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Seis meses después

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Antes de nada pendejos háganme el favor de llegar a los 150 votos :v, felicidades al pendejo de Daylennard_DBZ por su cumpleaños xD.


Seis meses.

Seis meses habían transcurrido desde que la primera batalla de la guerra civil diera comienzo.

Seis meses en los que no hubo ningún otro ataque entre ninguno de los dos bandos, por así decirlo se produjo una tregua entre ambos.

Seis meses es los que la ciudad Gremory fue reconstruida, pero la vida de los que fallecieron durante el ataque jamás se podría recuperar.

Seis meses desde el día en que Goku se abocó a salvar a su amada de un cruel destino pero hasta ahora no fue incapaz de conseguir su propósito.

Eso creó una enorme impotencia en él y la desesperación en su corazón aumentaba por cada día en que Grayfia no estaba a su lado.

A veces tenía pesadillas donde Grayfia moría ante sus ojos sin que pudiera hacer nada y eso le aterraba, se pasaba noches enteras sin dormir.

Sólo pensar lo mucho que su amada estaría sufriendo le hacía sufrir a él también, pero más daño hacía ese sentimiento de no poder salvarla.

Goku visitaba los territorios de la frontera y en ocasiones varios territorios enemigos en busca del paradero de Grayfia, pero hasta ahora nada.

Los enemigos que interrogaba tampoco estaban dispuestos a colaborar y hasta se burlaban de él, el demonio los mató a todos ellos a sangre fría.

Sus manos estaban manchadas de sangre enemiga pero le daba igual, lo único que quería era salvar a Grayfia y nadie se interpondría en su camino a menos que quisiera perder la vida.

El apodo de "Verdugo de las llamas" cobró más fuerza en los últimos tiempos y llegó a oídos de su facción y de sus amigos concretamente.

Todos se mostraban preocupados por Goku ya que muy pocas veces paraba en casa y si lo hacía apenas tardaba un día y luego se iba.

Y cuando estaba no hablaba con nadie, se encerraba en su cuarto hasta que se iba. Sabían que no descansaba por las ojeras que tenía.

Lo verdaderamente preocupante es que hacía más de un mes desde la última vez que estuvo en el castillo Phenex y no tenían noticias de él.

Pero este día era especial, pues hoy iban a realizar una ofensiva contra la facción Maou que supondría algo definitivo para acabar la guerra.

Todos estaban reunidos en el castillo Phenex, listos para ir a la guerra y con ellos irían legiones bajo el mando de los respectivos pilares.

-Oye, ¿tú crees que él vendrá hoy? -preguntó Falbium bostezando mientras veía a Sirzechs.

Tenían la esperanza de que su amigo volvería en cualquier momento y de que volvería a ser el mismo de antes... o eso es lo que querían creer.

-Ojalá Falbium, su ayuda nos vendría bien para sentenciar esta guerra -habló Sirzechs mirando al cielo- Pero ante todo deseo que él esté bien.

-Es Goku de quien estamos hablando de Goku después de todo -la voz de Ajuuka hizo que se voltearan para verle- Siempre se las arregla en las situaciones más difíciles, estará bien.

Sirzechs sonrió con euforia ante aquellas palabras, pero desconocía totalmente lo que estaba a punto de suceder en esta guerra.

-La que me preocupa es Serafall... desde que Goku se fue ella ha estado apagada y temo que eso pueda influir en esta batalla -habló Ajuuka.

Todos giraron sus cabezas hacia atrás y vieron que Serafall se hallaba apoyada en una columna, también portaba una armadura como ellos.

Sus ojos se notaban sumamente triste y su rostro melancólico. Aún recordaba esas palabras como si las hubiera oído hace nada.

Sin embargo, fue hace seis meses.

"La amo"

Aquel día supo que Goku nunca la amó.

Aquel día supo que sus sentimientos nunca fueron correspondidos, que todo lo que sentía desde que era pequeña era una pantomima.

Aquel día supo que ese futuro resplandeciente que soñó al lado de Goku nunca tendría lugar.

Se preguntó que hizo mal para que Goku no la amara, se portó lo mejor que pudo y trató de ser la mejor prometida, ¿por qué no la amaba?

En cambio amó a una chica que conoció en menos tiempo, Serafall era incapaz de entender porqué Goku tuvo que enamorarse de Grayfia.

Todo era perfecto hasta que ella llegó, fue Grayfia quien lo arruinó todo con su presencia.

Más encima ella tuvo la osadía de jurar que se marcharía y que no se iba interponer en su relación porque ambos eran prometidos.

¡Y es justo lo que había hecho!

Grayfia se interpuso totalmente y ahora Goku la amaba a ella. Ahora Goku arriesgaba su vida para salvarla aun a costa de perder su vida.

Goku escogió a Grayfia antes que a ella, a quien conocía desde que eran pequeños y que además era su prometida, ¡¿por qué razón pasaba eso?!

La odiaba, Serafall la odiaba con todo su ser.

Pero le dolía el hecho de que Roygun supiera todo y no se lo dijera. ¿Por qué todos le daban la espalda? ¿No se supone que eran amigos?

Se sentía traicionada.

"Oh, te noto bastante tensa Serafall deberías calmarte incluso los chicos están preocupados"

Serafall no vio necesario girarse para ver de quién se trataba, ya que sabía que no era otra que Roygun, que decía ser "su mejor amiga".

-Menuda novedad, ¿ahora te preocupas por mí, amiga? -preguntó Serafall con una sonrisa amarga que no pasó desapercibida por Roygun.

-¿Qué quieres decir con eso? -inquirió Roygun con una ceja arqueada queriendo saber adónde quería llegar Serafall pero presentía algo malo.

-Si sabías él que no me amaba, ¿por qué nunca me lo dijiste? ¿acaso él no te gustaba también a ti o también era mentira? -preguntó Serafall.

Roygun suspiró, esto iba a ser largo.

-Goku dejó de gustarme hace un tiempo, nunca llegué a amarle sólo fingía para así no perder la chispa de nuestra amistad -explicó la Belphegor.

Serafall se sorprendió pero no iba a mostrarlo, sólo le interesaba saber porqué motivo Roygun no le dijo la verdad durante todo este tiempo.

-Segundo, no te dije que no te amaba porque no quería hacerte daño -habló Roygun pero su respuesta dejó bastante inconforme a Serafall.

-¡¿Crees que mintiéndome no me harías daño Roygun?! ¡Pues estás equivocada! Si fueras una buena amiga me habrías dicho la verdad, pero no lo eres -exclamó Serafall sumamente enfadada.

-¿Perdón? ¿Acaso alguna vez en tu vida has pensado en alguien que no seas tú Serafall? -Roygun comenzó a enfadarse y mucho.

-¡¿Me estás llamando egoísta?! -demandó Serafall alzando la voz mientras tenía el ceño fruncido. Poco a poco la discusión se acaloró.

-¡Es lo que eres! ¡Sólo piensas en ti misma y en tu felicidad! -exclamó Roygun con molestia- ¿Te has parado a pensar lo que sentí yo cuando anularon mi boda con Goku, que en ese entonces me gustaba? -preguntó Roygun encarándola.

Serafall no supo qué responder.

-¡No! ¡Lo único que hiciste es burlarte de mí y presumir porque tú te casarías con él, una buena amiga me habría consolado y no reírse de mí! ¡Yo fui la única que se esforzó en conservar nuestra amistad convirtiéndome en tu estúpida rival! -

De nuevo Serafall se quedó callada con los puños apretados escuchando tales palabras.

-¿Te has parado a pensar alguna vez en los sentimientos de Goku? ¿Crees que él debe amarte sólo porque tú le amas? No Serafall, el amor no funciona así -habló Roygun negando.

-¡Tú qué sabrás eh Roygun! -le increpó Serafall rompiendo con el silencio que había reinado en ella. Fue lo único que pudo salir de su boca.

-¿Qué es lo que sé? ¡Pues bien, si es lo que quieres te lo diré! Goku estaba decidido a ignorar lo que sentía por Grayfia sólo por ti, porque sabía que le amabas y no quería hacerte daño y porque se iban a casar -habló Roygun un tanto exaltada.

Serafall abrió sus ojos al oír aquello, ¿Goku estaba dispuesto a ignorar sus sentimientos sólo por ella? Eso la hizo sentirse muy mal.

-¿Sorprendida? Pues sigue escuchando, yo le aconsejé que fuera un poco egoísta y pensara más en sí mismo. Un mes después de eso Goku decidió confesar su amor a Grayfia siguiendo mi consejo, ¿y sabes qué? Grayfia le rechazó -

-¿Q-qué? -preguntó Serafall incrédula.

-Como oyes, Grayfia le amaba más que nada y le rechazó, ¿sabes por qué? Porque no quería privarte de tu felicidad y que pasaras lo mismo que ella. Grayfia, a la que tanto odias, sacrificó su felicidad por ti tal como hizo Goku -explicó Roygun dejando totalmente perpleja a Serafall.

No, esto no podía ser posible.

¿Por qué alguien sacrificaría su felicidad por el bien de otra persona? Entendía que Goku lo hiciera, ¿pero por qué ella? ¿por qué lo hizo?

"Grayfia... ¿por qué lo hiciste?"- Serafall no hallaba ninguna respuesta lógica, su mente no alcanzaba a comprender aquella acción.

-Me dolió muchísimo saberlo, dos personas que se aman sacrificaron su amor pensando en tu felicidad... ¿realmente tú te sientes bien sabiendo esto? -preguntó Roygun mirándola.

-Y-yo... yo... -Serafall era incapaz de formular tan siquiera una sola palabra en sus labios, en el fondo le dolía saber lo que causó su egoísmo.

-¿Te sientes bien sabiendo que tú eres la causa de la infelicidad de ambos? -preguntó nuevamente Roygun y Serafall sintió más culpa- Yo en tu lugar no podría dormir por las noches... me pesaría la conciencia como para hacerlo.

Serafall estaba catatónica.

Todos estos meses atribuyó la causa de su desdicha a Grayfia pero en realidad fue Grayfia quien sacrificó su felicidad y con tal de que ella no sufriera. ¿Aun así ella se atrevía a odiarla?

-Pero ahora es distinto, si Goku encuentra a Grayfia, y de verdad lo deseo con todo mi corazón, se va a casar con ella sin importar cuántas alianzas hayan hecho ambos clanes -expresó Roygun mortificando a Serafall.

Lágrimas se formaron en sus ojos pero Serafall luchó para que no descendieran por sus mejillas, toda la verdad le estaba doliendo bastante.

-Ya está cansado de anteponer siempre a los demás, por eso se fue aquel día y te abandonó -habló Roygun y luego suspiró- Goku y Grayfia se merecen sin duda toda la felicidad del mundo.

-¡¿Y yo qué?! ¿No merezco ser feliz? -Serafall se derrumbó sin poder aguantar más y las lágrimas que descendían por su rostro lo evidenciaban.

Roygun al ver eso se acercó a ella y puso una mano en su hombro mostrándole una sonrisa.

-No me malinterpretes, claro que mereces ser feliz Serafall pero no a costa de la infelicidad de otros -habló Roygun mirándola- Si te casaras con Goku, ¿crees que él sería feliz? No, él sólo estaría atado a ti, la única feliz dentro de eso serías tú.

Serafall sollozó y abrazó a Roygun sin poder contener más sus lágrimas. Se sentía como una basura después de todo lo que había hecho.

-Per-perdóname por *sniff* todo lo que te dije... y-yo he sido una ma-mala amiga y u-una egoísta -Serafall gimoteó en los brazos de Roygun.

-Tranquila... lo que nos ocupa ahora es esta guerra civil y tienes que estar fuerte para que ganemos, ¿sí? -habló Roygun con una sonrisa.

Serafall asintió y se limpió las lágrimas mostrando una sonrisa, no era el momento indicado para tener la mente neblinosa.

-Ya esperamos suficiente, parece que Revan Phenex no va a venir -habló Zekram saliendo del castillo y Sirzechs se puso en pie ante aquello.

-¡Un momento! Sólo espere un momento -pidió Sirzechs mirando al anciano Bael- Estoy seguro de que va a venir, confío en mi mejor amigo.

Zekram Bael trató de hablar pero entonces un caballo oscuro apareció galopando hasta que se detuvo frente al castillo y frente a los presentes.

Del caballo bajó un chico rubio con el cabello hasta los hombros, tenía ojeras marcadas y su boca iba cubierta por una tela marrón. Vestía un traje negro además de botas metálicas blancas.

-¡GOKU! -Sirzechs gritó acudiendo hacia su amigo quien caminaba hacia el castillo- ¡Te estábamos esperando! Hoy vamos a atacar el territorio Maou para acabar con esta guerra.

Goku le miró por un tiempo mientras seguía caminando, y luego se paró frente a todos ellos.

-No voy a ir -declaró tajantemente el rubio dejando a la mayoría totalmente boquiabiertos, pero sobretodo bastante enfadado a Zekram.

-Toleré que partieras hace seis meses pero no voy a tolerar que te rehúses a participar en esta batalla -habló Zekram mostrando su molestia.

Goku le miró con aburrimiento.

-Escúchame anciano... -la voz de Goku sonó con poder y ninguno se atrevió a hablar- Estoy cansado de buscar en vano así que iré al castillo Lucifer y aunque esté Rizevim salvaré a Grayfia.

Muchos de los presentes estaban atónitos por el hecho de que Goku se atreviera a hablarle así a alguien que tenía el poder político de un Maou como lo era Zekram, el ancestro del clan Bael.

Roygun sabía que este no era el Goku de siempre, era un Goku inmerso en la enorme desesperación que le producía no ser capaz de salvar a la persona que amaba y no ser capaz de cumplir la promesa que le hizo varias veces.

"Prometí que la protegería, que nunca dejaría que estuviera sola de nuevo, que siempre estaría con ella... pero no he sido capaz de cumplirlo, ¡no qué hacer para salvarla Roygun! ¡Qué tengo que hacer para que Grayfia sea feliz! ¡¿Qué tengo que hacer para que ella esté de nuevo conmigo!?"

Roygun recordó ese momento, fue hace varios meses y Goku acababa de regresar de nuevo sin hallar ningún rastro de su amada Grayfia.

La chica tuvo que consolarle diciéndole que la encontraría y serían felices. Roygun era la única que entendía sus sentimientos después de todo.

"No estará en paz consigo mismo hasta que salve a Grayfia... espero que sea pronto"- pensó Roygun contemplando a su amigo conmovida.

-Roygun, Ajuuka, Sirzechs, Falbium, Serafall... tengan cuidado, en cuanto rescate a Grayfia me reuniré con ustedes y acabaremos esta maldita guerra de una maldita vez -les indicó el rubio.

Todos ellos sonrieron, aunque Serafall quería disculparse con Goku y decirle un par de cosas, pero en el fondo sabía que no era el momento.

-Espero que así sea Revan -Zekram Bael se calmó. Esperaría la aparición de Goku durante la batalla, era uno de los ases para ganar esta guerra y tal vez para liderar el inframundo.

"Aunque sea un muchacho problemático tiene el poder y el carisma necesario para convertirse en un Maou"- pensó Zekram observando a Goku.

-Suerte a todos -se expresó el rubio antes de adentrarse en el castillo, necesitaba hablar con su madre Reaven antes de ir al castillo Lucifer.

Serafall miró cómo se iba aquel que robó su corazón, en estos momentos no tenía claro qué es lo que pasaría cuando acabara esta guerra.

Roygun puso una mano en su hombro y la miró con una sonrisa para que pudiera tranquilizarse.

-Suerte Serafall -habló Roygun, ella iría con Sirzechs a Lucifaad la capital del inframundo.

-Suerte a ti también Roygun -Serafall mostró una pequeña sonrisa, ella iría al dominio de los Valefor un pilar extinto tras la guerra santa y que ahora mismo era una de las sedes de los Maou.

Ambas se abrazaron tan fuerte como nunca antes lo hicieron. No sabían si sería la ultima vez que se verían pero ninguna deseaba un final así.

Venelana abrazó a su hijo con amor deseando que regresara sano y salvo a casa, y el resto de madres hicieron el mismo gesto con sus hijos.

-¿Listo? -habló Roygun parándose al lado de Sirzechs, junto a ellos habían varias tropas de los clanes tanto Belphegor como Gremory.

-Listo -confirmó Sirzechs con una sonrisa y tomó entonces la mano de Roygun, un gesto que sorprendió a la diablesa y también la ruborizó.

Un círculo mágico se formó bajo todos ellos, listos para transportarlos a Lucifaad para tomar la capital y derrotar al ejército de los Maou.

-¡Suerte a ustedes también! -exclamó Roygun mirando a Ajuuka y Falbium antes de desaparecer del lugar junto a las tropas.

-Problemático... sólo no vayas a morir, ¿sí? -habló Falbium bostezando mientras miraba a Ajuuka, quien sonrió ante esas palabras.

Falbium tenía un rol distinto, debía proteger el territorio Eligor, una de las sedes del ejército y que estaba bajo inminente riesgo de ataque.

Zekram le pidió que se mantuviera en la retaguardia mientras Sirzechs y los demás atacaban las principales sedes de los Maou.

Aceptó ya que era problemático luchar en el frente y desde luego no se ajustaba a su estilo de pelea y sobretodo a su poder demoníaco.

Las decenas de tropas del clan Bael que Zekram había puesto a su disposición para la causa irían con Falbium para poder servirle como apoyo.

-Te digo lo mismo Falbium, suerte -Ajuuka esbozó una ligera sonrisa, su destino era el territorio del extinto pilar Gusion, que era una sede de los Maou, con él iban las legiones del ejército de la familia Astaroth- Bien... me voy.

Ajuuka y las legiones desaparecieron en un círculo mágico en dirección al territorio Gusion.

-Intenta concentrarte Serafall, sólo piensa en ganar tus batallas para que esto se acabe cuanto antes -aconsejó Falbium antes de desaparecer.

Serafall suspiró intentando apartar aquellos pensamientos que carcomían su mente, pronto llegaría su turno y tenía que estar concentrada.

"Tú puedes Serafall"- se dijo a sí misma y un círculo apareció debajo de ella y el ejército Sitri para llevarles al territorio del clan Valefor.

Lo último que vio Serafall fue el rostro de su madre sonriéndole, haría que ella se sintiera orgullosa. Todo el clan Sitri confiaba en ella.

De repente Serafall apareció en un vasto páramo rodeado de ruinas de lo que antes fue un castillo, a lo lejos había un gran castillo y Serafall supuso que ahí estaba la sede que les tocaba asediar.

-Sigamos todo recto chicos -le habló Serafall al ejército que iba detrás de ella, los soldados asintieron obedeciendo la orden de su líder.

Mientras caminaban hacia el castillo las dudas iban surgiendo en Serafall, esta sería su primera batalla desde que fue humillada por Grayfia.

"¡No pienses en eso ahora! ¡No es momento!"- Serafall se reprendió a sí misma, ahora tenía que mantener la cabeza fría para la batalla que venía.

Entonces aparecieran enfrente de ellos unas tropas que impidieron su avance hacia el castillo, supieron que eran enemigos del bando Maou.

Todos los soldados tomaron sus lanzas y sostuvieron con valor sus escudos, listos para enzarzarse a pelear y acabar con sus enemigos.

-¡Si no se rinden ahora tendremos que acabar con todos ustedes! -advirtió Serafall y ninguno de los enemigos retrocedió ante sus palabras.

"Me temo que eso no será posible"

Una voz sonó de repente y Serafall abrió sus ojos viendo a la persona que se puso frente a las tropas enemigas siendo ella quien los lideraba.

Por lo que vio era una muchacha de cabello plateado que llegaba a los hombros, vestía una armadura plateada pero lo que destacaba en ella era la máscara extraña que cubría su rostro.

"¡Grayfia!/¡Serafall!"- exclamaron ambas reconociéndose la una a la otra al momento.

Después de tanto tiempo, finalmente podrían ajustar sus cuentas pero en una batalla de vida o muerte. Sólo una de las dos quedaría en vida...

Con Goku.

"......"

Goku estaba arrodillado frente a su madre mientras tenía los ojos puestos en el suelo.

-Perdóname madre, todo este tiempo me he portado como un mal hijo -se disculpó el rubio frente a su madre- Pero amo a Grayfia con toda mi alma y le prometí que le protegería, por eso... seguiré buscándola y no me daré por vencido.

Esto era algo que debió hacer hace tiempo, quería mucho a su madre y ella no se merecía todo lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Ninguno de sus amigos se lo merecía de igual forma. Pero no pudo disculparse con ellos pues tenían misiones y no quería que se distrajeran.

Reaven le tomó en sus brazos y le ciñó en ellos, acariciando su cabeza como cuando era un niño.

-Siempre supe que la amabas, perdóname a mí por no haber tenido en cuenta tus sentimientos -habló Reaven sonriendo apesadumbrada.

Pensó en el clan antes que en su único hijo, su primogénito. Ese fue uno de sus grandes errores.

-Eres mi pequeño y siempre deseé lo mejor para ti... pero ahora ya eres todo un hombre capaz de tomar sus propias decisiones y si has decidido salvar a esa chica, no soy nadie para cuestionar tu decisión -prosiguió Reaven mirando a Goku.

Reaven dejó escapar unas lágrimas. Sabía que pusieron demasiada carga en los hombros de su hijo, el pobre apenas era un adolescente.

Pero aun así nunca se rindió, por más días que pasara sin dormir siempre mantuvo la cabeza en alto frente a las adversidades del destino.

Eso es lo que admiraba de su hijo.

Goku sonrió sintiendo un breve momento de paz en su corazón, que rápidamente se esfumó cuando deshizo aquel abrazo con su madre.

Si quería paz, debía ganar esta guerra.

-Me iré madre, salvaré a Grayfia y protegeré al inframundo -habló Goku ahora con un rostro más serio, sus ojos recuperaron la esperanza perdida.

-Ve con cuidado hijo, te estaremos esperando -Reaven sonrió limpiando sus lágrimas y el rubio asintió antes de darse la vuelta para poder irse.

"Vuelve pronto hijo mío"- habló en su mente la matriarca Phenex rogando que su hijo volviera sano y salvo. No sabía que pasaría en la guerra.

Mientras tanto Goku ya había llegado al exterior del castillo, vio que sus amigos ya se habían ido. Era su turno y ahora tocaba salvar a Grayfia.

Lucifaad.

La capital del inframundo estaba siendo asediada por las tropas de los ejércitos Gremory y Belphegor quienes venían a tomar la capital.

Sirzechs y Roygun encabezaban el ataque, que daría el golpe definitivo a esta guerra.

Las casas de Lucifer restantes salieron con sus ejércitos a frenar el avance de aquellas tropas mientras su "líder" estaba en en castillo Lucifer.

Rizevim estaba presente en una sala mientras tenía una sonrisa instalada en su rostro, a esta hora calculaba que la guerra seguía su curso.

Desde luego que no participaría, tenía en mente otros planes y realmente esta guerra civil no era de su interés como para arriesgar su vida.

Se iría del inframundo con Euclid pero éste último le pidió que esperaran el regreso de su hermana, quien partió al territorio Valefor.

Esto lo haría interesante, si Grayfia se iba con ellos sería más divertido, siempre quiso saber cómo se manejaría la pequeña en la cama.

Flush.

Flush.

Flush.

Flush.

De repente sintió oleadas de poder demoníaco fuera del castillo y se puso en pie para ver de qué se trataba aquella impertinente intromisión.

Las puertas de la sala se abrieron revelando la presencia de un ser rodeado de unas poderosas llamas de fuego que enseguida reconoció.

-¡Ohhhhh! ¡Pero si es mi amigo Goku Revan Phenex! ¿Qué te trae por a...? -Rizevim no pudo terminar cuando el puño de Goku se estrelló en su mejilla con una potencia inimaginables.

PAM.

El Lucifer arrastró varias columnas luego de aquel golpe brutal y cuando quiso restablecerse se percató de que Goku ya estaba delante de él.

"Mierda"- pensó Rizevim sabiendo lo que venía a continuación y presentía que no le gustaría nada.

PAM.

PAM.

PAM.

Goku golpeó su rostro repetidas veces sin darle la oportunidad de responder siquiera sus ataques, sin duda esto era inconcebible.

Rizevim escupió sangre a un lado y entonces Goku le tomó del cuello apretando con fuerza su garganta hasta el punto de dejarle sin aire.

-Dime dónde demonios está Grayfia o prepárate para desaparecer - ordenó Goku con una voz tan atronadora que asustaría al mismísimo Lucifer.

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¿Qué les pareció?

Este es el antepenúltimo capítulo del fic, después vendrá el final y por último el epílogo antes de dar por terminada esta historia.

Se viene Serafall vs Grayfia de nuevo, pero más que nada será una batalla de emociones adversas. Las dos quieren al mismo chico...

Roygun le dijo sus verdades a Serafall y me gustó que lo hiciera, creo que ella es el mejor personaje de este fic sin lugar a dudas.

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