La princesa y el fénix (4)
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Goku suspiró cuando su cuerpo entró en contacto con las frías aguas de la bañera.
Sus músculos comenzaron a relajarse ante aquello y no era para menos después de la tarde tan ajetreada y divertida que tuvo con Grayfia.
-Hacía mucho tiempo que no me divertía así, aunque supongo que cada momento con Gray es divertido -dijo Goku con una radiante sonrisa.
Y eso era verdad, con Grayfia las risas estaban aseguradas. Disfrutaba sumamente molestarla o burlarse de ella para viendo eran sus reacciones.
En sólo unas semanas Grayfia se había convertido en parte fundamental de su vida, le era bastante difícil imaginarse un día en el que no hablara con ella o no estuviera presente.
Quería que ella fuera feliz, luego de lo que escuchó aquella noche en la cueva Goku se había propuesto hacerla sonreír de alegría y felicidad cada vez que tenía la oportunidad.
Por eso se sonrojó hace unas horas al ver la sonrisa sincera de Grayfia, le reconfortaba el alma saber que ella estaba siendo feliz.
La pesadilla que tuvo ella esta mañana sólo le motivó a hacerla aún más feliz de lo que ya era.
Si bien no podía hacer que Grayfia olvidara su pasado haría que tuviera bellos recuerdos con los cuales superar ese desconsolador pasado.
Y de momento lo estaba logrando, hoy había sido un día extraordinario. O eso quería creer.
¿Qué hay de su felicidad? Todo este tiempo el rubio estuvo pensando en lo que Roygun le dijo hace un mes acerca de pensar en sí mismo.
De igual manera había estado pensando en lo que sentía por Grayfia, lamentablemente no era experto en esos temas y le era difícil hallar una respuesta. Aunque cada día se iba acercando...
Realmente no es que no supiera qué sentía por Grayfia, sino que de manera inconsciente estaba dejando de lado aquellos sentimientos poniendo por encima el deber y no su propia felicidad.
Su deber era casarse con Serafall por el bien de su clan y por el futuro del inframundo, ya que se estaban extinguiendo los demonios, su raza.
Era algo que no podía ignorar.
Pero cada vez que pensaba en su propia felicidad venia a su mente la imagen de una persona... una persona con la que era feliz.
"Grayfia, ¿acaso yo...?"- indagó el demonio cerrando sus ojos mientras trataba de llegar a una conclusión certera en todo este asunto.
Tan centrado estaba en sus pensamientos que no se percató del momento en que la puerta del baño fue abierta por cierta diablesa peliplateada.
Era Grayfia quien había accedido al baño, lo único que cubría su voluptuoso cuerpo era una toalla que sólo lo hacía resaltar todavía más.
Su rostro estaba más sonrojado de lo habitual, síntoma de que había bebido más de la cuenta, siendo más concretos la botella de vino entera.
Grayfia caminó hacia la bañera haciendo eses y notando que Goku estaba con los ojos cerrados, tal vez meditando, entró en ella sigilosamente...
-¿Hum? -Goku abrió sus ojos al sentir algo candente sobre su cuerpo y notó algo que le puso todos los pelos de punta- ¡¿Grayfiaaa?!
Sabía que era ella, ese cabello tan sedoso era inconfundible. Lo que no entendía era qué estaba haciendo Grayfia metida en la bañera junto a él.
Por desgracia la bañera era espaciosa.
-~Ara~Rev, sólo pretendía darme un baño contigo, ¿acaso te molesta? -preguntó Grayfia en un suave y cálido susurro que ruborizó a Goku.
-N-no pe-pero podías haber esperado un poco para entrar al baño -contestó Goku desviando su mirada con el rostro totalmente sonrojado.
La espalda de Grayfia estaba adherida a su pecho fornido por lo que la joven podía sentir perfectamente sus músculos bien trabajados.
-Eres bastante atractivo Rev... -susurró Grayfia repasando los brazos de Goku con sus dedos en un sensual y delicado toque que le encandiló.
De por sí ya era problemático que el cuerpo desnudo de Grayfia estuviera encima del suyo, pero que le acariciara lo agravaba aún más.
-Gray detente... -murmuró Goku esperando a que ella detuviera las caricias hacia sus brazos- "Maldición, no debí dejar la botella de vino ahí".
Goku comprendió que Grayfia estaba ebria, porque ni en mil años ella se hubiera atrevido a hacer algo así. Además, su rostro la delataba.
-~Ara~ Sólo estoy tocando tus brazos... ¿o prefieres que toque otra cosa? -susurró Grayfia con voz hedonista- ¿Podrías lavarme la espalda?
-Va-vale -asintió Goku, todavía no estaba acostumbrado a este lado de Grayfia que el alcohol sacó a la luz inesperadamente.
Goku impregnó de jabón sus manos y con delicadeza empezó primero a frotar desde el cuello de Grayfia para luego ir descendiendo.
-~Ah~ Sigue así -la diablesa soltó un sensual gemido que embelesó a Goku, sonrojándole de nuevo pues era una situación bastante caliente.
Goku fue bajando lentamente mientras iba frotando la espalda de Grayfia y generando capas de espuma durante aquel proceso.
Era la primera vez que tocaba el cuerpo de una mujer y probablemente nunca en la vida volvería a tocar otro cuerpo tan divino como era aquél.
No era un pervertido pero tenía que admitir que sólo existía una palabra para describir a Grayfia.
Perfección.
Su cabello lacio y plateado, sus ojos azules ahora sumidos en una profunda embriaguez, su cuerpo celestial... todo en Grayfia le gustaba.
Cada vez que sus manos entraban en contacto con la suave y sedosa piel de Grayfia sentía una electrizante sensación recorriendo su cuerpo.
-¿Y-ya? -le preguntó el rubio dado que no había lugar alguno en su espalda que no tuviera jabón.
Quería terminar cuanto antes con esto, pero tenía el presentimiento de que no acabaría ahí.
-Oh, hiciste un muy buen trabajo Rev... pero todavía no has lavado la parte de delante -habló Grayfia manteniendo aquella voz tan sensual.
-S-supongo que eso puedes hacerlo tú... será mejor que me vaya de aquí -respondió Goku a punto de levantarse finalmente de la bañera.
Pero al momento Grayfia se dio la vuelta colocándose frente al rubio, quien desvió su mirada evitando ver el cuerpo de la chica.
-~Ara~, ¿cómo me vas a lavar el cuerpo si no me estás mirando? -preguntó Grayfia con una sonrisa juguetona instalada en su rostro.
Viendo que Goku no respondía la diablesa se acercó y con la intención de provocarle empezó a frotar sus pechos en los pectorales de Goku.
-~Ngh~ esto es... sumamente excitante -la diablesa liberó un cálido susurro en el oído de Goku mientras seguía frotando sus orbes.
Aquellas puntas rosadas y rígidas producían tan deleitosa y placentera fricción que habían empezado a obnubilar el juicio de Goku.
"Esto es malo... muy malo"- discurrió Goku sintiendo cómo la sangre iba acumulándose en cierto punto masculino de su anatomía.
Se estaba excitando y hasta él tenía un límite. Después de todo era un demonio de sangre pura y por lo tanto la lujuria se arraigaba en su ser.
-Pa-para Gray... no debemos seguir con esto -habló como pudo Goku sin mirarla directamente todavía, pues aquello le excitaría todavía más.
-¿Por qué? ¿Acaso no se siente bien? -Grayfia nuevamente susurró en su oído y para rematar dio una lamida libidinosa al cuello de Goku.
-Gray... -masculló Goku mordiéndose el labio para evitar soltar un gemido ante la acción de Grayfia- "Nunca más te volveré a dar vino".
Eso lo tenía claro, si Grayfia no hubiera bebido ahora ambos estarían descansando plácidamente en la cama, pero no fue así...
Siguió frotando el pecho de Goku con sus grandes senos pero al ver que nada ocurría esbozó una triste sonrisa en sus labios.
Goku abrió sus ojos al ver que ella se detenía, apartó un poco la mirada y notó que la lascivia había desaparecido de los ojos de Grayfia.
-Ya veo... no te resulto atractiva, ¿verdad? -preguntó Grayfia con decepción- Después de todo quién querría estar con un fracaso como yo... Siento haberte hecho perder el tiempo.
-N-no es eso Gray -intentó hablar el demonio percatándose de que a pesar de que estuviera ebria la tristeza seguía presente en Grafía.
-Entonces... ¿Qué es Rev? -habló ella mirándole a los ojos- ¿Acaso no me amas... tanto como te amo a ti? -preguntó dejando a Goku en shock.
Antes de que las lágrimas abandonaran sus ojos Grayfia cayó inconsciente, fue Goku quien aprovechó para golpear su nuca y noquearla.
-Rayos, ¿por qué todo se tiene que complicar tanto? -se preguntó Goku soltando un suspiro liberador, era hora de salir por fin del baño.
Tomó una toalla y con la mirada apartada envolvió el cuerpo de Grayfia y la tomó en sus brazos para llevarla a la cama a descansar.
Claro, antes se vistió con una bata. Luego de dejar a Grayfia volvería al baño pues a causa de esa "interrupción" no pudo terminar de bañarse.
Una vez salió del baño Goku dio unos cuantos pasos hasta llegar al cuarto, y estando ahí bajó a Grayfia de sus brazos recostándola en la cama.
Con la mirada apartada del cuerpo desnudo de Grayfia la tumbó y cubrió su cuerpo con la sábana que había en la cama matrimonial.
Goku vio pequeñas lágrimas ubicadas en la cuenca de los ojos de la diablesa y luego de agacharse a su altura las limpió con el pulgar.
"¿Acaso no me amas tanto como te amo a ti?"- Las palabras de Grayfia volvieron a su mente, y aunque estuviera bebida Goku sintió sinceridad en cada una de las palabras que pronunció ella.
Pese a que sus profundos pensamientos fueron interrumpidos, hacía ya tiempo que había llegado a una conclusión sobre lo que sentía por Grayfia.
Sólo le faltó asumirlo.
-Claro que te amo Gray... pero no quería que lo supieras, no de esa forma -confesó el rubio acariciándole dulcemente el cabello a Grayfia- Buenas noches... mañana será un largo día.
Goku despejó los mechones que cubrían su frente y depositó un suave beso, que suscitó inconscientemente una sonrisa en Grayfia.
El Phenex sonrió al ver la cara angelical que de repente se le había puesto a Grayfia, se preguntó con curiosidad qué estaría soñando la diablesa.
-Es hora de terminar mi baño... ojalá no hayan más sorpresas -imploró Goku con una sonrisa nerviosa, lo de esta noche había sido inaudito.
Estuvo a punto de producirse algo sumamente indebido entre él y Gray ya que ella bebió de más. Por suerte aquello no concluyó en nada de lo que ellos dos pudieran arrepentirse más adelante.
Sin más Goku se encaminó al baño, había sido una noche larga y extraña. Quería terminar para irse de una vez a la cama y dormir cuanto antes.
Deseaba que mañana todo saliera mejor.
Al día siguiente.
Un ínfimo rayo de sol penetró la ventana de aquella habitación, incidiendo sobre el hermoso rostro de la chica que descansaba en la cama.
La diablesa esbozó una mueca como reacción involuntaria ante aquello y volteó la cabeza para mirar a otra parte. Pero ya se había despertado.
Sin más remedio abrió lentamente sus ojos, notando que el astro rey estaba enviando sus primeros rayos. Eso significaba crepúsculo y consecuentemente un nuevo día comenzaba.
Ella trató de levantarse pero entonces se sintió vacía, como si le faltara algo. Se palpó el cuerpo y su rostro se puso bastante pálido al momento.
"N-no puede ser"- pensó Grayfia alzando la sábana que cubría su cuerpo y notando que, efectivamente, estaba totalmente desnuda.
"Kyaaaaaaaaaa"
Su estruendoso grito probablemente se oyó en todo el hotel, pero para el chico con quien compartía la habitación, fue algo más normal.
-Realmente tienes una extraña forma de decir "buenos días" -se burló Goku con una sonrisa.
Goku se hallaba en pose meditativa en otro extremo de la habitación, tenía el torso desnudo dejando ver sus músculos muy bien trabajados.
Viendo el rostro de Grayfia se acercó a ella sosteniendo una taza, era normal que estuviera sumamente desconcertada después de todo.
-¿Cómo te encuentras? -preguntó el rubio ofreciéndole la taza y ella la tomó por inercia.
-¿Q-qué pasó? ¿P-por qué estoy desnuda? -Grayfia manifestó su confusión pero en ningún momento le envió miradas acusatorias a Goku.
Conocía muy bien a Rev y sabía que no haría nada indebido, aunque le llamara pervertido.
-Pues verás... -Goku le contó lo sucedido desde que ella entró al baño hasta que la recostó en su cama. Claro, omitiendo sus últimas palabras.
-Oh, por Lucifer... ¿Qué es lo que he hecho? -se preguntó Grayfia con un gran lamento en su voz.
Grayfia se llevó las manos al rostro ocultándolo debido a la vergüenza, la mayor vergüenza de su vida. Lo peor era que no lo recordaba del todo.
Sólo llegaban a su mente leves destellos de lo sucedido, pero con lo que contó Goku se hizo la idea de lo que había pasado en la maldita noche.
-S-sólo quise beber un poco más... no quería que todo terminara así -se lamentaba Grayfia- Supongo que arruiné nuestro viaje, ¿verdad?
Goku no respondió ante aquello, mantenía una expresión facial bastante seria mientras la oía.
-M-me viste desnuda y te dije e hice cosas indecentes... -Grayfia se sentía bastante dolida ya que a causa de eso pudo haber arruinado su relación con Goku- S-siento haberte hecho pasar por todo eso... espero que puedas perdonarme.
Grayfia alzó la cabeza esperando que llegase una respuesta de Goku, y lo que vio es aquella sonrisa tan alegre que llevaba varias semanas llenando su corazón de felicidad y esperanza.
-Grayfia, realmente no hay nada que perdonar. Bebiste más de la cuenta y por eso pasó eso. Tú no estabas en tus casillas y no eras plenamente consciente de tus acciones, yo sabía aquello por lo que no hice nada indebido ni tampoco te miré desnuda. Jamás haría algo así a menos que tú estés de acuerdo -aclaró Goku con una sonrisa- No te sientas mal, ya sabes bien que odio verte triste... y además, eso ya es pasado, y nos toca vivir el presente, el hoy, el día a día. Es lo que ambos dijimos ayer por la tarde, ¿lo recuerdas, verdad? Así que sonríe, al menos hazlo mí Gray.
Nuevamente sus palabras sanaban todo rastro de dolor en su corazón, Grayfia había perdido la cuenta de las veces que eso había sucedido.
Sucedió en su primer encuentro tras pelear, sucedió tras repartir alimentos, sucedió tras levantarse en el territorio Phenex, sucedió la noche en la cueva, y recientemente sucedió cuando ella despertó de sus pesadillas.
Tal como le pidió Goku, la diablesa dibujó una sonrisa en su rostro mientras eliminaba cualquier vestigio de lágrimas en sus ojos.
Sonrió porque su confianza en Goku fue certera, ya que a pesar de la situación él no se aprovechó. Otro lo había hecho sin titubear.
Incluso el rubio la arropó y todo después de sacarla del baño. Sabía que Goku era especial pero Grayfia no se imaginó que lo fuera tanto.
No pudo contener la emoción y se abalanzó sobre él rodeándole con sus brazos, a pesar de estar semi desnuda no pareció importarle.
Goku se sorprendió por el gesto pero correspondió aquel abrazo acariciando el sedoso cabello de Grayfia dulcemente.
-Gracias Rev... -susurró ella. Habían miles de cosas por las que agradecerle pero esa palabra tan simple las resumía todas en un solo término.
-No es nada Gray -respondió el chico con una sonrisa prosiguiendo con la caricia a su cabello.
Grayfia se separó lentamente del demonio comprobando si tenía o no la sábana alrededor de su cuerpo. El problema vino al notar que era Goku quien iba sin camisa en aquel momento.
-A-al menos podrías ponerte algo encima... ¡N-no trates de sonrojarme! -exclamó Grayfia olvidando que ya estaba sonrojada desde hacía un tiempo.
-Pero si ya lo estás... pervertida -espetó Goku con una sonrisa burlesca y Grayfia le lanzó una almohada que le dio de lleno en la cara- Jeje.
Grayfia ignoró las risas de Goku y tomó la taza que éste le había traído antes. Bebió un sorbo y abrió los ojos de la impresión que le produjo.
-Hmmm, sabe delicioso... ¿Qué es? -preguntó ella bebiendo más de aquel néctar que sin duda agradó enormemente a sus papilas gustativas.
-Miel -respondió Goku sentándose a su par- Respondiendo a lo otro, pues estuve entrenando hasta que te despertaste. Salí a correr y después me puse a meditar un rato como de costumbre.
Cada vez que podía se sentaba a meditar, pues aprendió que era una parte fundamental no sólo para su entrenamiento sino para su vida igual.
-Mm ya veo, ¿hoy qué haremos? -preguntó Grayfia con la curiosidad propia de una niña.
-Pues pensé que después de desayunar diéramos un paseo por la ciudad, y luego ir a explorar la montaña, ¿te parece bien? -Goku le preguntó esperando que diera el visto bueno.
-Desde luego, mientras estés tú conmigo... siempre estará bien -dijo ella algo ruborizada.
-Lo mismo digo -respondió a su vez Goku con una sonrisa, muy contento por oír tales palabras.
Se miraron a los ojos haciendo que el tiempo dejara de transcurrir para ambos y esbozaron una sonrisa, sabe Lucifer qué estaría pasando por sus mentes cuando cruzaron sus miradas.
-D-de acuerdo terminaré la miel y luego me vestiré para irnos -habló Grayfia cambiando de tema, se había perdido en los ojos de Goku.
-T-te esperaré fuera entonces -contestó Goku rápidamente y se levantó de la cama al instante, se había perdido en los ojos azules de Grayfia.
Y así, comenzó el día de ambos.
Más tarde.
Tuvieron un desayuno tranquilo en el mismo local de ayer. Grayfia pidió cruasanes y bollos pero esta vez con miel, ya que le gustó mucho.
Goku no pidió bastante ya que después de entrenar comió lo suyo, aunque sí encargaron comida para llevar; luego irían a la montaña.
Salieron del local y con los brazos entrelazados uno al otro caminaron por las calles de la ciudad viendo algún que otro edificio o monumento.
-Oh, una librería -habló Grayfia señalando el escaparate de una tienda donde varios libros estaban presentes- ¿Te parece si entramos?
-Gray... sabes bien que no soy de leer mucho -respondió Goku rascándose la nuca sonriendo.
-Ya lo sé tonto, los libros serían para mí, ¿no crees? -añadió ella con una sonrisa socarrona que dejó completamente avergonzado a Goku.
-Pues ahora que lo dices... -murmuró Goku y Grayfia negó antes de arrastrarle a la librería.
Una vez dentro Grayfia empezó a atisbar aquellos libros que le parecían interesantes aunque la mayoría le resultaban genéricos.
Pero al final su búsqueda dio resultados pues halló algunos libros que llamaron su atención. Goku sonrió pues por fin saldrían de la librería.
"Lágrimas de sangre" y "Desvanecerse" era como se titulaban aquellos libros que había comprado, Grayfia estaba sumamente ansiosa por leerlos.
"Tal vez le gusten a Ajuuka"- pensó Grayfia pues al chico le gustaban las novelas donde el protagonista parecía tener unos conflictos emocionales que luego se iban desarrollando.
-Uh... ambos libros tienen más de trescientas páginas, por lo menos tendrán dibujitos en ellas, ¿no? -preguntó Goku señalando los libros.
-Para nada, no son libros infantiles... un día de estos tendré que sentarte a leer un libro conmigo -respondió Grayfia y Goku retrocedió asustado.
-Gracias por la oferta pero debo rechazarla -habló Goku y ella soltó pequeñas carcajadas.
Salieron y reanudaron su marcha. Tras un par de horas se encaminaron hacia la montaña que estaba situada a las afueras de la ciudad.
-Pensé que el ascenso sería más difícil -habló Grayfia recordando algunas escaladas que hizo en el inframundo durante su entrenamiento.
-Tal vez eso sea porque aquí la gravedad sea menor -al ver el rostro de confusión de Grayfia, decidió aclarárselo- Es decir, nuestro cuerpo se siente más ligero aquí, en el mundo humano.
Era algo que Goku notó, aunque en Qlippoth se sentía más pesado y supuso que por esa razón se agotaba con relativa facilidad en aquel lugar.
-Oh, me percaté de aquello pero no lo había pensado -habló Grayfia- Va a ser que no eres tan tonto como pensé -añadió ella mordazmente.
-¡Oye! -exclamó Goku ofendido- Después de todo soy yo quién te ha enseñado todo lo que concierne al mundo humano -dijo con orgullo.
-Hmpf... eso podía haberlo averiguado yo sola -Grayfia se cruzó de brazos inflando sus mejillas.
-Claro lo que tú digas -habló Goku con una sonrisa llena de burla y Grayfia no perdió la oportunidad para pellizcarle en la espalda.
Siguieron ascendiendo mientras intercambiaban palabras como de costumbre, hasta que llegaron a un punto culminante de aquella montaña.
Desde lo alto se podía ver la ciudad entera, el mar y todo el paisaje circundante, ofreciendo a los ojos de ambos un gran deleite visual.
-Oh... son unas vistas maravillosas -murmuró Grayfia viendo con embeleso aquel paisaje, que era una miscelánea entre bosque, ciudad y mar.
El aire acrisolado de aquellos lares penetró los pulmones de Grayfia inundándola de una sensación de paz y armonía inmensurable.
Goku sonrió escuchando sus palabras y tomando una cantimplora, que había traído consigo, bebió un poco de agua. Su garganta exigía un poco de aquel líquido vital diáfano.
-Esto me recuerda a mi último entrenamiento -habló Goku llamando la atención de la diablesa- Debía detener una erupción volcánica inminente. Mi maestro fue quien me había prescrito jejeje.
-¿En serio? ¿Y cómo lo hiciste? -preguntó ella asombrada, sin duda el maestro de Goku debía ser un desquiciado para ordenarle algo así.
-No sé cómo pero según mi maestro pude conectar con el núcleo del volcán al compartir la misma esencia, y supongo que gracias a eso pude romper los límites de mi poder demoníaco -respondió Goku con una sonrisa nerviosa.
-Wow... eres increíble -habló Grayfia pero enseguida se dio cuenta de lo que le dijo y se sonrojó ardorosamente- Q-quiero decir lo que hiciste es increíble, no que tú lo seas aunque...
Grayfia se dio cuenta de que lo estaba empeorando y la sonrisa en el rostro de Goku sólo contribuyó a avergonzarla aún más.
-Entiendo, entiendo, ¿te parece si buscamos un lugar para comer? Me estoy muriendo de hambre -el rubio se llevó ambas manos al estómago.
Grayfia no daba crédito ante lo que estaba oyendo, pues hace unas horas desayunaron, y le miró con pasmo. Goku respondió con un encogimiento de hombros y una sonrisa.
Tiempo después.
En estos momentos los dos se encontraban cómodamente sentados en el césped frente a una cataratas que conducían montaña arriba.
Habían tendido un mantel sobre el césped para poner encima los alimentos que encargaron para llevar en el local donde habían desayunado.
Un mero círculo mágico fue suficiente para que varios bollos, cruasanes, pasteles, panes y demas se hicieran presentes sobre el mantel.
Ambos disfrutaban de la comida en compañía del rumor de las aguas junto al suave susurro del céfiro que circulaba en aquel hermoso lugar.
Grayfia engullía los bollos manteniendo los modales como toda buena dama y en antítesis estaba Goku, que era como un agujero negro.
Devoraba todo a su paso.
-*Munch* ¿No te recuerda a algo este lugar? -preguntó Goku mientras mordía un pedazo de pan crujiente para saciar su gran hambre.
-Es como el lugar donde estaba la cueva donde pasamos la noche... -respondió Grayfia notando el destacable parecido entre ambos lugares.
-Durmiendo abrazados -Goku completó la oración de la diablesa quien se sonrojó ante aquello. Nuevamente la había sonrojado.
-M-mira como estás comiendo Rev, pareces todo un niño pequeño -le recriminó la diablesa tomando una servilleta y ante la mirada de Goku, le limpió los restos de comida alrededor de sus labios- Tengo que cuidarte. Si no, nadie lo hará.
Goku parpadeó sus ojos mostrando un rostro atónito, pero después dibujó una sonrisa sincera.
-Te lo agradezco Gray, aunque yo no soy el único que come como un niño jeje -se mofó el demonio señalando una mancha en la nariz de Grayfia.
Grayfia notó que había algo de pastel ahí y rápidamente se lo limpió, aunque eso no evitó que Goku soltara varias carcajadas ante eso.
-¡Tonto! ¡Eres un tonto! -exclamó ella pegándole en el costado, siempre Goku se salía con la suya.
Las risas se extendieron un par de segundos más hasta que Goku se detuvo, sus pulmones necesitaban un descanso tras desternillarse.
Entonces Goku se puso a contemplar el vasto cielo, en estos momentos estaba bastante feliz.
-Hacía mucho tiempo que no me sentía así... tan alegre, gracias por hacerme tan feliz Gray -agradeció Goku con una sonrisa inocente.
Por más repentinas que hubieran sido aquellas palabras, Grayfia sintió total sinceridad en ellas.
Supo que debía corresponder la sinceridad.
-Soy yo quien debe agradecerte Rev... todos los momentos que paso contigo son los más felices de mi vida. Gracias por haberme rescatado... Mi héroe -confesó Grayfia con un ligero sonrojo.
Su corazón estaba latiendo más rápido de lo habitual puesto que sus sentimientos estaban empezando a tomar el control de la situación.
-Lo haría todas las veces que fueran necesarias con tal de verte sonreír -respondió Goku con una gran sonrisa que aumentó el sonrojo de Grayfia.
Goku sintió que era el momento oportuno para confesar sus sentimientos. Tal vez no volviera a tener la oportunidad, por eso había que disfrutar cada día y cada noche como si fuera el último.
Intentaría pensar en sí mismo.
Así, se acercó a ella y tomándole de las manos, le miró a los ojos. Justo como había hecho hace un mes en su cuarto queriendo saber si era feliz o no, salvo que aquí la cuestión era diferente.
-¿Q-qué haces? -preguntó Grayfia sonrojada, de nuevo volvía a repetirse esta situación tan vergonzosa pero sentía que algo más pasaría.
-Grayfia, nunca fui experto en los sentimientos ni tampoco les di importancia hasta que llegaste tú -expresó Goku dedicándole una mirada gentil.
Grayfia escuchaba atentamente aunque sentía que su corazón se iba a estallar por los latidos.
-Sabes, al principio sólo quise protegerte y ser tu amigo por lástima... pero tras oírte esa noche en la cueva me dije que haría que fueras feliz cueste lo que cueste -habló Goku y ella abrió sus ojos.
-¿Ha-hacerme feliz? -preguntó ella anonadada.
-Sí, después de todo lo que habías pasado te lo merecías, te merecías tener la felicidad que nunca tuviste en tu vida -le respondió Goku.
Goku afianzó el agarre sobre las manos de Grayfia mientras expresaba todo lo que sentía por ella, intentando expresarlo como podía.
-Por eso buscaba formas de hacerte sonreír a cada momento, buscaba formas de crear nuevos recuerdos contigo para que no te siga abordando la tristeza de tu pasado... -prosiguió Goku con su confesión y Grayfia escuchaba delicadamente.
-Rev... -murmuró Grayfia ruborizada.
-Cuando dijiste aquella noche que eras feliz conmigo no te imaginas lo contento que me pusiste Gray, aunque cada vez que sonríes me siento así... supongo que por eso me sonrojé -admitió Goku finalmente frente a la diablesa.
Grayfia habría esbozado una sonrisa victoriosa si no estuviera tan ensimismada por las palabras dichas por Goku, que la mantenían en cautiverio.
-Pero mientras transcurría el tiempo algo fue creciendo en mí y llegó hasta tal punto que no pude seguir ignorándolo así sin más -habló el rubio, y luego hizo una pausa- Te amo Grayfia...
Goku alzó su mano derecha y con ella acarició dulcemente una mejilla de Grayfia, brindándole la sonrisa más pura que jamás había contemplado.
"Te amo Grayfia"
Tres palabras dejaron plenamente catatónica a la diablesa, quien todavía lo estaba procesando todo en su mente por lo inesperado que fue.
Enseguida se llenó de felicidad al sentirse amada por la persona que robó su corazón...
Sí, Grayfia amaba a Goku con todo su corazón. Lo que sentía por él no podía describirse de otra manera. Estaba locamente enamorada de él.
-Rev... -un suave susurro se escapó de sus labios viendo con una mirada abismada cómo el rubio acercaba su rostro al suyo, acortando la distancia que había entre ambos demonios.
Centímetros, milímetros... sus labios estaban a punto de chocar inevitablemente cautivados por el inédito amor que inundaba sus existencias.
Unir sus labios era lo que ambos anhelaban, aquello sólo sería la manifestación física de lo que sentían por el otro.
Pero el destino no lo quiso así.
-Rev... yo... no puedo hacerlo, l-lo siento -susurró ella apartando su mirada llena de tristeza y Goku abrió sus ojos sintiendo un dolor en su pecho.
-¿Po-por qué? ¿N-no me amas? -preguntó Goku, siendo sumamente ostensible en su rota voz la decepción al no haber sido correspondido.
Pero más dolida estaba Grayfia.
-T-tú te vas a casar con Serafall... es a ella a quien debes amar... tú y yo só-sólo so-somos amigos -habló entrecortadamente Grayfia.
"Sólo somos amigos"
Esas últimas palabras mortificaron a Goku.
Grayfia se odiaba a sí misma por haber dicho aquellas palabras pero la razón residía en el hecho de la futura boda de Goku y Serafall.
"Pero no quiero interponerme en la relación que tienes con él. Sé que ambos se van a casar pronto y para cuando eso suceda yo ya me habré ido para siempre de sus vidas"- Grayfia tenía muy presente aquellas palabras que pronunció hace un mes.
Claro que amaba bastante a Goku, su mayor anhelo era tener una vida feliz junto a él y en más de una ocasión se imaginó casada con él.
Pero Serafall le amaba y se iba a casar con él, ella tenía derecho a ser feliz. Grayfia no quería privarle de esa felicidad pues ella misma sabía bastante bien lo que se sentía al no ser feliz.
Grayfia había sacrificado la felicidad que supondría corresponder los sentimientos de Goku, por la felicidad futura de Serafall.
Era bastante irónico que justo cuando Goku pensaba por una vez en sí mismo ahora Grayfia sacrificara su felicidad por otra persona.
Grayfia no quería que Serafall pasara la tristeza que ella sufrió antes de conocer a Goku, por eso creyó que sería la mejor opción no corresponder.
Le dolía profundamente el alma haberlo hecho y sentía que no podía mirar a los ojos a Goku, pero sabía que aquello era lo mejor para todos.
-En-entiendo... s-si tu eres fe-feliz así está bien -consiguió pronunciar el rubio esbozando una sonrisa bastante forzada en sus labios.
Grayfia sintió su corazón estrujarse al contemplar aquella sonrisa tan innatural en el rostro de Goku, le dolía al saber que ella había sido la culpable por romperle el corazón.
Quería decirle cuánto le amaba, cuánto anhelaba besar sus labios y dormir en sus brazos... pero su moral le decía que no debía hacerlo.
"Perdóname Rev... si tan sólo todo fuera diferente"- pensó Grayfia haciendo un esfuerzo titánico para no derramar lágrimas.
Pero fue en vano, varias lágrimas abordaron sus ojos azules sumidos en una profunda tristeza.
-Su-supongo que tienes razón... y-yo debo casarme con Serafall por el inframundo... da igual lo que yo sienta cuando hay algo más importante en juego -habló Goku mientras su sonrisa palidecía- Lo siento Roygun... tal vez lo mejor sea que no piense en mí.
Tan ingenuo era Goku que no se daba cuenta de que Grayfia estaba haciendo lo que él hizo durante media vida: anteponer la felicidad y sentimientos de los demás antes que los suyos.
Y así culminó su viaje, con dos corazones rotos.
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Fin del capítulo
Más de 5200 palabras... Reclamo mis 200 votos inmediatamente >:v Ok no pero fue muy difícil plasmar este capitulo y me gustaría que lo valoraran.
Me gusta el drama y aquí vi la oportunidad perfecta para integrarlo, Serafall es el problema en todo esto y de ella depende la felicidad de Goku como Grayfia.
Sin más se despide su amigo Destroit-san.
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