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Roygun Belphegor

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

El Phenex comenzó a despertar sintiendo sus músculos sumamente entumecidos, era normal luego de su apoteósica batalla contra Sirzechs.

Su regeneración hizo efecto sanando sus heridas pero todavía le dolían los músculos.

"¿Dónde estoy?"- se preguntó Goku observando el blanco techo de aquel cuarto pero sentía algo suave que respaldaba su cabeza- "¿Almohada?"

"Ufufu, ¿estás cómodo?"

Goku alzó la vista tras oír esa voz y vio que se trataba de Roygun. Tenía la cabeza en sus muslos y al decir verdad eran bastante suaves.

-¿Roygun? ¿Dónde estamos? -preguntó Goku sin levantarse todavía mientras la pelirrosa le acariciaba el cabello rubio dócilmente.

-En una habitación de la mansión Gremory -respondió Roygun- Han pasado tres horas desde tu combate y... Wow, nunca dejas de sorprenderme. Estuviste espectacular.

-¿En serio? -habló Goku mientras sonreía nerviosamente rascándose la nuca- ¿Dónde está Sirzechs? También recuerdo haberles visto durante nuestra pelea, ¿dónde está el resto?

-Sirzechs está ahora mismo recuperándose en otra habitación gracias a las lágrimas fénix que tenían reservadas, y el resto está arreglando los desastres que causaron en el bosque -contestó Roygun prosiguiendo con las suaves caricias.

-Rayos... sí que nos excedimos -el rubio sonrió apenado- Lamento que hayamos causado tantos problemas, nos dejamos llevar por la adrenalina.

-¡¡¿Bromeas? Fue la pelea más emocionante que he visto en toda mi vida!! -exclamó Roygun emocionada- la manera en que ambos luchaban en el cielo, los ataques que se lanzaban y luego el choque de poderes fue extraordinario. -habló entusiasmada en cada una de sus palabras.

-Llevaba tiempo queriendo luchar contra Sirzechs y estoy muy contento por el resultado de la pelea -respondió Goku con una sonrisa.

-¿Acaso luchaste con todo tu poder? -Roygun inquirió queriendo saber si ese fue el límite del poder demoniaco de Goku tal como dijo.

-La verdad es que... ni siquiera usé la mitad de mi poder, y estoy seguro de que Sirzechs tampoco luchó con todo lo que tenía -espetó Goku con una sonrisa y sorprendió a Roygun.

"Ninguno de los dos luchó a su máximo nivel, ¿dónde está el límite de su poder?"- se preguntó ella bastante intrigada. Ambos eran monstruos.

"....."

Pronto surgió el silencio entre ellos dos cuando se acabó el tema de conversación, eran amigos pero no tenían muchas cosas de qué hablar...

Eso era lo que creían.

-Hacía mucho tiempo que no hablábamos a solas, ¿sabes? Creo que la última vez fue el año pasado -habló Roygun con una sonrisa amarga.

Ella era la única del grupo que no había tenido una charla a solas con Goku desde hacía tiempo, hasta Grayfia hablaba más con él que ella.

Y eso que se conocían desde niños.

-Lo lamento Roygun... estos meses han sido tensos por el tema de la guerra. Pero ahora que estoy aquí podemos hablar de lo que quieras -se disculpó Goku sonriendo- Aunque hay algo...

-¿De qué se trata? -preguntó Roygun con curiosidad viendo el rostro dudoso de Goku.

-¿Por qué cada vez que te encuentras con Serafall ambas discuten? Recuerdo que eran buenas amigas de pequeñas -habló Goku.

Quería sacar esa duda de su mente, porque era un poco molesto que tuvieran que discutir cada dos por tres siempre que él estaba presente.

"Entonces... ¿él no sabe acerca de la boda que íbamos a tener?"- se preguntó Roygun bastante sorprendida y dolida al mismo tiempo.

Siempre creyó que Goku no hablaba del tema para no lastimarla o algo así. Pero resultaba que él desconocía rotundamente lo que pasó.

-Hace un par de años nuestros padres concertaron un matrimonio entre tú y yo -comentó Roygun un tanto sonrojada.

Pronto recordó el momento en que su madre le dio la noticia. Se sintió tan feliz como nunca porque tendría la oportunidad de casarse con la persona que le gustaba desde hacía años.

-¡¿Qué?! -exclamó Goku ahogando un grito- ¿Cómo es que no me he enterado de eso hasta ahora? -preguntó el rubio sintiéndose molesto.

Estaba molesto porque sus padres hicieron aquello sin consultarle, a diferencia de Serafall donde se lo comunicaron con mucha antelación y él transigió por el futuro del inframundo.

-No lo sé, pero el caso es que estaba muy feliz... Mis padres me dijeron que la boda tendría lugar en unos años -prosiguió Roygun acariciando el cabello de Goku- Pero entonces todo cambió.

-Me imagino que... -murmuró el joven demonio suponiendo de antemano lo que había sucedido.

-Sí, los Sitri ofrecieron su propuesta de matrimonio y como nuestro clan es inferior políticamente los Phenex aceptaron dejando a mi familia de lado -habló Roygun cabizbaja.

El pilar Belphegor estaban unos escalones por debajo del clan Sitri, quienes no sólo ofrecieron a Serafall sino también dinero, tierras y poder.

Los Phenex sabían bien que una alianza matrimonial con los Sitri sería más fructífera así que lo aceptaron, escribiendo una carta de renuncia a la propuesta de los Belphegor.

-La noche en que me dieron la noticia fue la más triste que recuerdo, y me enfadé mucho con Serafall porque ella tendría todo lo que yo siempre quise -explicó la diablesa alicaída.

El chico estaba apretando sus puños con impotencia. Si fuera por él rompería el acuerdo con los Sitri porque era injusto que apartaran a los Belphegor cuando ellos estuvieron antes.

Pero eso no dependía de él, y tampoco podía echarse atrás justo ahora. Sentía lástima por Roygun porque jugaron con sus sentimientos.

Goku olvidaba una cosa: eran demonios. La codicia formaba parte de ellos y aunque sus padres fueran geniales no estaban exentos.

Ni siquiera él mismo.

Sí les ofrecían más pues obviamente no dudarían en aceptar dándoles igual la justicia o los sentimientos de Roygun en este caso.

-Pero en el fondo sabía que Serafall no tenía culpa alguna, ella no decidió casarse -espetó la heredera Belphegor alzando la cabeza.

-Entonces, ¿por qué discutían? -preguntó el demonio sin entender la razón tras sus disputas.

-No quería que nos distanciáramos, de una forma u otra esas discusiones nos acercaron más, supongo que Serafall sólo me seguía el rollo -se sinceró Roygun con una sonrisa.

Roygun temió que el hecho de que Serafall se quedase con el chico que le gustaba las separase, por lo que fingió ser su 'rival'.

Aquello era hasta verdad hasta cierto punto porque Goku le gustaba. Y sí, el verbo está en pasado, eso sólo significaba una cosa...

-Confieso que al principio también discutía con ella porque... -Roygun titubeó ruborizada- porque me tú gustabas hasta hace un tiempo. Si seguía discutiendo con ella era para mantener la dinámica de nuestra relación -reveló la diablesa.

-¿Yo te gustaba? -preguntó Goku bastante sorprendido. Sin duda era terrible para detectar ese tipo de cosas, no eran su punto fuerte.

-M-mucho -respondió ella sonrojada- Tal vez me sigas gustando un poco pero ya no es tan intenso como antes. Hoy pude confirmarlo.

-¿Qué pasó hoy? -le preguntó a Roygun, quien mostró una sonrisa tierna ante la ingenuidad de su amigo. Eso no había cambiado en él.

-Me he dado cuenta de que no eres el niño impulsivo que buscaba peleas para ser el más fuerte del que me enamoré hace tiempo, ahora eres una persona distinta -le contestó Roygun.

-¡Oye sí soy la misma persona! -un chibi Goku hizo un sonido de protesta que motivó que una sonrisa se esparciera en los labios de Roygun.

-Lo que quiero decir, es que ahora tienes unos ideales y pensamientos distintos. Eso es lo que le dijiste a Sirzechs mientras peleaban -le aclaró ella- Y además, con lo poco que hemos hablado últimamente me di cuenta de que no sé nada de ti... No puedo enamorarme de una persona que conozco poco, lo que me hace pensar que lo que sentía por ti sólo fue un gusto momentáneo.

Era verdad, ella no sabía nada de los gustos y disgustos de Goku. No supo de sus ideales hasta su pelea con Sirzechs, eran amigos pero tanto él como ella se conocían poco realmente.

-Lamento mucho lo que hicieron mis padres, y lamento mucho no haberte prestado la suficiente atención estos últimos meses -habló él, se sentía culpable por lo ocurrido- Si hay algo que pueda...

-No te sientas culpable por eso Goku, lo que pasó tenía que pasar y ya está -indicó Roygun acariciando su cabello- No se puede arreglar el pasado, lo que sí procuraré conocer mejor a la persona antes de enamorarme -habló con una sonrisa amarga- Te deseo suerte con Serafall, ella te ama mucho y tú a ella... supongo.

Roygun había sido sincera con él, y Goku sabía bien que debía corresponder aquella sinceridad.

-Siéndote sincero Roygun... no creo que ame a Serafall -respondió Goku dejando boquiabierta a Roygun- y aunque nos vayamos a casar en unos años lo hice para no fallar a mis padres y por el bien inframundo. Ya sabes, la última guerra dejó muchas bajas de demonios de sangre pura y hay que subsanarlas. Es eso, o nos extinguiremos.

"Pensó en el futuro del inframundo antes que su propia felicidad, eso es admirable"- indagó Roygun con una mirada de respeto hacia Goku.

-Increíble, así que no nos amas a ninguna de las dos, ¿lo sabe Serafall? -preguntó ella y Goku negó- Prefieres no destruir su felicidad, ¿no?

-Prefiero que todos sean felices, mi único propósito es acabar con este guerra lo antes posible -le respondió Goku sonriendo.

Roygun negó ante aquello. Lo malo de este 'nuevo' Goku es que era demasiado altruista. Y a veces el altruismo no era tan bueno como tal.

Le gustaba más el Goku ególatra.

El Goku que consiguió que Mephistoteles, un demonio viejo y poderoso, se hiciera su familiar.

Pero este Goku había conseguido traer paz a la vida de una chica desafortunada, dio alimentos a los que no tenían y logró que un rey dragón le entrenara además de forjar una "amistad" con él.

-Lo sé, y lo respeto. Pero no debes cargar con tanto peso en tus hombros Goku... -le aconsejó Roygun acariciando nuevamente su cabello.

-No entiendo, ¿a qué te refieres con eso? -Goku estaba confuso y manifestó su duda a través de esa pregunta. ¿A qué peso se refería ella?

-Recuerda que nosotros, aunque tengamos ideales y sueños distintos, luchamos contigo en esta guerra. Piensa por ti y por tu felicidad aunque sea una vez. Sé egoísta -habló Roygun.

Goku creía que esta guerra civil y el futuro del inframundo eran sólo responsabilidad suya, pero estaba sumamente equivocado si pensaba eso.

Todos se presentarían en el campo de batalla

"Lo sé hijo, pero en ocasiones debes anteponer tu felicidad a las necesidades del inframundo"- Goku recordó enseguida las palabras de su madre.

Eran iguales a las de Roygun.

¿Cómo podría ser egoísta y pensar en su felicidad, tal como le recomendaba Roygun?

Si bien luchar contra oponentes fuertes suscitaba una gran emoción en él, no le hacía feliz. Su meta ya no era ser el más fuerte.

Así como sucedió en la charla con su madre, Goku se quedó pensativo de nuevo. Indagando.

-Entiendo, intentaré pensar más en mí mismo... gracias por los consejos Roygun, eres una gran amiga -agradeció Goku con una sonrisa amena.

Roygun asintió y sin previo aviso acercó su rostro al de Goku adueñándose de sus labios en un corto beso mientras le tomaba de la barbilla.

Aquel beso no se alargó más y ambos rostros se quedaron a unos centímetros. Goku alzó su cabeza, era hora de dejar los muslos de Roygun.

Para Goku esta era la segunda vez que le besaban, y ninguna de las dos ocasiones le avisaron antes de unir sus labios a los suyos.

¿Acaso era una manía?

Para Roygun fue lo que soñó desde niña, presionar sus labios con los de Goku fue su mayor anhelo. Claro, cuando le gustaba.

Ahora sintió un beso vacío, no le transmitió ningún sentimiento aparte del que ya conocía.

Desamor.

"Supongo que con esto la triste historia de mi amor no correspondido llega a su fin..."- pensó Roygun con una sonrisa apagada en su rostro.

Pero debía mirar al futuro, tal vez el destino le reservaba a la persona que le amase de verdad.

-Ufufu, si Serafall te besó también tenía que hacerlo -habló Roygun con una sonrisa juguetona, no le iba a decir a Goku que le besó para ver si aún sentía algo por él- ¿Nos vamos?

-C-creo que será lo mejor -contestó Goku confundido- Los demás seguro nos estarán esperando desde hace ya bastante tiempo.

-'Gray' también te está esperando... -habló Roygun sorprendiendo a Goku- Oí como ambos se llamaban, aunque haya sido en poco tiempo esa chica es muy importante para ti, ¿no es así?

Goku no respondió de inmediato sino que caminó hasta la puerta y se detuvo de espaldas a Roygun, dejándola con mucha curiosidad.

-Sí, lo es -respondió Goku sin darse la vuelta- Prometí que la protegería y eso es lo que haré.

-¿Ella te gusta? -preguntó Roygun dejando sorprendido y al mismo tiempo pensativo a Goku, nunca lo vio de aquella manera.

-¿Cómo podré saber si me gusta Grayfia? -le preguntó a Roygun con un rostro dubitativo.

-Tu corazón te lo dirá, pero en caso de que sí no guardes para ti esos sentimientos, o te arrepentirás -aconsejó Roygun con seriedad.

-Pero sería malo si ella me gustara, ¿no? Pues me voy a casar con Serafall -cuestionó el rubio.

-En parte sí, pero tú también tú tienes derecho a ser feliz -le respondió Roygun antes de salir de la sala, dejando con dudas al joven demonio.

Más tarde.

Grayfia estaba apoyada en una columna esperando a que Goku regresara, se estaba tardando mucho y eso que tenía regeneración.

Pero pronto pudo distinguir dos figuras acercándose, se cruzó de brazos esbozando media sonrisa al ver que estaba Goku sano.

-¡Go-chan! -exclamó Serafall corriendo hacia él- T-tú... ¿qué hiciste con él durante todo este tiempo? -le demandó a la diablesa pelirrosa.

-Quien sabe ufufu~ -se rió Roygun guiñándole un ojo a Goku- Oh, no me mires así Serafall hahaha.

Serafall entendió aquel guiño como una provocación pero Goku entendió que Roygun prefería mantener aquella chispa con Serafall aunque ya supiera toda la verdad sobre el tema.

"Su amistad ahora mismo se basa en esas discusiones y competencia entre ambas. Sin eso, se distanciarían la una de la otra"- pensó Goku entrecerrando sus ojos con una sonrisa.

Goku se apartó de ellas y caminó hacia Grayfia. Sonrió nerviosamente viendo su expresión facial.

-Siento haberte hecho esperar Gr... -el rubio no pudo terminar cuando Grayfia le pellizcó la espalda sin piedad alguna- ¡Auch, eso duele!

-Tonto... me preocupaste mucho -le regañó Grayfia con el entrecejo fruncido y Goku sonrió.

-Lo siento jeje, pero todavía no puedo morir... no dejaré que estés sola de nuevo y además, tengo promesas que cumplir -respondió Goku dedicándole una gran sonrisa a Grayfia.

Grayfia se ruborizó ante aquellas palabras y le golpeó suavemente en el pecho, antes de sonreír.

Los orbes azules de Goku se encontraron con la figura de Sirzechs, quien al verle caminó hacia él.

El pelirrojo tenía unas vendas alrededor del abdomen, pues Goku rompió una de sus costillas cuando llevó su poder demoníaco al límite.

-Podías haber ganado la pelea en cualquier momento, sé que no luchaste con todo Goku -habló Sirzechs con absoluta seriedad.

-Tú tampoco Sirzechs, sé que tienes más poder del que mostraste en el combate -contestó Goku igual de serio generando una pequeña tensión.

Todos se percataron de la tensión que había en el ambiente y centraron sus ojos en ellos dos.

"No irán a pelear de nuevo... ¿no? Con lo que costó reparar todo esto"- pensó Falbium ya que le obligaron a trabajar contra su voluntad.

"Así que ninguno luchó al máximo... impresionante"- se dijo Grayfia asombrada.

Hasta que Sirzechs se rascó la nuca.

-Ni modo, aunque hubiera usado mi máximo poder no habría podido vencerte, y de todas formas no lo domino bien -habló el pelirrojo.

-Igual ha sido una pelea fenomenal, eres muy fuerte -Goku sonrió estirando su brazo amigablemente y Sirzechs correspondió.

-Lo mismo digo amigo, cuando quieras una revancha ya sabes dónde venir -dijo Sirzechs burlescamente y el Phenex sonrió.

-Lo tendré en cuenta -habló Goku sin más y volvió hacia Grayfia- Bueno amigos, es hora de que nos vayamos. Estuvo deliciosa la comida y realmente espero que nos veamos pronto.

Un circulo mágico iluminó la sala.

-Gracias por la acogida, ha sido un placer conocerlos a todos -Grayfia hizo una reverencia antes de desaparecer del lugar junto a Goku.

"¡Sirzechs, ¿por qué está destrozado el jardín?!"

La voz de Venelana hizo que Sirzechs tragara saliva y que los demás se miraran entre ellos.

Se olvidaron de arreglar el jardín, que estaba en la parte trasera y fuera de la barrera que protegía la mansión. Todos sintieron el verdadero terror.

Horas después.

"¿Te divertiste hoy?"

Goku preguntó sentado en el marco de la ventana mientras Grayfia leía en su cama.

-Dejando de lado los temblores que causó tu pelea... -enfatizó ella, dejándole con una sonrisa nerviosa- Fue agradable conocer a tus amigos.

No mentía, se llevó una buena impresión en general. Claro, obviando la pereza de Falbium.

-Me alegra oír eso, te dije que te agradarían -habló Goku sonriendo- ¿Al final qué es lo que le pasaba a Serafall? Espero que tu presencia no le haya incomodado realmente como parecía.

-No, no, al parecer tenía náuseas... Sólo eso -respondió Grayfia mintiendo, no quería que por su culpa algo malo surgiera entre él y Serafall.

Tampoco le iba a decir lo que le dijo a Serafall acerca de que se iría una vez acabase la guerra.

No quería que los días que fuese a pasar al lado de Goku sean tristes, por eso lo mejor era ocultar aquello y aparentar la normalidad de siempre.

Por más dolido que estuviera su corazón.

-¿Enserio? Vaya, espero que se recupere pronto -habló Goku sorprendido- Aunque hay algo que...

-¿Qué es lo que ocurre? -preguntó Grayfia despegando sus ojos del libro en sus manos.

-No sabía que yo era especial para ti -confesó Goku recordando lo que Grayfia comentó antes.

Grayfia se sonrojó al recordar sus palabras.

-S-sí... lo eres, eres mi primer amigo después de todo. Pero no presumas, hmpf -habló ruborizada volviendo los ojos a su libro- ¿Y ahora qué?

Antes de que Grayfia se pudiera dar cuenta el rubio apareció a su lado sentado en la cama.

Goku recordó lo que le dijo Roygun acerca de buscar su propia felicidad, pero antes de esto necesitaba asegurar una cosa importante.

Para sorpresa de Grayfia el rubio le tomó de las manos con un gesto dramático haciendo que su rostro se enrojezca debido a la vergüenza.

-¿Q-qué haces? -preguntó ella sonrojada.

-Grayfia, ¿tú eres feliz aquí... conmigo? -le preguntó Goku repentinamente a la diablesa.

Quería saber si en verdad ella era feliz, después de todo Grayfia se lo merecía... Si no, Goku haría todo cuanto fuera posible para hacerla feliz.

-C-claro, todo lo que he vivido contigo hasta ahora ha llenado mi corazón de mucha paz, y mucha felicidad -contestó ella con sinceridad.

Sí. Goku era lo mejor que le pasó en la vida.

Eso lo tenía claro, junto a Goku recordó que todavía había un corazón latiendo en su pecho.

Goku mostró una sonrisa, se alegraba infinitamente de que Grayfia fuera feliz.

-Me alegro mucho por eso, no dejaré que vuelvas a estar triste nunca más -añadió Goku sonriendo.

Grayfia se sonrojó nuevamente ante aquellas palabras y viendo que Goku quería soltar sus manos afianzó el agarre, sorprendiéndole.

-¿T-tú... eres feliz conmigo? -Grayfia tartamudeó levemente pues la vergüenza se apoderó de ella.

-¡Claro! Soy muy feliz cuando estoy contigo -confesó Goku con una radiante sonrisa y Grayfia apartó la mirada al momento- ¿Qué ocurre?

-N-nada, deberías irte ya... ha sido un día largo y necesito descansar -habló Grayfia apartando sus manos de Goku y levantándose de la cama.

Goku se confundió al oír eso y notando que había cambiado la expresión facial de su amiga.

-¿Segura que estás bien? -preguntó Goku con un poco de preocupación levantándose a su vez.

-S-sí, ahora vete... quiero estar sola Rev -habló Grayfia con la mirada perdida en el suelo.

Goku asintió y sin más salió de la habitación dejando sola a Grayfia, tal como lo pidió ella.

Grayfia caminó hasta su cama y se tumbó boca arriba, aferrándose suavemente a su almohada.

"¿Por qué todo es tan difícil...?"- pensó Grayfia recordando lo que le dijo a Serafall hace horas.

-No quiero separarme de ti Rev... -susurró ella con tristeza. Tenía miedo de lo que la aguardaba el futuro y miedo de volver a su soledad.

Lucifaad.

Centro de investigación Nebiros.

En la segunda capital del inframundo, también bajo el control de la facción Maou, se hallaban numerosos centros de investigaciones.

Uno de esos centros era propiedad de la casa Nebiros, miembro de las seis casas de Lucifer.

Dentro del centro Nebiros un hombre pelicafé caminaba con rapidez hacia el laboratorio, que estaba en la parte más profunda del mismo.

Sólo los miembros de las seis casas de Lucifer sabían la ubicación exacta de este lugar y lo que contenía, ni siquiera los hijos de los Maou.

Era el líder de casa Sargatanas quien pretendía ingresar a aquel laboratorio, que tenía el acceso restringido solo a personas autorizadas.

Allí fue a reunirse con el titular de Casa Nebiros y el director de la institución, Zaoroma Nebiros. Tan pronto como entró en la habitación, sintió un aura y una presión horribles y el líder de la Casa Sargatanas estalló en un sudor frío.

-Oh, eres tú. Estaba a punto de liberar a uno de ellos como prueba de ejecución -habló Zaorama al ver al líder de los Sargatanas entrando.

Frente a Zaorama estaba una de las estatuas de piedra que habían encontrado en los restos subterráneos hace casi un año en Agreas.

Agreas era una isla flotante situada en el territorio Agares quienes formaban parte de la facción anti-Maou, pero espías de Zaorama consiguieron infiltrarse y robar lo que había en su interior. Nadie se dio cuenta porque lo que había en lo más profundo de Agreas sólo era conocido por las seis casas de Lucifer y nadie más.

-Esto fue creado por los Maous durante la gran guerra santa, pero por su gran capacidad destructiva nunca llegaron a usarlo y nosotros al descender de Lucifer somos los únicos que sabemos de esto -habló Zaorama sonriendo.

-¿Acaso pretendes usarlo en esta guerra civil? -preguntó el líder Sargatanas con mucho temor.

Todos ellos sabían que jamás de los jamases debían despertar a la reliquia que yacía en aquel subsuelo o las consecuencias serían fatales.

-Los demonios de esta nueva generación son prodigiosos, sobretodo los herederos Gremory, Astaroth y Phenex. Si la guerra civil se inclina demasiado a su favor, tendremos que usarlos -habló Zaorama viendo la gran estatua.

Era un sarcófago que tenía inscrita sobre él varias maldiciones antiguas en hebreo, que podría traducirse como "Gran Pecador".

-Con esto podremos atacar este mismo mes, sólo bastará usar uno de los doce pecadores -aseveró Zaorama con una gran sonrisa.

Pronto el inframundo se teñiría de rojo.

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¿Dos caps en un día?

Brutal. Ayuden y sigan mi cuenta :)

Este capítulo... Uffff, ha tenido muchísimas cosas que voy a ir comentando a continuación.

-Roygun y su pequeño trasfondo.
-Los sentimientos de Grayfia sobre Goku.
-Los sentimientos de Goku sobre Grayfia.
-El "Gran Pecador", que no es una cosa inventada porque aparece en la novela de HSDXD Zero, donde está ambientado este fic.

Espero sus comentarios sobre estos temas arriba mencionados y que apoyen el leyendo de este fic, es de mi pana ilegal @Emilian22j48 xD.

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