Capitulo 11: Solo se que me gustas tú
Nancy tenía ya veintitrés años, hace dos años que había dejado atrás el pseudónimo de Rap Demon y ya se había graduado junto a Jessica como Licenciada en Musica y Composición, y próxima a ser Licenciada en Comercio Internacional.
En la ceremonia de graduación recuerda que quería acercarse a Jessica y pedirle disculpas, pero al ver a lo lejos a Michelle, Young y Sandra prefirió no acercarse definitivamente a ellos.
Había visto en el perfil del grupo fotos de Michelle graduada como licenciada en Psicólogia y a Sandra como tecnico en enfermería.
Y también a Young poco a poco entrar al mundo del modelaje.
Shadow ya tenía cuatro años, pero tres años sin Rap Demon, y parecía que todo marchaba a la perfección con ellos.
Ellos ya no la necesitaban, ellos aprendieron a estar sin ella.
Pero ahora ellos solamente eran dos, Zenki y ella, pero poco a poco estaba dejando entrar a otra persona en la vida de ella, esa mujer más baja que ella, con el cabello lacio y piel bronceada.
¿Porque nadie le dijo que esa historia se iba a repetir pero con un contexto diferente?
¿Por qué demonios no le avisaron que iba a estar como tonta mirando el teléfono en espera de un mensaje de esa mujer?
Zenki se burlaba de ella afirmando que ya había caído en los encantos que la hacían ver cómo un ser puro y graciosa pero ella se defendía diciendo que no era nada de eso y que mejor se callara.
Porque el sentimiento de amar había sido enterrado junto a esa flor en sus días de adolecente.
Ana
Perdón, estaba ocupada
atendiendo huéspedes.
12:34 pm
¿Cómo te va en el día?
De seguro estás ocupada
más tarde hablamos si gustas.
12:35 pm
Nancy río ante los mensajes de su amiga. Recuerda que cuando ella se graduó, esa misma chica había viajado casi doce horas para llegar a Monterrey y acompañarla en su graduación, había pedido permiso en su trabajo y le concedieron cuatro días, cuatro días donde disfrutó su compañía y la de su hermano.
Y como si la historia se volviera a repetir, junto a ella volaba una mariposa amarilla.
Ridículo.
Ana
No te preocupes, está bien.
12:36 PM
Estaba terminando algunos
documentos que debo entregar.
No me interrumpes, deja de
pedir perdón por todo.
12:37 PM
No me gusta interrumpirte.
Pero está bien.
12:37 PM
Ya casi acaba mi turno, espera.
12:38 PM.
No pudo evitar poner una sonrisa tonta en su rostro, acomodó su saco y se levantó de la mesa para poder caminar hacia el ventanal y mirar la ciudad de Monterrey.
A pesar de vivir junto a la persona que realmente quería, no podía evitar sentirse un poco sola.
Pero aún así, sabía que todo lo que había hecho, era por el bienestar de su hermano y la de ella.
El rington de su celular interrumpió su momento de razonamiento y miro la pantalla. No pudo evitar soltar una risita y contesto la llamada.
— ¿Que paso Ana?
— ¿Me aceptas en tu casa?
— Claro que sí ¿Porque? No espera... ¿Si te vendrás?
—Sip, mi solicitud fue aceptada, seré recepcionista allá, así que me tendrás.
Nancy no pudo evitar soltar una risita de satisfacción y miro de nuevo a la ventana.
— ¿Cuando te vienes?
—La semana que viene, debo dejar algunos pendientes en la universidad y me lanzo para aya.
—Esga bien, avísame cuando para prepararte una habitación.
—Solo estaré contigo un par de días, no quiero incomodar a ti y a Zenki.
—Nada, quédate unos meses con nosotros en lo que te acomodas.
Escucho el suspiro detrás de la línea y después el sonido de afirmación.
—Esta bien, solo porque tú me lo pides.
La castaña sonrió y asintió como si pudiera mirarla.
—Muy bien Ana, entonces cualquier cosa me avisas.
Y entonces comprendió todo, esa chica poco a poco se iba ganando su amistad.
Y posiblemente algo más.
★
Decir que todo era miel sobre hojuelas era una gran mentirá.
Michelle miraba a ese chico diferente, no era la persona que realmente se había enamorado y ahora lo que está a ahí frente a él era otro.
Alexander la miraba furioso y realmente quería sacarla de ese lugar con solo jalar la coleta que llevaba en el cabello ahora mismo.
—Michelle, enserio ¿No dirás nada?
—Ya vámonos entonces Alex.
Ambos se levantaron de la mesa y dejando unos billetes para la cuenta salieron del lugar.
Michelle hizo resonar los tacones al salir del lugar y detrás de ella un furioso Alexander la había alcanzado, jalo de si delgado brazo y la miró con furia.
—Siempre es lo mismo contigo Michelle ¿Que parte de que no me gusta que salgas así vestida no entiendes?
La joven tenía una mueca de dolor en su rostro, no sabía cómo quitárselo de encima y negó.
—Alexander, sueltame por favor.
—Dime ¿Hasta cuándo carajo? Sabes que, hasta aquí la dejamos.
La chica rápidamente negó asustada, y tratando de contener las lágrimas tomo su brazo.
—Por favor no, Alexander...
—Ya sabes que hacer bonita sino quieres que te deje.
Y besando la frente de la chica camino hacia su camioneta y se fue, dejándola sola en medio del estacionamiento.
La chica saco su teléfono y marco al manager para pedirle de favor que la recogiera, tomo asiendo en la banca que estaba en el lugar y solo escondió su rostro entre sus manos.
Ya Anteriormente había hecho lo mismo con ella y aun así no lograba entender que si dependencia emocional hacia algo vanal le haría daño poco a poco. Ya la había separado de varios amigos de la facultad, cambio un poco en su forma de vestir e inclusive, había pagado varios de los caprichos que el chico le pedía.
Claro, la carrera de aquel actor se veía rota.
El manager entro al establecimiento por ella y cuando diviso a la chica, corrió hasta ella.
—Mich, vámonos.
La líder asintió y tomando su gabardina que están a su lado camino hacia la camioneta.
El nuevo manager era como un amigo para todos ellos, él estaba al tanto de la ahora psicóloga y no comprendía como es que ella ayudaba a los demás, pero parece que ella no podía ayudarse.
—Es Alexander ¿Verdad? —la chica negó—, Michelle ¿Que te hemos dicho de él?
—Paco, por favor ahora no.
— ¿Que sigue después? ¿Que te golpeé? ¿Que te viole? ¿Que te mate?
— ¡Francisco!
—Princess, comprendo que aún te duele la partida de tu abuela y tía, que Demon los haya dejado y que tus padres prácticamente te desconozcan como su hija ¿Pero depender de un actor de quinta? Mich, dale una repasada a tus apuntes de la Universidad, como que no lo lograste comprender.
La líder sabía que tenía razón, pero por una parte de ella creía que aún Alexander lo amaba.
O simplemente era el miedo a quedarse sola.
—Paco, tu no lo comprendes.
—No Michelle, es que realmente quien no comprende eres tú.
Solo un suspiro y solo se dedicó a entrar al nuevo departamento que ahora el grupo tenía, poco a poco cada quien viviría por su cuenta y el recordarlo de nuevo le hacían querer llorar y rápidamente se encerró en su habitación.
No sabía de dónde salían más lágrimas, ni siquiera sabía cómo es que al día siguiente despertaba y el darse cuenta que estaba viva de nuevo seguía llorando.
La habitación estaba limpia, el suelo brillaba de lo tanto que lo limpiaba a diario, el perfume que disfrutaba aplicarse ahora ya estaba vacío y como adorno lo dejo ahí.
Le recordaba lo roto que estaba si corazón.
La cobija afelpada que Nancy había olvidado llevarse ahora estaba en su cama y que por las noches le tranquilizaba.
La cama que solia ser de Demon fue llevaba al nuevo edificio de LY e instalada en su estudio debido a la medicación que tenía encima y en ocasiones la hacían quedarse dormida sobre el teclado y arruinaba las canciones ya hechas y realmente odiaba tener que hacer todo de nuevo.
Michelle recordaba como es que Alexander era antes, las flores, los detalles e inclusive la había presentado con varios elencos de algunas novelas donde era el personaje secundario, en muchos lugares querían que ella actuada pero no sé sentía capaz de hacerlo.
Hasta que un productor le ofreció un papel protagónico y allí estaba ella, jugándole a la actriz y grabando. Por la cual, Alexander se encontraba celoso.
Celoso de que ella tenía el éxito que el buscaba.
Pero al fin de cuentas, ella no lograba ver hasta donde había logrado llegar, alguien le faltaba y ese era su amiga.
Ya varias veces le llevaban fotos de su novio en brazos de otra mujer o en la cama de algún motel barato y con alguna prostituta, pero cada vez que intentaba terminar una relación que claramente no tenía ni pies ni cabeza, el mismo hombre le recordaba su realidad.
"Nadie te quiere realmente, tu madre de desterró, tu única familia está tres metros bajo tierra, tu hermana está a solo un año de irse y Rap Demon te abandono, así qke yo soy tu único refugio."
Y le jodía porque realmente tenía razón.
Y se sintió patética.
Cuando escucho la puerta ser tocada, rápidamente se seco las lágrimas y fingió estar dormida.
La puerta fue abierta y entro su hermana con el antidepresivo y un vaso de agua.
—Ana, despierta.
Y como la buena actriz que era, fingió despertarse.
★
El tan esperado día estaba llegando y cuando la chica apareció entre tantas personas, Nancy sonrió y extendió sus manos para que corriera y la abrazara.
Ana no dudo y jalando su maleta se abrazo a ella soltando risitas complices. Sabía de antemano que su amiga no era para nada demostrativa en sus emociones y sentimientos, por lo que haber visto este gesto le derritió el corazón.
—Bienvenida al norte.
— ¡Ah! No te preocupes, me sentire en casa, la mayoría de mi gente viene aquí así que ni me preocupo.
— ¿Osea que no vienes por mi?
Ana le sonrió y Nancy solo negó rodando los ojos.
Ambas tomaron un taxi y fueron llevadas al edicio donde Nancy y su hermano vivían.
—De verdad Lin, no quiero molestarlos con mi presencia.
—Mira, mejor te quedas con nosotros y cuando consigas algo entonces te vas, pero créeme, no vas a querer irte.
— ¿Porque?
Nancy le sonrió cómplice y Ana no logro entender el porque.
—No te entendí
—No te hagas la inocente porque no lo eres.
—Pues perdón pero mi grado de inocencia no logro entender el mensaje.
La productora río y abrió la puerta de la habitación que iba a ser de su amiga, acondicionado para ella para que no extrañara la naturaleza de su entorno.
Había una enredadera artificial que su hermano puso y una pequeña maceta con unas lilas de adorno.
En la ventana descansaba una maceta colgante con unas flores color fiusha y en el resto de la habitación había algunas cajas de madera donde podía poner algunas cosas.
La pared era blanca y la cama tenía sábanas blancas y un edredón color celeste.
Se notaba el empeño que su amiga le había puesto para adornar y que ella se sintiera cómoda.
Ese detalle lo agradeció y volteó a ver a esa chica.
—Gracias Lin, pero no te hubieras molestado.
—Entonces salte.
—Que pesada.
Ambas rieron y acomodo su maleta en una esquina de la habitación, realmente se sentía muy cómoda en el lugar que inmediatamente comenzó a tener sueño.
—Date un baño y vas a comer algo, no voy a dejar que tengas el estómago vacío.
La recién llegada solo asintió y la productora salió para poder preparar algo para que pudiera comer.
Y entonces cayó en cuenta que nunca se había tomado el tiempo de prepara algo, tenía el vago recuerdo que la última vez que se había esmerado en hacer la limpieza, era cuando iba a llegar su amiga a su casa.
Michelle... ¿Cómo estará ella?
Dejo ese pensamiento de lado y solo se dispuso a preparar algo rápido.
Cuando ya había terminando y comenzaba a emplatar, la imagen de una chica tamaño llavero, vestida con solamente una pijama azul de conejos y con el cabello semi húmedo y oliendo a shampoo y jabón apareció en su campo de visión.
Y entonces lo que siempre negaba de Zenki, de nuevo apareció en su mente.
Mierda... Creo que me gusta mi amiga después de dos años de conocerla.
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