Entró a la información de contacto de los dos destinatarios y ninguno traía número telefónico lo que fue realmente extraño.

Intento registrar los contactos pero ninguno se podía guardar en la lista, intento mandar el contacto hasta su celular pero simplemente decía que no existían los números.

Hasta que...

El teléfono de Shoyou comenzó a sonar anunciando una llamada.

No tenía idea de cuál de los dos era, así que contestó.

En la llamada:

— ¿D-diga? — su voz salió temblorosa. Sus manos sudaban y su corazón palpitaba con fuerza.

— Tobio, hijo... — habló la otra persona después de un momento de silencio. — Sabía que ibas a contestar tú.

— ¿Quién eres? — intento que su voz saliera amenazadora y furiosa aunque realmente estuviera casi muerto de miedo.

— Escúchame, no debes de tenerme miedo ¿De acuerdo?... Simplemente te hablaré sobre el por qué te lleve a esa dimensión.

Kageyama se mantuvo en silencio completamente, su voz simplemente no salía. El nudo en su garganta se lo impedía y el enojo que crecía en su estómago le impedía tan siquiera respirar.

— Soy Kazuyo... Tu abuelo. Entiendo que estés molesto conmigo pero quiero que sepas que lo hice por tu bien y por el bien del chico.

— A-a... A qué te refieres — soltó como le fue posible.

— Estoy seguro que sabes el por qué tu padre corrió a Miwa de tu casa ¿Cierto?

— S-sí... Le gustan las mujeres...

— Exactamente... Yo dejé de practicar cualquier cosa que tuviera que ver con viajes pero el que casi mi hijo haya matado a la pareja de Miwa, la obligué a aprender para que en un futuro ella te enseñará a ti... Miwa aprendió rápido y me sentí completo por qué había dejado mi legado en ella así que no debía preocuparme por ti.

— Espera... ¿Donde entró yo en esa ecuación? Ve al grano.

— A eso voy... Cuando eras un niño, confesaste que tenías sentimientos por un niño de tu salón de clases y como era de esperarse no fue una buena noticia para mi hijo, tu padre uso una hipnosis en ti para hacerte olvidar sobre esos sentimientos...

— ¿Que paso después?

— Funcionó pero no por mucho tiempo ya que cuando entraste a la preparatoria, me contaste que habías conseguido pareja, te pregunté por ella pero tú me dijiste que era un "él", me alegre por ti pero tú padre escuchó y quitó los frenos del coche donde íbamos para ver a tu novio... Chocamos y estuviste a punto de morir, pensé en llevarte a un hospital cercano pero quería que fueras vivieras de manera diferente así que te lleve con mi hermano quien vive en la dimensión donde te encuentras... Cerré el portal, y te cambie algunas cosas de tu vida... Únicamente deje tu nombre y cambie un poco tu personalidad para que hicieras amigos rápidamente y no te sintieras solo.

— Pero... ¿Y mi padre? ¿Por qué lo hizo?

—  Para protegerte.

— ¿¡De que carajos me iba a proteger!?

— Del mismo destino que tuvo uno de sus novios... Tu padre tenía el mismo gusto que tú, por los hombres. Pero un día apareció el cuerpo de su pareja totalmente desfigurado y entró a una locura terrible donde se obligó a el mismo a Odiar a los Homosexuales... Cuando descubrió que a tu hermana le gustan las mujeres le llegaron recuerdos de lo que sucedió e intento hacerle la hipnosis a tu hermana pero ella traía un escudo protector en su mente y pudo librarse de ello pero fingió que había funcionado para que su padre se tranquilizara... Así que cuando dijiste que te gustaba un niño fue lo mismo contigo pero su locura fue empeorando al punto de casi matarte para que no sufrieras lo que él sufrió.

No se dio cuenta en qué momento había comenzado a llorar hasta que tuvo que sorber por la nariz.

— Ahora tu padre está internado y tú mamá está recuperándose de la locura a la que fue arrastrada por culpa de mi hijo... Lo siento mucho.

— ¿P-puedo regresar?

— Sí... El hecho que hayas traído a alguien de tu dimensión abrió un nuevo portal, un tercero a ustedes debe hacer un ritual para transportarte a ti... Tu trajiste a Hinata, tu debes enviarlo de vuelta... En tu caso debe ser diferente.

— Hay un pero... ¿Cierto?

— Así es, no estoy cien por ciento seguro si es que va a funcionar en tu caso... Yo te traje pero no puedo enviarte de vuelta... En el peor de los resultados puedes morir si es que no funcione.

— E-entiendo... Pero... ¿Cómo es que estoy hablando contigo por teléfono? Se supone que estabas muerto.

— Lo estoy... Esto solo es un sueño.

Y entonces abrió los ojos...

Día 6

Tobio se levantó sintiendo su respiración agitada, volteó a su derecha y vio a Shoyou durmiendo plácidamente...

¿El accidente también fue un sueño?

Volteó a ver su reloj.

5:33 am...

Suspiró tratando de tranquilizarse. Pero parecía inútil, simplemente no podía dormirse.

Agarró su celular y abrió la página donde se supone que comentaban aquellos que pasaban por una situación igual a la suya pero no había comentarios especificando que intentaron matarlos o matarse ellos mismos.

Se levantó con cuidado de no despertar a Shoyou, cerró la ventana con llave y el cuarto de baño también lo cerró y salió de su recámara observando que Miwa salía de la suya.

En un pacto silencioso, bajaron a la cocina... Ambos comenzaron a llorar en silencio hasta que de la nada comenzaron a reír. No tenían idea del por qué reían si aquello no ameritaba que rieran pero hasta después de unos minutos se tranquilizaron lo suficiente como para hablar.

— Lo soñaste ¿Cierto? — preguntó Miwa.

— Sí... Dijo que podía volver pero no supo si realmente funcionaria.

— Me dijo lo mismo...

— Miwa... Tú-

— No lo haré... No quiero que mueras.

El silencio se hizo presente nuevamente, ninguno sé atrevía a romper aquel silencio si no hasta que escucharon que bajaban las escaleras.

Se pusieron alerta hasta que vieron a Hinata aparecer, tallando uno de sus ojos y bostezando.

— ¡Ah! Buenos días... — dijo efusivamente aunque su semblante cambio a uno más serio — ¿Sucedió algo?

Los dos hermanos se voltearon a ver y con esa simple mirado llegaron al acuerdo que que por el momento ocultarian el sueño que tuvieron.

— No sucede nada Shoyou, solo nos levantamos temprano para hacerte de desayunar pero nos ganaste — dijo el pelinegro abrazando al más bajo.

Entre pláticas vanales hicieron el desayuno y participaron de sus alimentos con tranquilidad y sin prisas.

Los dos chicos se fueron a la habitación del más alto con Miwa siguiendolos, solamente que ella iba a su habitación con la excusa de tener sueño aunque realmente debía investigar lo mejor que pudiera algún modo de enviar a Tobio a casa.

Los chicos, en cuanto cruzaron el umbral de la habitación comenzaron un beso necesitado.

El más bajo, jadeo al sentir el golpe en su espalda de la pared pero eso no impidió que enrollara sus piernas en las caderas del contrario.

Tobio aprisionaba a Shoyou al punto de sentir como sus palpitaciones se sincronizaban y sus lenguas exploraban las cavidades bocales de ambos como si quisieran adueñarse de ellas.

No perdieron el tiempo y sus manos comenzaron a deslizar la ropa para quedar únicamente en ropa interior. Tobio lo agarró de los muslos y lo llevó a la cama, dejándolo sobre el colchón con las sábanas aún destendidas.

Los besos del más alto bajaron de la boca de Hinata a su pecho, trazando un camino.

Cuando su boca llegó a uno de los pezones del chico no dudo en saborearlo provocando que Hinata arquera su espalda soltando un gemido agudo.
Intentaba con sus manos callar su boca pero le era casi imposible al sentir como su pecho era mordido y succionado con fuerza.

Kageyama metió sus dedos en la boca del contrario para lubricarlos un poco para después meter su mano en la última prenda de ropa que vestía el pelinaranja, provocando unos espasmos en su vientre.
Deslizó su mano hasta llegar a la entrada del chico e introdujo un dedo a la vez hasta ensanchar lo suficiente para no lastimarlo.

Debido a que lo habían echo dos días antes no fue tan difícil ni tardado que ello ocurriera así que sin perder tiempo.

Kageyama alineó su miembro con la entrada del contrario para entrar lentamente sintiendo cada textura del interior del chico.

Ambos soltaron un fuerte suspiro al estar conectados nuevamente y hasta que el pelinaranja dio luz verde, movió sus caderas en un vaivén lento para después aumentar la velocidad.

La cama comenzó a rechinar debido al movimiento pero poco les importaba, el golpeteo de sus pieles chocando se sincronizo con sus voces armando así una melodía que solo ellos dos lograban escuchar y disfrutar.

Kageyama cambió de posición al pelinaranja, dejándolo boca abajo formando una curva en su espalda con las caderas alzadas para recibir completamente al más alto.

Evidentemente las embestidas se convirtieron en fuertes estocadas enrojeciendo la piel de las nalgas del pelinaranja.

Los dedos de Tobio se marcaban en la cintura del menor, el cual estaba temblando sintiendo los espasmos en sus piernas y vientre anunciando prontamente el clímax.

— ¡Ahh! ¡Tobio!... Ngh... De-detende... debes ir a la escuela.

Kageyama hizo un sonido de negación y siguió moviéndose para llegar a su gran esperado final.

Ambos se liberaron, uno manchando la cama y el otro llenando completamente al contrario...

Tobio se separó tranquilamente y levantó a Shoyou en brazos para llevarlo al baño donde lo sentó en el escusado para esperar a que se llenará la tina.

Kageyama sonrió victorioso al ver las temblorinas piernas de su novio y escuchando la respiración agitada y entrecortada.

Cuando el agua estuvo lista, a una temperatura perfecta. Cargó al chico que se aferraba débilmente a su cuello para entrar a la tina y sentir el agua envolverlos sintiéndose relajados.

Un silencio simplemente cómodo se plasmo en el baño, únicamente ligeras caricias llenas de cariño se lograba apreciar en el lugar.

Hinata soltó un gemido al sentirse relajado pero debido a la reciente acción, el miembro de Tobio volvió a reaccionar.

— ¿Por qué siento algo golpeando mi espalda?

— L-lo siento... — Kageyama rió avergonzado pero simplemente abrazó al pequeño cuerpo frente a él. — Es que eso sonó muy bien.

El pelinegro besó el cuello del más bajo sintiendo como ladeaba su cabeza para darle más piel para besar.

— O-oye... En-enserio... Debes ir a la escuela.

Kageyama trato de hacer memoria y en cuanto dio en el clavo se detuvo para voltear a ver al contrario sintiéndose feliz al ver cómo el rostro del pelinaranja estaba rojo, sudor bajaba por su frente y saliva salía de las comisuras de sus labios.

— No tengo clases.

— ¿Estas seguro? Debes ir a la escuela.

— ¿Quién eres? ¿Mi madre?

— Nope, soy tu novio pero ya quiero que te gradues para que me mantengas

— Enserio, no tengo clases... Solo debo ir en la tarde por un parti... do...

Los ojos de Kageyama brillaron tanto que Hinata tuvo que entrecerrar los suyos para que no le dañará la luz.

De la felicidad sacudió el cuerpo del pelinaranja haciendo que la mitad del agua que había en la bañera se saliera.

Tobio recordó que su rematador se había lastimado el tobillo y tenían un jugador menos... Así que aprovecharía sus ventajas de ser el capitán.

— ¡Idiota! ¡El agua se esta-

— ¿¡Quieres jugar en un partido conmigo!?