⭐ Capítulo 13 ⭐
Día 6
En aquella habitación donde apenas colaban los primeros rayos de sol a través de las cortinas... Los vidrios empañados debido al calor del momento. Daban inicio a su penúltimo día.
— T-Tobio... Ngh... — gimoteo el pelinaranja sintiendo como hasta su estómago se sentía lleno — D-debes ir a la universidad
— No quiero — contestó apagando la tercera alarma que sonaba.
Desde la noche anterior que se fueron sus amigos, no tardó mucho en llevarse a su novio a la recámara para pasar una buena noche.
Lo que empezó con algo delicado, terminó siendo algo bestial.
Hinata juraba que en algún punto de la noche se había desmayado, o le daba miedo que su hermoso traserito quedaría averiado de por vida.
Mientras tanto, Tobio se sentía más que extasiado por ver y sentir como el cuerpo del pelinaranja temblaba debajo de él, amaba ver cada gesto que hacía que su rostro se deformara debido al placer que sentía, sus ojos se volteaban al punto de quedar en blanco, lágrimas caían de sus ojos y su voz ya no salía adecuadamente.
Simplemente un sueño.
El cuerpo de ambos rogaba por descanso pero ahora que lo tenía y lo recordaba debía aprovechar ya que al día siguiente debería de realizar nuevamente el ritual.
Le ponía triste el tener que despedirse para siempre del pelinaranja... Podría invocarlo nuevamente a la siguiente luna llena pero tenía miedo de que tuviera efectos secundarios el ser invocado por segunda vez y no soportaría que algo le pasará al amor se su vida.
Cuando por fin decidió terminar, se desplomó al lado del cuerpo tembloroso y sudoroso de su pelinaranja el cual estaba a punto de quedarse completamente dormido.
— Sho...
— ¿Mmmh? — preguntó con casi su último aliento antes de quedarse dormido.
— Te amo.
Kageyama acarició la mejilla del chico que lo miraba totalmente sonrojado, con un gesto de claro cansancio pero aún así le sonreía.
— Yo también te amo Tobi...
Hinata se quedó perdidamente dormido, con una ligera sonrisa adornando su hermoso rostro.
No pudo evitar sonreír, estuvo a punto de volverse a dormir pero recordó que ese día iniciaban los exámenes, así que con toda la pereza del mundo se levantó y haciendo el menor ruido posible, se fue al baño para darse un baño con agua tibia. Necesitaba relajarse, pero también quería estar relativamente despierto.
Cuando terminó de cambiarse y "peinar" un poco sus lacios cabellos, salió de su habitación donde le llegó el olor de comida.
Su cerebro hizo clic y recordó que su hermana estaba de vuelta. Y ahora no quería ni verla a los ojos por qué olvidó cerrar por completo la puerta y muy seguramente escuchó lo que pasó durante casi toda la noche.
Llegó a la cocina con el gesto más serio que logró hacer en ese momento y entró para desayunar algo rápidamente ya que en poco tiempo debía de estar en clase.
— Buenos días... — llamó la atención de su hermana.
— Buenos días para ti, no muy buenos para mí... No pude dormir conejo calenturiento. — reprendio Miwa con un gesto divertido.
— Detalles... — contestó casi sin importancia, antes de agarrar una manzana y una lechita. — Debo irme, voy tarde...
Los hermanos Kageyama se despidieron con un poco de incomodidad pero aún así se dijeron "Te quiero" antes de desaparecer del campo de visión del otro.
Miwa suspiró con cansancio antes de servirse un poco del desayuno que hizo y se acomodó en el sillón para ver alguna película que le llamara la atención.
Aunque no paso ni cinco minutos cuando comenzó a pensar sobre lo que le comento su hermano.
" ¿Existe algún modo de volver? "
Esa pregunta la ha echo pensar demasiado y poco a poco trataba de armar todo el rompecabezas... Aunque cuando creía ensamblar la última pieza, no encajaba del todo y debía volver al principio.
Agarró su celular y abrió la página que le comento su hermano. Ahí vio comentarios de todo tipo y había uno reciente de no más de 50 segundos.
« El personaje que invoque, ha intentado matarme, estoy debajo de mi cama. Tengo miedo... Si alguien lee esto, ¡Cuidado! »
De acuerdo, ello le causó un escalofrío pero... Hinata es incapaz de hacer algo así ¿Cierto?... No tiene poderes, ni espadas, ni usa magia. No puede matar a nadie... ¿Verdad?
Volvió a cargar la página donde nuevos comentarios aparecieron...
Todos decían casi lo mismo.
« ¡Quiere matarme! »
« Por favor alguien ayúdeme »
« Está matando a mi perro »
Diferentes tipos de comentarios comenzaron a aparecer hasta que vio uno que la hizo correr hacia la habitación donde debe de estar Hinata.
« Ella... Se mató »
Abrió la puerta de golpe y buscó rápidamente con la vista al pelinaranja, hasta que lo encontró.
Se encontraba al borde de la ventana, totalmente desnudo, viendo a la nada y llorando a voces.
Antes de que ocurriera alguna tragedia, corrió lo más rápido que pudo hasta aquel chico que faltaba poco para que se lanzará de la ventana. Pero antes de llegar, se resbaló y se torció el tobillo.
Se estiró lo más que pudo desde el suelo para alcanzar al chico...
— Chicos pasen sus exámenes de atrás hacia adelante.
Kageyama suspiró con cansancio y se recargó en su asiento para tratar de que el estrés se disipara por el aire.
El examen pareció fácil aunque está seguro que puso al revés una que otra respuesta debido a un nerviosismo que le llegó de la nada.
Agarró su celular en cuanto la clase termino y gracias a que lo silencio, no había sentido, ni escuchado que su hermana le habló por lo menos 15 veces.
Entró al chat de su hermana y vio un mensaje que le heló la sangre.
Jamás había corrido tan rápido en su vida, el director estaba por entrar a su auto y aprovecho para contarle la situación dándole así permiso se salir aunque tuviera tres exámenes pendientes.
Kageyama fue rápidamente por su motocicleta y no tardó nada en ponerse en marcha.
Si antes no era religioso, durante el camino se puso a rezar a todos los santos que se le vinieron a la mente y cantó en su mente los cánticos que alguna vez escuchó en misa.
Cuando menos se dio cuenta, había llegado al hospital.
Se bajó de su motocicleta y sin importarle que se cayó al suelo, corrió hacia la recepción.
— Hi-hinata Sho-Shoyou... ¿Dónde está? — habló entre cortado debido a la presión que sentía en el pecho.
La enfermera buscó rápidamente entre los pacientes que entraron ese día, dando así la respuesta.
— Entraron dos personas, Hinata Shoyou y Kageyama Miwa... Ambos están en la habitación 178.
Tobio entró en pánico en ese momento... ¿Por qué no le aviso que ella también había sido hospitalizada?
Agradeció y caminó a paso rápido hasta el elevador, pidiendo indicaciones, logró llegar a la habitación donde deben estar.
Abrió la puerta y ahí estaban ambos.
Miwa estaba sentada con el pie enyesado, en su brazo izquierdo tenía un cabestrillo, un collarín y una gasa cubriendo su mejilla derecha.
Volteó a ver a su pequeño novio y al parecer el estaba sedado, usaba un cabestrillo en su brazo derecho, un collarín y una venda cubría su cabeza.
A paso lento, se acercó a su hermana quien dejó el celular a un lado para prestar atención a su hermano.
— ¿Q-que... Que paso? — preguntó bajito para no despertar al chico pelinaranja.
— En la página que me dijiste que entraste, varias personas comenzaron a poner que su personaje estaba intentando matarlos... — Miwa guardó silencio un momento — Pero hubo uno que fue diferente... Dijo "Ella, se mató".
Tobio observaba totalmente atónito a lo que había pasado, pero no sé atrevía a decir algo ya que sabía que había algo más ahí, así que esperó a que Miwa dijera algo más.
— Subí corriendo y lo ví al borde de la ventana, me acerque pero me tropecé. Me estiré lo más que pude para alcanzarlo... Logré hacerlo, pero intento liberarse para lanzarse de la ventana. Con mucho esfuerzo me levanté y lo abracé pero él saco fuerza de algún lado y terminamos cayendo los dos. — Miwa volteó a ver a Hinata quien dormía plácidamente — el árbol fue el que amortiguó la caída y las bolsas de basura donde caímos... El cayó inconsciente y fue cuando pude llamar a una ambulancia.
La pelinegra temblaba a medida que contaba aquello, sintió tanto miedo, el no sentir el piso bajo sus pies fue tan aterrador, las ramas del árbol rasgando su piel, el cuerpo de Shoyou abrazado a ella con fuerzas y el impacto de la caída... Simplemente aterrador.
Tobio limpió las lágrimas que caían de los ojos de Miwa y solo la abrazó con cuidado para no lastimarla.
— Muchas gracias Miwa...
La pelinegra lloró nuevamente sintiendo como los brazos de su hermano la abrazaban cálidamente. Sintiéndose simplemente segura.
Unos minutos después, escucharon quejidos del chico de la camilla de al lado. Se separaron y dirigieron su atención al contrario.
Tobio no tardó en acercarse al pelinaranja quien poco a poco abrió sus ojos.
Lo primero que vio, fue a Tobio sonriendole cálidamente pero sintió un fuerte dolor que le impidió levantarse.
— No te levantes... — recomendó el pelinegro acariciando la mano del pelinaranja.
— ¿Tobio? ¿Dónde estoy?
De modo tranquilo, comenzó a contarle al pelinaranja lo que había sucedido, él se miraba tan desconcertado, ajeno a la situación pero con trabajo volteó a ver a Miwa quien le sonreía cálidamente y se sintió altamente culpable.
— Lo siento mucho... Miwa-san. — bajó su mirada y apretó la sábana bajo su mano.
— No estabas en tus cinco sentidos... No debes disculparte de nada.
Después de una larga disculpa, comenzaron a hablar sobre lo que ocurrió.
Miwa logró contactarse con la persona que había mencionado que "ella" había muerto y a otra persona que decía que su personaje había intentado matarle pero después de cinco minutos había caído inconsciente.
Hicieron una llamada grupal.
En la llamada:
— ¿Diga? / Hola — hablaron dos chicas.
— Hola ¿Que tal?, Soy Miwa la chica que se contacto con ustedes. — dijo la pelinegra
— Mucho gusto, yo soy Ayano Kasai
— Y yo soy Waka Kurihara
— Bien... Ayano-san y Waka-san me gustaría que me otorgarán información sobre lo que sucedió el día de hoy... Cómo les mencioné, pertenezco al equipo policial y es debido a un reporte a nivel mundial ¿Empezamos con Ayano-san?
— Sí, yo invoque a Uzui Tengen de Kimetsu no Yaiba... Él intento matarme aunque decia que yo no era un demonio y por ello se contuvo... Después de cinco minutos cayó inconsciente y despertó cinco minutos después desorientado y preocupado ya que sí me lastimó un poco... Enseguida llegó a su celular que le regale un mensaje diciendo que el día estaba cerca y debía tener cuidado.
— Ocurrió lo mismo del mensaje con Zero Two... Pero lo que ocurrió fue que yo no estaba en casa y cuando llegué, ella se había apuñalado incontables veces con un cuchillo de cocina... — la chica hablaba entre lágrimas y sollozos debido a la terrible experiencia que tenía a flor de piel.
— Lo siento mucho...
— de acuerdo chicas... Muchas gracias y perdón por quitarles su tiempo.
— Hasta después Miwa-san — hablaron las chicas para después cortar la llamada.
Fin de la llamada.
— ¿Policía? ¿Enserio Miwa? — preguntó el pelinegro con incredulidad.
— Querido hermanito, te falta aprender muchísimo de los viajes dimensionales... Si yo quiero ser la reina de Inglaterra puedo serlo... Ante ustedes: General de la policía nacional de Japón.
Los chicos voltearon a ver a Miwa con sorpresa al ver su placa... Los viajes si que eran una locura.
— Hinata, ¿Tienes tu teléfono? — pregunto Miwa al pelinaranja que se miraba un poco atemorizado debido a la situación
— Está en casa.
— Iré por él — habló el pelinegro levantándose de la cama del pelinaranja donde estaba sentado.
— No me dejes Tobio... — jaló Hinata al mencionado para evitar que se fuera. Sus ojos estaban cristalizados debido a las lágrimas que tenía estancadas, las cuales amenazaban por salir. — Por favor... No te vayas.
— Regresaré enseguida ¿Sí?... Iré lo más rápido que pueda.
Shoyou asintió con la cabeza y lentamente soltó al pelinegro para que fuera por su celular.
Kageyama salió de la habitación y corrió bajando las escaleras de emergencia hasta la entrada, levantó su motocicleta y se puso en marcha hasta su departamento.
No tardó mucho en llegar y subió corriendo a su habitación donde encontró un florero roto, manchas de sangre y un zapato de Miwa.
Respiro profundamente y comenzó a revolotear toda su habitación hasta que hayo el teléfono.
Lo desbloqueo rápidamente y habían dos mensajes de números desconocidos... Completamente contradictorios.
Uno decía: « El día está cerca, debes tener cuidado... Él no puede volver.
Y el otro: « Pueden volver...
— ¿Que carajos?
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