¿Exilio o asilo?
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
Grayfia comenzó a despertarse lentamente, abriendo los ojos con sutileza tras una larga noche donde descansó como nunca antes.
Sin embargo, pronto se dio cuenta de que sus brazos permanecían aprisionados, o más bien estaban aprisionando algo. Más bien, a alguien.
"Este aroma"- Grayfia no necesitó frotarse los ojos para entender que la persona que estaba abrazando no era otra que su nuevo amigo.
Pese a su temperamento gélido ella seguía siendo una chica y el hecho de tener abrazado así a Goku, teniéndole tan cerca pues...
"Kyaaaaaaaa"
Sí, no contuvo el grito.
-¡¿Qué ocurre Grayfia?! -demandó Goku rápidamente levantándose y poniéndose en guardia. Lo normal en tiempos de guerra.
-¡¿Cómo que qué ocurre... pervertido?! -Grayfia le miró de forma amenazante y el rubio arqueó una ceja en señal de aparente confusión.
-¿Pervertido? -preguntó Goku manifestando su duda, ahora con una expresión facial y corporal menos tensa que la que presentó antes.
-¡Sí, ¿qué hacías abrazándome ahí mientras dormía?! Eres un pervertido -Grayfia mostró su descontento manteniendo un leve rubor en sus mejillas. Jamás se esperó eso del rubio.
-Pero si fuiste tú quien me retuvo anoche, además tú eras quien me estaba abrazando, ¿no? -Grayfia abrió sus ojos tras escuchar a Goku- Jeje no me digas que no lo recuerdas.
Mágicamente una luz iluminó su mente para recordarlo todo, y de repente su rostro se tornó igual de rojo que el cabello de Sirzechs.
A pesar de haber estado medio dormida en ese momento, ahora lo recordaba todo a la perfección... y le daba mucha vergüenza.
¿Qué pasó durante la noche?
-Olvida lo que dije... Tonto, no tenías porqué hacerme caso, ¡admite que querías aprovecharte de mí pervertido! -le recriminó Grayfia al diablo.
"¿Por qué me suena esa frase?"- Goku recordó los sucesos de anoche con Serafall y enseguida hizo una mueca negando con la cabeza.
-No, no para nada, no podía dejar que pasases la noche aquí sola... porque somos amigos Grayfia, ¿lo recuerdas? Incluso ayer hiciste muy buenos chistes jaja -se río Goku recordando aquello.
El rostro de Grayfia nuevamente se tornó carmesí y en respuesta golpeó el hombro de Goku, él no tenía derecho a burlarse de ella.
-Por lo menos hice buenos chistes... no como OTROS que ni siquiera saben pescar o buscar frutas en buen estado -Grayfia le lanzó aquella indirecta como si fuera un misil balístico.
Goku cayó sobre su rodilla y se llevó dramáticamente la mano al pecho en señal de dolor ante las palabras de su ahora amiga.
Ella sonrió victoriosamente, le había dado a Goku donde más le dolía. Eso le pasaba por burlarse de sus chistes, así aprendería.
Pronto Grayfia recordó su situación y su expresión se cambió a una que se debatía entre seria y melancólica, algo que notó el rubio.
Grayfia caminó hasta sentarse en la misma roca de ayer y Goku siguió su ejemplo, ambos sentados en la misma posición que ayer.
-¿Qué te ocurre? -preguntó Goku al percatarse del rostro cabizbajo que presentaba su amiga.
-Fue una de las mejores noches de mi vida, nunca antes me había divertido tanto como ayer... -confesó Grayfia mirando el suelo- Pero me pregunto, ¿qué va a pasar después de esto?
No iba a mentir. Desde que tenía uso de razón jamás se lo había pasado tan bien como anoche con Goku, si por ella fuera viviría ahí por siempre.
Pero no podía. Estaba el tema de su destierro, el tema de la guerra, y que Goku no podía estar siempre con ella porque tenía una familia.
Tener que alejarse de Goku justo cuando se estaba iluminando el cielo gris que representaba su vida, sería un palo bastante duro para ella.
El chico rubio no supo qué responderla para esperanzarla. Su facción se mostraba reacia a que ella se uniera y él no podía hacer gran cosa.
Y por más que apreciara a Grayfia no podía abandonar a su familia y su facción justo cuando la guerra civil estaba a punto de estallar.
Pero, cuando menos se lo esperaba Goku, la respuesta a sus problemas llegó en forma de un pequeño dragón carmesí de origen europeo.
-Oh vaya, es Ancalagon el familiar de Sirzechs -pronunció Goku asombrado, todavía recordaba cuando fueron los cinco al bosque de Zatouji.
Ahí invocaron a sus familiares, pero a Goku le pareció innecesario así que no convocó al suyo hasta más tarde a causa de una apuesta.
Usaba a su familiar muy pocas veces, en la mayoría de ellas cuando se encontraba lejos y quería transmitir algún recado a su familia.
Goku leyó el mensaje que traía el pequeño dragón y se puso serio, lo cual llamó la atención de Grayfia, que inmediatamente se puso en pie.
-¿Qué ocurre? -esta vez fue ella quien hizo la pregunta, pero Goku decidió relajar su rostro.
-Tranquila no es nada, el consejo de clanes quiere verte y tomar una decisión, pero estoy seguro de que lo aceptarán -confirmó Goku sonriendo- Lo entiendo, gracias Ancalagon.
Grayfia se puso tensa ante aquello y con un gesto preocupado vio cómo el pequeño dragón desaparecía en partículas espirituales.
-Bien, deberíamos darnos prisa... si es el consejo quien se va a pronunciar Zekram estará presente y ese tipo no me cae nada bien -habló Goku.
Zekram fue el primer Bael y por ende su posición política en el inframundo era muy elevada, pero a Goku no le gustaba la jerarquía que estableció en su clan dividiéndolo en dos castas sociales.
Los Bael de la segunda rama eran esclavos de los de la primera desde que nacían, se suponía que ellos eran la facción modernizadora y no la conservadora como el bando de los Maou.
-Entiendo, pasa algo similar con Rizevim y los hijos de los Maou -aseveró Grayfia, cada facción tenía a su respectivo cabecilla insoportable.
Goku asintió de acuerdo y chasqueando sus dedos hizo que todas las mantas que usaron anoche desaparecieran por arte de magia.
"Sus poderes mágicos son excepcionales sin duda, puede que él sea algo tonto y pervertido pero como peleador es único... y como persona también"- indagó Grayfia viéndole de reojo.
-¿Nos vamos? -preguntó Goku ofreciéndole la mano a Grayfia y ella titubeó por unos instantes.
-Como vuelvas a cargarme como anoche... te mataré cien veces -le advirtió Grayfia pero como siempre Goku hizo de las suyas y la tomó nuevamente en brazos para saltar a tierra.
"Tonto"- fue lo único que pensó Grayfia golpeándole suavemente el pecho mientras Goku sonreía flotando en el aire como una nube.
Con Serafall.
La diablesa estaba en uno de los tantos pasillos del castillo Bael, esperando a que comenzara ya la decisiva reunión con el consejo de clanes.
Todos estaban aguardando la llegada de su prometido y Grayfia para que todo comenzase, y según dijo Sirzechs pronto estarían ahí.
En estos momentos estaba pensando en lo sucedido anoche. Prefería olvidar el día de ayer pero simplemente ella no podía hacerlo.
Primero, aparecía la chica que le dio la paliza de su vida en el territorio de su prometido. Casual.
Segundo, resulta que esta chica por alguna razón es amiga de Goku, ¿qué se perdió durante el mes que él estuvo en Qlippoth? ¿Grayfia estuvo ahí?
Tercero, Goku antepone a esa chica a sus propios amigos y se marcha por la puerta de atrás con ella, sin que ellos se percataran.
Cuarto, seguramente habían dormido juntos y siendo "amigos" se lo pasaron bien anoche. Todo perfecto hasta ahora, nadie puede salir mal.
Quinto, y poniendo la guinda del pastel, Goku la veía DESNUDA. Sí, Goku se saltó la boda, el banquete y ya la vio totalmente desnuda.
Claro, era su prometido y la única persona que amaba pero habían limites. Y bueno, ella era una adolescente atravesando una etapa muy difícil.
"Kyaaaaaaaaaaa"
Rápidamente Goku se dio la vuelta ante aquel chillido femenino y vio que efectivamente sí que estaba Serafall, pero desnuda y recién bañada.
Sus pechos redondos y suaves, sus caderas danzantes, su trasero firme y sus piernas tersas. Todo quedó ante los ojos azules de Goku.
-¡Espera Serafall puedo explicarlo! Verás yo... -Goku ni siquiera disimuló en apartar la vista por la adrenalina del momento y Serafall no lo perdonó.
PAM.
Con ese golpe liberó toda la tensión que su cuerpo cargaba y miró a Goku con el rostro sonrojado, de enfado y de mucha, pero mucha vergüenza.
Goku se llevó la mano a la mejilla pues sí que le había dolido bastante, si bien era más fuerte que Serafall ella no dejaba de ser muy poderosa.
-¡Tonto, pervertido! ¿Qué quieres de mí, eh? ¿Primero no confías en mí y te vas con ella y ahora vienes aquí? -preguntó Serafall muy alterada.
Goku bajó la cabeza mientras que apretaba sus puños, no le hizo falta mirarle a los ojos a Serafall para saber su estado y en verdad lo lamentaba.
-¿Recuerdas lo que hablamos aquella noche verdad? Todo este mes me repetía a mí mismo que debía hacerme fuerte para protegerte, a ti y a los demás, pero me di cuenta de algo -habló Goku alzando la cabeza y Serafall alzó sus cejas.
Claro que lo recordaba, si fue por esa razón comenzó sus entrenamientos con la dichosa de Roygun. Esa charla marcó un antes y un después.
Goku recordó su ultima charla con Grayfia y sonrió, gesto que no pasó desapercibido por Serafall.
-Ustedes no necesitan que yo los proteja, son muy fuertes y sus metas son geniales sin duda... -habló él dándose la vuelta- Pero Grayfia necesita mi ayuda, ella y muchas otras personas han sido víctimas de esta guerra y por eso quiero que esto acabe. Si me fui del castillo es porque ustedes no han vivido de cerca lo que sufren las personas y no entenderían completamente mi punto de vista.
Goku recordó los rostros abatidos de aquellos aldeanos con los que se cruzó aquel día. Sí, vio todo lo que ellos estaban sufriendo, ni Sirzechs ni Serafall comprendían las dimensiones que abarcaba esta guerra. No sólo se limitaba a sus batallas, toda acción tenía repercusiones.
Ya sean buenas, o malas.
Grayfia sí fue víctima de esta guerra, por lo que pudo oír Goku de ella fue utilizada como un arma, y ahora la desterraron como si nada... obviamente que era su deber ayudarla. Ahora ella era su amiga.
Serafall abrió sus ojos después de oír aquellas palabras. Eea cierto, hasta ahora no había vivido en primera persona los efectos de la guerra.
Se sintió vacía y posiblemente sus amigos estarían igual. Mientras ella entrenaba para no defraudar su promesa con Goku, Sirzechs entrenaba para superarle, Falbium por mera obligación y Ajuuka sólo por curiosidad.
Pero en cambio Goku entrenaba en un principio para protegerles a ellos y ahora para proteger a los seres más indefensos en esta guerra.
Y aunque le solia admitirlo ella no sintió maldad alguna en los golpes que Grayfia le propinó en su momento... más cosas a favor de la diablesa.
Serafall se sintió bastante egoísta y se puso de rodillas mientras lágrimas bajaban de su rostro, sin importarle si estuviera desnuda o ante él.
-En verdad debí decirlo antes, entiendo que estés enfadada conmigo por haber actuado mal... pero esta guerra no sólo nos ocupa a nosotros -habló el rubio antes de crear un circulo mágico- Hasta mañana Serafall, y de nuevo perdón. Descansa.
Bajo un mar de lágrimas que descendían de sus ojos Serafall vio partir a quien era su amigo de la infancia, su enamorado y su actual prometido.
Se dio cuenta de que Goku dejó de ser ese niño impulsivo que sólo quería hacerse más fuerte, la guerra le había obligado a cambiar a la fuerza.
Pero eso no quitaba que se sintiera como una mierda tras haberle golpeado y dicho aquello cuando Goku se limitó a hacer lo correcto.
Lloró amargamente, rogando por que un nuevo día comenzara para poder disculparse con su enamorado por lo tonta que había sido.
"Serafall... ¡Serafall!"
La heredera del clan Sitri salió de sus recuerdos cuando Sirzechs agitó sus hombros para sacarla de aquel trance que le hizo sacar lágrimas.
-S-sí, ya estoy, ¿qué ocurre? -preguntó Serafall limpiándose las lágrimas rápidamente pero era demasiado tarde, Sirzechs lo vio todo.
No le dijo a nadie más acerca de las palabras que Goku le hizo saber anoche. Se las guardó para sí mismas y para su rincón mental.
-Goku ya está aquí y va a empezar la reunión del consejo, debemos darnos prisa -le advirtió Sirzechs a su amiga, quien asintió al oírle.
Consejo.
Un tribunal se encontraba en una gran sala decorada de forma magnánima, ahí se hallaban los principales líderes de la facción anti Maou.
Zekram en el medio como jefe, Zeoticus Gremory, los patriarcas de los clanes Sitri, Phenex, Agares, Astaroth, Glasya-Labolas y Belial eran quienes dirigían aquel tribunal del consejo.
A los lados habían gradas donde estaban las matriarcas de los clanes anteriormente citados, con sus herederos. Y en otra se hallaban otros clanes o pilares de menor rango político.
Goku y su amiga Grayfia estaban en medio de aquella sala frente al tribunal esperando a que Zekram Bael se pronunciara finalmente.
-Grayfia Lucifuge, por favor un paso al frente -habló Zekram tranquilamente y Grayfia asintió, no sin mirar antes al rubio, quien sonrió.
"Todo saldrá bien..."- aquellas palabras tan tranquilizadoras de su amigo sonaron en su mente y eso le dio la suficiente confianza, así que dio un paso al frente como le dijeron.
-Bien, sin más preámbulos los aquí presentes y yo, personalmente, deseamos saber el principal motivo de tu presencia en un territorio que no pertenece a la jurisdicción de la facción Maou -prosiguió Zekram sin dar muchos rodeos.
Grayfia inhaló y exhaló, luego comenzó.
Empezó hablando del día en que le mandaron vigilar una zona fronteriza donde había un pueblo que lo estaba pasando muy mal por la guerra.
Y que justo ahí se topó con Goku. Goku agregó la explicación: venia de entrenar en Qlippoth y al no tener ningún alimento había que comprarlos.
Muchos se sorprendieron al saber que el muchacho entrenó en una zona tan peligrosa, Zekram ya lo sabía pero oírlo en persona fue sensacional, esta generación venía potente...
Grayfia siguió explicando que Goku le propuso combinar fuerzas para ayudar a esas personas y para sorpresa de muchos, incluida Serafall, ella aceptó y juntos repartieron varios alimentos.
Claro, había quien creía que era falso y comenzaron a murmurar cosas contra Grayfia, cosa que enfureció un poquito a Goku.
-Dado que muchos no parecen creer en el testimonio de Grayfia, se lo mostraré desde la única perspectiva posible: la verdad -habló Goku trazando un círculo mágico en el aire- Sal.
De repente el círculo mágico se iluminó de rojo carmesí tiñendo la sala del mismo color, y en un abrir y cerrar de ojos apareció un hombre alto, trajeado, de cabello negro que descendía por su espalda junto a una barba oscura y poblada.
Casi todos los presentes abrieron sus ojos al ver de quién se trataba e incluso Zekram estaba anonadado. No, esa palabra era decir poco.
-Mephisto, creo que no hace falta que lo diga, ¿verdad? -habló Goku tranquilamente viendo a su familiar y Grayfia le observó ensimismada.
Mephistoteles, "el gran mago", uno de los demonios que luchó en la guerra santa contra los ángeles y de los escasos que sobrevivían.
¿Cómo que ahora era un familiar?
El viejo demonio se dedicaba a guiar a las futuras generaciones en el campo de la magia, y le tocó a un joven prodigio como lo era Goku.
En uno de esos días Goku, que en esos tiempos quería ser el más fuerte, le retó a una pelea. Con burla Mephisto aceptó e incluso llegó a jurar que si Goku conseguía golpearle aunque fuera una vez, se haría familiar suyo durante un siglo.
Goku lo consiguió y bueno, el resto es historia.
-¿Qué pretendes, muchacho? -le preguntó el patriarca Astaroth al ver que Goku había invocado al viejo demonio. No tardaron en deducir que era su familiar o algo similar.
-Mostrarles lo que sucedió, el dicho "ver para creer" conviene ser aplicado ahora -le respondió Goku- Adelante Mephisto, muestra la verdad.
Mephisto usó un hechizo simple vinculado a la memoria de Goku para proyectar sus recuerdos de forma que todos los pudieran presenciar.
Y sí, vieron como sucedía tal cual habían contado Goku y Grayfia. Muchos de los que murmuraban se quedaron callados con la revelación y se tragaron sus palabras.
-Lo que vieron son una proyección de mis recuerdos, con eso hay evidencias de que la aquí presente Grayfia Lucifuge está diciendo la verdad -habló Goku sonriendo- Gracias Mephisto, puedes retirarte -le instó el chico a su familiar.
El viejo demonio asintió ante aquello y se fue, honestamente ser familiar de Goku tampoco era malo dado que casi no le invocaba, era como si nada de su vida anterior hubiera cambiado.
"Hmp, parece que el niño impulsivo que conocí ahora es un adolescente más maduro, este chico no dejará de sorprenderme"- discurrió Mephisto mientras se iba de la sala con una sonrisa.
Grayfia le agradeció con una sonrisa y prosiguió con el relato, explicando que días después envió un gran lote de comida a la misma zona.
Muchos sonrieron ante aquel gesto y se empezaron a cuestionar si Grayfia realmente era igual a los miembros de la facción Maou.
Y finalmente les habló de su destierro: las causas, y lo que desencadenó todo aquello. Como era de esperar a varios no les agradó la crueldad con que actuaron la facción de Maous contra una simple adolescente. Era inhumano.
-Eso es todo, después de recobrado la consciencia desperté en los bosques del territorio Phenex -concluyó la diablesa.
A una minoría de los presentes le seguía pareciendo una historia falsa y un complot urdido contra ellos, pero la gran de presentes mayoría creía en las palabras de Grayfia.
-Grayfia sólo es una víctima más de esta guerra, con todas las vidas que ha salvado dando alimentos, ¿no creen que se merece una segunda oportunidad? -preguntó Goku volteandose a las dos tribunas.
"¡¡SI!!"
La tribuna de los clanes menores estalló en un grito y aunque no fueran efusivos la tribuna de Sirzechs y demás también estaba a favor.
"¿Tanto la importa esta chica a Goku, para que vaya tan lejos...?"- Serafall no alcanzaba entender aquello que tenían ambos, pero antes debía pedirle perdón a Goku sea como sea.
Incluso en el tribunal varios como Zeoticus, Lord Phenex o Lord Sitri estaban más que convencidos con lo que habían oído de ella.
Mientras los minutos pasaban y ek consejo debatía Grayfia retrocedió a la altura de Goku e instintivamente le tomó de la mano derecha, para sorpresa del rubio pero lo dejó pasar.
-Grayfia Lucifuge, en base a lo que hemos oído de tu testimonio, del testimonio de Goku Revan y en base a nuestro propio juicio, yo Zekram Bael, te concedo el asilo en esta facción, bienvenida -comentó el gran rey Bael y golpeó la mesa con un martillo dando por finalizado el consejo.
Grayfia apretó suavemente la mano del rubio ante aquella noticia y al momento preciso liberó una pequeña lágrima, que no era de tristeza.
Sino de felicidad.
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Fin del capítulo.
Uff, otra actualización rápida. Siempre hago eso cuando mis historias están en cierto punto culminante. ¿Cómo les va pareciendo el fic?
150 votos como siempre y nos vemos en un par de días. Cuidense y tengan una feliz noche :)
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