Magia y lágrimas
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Goku sudaba nervioso mientras Grayfia estaba sentada a su lado, ambos iban en el carruaje que transportaba alimentos que había traído Goku.
Durante una hora habían ido repartiendo alimentos para la gente que vivía en aquella zona.
¿Lo malo?
Pues que esos alimentos apenas darían para subsistir una semana y luego todo volvería a ser igual. Por eso Goku pensó en una solución.
Crear cultivos para que de esta forma los habitantes de por sí puedan autoabastecerse sin necesidad de que la capital les envíe alimentos.
¿Lo malo?
Pues que eso necesitaba una aprobación por parte del consejo de su facción, pero aquello era lo menos que le importaba al Phenex teniendo en cuenta que mucha gente se moría de hambre.
Pero Goku necesitaría ayuda... por eso quería proponerle a Grayfia que le ayudase con esto, aunque sonara alocado sabiendo que eran de bandos contrarios y una guerra les separaba...
Goku se giró nuevamente y vio el rostro serio, gélido y frío de Grayfia, era como un témpano de hielo que resultaba imposible de penetrar.
Sinceramente el rubio nunca antes había estado en una situación como esta, el latoso silencio que reinaba entre ellos era sumamente incómodo.
Se había acostumbrado a estar rodeado de personas habladoras como Sirzechs o Serafall, pero ninguna tenía un aura tan fría como Grayfia.
Aunque de cierta forma le gustaba.
"¿Qué le puedo decir?"- más que una necesidad de iniciar una conversación Goku quería cortar el ambiente tenso que había entre ellos dos.
Grayfia por más apática que pareciera tenía cientos de preguntas que hacerle pero no sabía cómo empezar una conversación con él.
Estaba nerviosa pero trataba de ocultarlo manteniendo un semblante serio y desde luego no era para menos teniendo en cuenta que ella desde niña no tuvo amigos sino que día y noche entrenaba siendo Euclid su única compañía.
Aunque bueno... había otra diablesa de su edad pero le caía mal a Grayfia por su carácter, después de todo los Leviathan como Catleya tenían ese carácter tan... arisco y presumido.
Así que no era de extrañar que no supiera qué decir. O más bien cómo empezar la conversación.
-Hoy hace un buen día, ¿no? -habló Goku sonriendo nerviosamente mientras miraba el cielo, haciendo un patético intento de charlar.
-¿Por qué...? -preguntó simplemente ella.
-¿Por qué hace un buen día? Pues la verdad no sabría decirte... -habló Goku sin entender adónde quería llegar Grayfia con aquellas palabras.
-No lo entiendo, ¿por qué me tratas cómo si fuéramos amigos? ¿Por qué me dejaste vivir aquel día...? -Grayfia por fin halló la forma en expresar las dudas que carcomían su mente.
-Ya te contesté en su momento Grayfia... no siento ningún ápice de maldad en ti, eres muy diferente a Tsuufame o a Rizevim -habló Goku respondiéndola con una sonrisa calmada.
-¿Qué te hace pensar que soy diferente a ellos? ¿Qué te hace pensar que... no podría matarte en estos momentos? -preguntó Grayfia amenazante.
Su mente estaba hecha un caos en estos momentos. Los ideales y los objetivos que le inculcaron de niña estaban en conflicto con sus propios ideales y deseos, así como también su mente estaba en conflicto con su corazón.
¿Hacer lo que ella consideraba como correcto o lo que le habían enseñado que era correcto? ¿Qué diferencia había entre ambas? ¿Qué era realmente correcto? ¿Cómo podría saberlo?
Su psique era una nube llena de interrogantes y ninguna respuesta, es por eso que Grayfia se había encerrado sobre sí misma... no sabía quién era en verdad ni qué es lo que quería en su vida.
-¿Qué me hace pensar que no puedes matarme ahora? Humm pues aparte de que eres más débil que yo -Grayfia sólo arqueó una ceja al oír eso- Podrías haberlo hecho desde hace tiempo, ¿no?
"....."
Grayfia se mantuvo callada pues era una verdad irrefutable. Habían estado juntos por una hora y ella había tenido mil oportunidades para matarle a traición, sin necesidad de pelear contra él.
Pero, ¿por qué no lo hizo?
Se supone que eran enemigos, y matar a Goku habría supuesto posiblemente la mayor baja para la facción anti Maou. Pero no acabó con él.
Porque no era lo correcto.
-¿Ves? La razón por la que no me has matado hasta ahora es la misma por la que no te maté aquel día -dijo Goku con una ligera sonrisa- No es lo correcto... sé que tú no quieres seguir con esto Grayfia, yo tampoco quiero seguir esta guerra.
Grayfia abrió sus ojos ante aquellas palabras. Por más que intentará negarlo Goku había dado en el clavo, pero su mente todavía seguía en conflicto.
-¿No quieres luchar en esta guerra? Entonces, ¿cuál es tu motivación para seguir con esto...? -inquirió la diablesa mirándole a los ojos a Goku.
-Ya es tarde para evitar que estalle la guerra, así que lo único que me queda es luchar para proteger no sólo a mis amigos y a mi familia... sino también al inframundo -respondió Goku con una sonrisa. Aquella era su motivación.
"N... nunca me rendiré, ¿me oyes Lucifuge? Y...yo tengo que casarme con Goku-chan cuando acabe esta guerra, t... tú no sabes lo que es amar y tener a alguien especial... ¿verdad?"- Grayfia recordó al momento aquellas palabras de Serafall.
Ambos luchaban para proteger lo que amaban, eso era lo que ellos consideraban correcto. Pero, ¿cuál era su motivación? ¿por qué luchaba?
-¿Y tú? ¿Por qué vas a participar en esta guerra? Puede que no te conozca mucho, pero dudo que quieras dominar el mundo como los hijos de los Maou, ¿no es así? -preguntó el chico rubio.
-Porque no tengo otra elección... yo no tengo amigos como tú a los cuales proteger, ni a un... prometido -habló Grayfia y Goku supo enseguida a quién se refería- Yo... estoy sola, ¿lo entiendes?
Goku comprendió todo en aquel momento. Si Grayfia participaba en aquella guerra es porque justamente no tenía de otra al pertenecer al clan más fiel a Lucifer. Participaría contra su voluntad.
Pero él no lo iba a permitir.
-No, no estás sola, siempre hay otra elección Grayfia -el rubio de forma inconsciente puso su mano sobre la de Grayfia- También lucharé por protegerte a ti, te lo prometo, ¿de acuerdo?
-¿Pro-protegerme a mí? -preguntó Grayfia anonadada. ¿Por qué razón Goku tendría que protegerla? Además, ¡todavía eran enemigos!
-Sí, protegerte -confirmó Goku con una gran sonrisa- Desde hace un tiempo estoy entrenando en Qlippoth, el último combate me dejó más que claro que tengo un amplio margen de mejora.
Grayfia abrió sus ojos con más sorpresa, resultaba imposible que el Phenex pudiera mantenerse en Qlippoth ya que sólo individuos de clase Maou podían soportar la presión mágica que emanaba el gran árbol del inframundo.
¿Hasta ese punto habían llegado sus ansias de proteger a sus seres queridos, que ponía su propia vida en juego para hacerse más fuerte?
Grayfia ahora sentía algo por él: una profunda admiración. Pero que le admirara no cambiaba una cosa y la principal de todas ellas.
-Te estás confundiendo, ¡no necesito tu ayuda! -Grayfia replicó haciendo que Goku se sorprenda ante aquello- No tenía que haberte acompañando, sabía que era mala idea desde el principio.
Grayfia se dejó llevar por el ímpetu de sus sentimientos y es ahí donde éstos entraron en contacto con los ideales que le inculcaron.
Negándose a obedecer a su corazón Grayfia saltó del carruaje en marcha y pisó tierra, pero el chico no se quedó atrás sino que frenó el carruaje y se bajó del mismo yendo tras la diablesa.
Flush.
Goku apareció delante de Grayfia a una velocidad extraordinaria y la misma se sorprendió ya que ni siquiera se percató del movimiento del rubio.
"Sin duda se ha vuelto más rápido que antes... entonces era verdad eso de que está entrenando"- pensó Grayfia mientras estaba boquiabierta.
-Por favor, sólo te pido que reconsideres lo que estoy diciendo -Grayfia mantuvo la cabeza agachada- Piensa en todas esas personas a las que has hecho feliz con esos alimentos, eso es hacer lo correcto Grayfia, luchar por proteger a esas personas... sólo piensa en ello Grayfia.
Grayfia lo recordaba. Recordaba a todos esos niños felices con un alimento en la mano dándole las gracias. Recordaba a todas esas madres que le agradecieron con lágrimas en los ojos.
"¡Hime-sama le estoy muy agradecida, en verdad yo...! No sabemos porqué no nos llegan alimentos desde hace varios meses, mi marido partió a la capital hace seis meses pero hasta ahora no ha vuelto y desde hace cinco meses no me llegan sus cartas. Mis dos hijos llevaban dos semanas sin probar ni una miga de pan y tuve que robar para que tan siquiera pudieran tener un pan, pero llegó usted como una bendición y con todo esto que nos ha traído mis hijos y yo podremos vivir durante todo este mes, muchísimas gracias Hime-sama"
"¡Nee-chan eres la mejor del mundo!"
"¡¡Mamá mira!! ¡Hoy podremos comer algo!"
Grayfia apretó sus puños recordando aquellas palabras y de repente un círculo mágico con el sello Lucifuge comenzó a brillar debajo de ella.
Goku esperaba que sus palabras hubieran hecho reflexionar a Grayfia, pero abrió sus ojos cuando ella alzó la cabeza y sus ojos estaban... llorosos.
-Grayfia... -susurró el rubio pero antes de que pudiera decir nada más la diablesa desapareció bajo su círculo mágico, dejándole ahí solo.
"Ella estaba llorando, ¿por qué?"- se preguntó Goku. Supo en su momento que los ojos de Grayfia albergaban una profunda tristeza.
Pero quería saber el motivo de aquello, Goku quería ayudarla para que nunca más volviese a llorar. Por eso quería protegerla..., ¿pero de qué?
-Lo averiguaré en otro momento, pero ahora debo buscar alimentos y ayudar a todos cuanto pueda -se dijo Goku dirigiéndose nuevamente al carruaje. Tenía mucho trabajo por delante.
Con Grayfia.
Grayfia apareció en su habitación y nada más salir del círculo mágico se echó sobre su cama hundiendo la cabeza sobre la almohada.
Estaba llorando. Sí, estaba llorando.
Aquello le recordaba que todavía había un corazón latiendo en su pecho, pero odiaba verse así, tan lamentable, tan deplorable... tan débil.
-Soy patética -sollozó Grayfia mientras se limpiaba los ojos. Colocar semejante carga en los hombros de una adolescente como lo era ella era un martirio que ninguna persona quería pasar.
Tanto había soportado estos meses, que no pudo seguir aguantando más pesar en su corazón.
El ver a todas esas personas, tanta gente sufriendo y muriéndose de hambre, le carcomió el alma y la conciencia, que desde luego tenía.
¿Por qué?
Porque ellos, la facción Maou, habían causado la guerra y por lógica causaron las hambrunas en aquellas zonas que Grayfia junto con Goku abastecieron de comida hace unas horas.
Ella estaba luchando al servicio de un bando que había causado tanto mal en el inframundo, ver aquel sufrimiento en esas personas le hizo comprender que no estaban en lo correcto.
-No sé qué hacer... -aquellas palabras se escaparon de sus labios con un suave susurro que expresaba el barrullo mental que tenía ella.
Pero, ¿qué podía hacer?
Si sospechaban de que ella podría traicionarles le matarían sin dudarlo. O bien podría escaparse del inframundo y vivir sola en el mundo humano.
Pero ella no era una cobarde.
Quería ayudar a todas esas personas de cualquier manera. Y justamente le vino a la mente una manera de ayudarles aprovechando su status social y su posición como diablesa de alta clase.
Aun con ese método no podría evitar la guerra, pero al menos aquellas personas tendrían qué comer mientras durara el conflicto civil.
-No pierdo nada por intentarlo... -se dijo a sí misma Grayfia ahora un poco más animada que antes mientras se limpiaba los ojos.
Ahora la bella diablesa se recostó boca arriba mientras miraba el techo, repasando aquellas palabras que circulaban por su mente.
"No, no estás sola, siempre hay otra elección Grayfia. También lucharé por protegerte a ti, te lo prometo, ¿de acuerdo?"- Grayfia cerró sus ojos de manera pensativa mientras a su vez indagaba.
¿Por qué Goku estaba tan obsesionado con la idea de que ella era buena persona? ¿Por qué quería protegerla y de qué quería salvarla?
"Él tiene fe en mí... ¿será que le importo?"- se preguntó la peliplata bastante confusa al respecto. No supo porqué pero se sentía agradable saber que le importabas aunque únicamente fuera a una sola persona.
Goku era el único que hasta ahora le había tendido una mano salvadora, y el único desde luego que había intentado entenderla.
"Pero él ya tiene una prometida... lo mejor es olvidar el tema"- pensó, y justo en ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos.
Toc toc toc.
La puerta sonó con un toqueteo suave y Grayfia soltando un suspiro se levantó de su cama y se encaminó para abrir la puerta y ver quién era.
-Woow, menuda cara tienes hermana jajajaja -comentó Euclid riéndose a carcajadas mientras se sujetaba el estómago, Grayfia sólo rodó sus ojos ante aquellas palabras burlescas.
-Me avisas cuando llegue tu chiste, no estoy de humor ahora Euclid -Grayfia iba a darse la vuelta pero su hermano le detuvo con un rostro serio.
-Me habría gustado que fuera un chiste pero padre te llama... -habló Euclid y prosiguió antes de que Grayfia protestara- Esta vez las seis casas están involucradas en la reunión de hoy.
Grayfia abrió sus ojos al oír aquello y supo de inmediato que iba a ser algo bastante serio.
Las seis casas de Lucifer son un grupo de demonios que no pertenecen a los 72 pilares pero que juraron lealtad a Lucifer en su día.
A pesar de aquello se les considera como miembros del clan Lucifer y por eso son más importantes incluso que los 72 pilares en sí.
Estaban formados por los Lucifuge, los Satanachia, los Agaliarept, los Fleurety, los Sargatanas y por último los Nebiros.
En la gran guerra contra los ángeles y los caídos, cada una de las Seis casas tenía control directo sobre una o más casas de entre los 72 Pilares y conoce una buena parte de sus secretos.
De ahí que Grayfia se lo tomara en serio, si la habían llamado sería para comunicarle algo... trascendental para el desarrollo de la guerra.
"¿Por qué tengo un mal presentimiento?"- Grayfia no pudo evitar pensar aquello, pero esperaba que no fuese algo tan... malo como imaginaba.
-Grayfia -Euclid llamó la atención de su hermana mayor- Ten cuidado, esos tipos son peligrosos.
La diablesa sólo asintió ante las palabras de su hermano y se dispuso a dirigirse al lugar de reunión de las seis casas de Lucifer.
"Vaya vaya"
Grayfia no se detuvo y siguió bajando las escaleras, pero la dueña de aquella voz siguió persistiendo y también siguió a Grayfia.
-Catleya no estoy de humor para tus juegos -habló tajantemente Grayfia y la hija de Tsuufame Leviathan alzó sus hombros burlescamente.
-Okay okay, la señorita ocupada tiene muchos asuntos que atender, ¿no? Patética -a pesar de esto último Grayfia no se detuvo y siguió.
Una semana después.
Gotas de sudor bajaban de la frente de Goku, ya habían transcurrido dos semanas desde que inició su entrenamiento al lado de Tannin.
En este tiempo sólo habían trabajado la parte física: Tannin persiguiéndole, él nadando en lagos helados, arrastrando rocas pesadas, etc.
Ahora se le hacía bastante fácil realizar aquello. Su cuerpo se adaptó fácilmente al entrenamiento y por eso le era menos difícil realizarlo.
Estos días también pensó en sus amigos, en qué estarían haciendo ellos en estos momentos.
Y también pensó en Grayfia, en cómo estaría ella, porque la verdad Goku estaba preocupado después de que ella se despidiera con los ojos llorosos por una razón que él desconocía.
-Bien, supongo que hemos terminado la primera fase de tu entrenamiento, felicidades por haber sobrevivido -el rey dragón aterrizó a su lado.
-Gracias -Goku agradeció bastante apenado, en varias ocasiones casi no vive para contarlo.
Sí, su fuerza, reflejos y sentido habían aumentado drásticamente en el transcurso de los días.
Pero todavía había un amplio margen de mejora, necesitaba optimizar sus poderes demoníacos.
Y daba por hecho que en eso consistiría la segunda parte del entrenamiento de Tannin.
-Oye viejo -Goku llamó la atención del rey dragón- Entre todos ustedes los reyes dragones... ¿quién es el más fuerte? -preguntó él con curiosidad.
-Yo soy el más fuerte de entre los cinco reyes dragones, por otro lado Vritra es el más débil y el muy estúpido desafío a Indra a una pelea -habló Tannin recordando aquel suceso.
-¿Qué pasó después? -preguntó Goku intrigado.
-Lo que pasa cuando desafías a uno de los cinco seres más poderosos de la existencia, no fue rival para Indra y su alma fue dividida -respondió el rey dragón. Vritra ahora era una sacred gear.
-Wooow, y dime, ¿tú entras entre esos cinco seres más fuertes? -aún más intrigado que antes Goku hizo aquella pregunta, pero Tannin negó- ¿eh?
-Ni me acerco a eso -confesó- hace miles de años desafié al Gran Rojo a una pelea pero él me ignoró olímpicamente como si de una hormiga se tratase -Tannin odiaba recordar aquello ya que era un golpe duro a su orgullo como rey dragón.
-¿Gran Rojo? -inquirió Goku sin saber.
-Es el dragón de los dragones, el dragón del apocalipsis, el llamado DXD, es el ser más poderoso del mundo además del dios dragón Ophis Ouroboros, están a niveles inimaginables -habló Tannin haciendo que Goku se sorprenda.
-¿Dónde se encuentran ambos? -preguntó el Phenex todavía más curioso por aquel tema.
-Gran Rojo vive en una realidad diferente a esta, una dimensión totalmente vacía donde no fluyen ni el tiempo ni el espacio.... Ophis vivía ahí pero actualmente no sé donde está -contestó el rey dragón.
Goku jamás habría pensado que podían existir seres de tales dimensiones. Si Tannin decía que no representó nada para el Gran Rojo entonces...
-Sin duda ahora sé que debo hacerme más fuerte, ¡¡muchísimo más fuerte de lo que soy ahora!! -comentó el chico entusiasmado mientras apretaba sus puños- ¡La segunda lección!
Tannin sonrió por el entusiasmo que mostraba el chico. Era un prodigio, incluso dudaba de que fuera un simple demonio como lo demás.
-Ahora queda que aprendas a dominar tanto tus poderes demoníacos como tus poderes mágicos -prosiguió el rey dragón y el chico asintió- Dime, ¿sabes qué es el poder mágico no es así?
-Pues tengo entendido que es el poder para realizar milagros o algo así, ¿no? -respondió Goku rascándose la nuca y Tannin suspiró.
-Escucha con atención pequeño, la magia es el poder que nace tras una investigación profunda sobre el poder demoníaco -explicó el rey dragón. haciendo que Goku abra sus ojos sorprendido.
-¡¿QUÉEEE?! ¿Eso quiere decir que la magia proviene directamente del poder demoniaco? -preguntó Goku exaltado por aquella noticia.
-Por así decirlo, si bien es cierto que los dioses tienen su magia, la mayoría de magias actuales como la magia nórdica, la magia de hadas, y por supuesto la magia humana fueron creadas por el mago Merlín Ambrosius -explicó Tannin.
-Pero ¿cómo es posible que la magia hubiera sido creada por un humano si proviene del poder demoníaco? -preguntó Goku sin entender.
-Ese es un misterio hasta la fecha, y si te lo preguntas nosotros los dragones manejamos un tipo de magia exclusiva para nuestra especie -agregó Tannin- Pero ese no es el punto. Debes indagar en lo más profundo de tus poderes demoniacos para alcanzar un mayor grado en poderes mágicos, mientras más indagues mayor será tu poder mágico y eso depende mucho del poder de imaginación y de creación que tengas.
Goku asintió confuso ante aquellas palabras, supo que este entrenamiento iba a ser difícil.
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¿Qué les pareció?
La trama va avanzando con calma, pero pronto se va a acabar el entrenamiento de Goku y tendrá que regresar... muchas sorpresas le aguardan.
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