miradas sin saber que ocurría, nuestra hermana menor dormía junto al cuerpo que aún seguía inerte de Elif quién ahora podíamos apreciar como respiraba, sus mejillas se habían tornado de un bello color rosado, sus labios estaban morados y agrietados, pero no estaba muerta y eso es lo agradecía infinitamente a los Ángeles y al creador. Me levante del asiento en el cual permanecía sentada junto a mi hermano y ambos abrimos la puerta de la habitación para ir hacia la planta baja, en la parte de arriba de la mansión de los Cranwell había una pequeña mesa de sala en forma redonda y alrededor, tres puertas de tres habitaciones, derecho por un pasillo, se encontraba una terraza que daba vista al mar y en general a todo el viñedo, habían fotografías colgadas por doquier, habían pequeñas decoraciones de porcelana, mesas con floreros y todo estaba muy cálido. Bajamos Las escaleras de cristal y llegamos al vestíbulo donde Margared, Benjamín, Dominick, Carson y mi Padre mantenía una discusión muy acalorada con Betzzaveth, fruncí el ceño sin entender que ocurrió, él porqué ella estaba aquí, cuando yo expresamente le había dicho que escapara. Ninguno de los cuatro vampiros presentes la dejaba pasar de la puerta, escuché pasos detrás de mi y cuando miré por encima de mi hombro vi acercarse a Derek. Caminé hasta quedar justo frente a ella y en medio de la familia Cranwell, la tensión en el ambiente se puede acortar con el filo de una espada, una señora de avanzada edad, la cuál Jamás había visto y menos con ellos, se acercaba a la escena.

-Mamá, ¿qué ocurre?- Preguntó Derek- Betzzaveth, ¿qué carajos haces aquí?.

-Este monstruos vino aquí exigiendo hablar con Anais, está bruja no es bienvenida en mí casa- Contesto ella totalmente indignada.

-Margared, Betzzaveth fue quien me dijo la verdad respecto a mí tía y salvo a mí hermana- intervine yo.

-¿Qué?- preguntaron todos al unísono.

-Es cierto, yo lo vi y escuche todo- corroboro Aaron.

-Aún así. Anais, no confiamos en ella- contestó Evans, que no sabía de dónde había salido.

-¿Me llamas a mí monstruo, Margared? Yo no soy a quienes consideran adefesios de la naturaleza- Respondió Betzzaveth, la Señora Cranwel la fulminó con la mirada- Vine por que sé cómo despertar a tú hermana.

-¿En serio?- preguntó mi padre.

-Un hechizo así, sólo lo puede romper la bruja que lo hizo, lo sabes Betzzaveth- agregue.

-No si tengo esto- ella me mostró el libro que tanto había estado buscando, abrí mis ojos como platos- Despertaré a tú hermana, luego, te daré el libro para que lo lleves donde pertenece.

-Debe ser rápido, por que mi madre no tarda en llegar y si la ve, no durará en arrestarla- advirtió Evans.

...

Nunca había pensado que, a quién más había odiado podría ser de quién ahora dependía la vida de mi hermana, la boca castiga, el mundo da muchas vueltas, aquí me encontraba yo pidiendo mentalmente a Los Ángeles y cualquier entidad que pudiera escucharme para que mi hermana despertará de su sueño. Tenía tantas preguntas en mi cabeza y una de ellas, era quién es esa extraña mujer fantasma que me visitaba constantemente en mi sueño, que me había Guiado por el camino correcto todo este tiempo. Betzzaveth estaba de pie frente a la cama dónde se encontraba Elif. Habíamos despertado a Tessandra y a Claudia para que estuvieran presentes, ella había grabado símbolos de brujería por todos lados, algunos ni siquiera lo reconocía era él idioma griego antiguo, tenía una vasija de aluminio honda y el libro de los muertos abierto por la mitad, estaba leyendo algo que no entendía, alrededor de la cama nos encontrábamos mis hermanos, Derek, los señores Cranwell, Dominic quién se encontraba cruza de brazos en una esquina y extraña mente Carson también, afuera de la habitación estaban jasper y Patrick por si a la brujas le ocurre a escapara, solté un suspiro sin saber siquiera que hacer. Mí hermana estaba allí sin siquiera darse cuenta de lo que ocurría. Benjamín me había aplicado morfina para calmar el dolor en mí espalda, pero parecía que el efecto se estaba desvaneciendo, por empezaba a sentir ese dolor punzante en mí espalda, eso dejaría cicatriz, podía apostarlo. Evans estaba abajo, vigilando a que Amalie no se le ocurriera llegar en éste momento tan inoportuno.

-Necesito sangre de una bruja- hablo ella en un tono casi inaudible, tomó una daga y se corto la palma de la mano en forma horizontal dejando que el líquido carmesí cayera a la vasija- Necesito sangre de hombre lobo- miró a mí hermano y le extendió la daga,él repitió el mismo procedimiento- Ahora, necesitó sangre de vampiro- está vez fue Derek quien tomo la daga y se corto así mismo, su herida debía ser mucho más profunda.

-¿Por qué necesitas nuestra sangre?- pregunto Dominick.

-Si fusiono la sangre de todas las criaturas sobrenaturales el hechizo será más potente y no necesitaré la sangre mundana. A menos, claro, que tú quieras sacrificar a alguien- el negó- Bien, necesito un poco de sangre de humano- le extendió el cuchillo a mí padre, su sangre cayó al recipiente, todos aquí se regeneraban menos él, tome una toalla que reposaba en un perchero y se la extendí para que cubriera su herida,los vampiros se pusieron incomodos- Y ahora la tuya, Anais.

-Dijiste todas las criaturas sobrenaturales, ya la tienes ¿por qué necesitas la sangre de Anais?- pregunto Tessandra, que no había dicho una palabra en todo éste rato.

-Tal vez por que tú hermana son cuatro mundos sobrenaturales en un sólo cuerpo- empezó a enumerar con los dedos- Es un Doplegangüer, es mitad humana, tiene sangre de ángel y sangre de demonio ¿quieres otra razón?- preguntó.

Me extendió la daga y la tomé por el mango, dudé un momento mientras sentía como mis manos temblaban, me puse el filo en la palma y cerré la mano con fuerza, para que esté abriera la piel quemada por el latigazo. La sangre de color vino tinto, salió y tiño el resto del líquido carmesí en el recipiente, ella remojo sus dedos en la sangre y dibujo un pentagrama en la frente de mi hermana, luego, hizo una cruz en su antebrazo. Mí pecho empezó a subir y bajar con nerviosismo, sentía mi respiración acelerada. Derek se acercó a mí, sus ojos esmeralda relucían con gran intensidad, me sentía incómoda por tanta cercanía, ya que mi hermano no nos quitaba los ojos de encima. Mi subconsciente me reclamaba el porque sentía mariposas en mi estómago, pero en ese instante mi cerebro y mi cuerpo empezaron a trabajar por separado, ella empezó a recitar palabras que no entendía era griego antiguo y aunque reconocía algunas palabras no alcanzaba a identificar que decía. Evans entró a la habitación.

-Ana- me llamo- Acaba de llegar mí madre- miré a Betzzaveth.

-Gracias Evans, ya bajamos- el asiente- Quiero que cuando termines y mí hermana éste despierta te vaya- ella asintió, era hora de armar mí propio plan para enfrentarme a ella,estaba dispuesta a acabarla.













Mis lectores, inicia cuenta regresiva, sólo dos capítulos más y terminados.

¿Cómo han estado? No había podido actualizar por que como saben wattpad a estado en mantenimiento.

Mañana público el gran final, estén listos y recuerden que les dije que no les gustaría, sin más nos leemos pronto.

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