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Tristeza, dolor y venganza

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Sirzechs corría a gran velocidad atravesando escombros mientras Roygun iba en su espalda.

"¡Vamos! ¡Vamos! ¡Vamos!"- gritó en su mente el pelirrojo apresurándose en llegar a la sala de recitales donde antes estuvieron los niños.

Roygun miraba con horror el escenario a su alrededor, la ciudad se había convertido en un verdadero pandemónium sumido en llamas.

En las calles, las tropas del gobierno Maou comandadas por Beelzebub y la armada de los anti-Maou intercambiaban fuertes ataques que exudaban sin duda gran poder demoníaco.

Sirzechs se apresuró a entrar en la sala de recitales, esquivando y desviando las auras demoníacas que se dirigían hacia su ser.

El pelirrojo abrió la puerta con un golpe fuerte percatándose de que al igual que el resto de la ciudad el interior estaba bañado en llamas.

Las paredes, los pilares y el techo se habían derrumbado, y todo el edificio parecía estar a punto de derrumbarse de un momento al otro.

-Sir-Sirzechs -tartamudeó Roygun tapándose la boca con la mano derecha y sus ojos se llenaron de lágrimas ante lo que vio en aquel momento.

El niño que minutos antes había halagado su belleza ahora yacía muerto mientras una viga de hierro atravesaba su estómago sin piedad.

-N-no pu-puede ser -Sirzechs cayó sobre sus rodillas al ver aquello, su estado no era mejor que el de Roygun pero supo cómo disimularlo.

Sirzechs miró los cuerpos que yacían debajo de sus ojos con un rostro inundado en tristeza y un enorme dolor que había surgido en su corazón.

Algunos de ellos se habían convertido en cenizas, mientras que otros habían sufrido heridas mortales... Todos los niños y niñas cantantes de su coro habían fallecido.

Roygun se limpió las lágrimas sabiendo que quien más dolor sentía en estos momentos era Sirzechs, pues aquel coro lo fue todo para él.

Día y noche creando varias partituras musicales, borrando o añadiendo notas, ensayando... todos los frutos de su trabajo habían sido consumidos.

-¡Lo siento! -Roygun le abrazó por la espalda intentando consolarle, pero en sí ella misma era incapaz de frenar las lágrimas en sus ojos.

-Estos niños vinieron aquí hoy para cantar una canción de paz, vinieron sólo para que los residentes de esta ciudad pudieran disfrutar de los frutos de su gran trabajo -habló Sirzechs.

Sirzechs apretó sus puños con gran fuerza y entonces tomó su mano ilesa posando sus ojos vacíos en ella ante la mirada de la diablesa.

-Roygun, nací con el poder de la destrucción, un poder especial según mis padres y gracias a eso fui catalogado como un Super Devil -dijo el joven recordando aquellas palabras de sus padres.

Por su mente pasaron las imágenes de su entrenamiento, donde juró hacerse más fuerte y ganar más poder para proteger a los débiles.

-¡¿De qué me sirve entonces este estúpido poder especial si no pude proteger a ninguno de estos niños?! ¡A ninguno de ellos! -se lamentó el pelirrojo con una enorme rabia hacia sí mismo.

Tantos entrenamiento, tantas gotas de sudor derramadas... al final no fue capaz de proteger a nadie, a ninguno de los pequeños niños del coro.

-¡No fue tu culpa Sirzechs! ¡Ni tú ni yo sabíamos que esto iba a suceder! -Roygun trató de disuadir la culpa que se había formado en el Gremory.

Sirzechs se quedó sin habla unos instantes, su mente estaba siendo un remolino en estos momentos. Roygun acompañó ese silencio aún abrazándole en medio de las llamas infernales.

-Parece que no funcionan los círculos de comunicación... -Roygun habló tras un largo tiempo- Parece que estaremos solos en esto.

-Es muy probable que nuestros amigos estén pasando por esto... -habló Sirzechs levantándose y deshaciendo el abrazo de su amiga Roygun.

-¿Q-qué vamos a hacer? -preguntó ella sorprendida por el cambio en la mirada de Sirzechs, ahora irradiaban determinación.

-No pude proteger a esos niños, así que los vengaré -respondió Sirzechs con suma seriedad- Roygun, necesito que ayudes a evacuar a toda la gente a un lugar más seguro. Yo me iré a luchar.

-¡E-espera! Yo también quiero luchar contigo -Roygun también quería ser de utilidad en esta batalla, quería demostrar que ella sí que valía.

-No me perdonaría si algo te llegara a pasar, sé que eres fuerte Roygun pero ahora lo mejor sería que ayudes a todas esas personas -habló Sirzechs esbozando una pequeña sonrisa.

Roygun le miró algo ruborizada pero negó con la cabeza, este no era el momento de pensar en eso. Tenían un inframundo por el que pelear.

-D-de acuerdo, ve con cuidado... no quiero que te pase nada malo, ¿sí? -Roygun también le sonrió y Sirzechs le enseñó el pulgar para después salir.

"Ahora es mi turno"- Roygun discurrió mientras que sacaba sus alas oscuras como la noche y se alzaba al vuelo. Tocaba salvar a cuantos podía.

Más tarde.

Beelzebub sonrió viendo el caos que se había formado en aquella ciudad, si tan solo su amigo Rizevim se hubiera animado a venir sería genial.

El plan estaba siendo un gran éxito: atacar las principales fortalezas de la facción anti-Maou y conquistar el territorio derrotando a sus líderes.

Primero les tocó al clan Phenex, empezaron destruyendo su castillo y luego al heredero del clan que era la principal amenaza para ellos.

Asmodeus fue quien había ido hacia aquel territorio y según estipulaba ya debería haberlo conquistado pero al parecer no fue nada fácil.

Seguidamente llegó el turno de los Gremory, él mismo lideró las tropas tras derribar la ciudad. Tuvo fortuna dado que el Super Devil Sirzechs Gremory estuvo presente durante la explosión.

Dudaba que algo así fuera capaz de acabar con él, pero seguramente había acabado con la heredera de los Belphegor que le acompañaba.

Por último iban a asediar a los Bael, la casa del gran rey. Frente a las legiones iban Leviathan, su hija y por supuesto la desafortunada Grayfia.

A estas horas Rizevim debería haber llegado al noveno circulo infernal para completar la última fase de su plan. Pronto gobernarían el mundo.

-¡Jajaja sigan peleando! -exclamó Beelzebub viendo la batalla entre sus tropas y los anti-Maou con los brazos cruzados mientras sonreía.

"Te resulta cómodo ver cómo cientos de personas se masacran entre sí y otros miles mueren bajo las llamas del infierno, ¿verdad?"

Beelzebub se giró y tras ver esa cabellera carmesí junto a los ojos azules soltó una gran carcajada, no era otro que Sirzechs Gremory.

-Pero si es Sirzechs Gremory, uno de los Super Devil, ¿a qué debo el honor de tu visita? -preguntó el hijo del Maou sarcásticamente.

-Por tu culpa han muerto los niños de mi coro y otras miles de personas, lo pagarás muy caro Bidleid Beelzebub -habló Sirzechs fríamente.

-Me gustaría ver eso pequeño, muéstrame porqué te consideran un monstruo entre los demonios -Beelzebub sonrió poniéndose en posición de pelea y Sirzechs no se inmutó.

PAM.

El joven pelirrojo apareció delante de Beelzebub a una velocidad vertiginosa y le propinó un fuerte puñetazo enviándole a cientos de metros de él.

Beelzebub arrastró varios edificios consigo sin poder reaccionar al golpe pero Sirzechs no quedó parado observando y fue a por más.

"¡Es muy poderoso!"- exclamó en su mente Beelzebub recomponiendose en el aire con un círculo mágico bajo sus pies, pero entonces...

El Gremory reapareció encima de él sin que Beelzebub se hubiera percatado, estaba a otro nivel tanto en fuerza física como en velocidad.

-¡Esto es por haber destruido esta ciudad y por todos los que han muerto hoy! -Sirzechs pregonó juntando sus manos en forma de hacha y golpeó poderosamente hacia abajo al hijo de Beelzebub.

No pudo hacer nada contra ese ataque y cuando se dio cuenta Sirzechs ya estaba abajo listo para atacar nuevamente sin ápice de piedad alguno.

Sirzechs concentró poder demoníaco en sus piernas, todavía no quería usar su poder de la destrucción. Quería que Beelzebub sufriera de verdad cada uno de los golpes que le daba.

-Este último golpe... ¡ES POR LOS NIÑOS DE MI CORO! -Sirzechs pateó con violencia el costado de Beelzebub quien se estrelló en un edificio en llamas y lo derribó por completo por el golpe.

El pelirrojo caminó hacia los escombros del edificio y una vez ahí vio el cuerpo de Beelzebub, que estaba con los ojos cerrados y sangrando.

Sirzechs se agachó a su altura mirándole con desagrado por todo lo que había provocado, lo cual no pasó desapercibido por Beelzebub.

-Jejeje, yo.. el hijo del Maou Beelzebub siendo derrotado por un niño -habló con evidente burla- Ya veo, tú eres un demonio trascendental al igual que Rizevim, como había vaticinado Lord Lucifer.

-¿De qué estás hablando? -preguntó Sirzechs sin entender lo que estaba diciéndole el hijo del Maou, quien sonrió sardónicamente al oírle.

-Demonios cuyos poderes sobrepasan la lógica, capaces de vencer a dioses de otras mitologías y reyes dragones -respondió Beelzebub- Tú al igual que el niño Phenex, el chico Astaroth y Rizevim... son llamados monstruos trascendentales.

-Eso me da igual, lo único que quiero es que haya paz en el inframundo -se expresó Sirzechs rotundamente- Si ustedes siguen con el objetivo de provocar una nueva guerra santa tendré que eliminarlos con mi poder de la destrucción.

-Eres muy ingenuo pequeño... nosotros ganaremos esta guerra -Beelzebub sonrió y entonces su cuerpo se transformó en unas moscas que se esparcieron al instante.

Sirzechs miró a todos lados y no sintió su presencia, apretó sus puños ya que no pudo vengar a sus niños pero si le dio una paliza.

Sirzechs se giró observando que las tropas de Beelzebub estaban retrocediendo, ya sin su líder. Era cuestión de tiempo para que la victoria fuera suya y se acabara esta pesadilla finalmente.

"Iré a ayudar a Roygun"- pensó el pelirrojo alzándose al cielo con sus alas de demonio, ignorando que era observado por Beelzebub.

Había sido humillado por el Gremory, aunque no luchó con todo seguro que habría terminado igual. Después de todo era un Super Devil.

-Supe desde un primer momento que no podía ganarle, pero esta guerra apenas ha comenzado -Beelzebub sonrió y se marchó de aquel lugar.

Realmente le daban igual sus tropas, que ya habían sucumbido ante la armada del bando anti Maou. Tenía cosas más importantes que hacer.

Como por ejemplo liberar de un sello antiguo a una bestia para sembrar un poco más de caos.

Con Roygun.

La diablesa había transportado a todos los sobrevivientes que pudo a los exteriores de la ciudad para que ellos se pusieran a cubierto.

Resultaba muy peligroso quedarse cerca pues la batalla campal entre los dos bandos irradiaba peligrosos destellos de poderes demoníacos.

-Va-vamos u-un poco más -Roygun aplicó poder demoníaco en sus manos para así levantar unos escombros que tenían debajo suyo a una familia.

Aún siendo bastante pesados, pues estaban recubiertos con magia, aquellos escombros se movieron y la primera en salir fue una niña.

-P-ponte detrás de mí pequeña -Roygun le indicó con una sonrisa a la niña quien obedeció- O-otro p-pequeño es-esfuerzo y ustedes podrán salir.

Con todo su poder y coraje Roygun levantó los escombros y los padres de la pequeña pudieron salir, cojeando, y abrazaron con amor a su hija.

-M-muchas gracias mi señora -la mujer agradeció con lágrimas en los ojos puesto que durante minutos eternos nadie vino a su auxilio.

Roygun soltó los escombros y se volvió hacia la familia. Detrás de ellos estaban varias personas que salvó: ancianos, heridos y niños huérfanos.

-No es nada... ahora agrúpense junto a los demás para salir de aquí -indicó Roygun y todos se juntaron en un solo lugar- ¡Sujétense bien!

Roygun creó un círculo mágico debajo de ellos y el círculo comenzó a brillar, los iba a llevar con el resto de personas a los exteriores de la ciudad.

Y desaparecieron librándose del peligro, viendo aquello la Belphegor sonrió aliviada. Pero dicha sensación apenas duraría unos segundos.

El suelo comenzó a temblar de repente debido a que un gran poder se aproximaba y Roygun se sostuvo como pudo sudando nerviosamente.

-¿Q-qué es eso? -preguntó viendo a una bestia gigantesca que tenía varias maldiciones hebreas en su frente y parecía un buey con cara de león.

"Behemot..."- Roygun leyó lo que ponía en la frente de la bestia y tragó saliva sabiendo que este ser surgió desde tiempos inmemoriales.

Se suponía que Behemot fue sellado hace mil años luego de la guerra en lo más profundo del inframundo, pero bueno ahí entró Beelzebub.

Behemot soltó un poderoso rugido que hizo retroceder a Roygun, nunca antes había estado tan asustada como ocurría en el día de hoy.

-¿Q-qué voy a hacer? -se preguntó a sí misma dando pasos hacia atrás. Espera, ¿qué estaba haciendo? ¿Acaso estaba retrocediendo?

"¿Qué estás haciendo Roygun? ¡Muévete! Ni Sirzechs ni Goku habrían retrocedido si estuvieran en mi lugar... soy patética"- Roygun discurrió bajando su cabeza con impotencia.

Aunque entrenó durante un mes con Lady Sitri pero no se sentía capaz de afrontar este desafío.

Behemot abrió su boca y empezó a formar una esfera de llamas negras para reducir a cenizas lo que quedaba de ciudad junto con Roygun.

La Belphegor vio impotente aquello, si tan solo Goku o Sirzechs estuvieran con ella para ayudarla... todo sería distinto, sería más....

Entonces su mente se iluminó.

"Ganemos esta guerra y construyamos un nuevo inframundo"- Roygun recordó lo que acordó con Sirzechs hace unas horas y apretó sus puños.

Tenía que luchar para preservar el sueño de Sirzechs, traer la paz al inframundo... y para eso no debía rendirse, ¡tenía que luchar aquí y ahora!

-¡No me rendiré! -Roygun gritó determinada y entonces creó un gran círculo mágico frente a ella. Nunca jamás volvería a retroceder.

Behemot lanzó su esferas de llamas negras hacia Roygun y el círculo que ella creó contuvo el ataque pero estaba resultando muy poderoso.

"N-no va a resistir mucho... tendré que probar esa técnica, espero que funcione"- pensó Roygun reforzando con más magia aquel círculo.

De pronto surgió un sello en medio de la esfera de Behemot haciendo que lentamente comenzara a agrietarse. La diablesa sonrió

-Infinite Break -Roygun habló y al momento la esfera se destruyó debido a la técnica que empleó Roygun haciendo uso de su técnica.

Los Belphegor tenían el poder de agrietar las cosas, lo que hizo Roygun fue neutralizar todo el poder mágico de la esfera mediante un sello y luego agrietarla pues el ataque sin magia era como un cristal que fácilmente se rompe.

Pero todavía no había terminado.

-¡Aún no se acaba! -Roygun liberó el poder mágico que había neutralizado y lo regresó contra Behemot usando un círculo mágico.

Behemot no pudo resistir su propio poder y al final terminó siendo consumido, las maldiciones hebreas que tenía en su ser también tenían parte de culpa pues retenían buena parte de su poder.

-¡GAAAAHHHAA! -Behemot liberó un grito ensordecedor y desapareció en un fuego negro sin dejar rastro ante la mirada de Roygun.

-L-lo conseguí -Roygun alzó su brazo al cielo pero sin fuerzas cayó al suelo. O bueno, eso iba a suceder pero unos brazos lo impidieron.

"Lo hiciste muy bien, descansa"

La heredera Belphegor alzó sus ojos y se encontró con la generosa sonrisa de Sirzechs.

-Ya se acabó todo... no pude acabar con Beelzebub pero nuestra armada venció -habló Sirzechs todavía lamentándose por aquello.

-T-tranquilo todo saldrá bien Si... -fue lo único que dijo Roygun acariciando su mejilla antes de desplomarse, agotó sus reservas mágicas.

Consiguieron arrestar a los soldados de las tropas de Beelzebub para que fueran sometidos a juicio en su día, muchos serían ejecutados.

Con Goku.

Asmodeus jadeaba intensamente mientras estaba de rodillas enfrente de su adversario.

Estaba bastante herido y agotado físicamente después de varias horas combatiendo, pero su contrincante apenas se le veía algo cansado.

"¿Se supone que este chico es un demonio?"- se preguntó Asmodeus negándose a creer que alguien tan poderoso como él podía existir.

No vio puntos débiles en él, ni peleando con dagas, ni mano a mano ni con ataques mágicos pudo romper su defensa. Entonces, lo supo.

Supo que no podía vencerle, supo la barrera que existía entre ambos. Una barrera que jamás alcanzaría en la vida. Si es que viviría más.

-¿Q-qué eres tú? ¡¿Po-por qué eres tan poderoso?! -demandó Asmodeus mirando a Goku, quien le veía con bastante desprecio.

-Aquí la verdadera pregunta es, ¿por qué eres tan débil? Me das mucha lástima -habló Goku mostrando una versión más seria de él.

Ya estaba cansado, pudo haberle derrotado desde el primer minuto pero quería ver si en algún punto le decía el paradero de Grayfia.

Y no fue así.

-¿T-te doy lástima? N-no me hagas reír... tus amigos ya están muertos a esta hora jaja -habló Asmodeus creyendo que Beelzebub terminó con el trabajo destruyendo al heredero Gremory.

"Así que era verdad, han atacado los demás territorios"- pensó Goku recordando su charla con Mephisto horas antes que dio en el blanco.

-Por última vez, dime dónde esta Grayfia -preguntó Goku al borde de su paciencia, el esfuerzo que estaba realizando por contener todo su enfado era sin duda titánico.

-Y-ya te lo dije estúpido niño, tendrás que arrancar las palabras de mi boca -respondió Asmodeus en tono burlón, ahí la había cagado- Esa perra está donde siempre tuvo que estar.

La paciencia de Goku se desvaneció.

Sabía que él no se lo diría nunca. Entonces, ¿para qué mantenerle con vida? Además, por su culpa falleció mucha gente en el día de hoy.

-Entonces, desaparece bajo el yugo de tu perdición -habló Goku con frialdad en sus palabras- Hasta nunca, Zerikel Asmodeus.

Flush.

La cabeza de Asmodeus rodó por el suelo.

Goku le había asesinado sin piedad, sin dudarlo ni un solo segundo. Pero no terminó ahí, trazó un círculo mágico sobre aquel cuerpo sin vida.

-Purgatorio -susurró el rubio y entonces llamas de fuego cubrieron el cuerpo de Asmodeus hasta que se convirtió completamente en cenizas.

Muchos al notar que su señor había sido asesinado se entregaron voluntariamente, otros bajaron el ritmo de lucha y murieron a causa de eso. Pero aquella batalla ya se había decidido.

-¡VENCIMOS! -gritó Sem alzando su lanza al cielo y los vítores no tardaron en llegar, por fin se había acabado todo esto- ¡¡Mi señor ganamos!!

Sem corrió hacia Goku para darle la noticia, al menos una pequeña alegría pudo recibir el hombre después de haberlo perdido todo.

El resto de soldados también corrieron hacia al heredero del pilar a la espera de sus órdenes.

-Todos los que se han entregado serán encarcelados en las mazmorras del castillo a espera del juicio -ordenó el rubio mirándoles.

Realmente le daba igual si eran ejecutados o no, ellos participaron en la guerra y se llevaron vidas consigo por lo tanto no saldrían indemnes.

-Los cadáveres de nuestros enemigos serán apilados y posteriomente incinerados -prosiguió el heredero Phenex viendo el campo de batalla.

Cientos de soldados de ambos bandos yacían sin vida impregnado de sangre aquel lugar, era un paisaje sin vida y colmado de oscuridad.

-Mañana realizaremos las exequias en honor a todos los soldados caídos en la batalla de hoy, se merecen todos los honores posibles -señaló Goku mirando a sus soldados- Hoy descansen, lo hicieron muy bien. Vayan con sus familias o amigos. Si no, comiencen a trabajar pues.

"A SUS ÓRDENES MI LORD"

Enseguida los soldados se fueron retirando hacia los refugios donde se encontraban sus familias según les había indicado Goku.

Ellos querían asegurar a sus familiares que seguían vivos, luego regresarían para levantar los escombros del castillo y buscar los cadáveres.

Otros como Sem y varios más, que lo habían perdido todo o nunca tuvieron a nadie desde un principio, se fueron a levantar los escombros.

Goku se sentó en una roca observándolo todo pero sus ojos mostraban un vacío indescriptible.

Había perdido a Grayfia, no sabía donde podía estar ella en estos momentos y no tenía ningún indicio que pudiera ayudarle a encontrarla.

Lo que más le dolía es que prometió protegerla y al final falló, fue incapaz de mantener la promesa que tantas veces le repitió a su amada Grayfia.

Para rematar no se hablaron en los últimos dos días porque Grayfia no le correspondió su amor y se generó un ambiente un tanto incómodo.

Si Goku hubiera sabido que horas después ella sería secuestrada la habría dicho miles de cosas, había aprovechado mejor cada precioso segundo a su lado disfrutando de su compañía...

Pero no fue así, Grayfia se había ido y tal vez nunca la volvería a ver, eso le abatió aún más.

"Rev no me dejes de nuevo p-por favor, no podré vivir sin ti..."- Goku recordó la pesadilla que tuvo Grayfia hace unos días y apretó sus puños.

Sabía bien que Grayfia debía estar sufriendo en estos momentos, su corazón se lo estaba diciendo en cada uno de sus latidos...

¡Le dolía mucho el hecho de que no pudiera salvarla, ser su héroe y estar a su lado como tantas veces le prometió! ¡Le dolía saber que Grayfia lloraba y él no podría consolarla!

En medio de su desdicha Goku vio cómo un papel se caía al suelo, lo reconoció enseguida. Era el mismo que vio en el cuarto de Grayfia.

"¡Tal vez!"- Goku esperanzado abrió el papel pensando que sería algo que le escribió Grayfia y realmente estaba en lo cierto. Empezó a leer.

Querido Rev:

Si estás leyendo esto es porque me he ido... lo lamento, lamento tanto esta situación.

Tengo mucho por decirte pero no tengo mucho tiempo. Me iré para siempre... amenazaron con asesinar a Euclid si no regresaba con ellos.

Sabes que Euclid es mi única familia, no podía permitir que le mataran. Así que volveré... volveré a ese infierno de dónde me rescataste Rev.

Lo siento, siento que todo acabe de esta manera, pero no puedo volver a mirarte a la cara sabiendo que te estoy abandonando, sabiendo que no podré volver a abrazarte nunca más o reírme contigo.

Han sido sólo unas semanas pero fueron cada día que pasaba a tu lado era el mejor de mi vida. Hemos pasado tanto juntos que no puedo escribir tan siquiera una letra de esta carta sin que se me escape una lágrima. , se que odias verme triste pero no creo que vuelva a sonreír si no estás en mi vida Rev. Fue gracias a ti que aprendí a vivir.

Te amo, te amo Rev, tanto como me amas a mí, pero el destino no quiere que estemos juntos aunque nos amemos el uno al otro. Pero prométeme que no me olvidarás... por favor.

Con amor, Grayfia Lucifuge.

Goku terminó de leer la carta y sus manos estaban temblando de ira, tristeza y dolor.

Ira porque esos malditos se habían atrevido a usar a Grayfia para planes y cayeron tan bajo que hasta tuvieron que amenazarla con su hermano.

Tristeza porque Grayfia no estaba a su lado y esto conducía al gran dolor que le producía imaginarse que nunca más la volvería a ver.

Se alegró al saber que ella también le amaba, pero aquella alegría se esfumó tan rápido como vino tras recordar que ella no estaba con él...

No, no podía permitir que todo terminara así, de una manera tan cruel. Le daba igual el destino, él crearía el suyo propio con sus propias acciones.

-Cueste lo que cueste... salvaré a Grayfia -se dijo Goku a sí mismo apretando sus puños con tanta fuerza que hasta salió sangre de los mismos.

Lo daría todo para salvar a su amada.

TODO.

De ahora en adelante ese era su objetivo y el motivo de su existencia: traer de vuelta a Grayfia.

Así Goku inició el camino que llevaría su alma hacia la oscuridad. Queriendo salvar a su amada Grayfia de la tristeza podría perderlo todo...

Su vida.

Su cuerpo.

Su alma.

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Fin del capítulo.

Roygun estuvo brutal no lo nieguen ;v

Disfruté escribiendo esa parte y de hecho este cap está centrado en ella y Sirzechs si se fijan. Como dije, todos tendrán su momento.

Hasta Falbium se lucirá en unos caps XD, y claro sin dejar de lado a los protagonistas y a la tragedia que viven: Goku y Grayfia... triste :'v

150 votos como siempre y pronto el siguiente cap, sin más se despide su amigo Destroit-san.

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