Conversación
Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.
"Aquí tiene mi señora"
Una sirvienta depositó una taza de té frente a Reaven, la matriarca Phenex, mientras su hijo primogénito se hallaba sentado a un lado.
-Gracias, puedes retirarte -habló amablemente Reaven y la sirvienta dio un asentimiento antes de salir del enorme salón de aquella mansión.
Goku estaba curioso por saber lo que su madre tenía que hablar con él, pues nada más regresar a casa tras visitar a Gray le sentó para hablar.
El rubio vio con una sonrisa nerviosa cómo su madre daba un sorbo a aquel te y entrecerraba ambos ojos, disfrutando del calor proporcionado por el té que descendía a través de su garganta y creaba una sensación de paz satisfactoria.
-¿Está bueno ese té? -preguntó Goku al ver que su madre no decía nada todavía, y eso le estaba poniendo nervioso- Hace tiempo que no pru...
-¿No crees que me debes una explicación? -preguntó Reaven interrumpiendo las palabras de su primogénito de manera firme y cortante.
-¿A qué te refieres, madre? -el rubio se mostró confuso en un primer momento, pero después pareció saber q qué se refería su bella madre.
-Tu sobre protección con la chica Lucifuge, el hecho de que te marchases del castillo sin avisar... ¿a qué se debe todo esto Goku? -habló Reaven aterrizando en el meollo de la cuestión.
La matriarca había estado guardándose las ganas de preguntarle aquello desde hace varios días debido a que su hijo estuvo ocupado.
Pero ahora Reaven quería saberlo todo. Sabía que había algo más en esa historia que la que Goku les había contado en su momento.
-Me di cuenta de que el sufrimiento de muchas personas deriva de esta guerra... y una de esas personas es Grayfia -habló Goku entrecerrando sus ojos azules y dejando escapar un suspiro.
-¿A eso te referías al decir que es una persona débil e inocente? -preguntó Reaven recordando lo que dijo Goku aquella noche tan peculiar.
-Ella no participaba en esto porque quería sino porque la obligaban, se vio obligada a sacrificar su infancia a cambio de entrenamientos para prepararse para esto, no tuvo una vida normal y siempre estuvo sola, por eso Grayfia es bastante frágil... y al mismo tiempo es bastante fuerte por haber podido soportar todo eso -respondió Goku con una sonrisa que resplandecía en su rostro.
No lo sabía pero en el fondo estaba surgiendo una profunda admiración hacia Grayfia, pese a que todo estaba en su contra siguió en pie.
Raven vio asombrada el fulgor que emitían los ojos azules de su hijo al hablar de la niña Lucifuge, era la primera vez que lo veía así.
La matriarca sintió que todas sus palabras estaban cargadas de sentimientos y pudo sentir el aprecio que Goku le tenía a aquella diablesa.
-Prometí que siempre la protegería y eso es lo que haré, cueste lo que cueste no permitiré que Grayfia sea sumergida por la oscuridad de nuevo -habló Goku con una enorme determinación.
Reaven confirmó sus pensamientos tras oír aquellas palabras y sonrío, un gesto que sin duda no pasó desapercibido por el rubio.
-La tienes en alta estima, ¿verdad? -preguntó concluyentemente la matriarca Phenex mientras con elegancia volvía a dar un sorbo a su té.
Goku se mostró sorprendido por la pregunta de su madre y dedicó un par de segundos para meditar sobre aquella cuestión en su mente.
Sonrió al tener su respuesta.
-La aprecio mucho, justo llevamos siendo amigos desde hace unos días aunque vamos algo lente porque... Grayfia nunca tuvo amigos -respondió Goku soltando una risa seca.
Obviamente no se reía por el hecho de que Grayfia hubiera hecho nulas amistades en su vida, sino porque recordó los chistes que ella hizo aquella noche y le causó bastante gracia.
Reaven sonrió ante lo tierno que se veía Goku en estos momentos, y su sonrisa se ensanchó mostrando el orgullo que tenía hacia su hijo.
-Por un momento pensé que ella te tenía en una especie de hipnosis pero por lo que veo no es así -habló Reaven soltando una risita elegante.
Goku se cruzó de brazos ante aquellas palabras mientras que negaba con la cabeza, ¿Quién en su sano juicio podría llegar a pensar algo así?
-Siempre fuiste un niño diferente, especial Goku -espetó de repente Reaven y el Phenex abrió sus ojos ante tales palabras que no comprendía.
Reaven cerró sus ojos y se mantuvo inmersa en sus recuerdos de hace unos añoa, cuando Goku todavía era más pequeño de lo que es ahora.
-Preferías algo sencillo frente a los lujos y siempre tuviste el don de hacer mejor persona a todo aquel que estaba a tu alrededor... -comentó ella pensando en Sirzechs y sus demás amigos.
Goku seguía sorprendido ya que no pensó en todo aquello. Si no le importaban los lujos es porque no le veía un sentido alguno, sólo eran simples objetos materiales ante sus ojos.
Goku dudaba que tuviera la capacidad de mejorar a las personas cercanas a él, pero desconocía que la afirmación era totalmente cierta, sin ir más lejos Serafall y Sirzechs.
La primera se esforzó durante el mes de entrenamiento en superarse para estar a la altura de Goku y no ser un lastre en el campo de batalla, y el segundo posee la motivación de superar a Goku. Por eso se esforzaba en entrenar para superar a su viejo amigo.
-Eres el único que sabe ver la luz entre la oscuridad -prosiguió Reaven sonriendo- Fuiste el único que creyó en esa chica cuando ninguno lo hizo, y a día de hoy ya forma parte de nuestra facción, sólo tú podrías haberlo conseguido.
Incluso ella misma se sorprendió al ver que Goku, contra todo pronóstico, le dio la vuelta a la situación convenciendo al consejo de clanes. Nadie más podría haberlo logrado sino él.
El rubio no entendía a dónde quería llegar su madre con esas palabras, pero sí dedicó toda su atención para escucharla y tratar de comprender en qué punto quería desembocar con todo eso.
-Y fuiste también el único en comprender el verdadero trasfondo de esta guerra, muchos sufrirán si no ganamos esta guerra. Ninguno de tus amigos es tan consciente de ello pero tú lograste entenderlo -habló Reaven esta vez más seria debido a la magnitud de aquel asunto.
-Entiendo madre... ¿pero adónde quieres llegar con esto? -preguntó Goku con tono respetuoso, lo que menos quería era enfadar a su madre.
-Estoy muy orgullosa de ti y de todo lo que estás logrando, te has convertido en todo un hombre... mi pequeño bebé -dijo Reaven con una sonrisa.
La matriarca atrajo hacia sus brazos a Goku y le abrazó con el cariño de una madre. Sí, estaba muy pero muy orgullosa de la persona en que se había convertido su primogénito a día de hoy.
Goku correspondió el abrazo con una sonrisa impregnada en su rostro. No iba a defraudarles a ninguno de ellos, no podía permitirse el lujo de tirar a la basura esa confianza que habían dejado en él, por eso daría todo de sí en esta guerra.
-Quiero confiar en esa chica... Grayfia, así que esta noche invítala a cenar con nosotros -habló o más bien mandó Reaven deshaciendo el abrazo.
Goku asintió ante aquello, al menos Grayfia podría salir del castillo aunque fuera por un par de horas. Sin duda esta cena prometía bastante.
-Ah, se me olvidaba, hay alguien a la que has tenido muy abandonada estos días, y que quiere hablar contigo -añadió la matriarca y Goku abrió sus ojos sabiendo a quién se refería su madre.
Goku sabía perfectamente que tenía que hablar con Serafall tras lo sucedido la última vez, ahora mismo su amistad estaba en la cuerda floja.
Sí, había tenido abandonados a sus amigos estos días. Esperaba incluir a Grayfia en el grupo para así no tener que dividir su tiempo en dos.
-Recuerda que ante todo Serafall es tu prometida, y tu mejor amiga desde hace que eran niños... no hagas ninguna tontería hijo -le aconsejó Reaven antes de besarle la frente.
La matriarca temía que la llegada de Grayfia hubiera estropeado de alguna manera la buena relación que tenían Serafall y su hijo Goku.
Deseaba que no fuera así.
-Procuraré no hacerlo -asintió Goku y su madre le dedicó una ultima sonrisa antes de retirarse.
El Phenex inhaló aire y dejó que el mismo se escapara a través de sus labios, en forma de un suave susurro. Esperaba que todo saliera bien.
De pronto las puertas se abrieron nuevamente y fue Serafall quien entró esta vez al gran salón de la mansión Phenex para reunirse con Goku.
La diablesa se lo había pedido a Reaven unos días antes y la matriarca aseveró, después de todo era la prometida de Goku y estaba en su derecho si quería tener una sentada con él.
"Go-chan..."- un cohibido susurro sonó en su mente al ver al rubio, quien estaba de espaldas seguramente pensando qué decirle a Serafall en estos momentos para no fastidiarlo todo.
Todos los recuerdos de aquella noche de lágrimas golpearon su mente en aquel momento, y sin pensárselo tres veces Serafall Sitri corrió y abrazó la espalda del chico que más amaba.
-¡Per-perdóname Go-chan, y-yo fui una egoísta q-que no pensó en ti! -habló Serafall aferrándose a él mientras liberaba su dolor en un llanto.
Goku permaneció con la cabeza agachada y los puños apretados. Si había algo que no le gustaba era ver a las personas derramando lágrimas.
Y más si era alguien importante para él.
-De-desde que te fuiste só-sólo pensé en ha-hacerme más fuerte para no defraudarte, para que no tengas que pro-protegerme to-todo el rato -intentó explicar Serafall entre varios sollozos.
Ese fue el motivo por el que se despertó cada mañana durante un mes, aguantando severos entrenamientos por parte de su madre.
Pero nunca flaqueó, siempre levantó la cabeza con el objetivo de alcanzar su meta... porque eso es algo que Goku haría si estuviera en su lugar.
-Y cu-cuando regresaste, m-me sentí tan contenta po-porque finalmente te demostraría todo lo que aprendí y que no se-seré una carga para ti -prosiguió la hermosa heredera Sitri.
Sí, al igual que Sirzechs ella tenía todas las ganas del mundo para enseñarle al rubio lo mucho que ella había evolucionado en su manera de luchar durante todo el mes.
Pero una cosa llevó a la otra y cuando menos se lo esperó, llegó la persona que la puso en su lugar y la obligó a reflexionar sobre su poder.
Grayfia Lucifuge.
-E-estuve desconcertada cuando apareció ella, pero no entendí porque la defendías tanto si no la conocías por mucho tiempo... hasta que esa noche entendí porqué la protegías -comentó la díablesa ahora un poquito más tranquila.
Grayfia había vivido una vida contraria a la suya... y sólo imaginarse aquello le hizo sentir mucha pena hacia la diablesa, supuso que por eso Goku la protegía y daba la cara ante todos.
Además, era bastante admirable que Grayfia siguiera en pie después de haber pasado por tanto. Normal que Goku se hubiera fijado en alguien ella... Serafall sintió algo de celos.
-Pe-perdóname por haberte golpeado aquel día... fui una tonta, estaba muy confundida e hice eso sin pensar -se disculpó nuevamente Serafall.
Le dolía haber golpeado a su prometido y haberle gritado. Todo fue fruto de su egoísmo y falta de empatía hacia su supuesto enamorado.
-Te-tengo miedo de que esta gu-guerra nos aleje... no puedo vivir sin ti -susurró Serafall recostando la cabeza sobre su espalda.
Sinceramente no se imaginaba un futuro en el que no estuviera el rubio, simplemente no podía hacerlo. Sí o sí Goku debía estar en tu futuro.
Goku relajó su cuerpo tras oír aquellas palabras y cuando se dio la vuelta Serafall se vio obligada a soltarle. Era hora de escuchar al rubio.
-Me alegro de que me hubieras dado esa bofetada, pues gracias a eso me di cuenta de lo egoísta que fui al no pensar en cómo te afectaría todo aquello personalmente y al marcharme del castillo así por así -habló Goku con una sonrisa.
Y razón no le faltaba. No pensó ni en Serafall ni en los demás cuando se juntó con Grayfia para repartir los alimentos y al hacerse su amigo.
-Quise hacerles entender en una noche algo que a mí me costó tiempo comprender, eso también fue egoísta de mi parte Serafall -continuó Goku mencionando aquellos errores que cometió.
Muy difícilmente ellos podrían entender una situación que no habían experimentado. Goku lo que quiso es que lo entendieran así sin más, sólo para que aceptaran a Grayfia en su facción.
Quiso que entendieran que de esta guerra dependía la vida de muchas personas y que incluso antes de que estallase en sí la guerra habían víctimas... Grayfia una de ellas.
Desde ese punto de vista sonaba bastante egoísta, y Goku lo lamentaba porque en ese tiempo se sintió muy culpable del destierro de Grayfia y quiso remediarlo de cualquier forma.
-Así que no cargues con esa culpa tú sola, yo también fallé... y mucho -profirió Goku con una sonrisa amarga- Pero ten en cuenta que hagas lo que hagas nunca me defraudarás, no eres una carga para mí Serafall. Recuerdas que somos un equipo, ¿no? -le preguntó Goku sonriendo.
Serafall abrió ambos ojos violáceos al ver que Goku limpiaba con sus manos las lágrimas de tristeza que descendían por sus mejillas.
-Sí... somos un equipo -respondió Serafall poniendo sus manos sobre las del rubio, y esbozando una resplandeciente sonrisa.
Una sensación de paz y sosiego llenó su pecho en aquel instante. Serafall se sentía liberada del yugo que la atormentó en estos últimos días.
De igual forma Goku se sentía más tranquilo al saber que había podido arreglar su situación con Serafall. La amistad que él mantenía con ella era algo muy importante y que debía preservar.
-Go-chan hay una cosa... -el rostro de Serafall se volvió rostro al decir aquello- T-tú... me viste des-desnuda aquella no-noche, ¿verdad?
Sabía que esa pregunta era demasiado obvia, pero tenía la esperanza de que Goku no hubiera visto nada... ya que todavía no se habían casado.
-B-bueno no me fije ni nada eh -habló Goku nerviosamente y mintió, porque sí se fijó en el maravilloso cuerpo de Serafall, aunque de manera involuntaria. Él no era un pervertido.
"¡Admite que querías aprovecharte de mí, eres un pervertido!"- Goku juró oír la voz de Grayfia y tuvo un escalofrío recordando los enojos de Grayfia.
"Queeeeeeeee"
Un grito femenino resonó en el salón, y el par de prometidos se giró viendo cómo una chica pelirrosa caminaba iracunda hacia ellos.
-¡¿Có-cómo que la viste desnuda Goku?! ¿Qué quieres decir eso? -demandó Roygun Belphegor tomándole de la camisa a un nervioso Goku.
Por suerte, Serafall vino a su rescate. O más bien vino para destruir totalmente a su potencial rival.
-¡S-sí, él me vio desnuda hace unas noches! -exclamó Serafall sonrojada creyendo que con esto Roygun no se recuperaría fácilmente.
"Rayos Serafall"- Goku escuchó aquellas palabras con una gota de sudor. Ahora estallaría una gran guerra y él sería el campo de batalla.
No entendía porqué se trataban así si de pequeñas eran mejores amigas. Pero notó que cuando anunciaron que se casaría con Serafall todo cambió y ahí empezaron a llevarse mal.
Roygun abrió sus ojos ante aquello e infló sus mejillas, ella no podía dejar que esto terminara de esta forma. ¡Serafall no se saldría con la suya!
-¡¿Q-qué haces?! -demandó Serafall al ver que Roygun comenzaba a desabotonarse la camisa que llevaba para luego proseguir con su falda.
-¡S-si tú te desnudaste frente a Goku... haré lo mismo! ¡Le demostraré quién de nosotras tiene mejor cuerpo! -exclamó Roygun con una sonrisa desafiante haciendo que Serafall temblase.
Justo entonces, las dos rivales se voltearon hacia Goku y vieron que había una cortina de humo en su lugar... Goku se había fugado.
Con Goku.
El rubio respiraba agitadamente mientras se cercioraba de que no le hubieran seguido, un poco más y todo habría acabado muy mal.
"Retirarse no era una opción, sino un deber"- pensó Goku jadeando en busca de oxígeno.
Estaba en la azotea del castillo recuperando el aliento, mientras indagaba en lo sucedido últimamente con Grayfia, Serafall y demás.
Goku se alegraba mucho de que hubiera hecho las paces con Serafall y aclarar lo sucedido en los últimos días en lo que respectaba a Grayfia.
Su amistad seguía intacta y podría decirse que se habría fortalecido aún más al sincerarse.
Con Grayfia todo iba viento en popa en todos los sentidos; estaba muy feliz por tenerla ahí, aunque no en las mejores condiciones.
Esperaba que esta cena se desarrollara de la mejor manera... Sería el primer paso para incluir real y verdaderamente a Grayfia en su facción.
Por la noche.
Definitivamente esto fue inesperado.
Grayfia no se esperó que la invitaran a cenar tan pronto, pero en el fondo agradecía que sólo fuera con los padres de Goku en el castillo Phenex.
Obviamente no estaba en posición de rechazar esa invitación, así que se preparó tan bien como pudo y se encaminó al castillo principal.
Se presentó y tocó la puerta con un vestido elegante azul marino y con su cabello plateado recogido en dos trenzas que caían por los lados de su rostro, junto a varios flequillos y una larga melena plateada que descendía por su espalda.
Grayfia sabía bien que probablemente varios pares de guardias la estaban vigilando en estos momentos y suspiró recordando que sería sólo por unos meses según le había dicho Goku.
De pronto, se abrió la puerta.
-Por fin llegas Gray, estás muy hermosa esta noche -habló Goku con una sonrisa y dejándola pasar mientras se rascaba la nuca sonriendo.
Aunque halagar no fuera su fuerte, aquel comentario sirvió para hacerla sonrojarse por unos instantes, que usó para examinar a Goku.
Una camiseta blanca con unos tirantes negros, unos pantalones y zapatos del mismo color era la indumentaria que vestía Goku para la cena.
-Gracias Rev... -hizo una pausa- Tú también te ves lindo esta noche -por alguna razón Grayfia se sintió muy extraña al decir aquella palabra, salió por sí sola de su boca sin que ella lo supiera.
Goku parpadeó al escuchar lo que dijo su amiga, pensó que se burlaría de él pero no fue así... Por lo que usaría eso para molestar un rato a Gray.
-¿Verdad que sí voy bien? Jejeje -habló Goku rascándose la nariz con una pizca de orgullo, le gustaba provocar a Grayfia y ver sus reacciones.
-Hmpf, tampoco es para tanto... no tienes porqué presumir, tonto -respondió Grayfia mirando hacia otro lado mientras que cruzaba sus brazos.
-Lo mismo te digo Gray... no tienes porqué presumir -comentó él encogiéndose de hombros mientras seguía caminando con una sonrisa.
Grayfia frunció el entrecejo y le pellizcó en la espalda dejando a Goku con lágrimas alrededor de sus ojos debido al daño que le propinó ella.
-Perdón, no te escuché antes... ¿decías? -preguntó Grayfia inocentemente y Goku sudó nervioso. Él mismo se lo había buscado.
-Que estás bonita... sí, eso mismo dije -habló Goku suspirando con derrota y Grayfia sonrió victoriosamente. Había ganado la partida.
Entonces se presentaron frente a los lideres del clan Phenex, los cuales esperaban a su invitada.
-Padre, madre, ella es Grayfia -habló el rubio viendo a sus progenitores y Grayfia dio un paso al frente para presentarse adecuadamente.
-Es un gran placer para mí conocerles, Lord y Lady Phenex, mi nombre es Grayfia Lucifuge y quisiera expresarles a ustedes mis más sincero agradecimiento por haber hecho que mi estancia en su castillo sea posible -habló Grayfia hincada sobre su rodilla en señal de enorme respeto.
No había mentira en sus palabras, estaba muy agradecida con la familia de Goku por haberla acogido ya que pudo caer en un sitio peor.
-Educada y con modales... eso me gusta, bienvenida seas Grayfia -Reaven se pronunció con una sonrisa sincera y Grayfia alzó la cabeza.
Goku sólo pudo sonreír de alegría ante aquello. De momento esta noche se avecinaba de lo más interesante posible para él y para su familia.
Horas después.
La cena fue un rotundo éxito en todo los sentidos y Goku estaba muy contento por ello.
Sus padres se mostraron amables con Grayfia en todo momento y evitaron hacerle preguntas incómodas relacionadas con su pasado.
Por ejemplo le preguntaron sobre sus adicciones. Ella respondió que le gustaba leer y ambos pensaron que fue acertado poner gran cantidad de libros en el castillo de invitados.
Se sorprendieron al ver lo recatada y educada que era Grayfia. No era hiperactiva como Serafall y quisquillosa como lo podía ser Roygun.
Tampoco sintieron esa pizca de maldad que tenían seres como Rizevim, Bidleid Beelzebub o Tsuufame Leviathan... Grayfia era como una hoja en blanco. Parecía totalmente inmaculada.
Pero durante la cena Reaven se dedicó más a contar varias anécdotas de la infancia del rubio, muchas de ellas vergonzosas para Goku.
-Así que nada más nacer redujiste a cenizas tu propia cuna... Pfffff -Grayfia se aguantó las ganas de reír y Goku se rascó la nuca.
Ahora la estaba acompañando al castillo de invitados y mientras tanto se entretenían charlando y recordando varias anécdotas.
-No te burles, que Sirzechs distorsionó la realidad del cuarto donde nació, incluso el doctor tuvo miedo de ponerle un dedo encima dado que sería pulverizado por el poder de la destrucción que emanaba su cuerpo -habló el Phenex recordando lo que le contó Venelana.
Sirzechs era una anomalía desde que nació, ningún bebé normal deformaría la percepción física de los objetos del cuarto donde nació.
-Sin duda ustedes han tenido nacimientos... poco ordinarios, por suerte o por desgracia no hay mucho que sepa en mi caso -habló Grayfia suspirando y caminando a la par de su amigo.
-Seguro que al nacer mataste al doctor con uno de tus chistes jajaja -se burló Goku sujetándose el estómago. Sin duda este chiste fue brutal.
Grayfia infló sus mejillas sonrojada por la vergüenza y sin poder contenerse le golpeó el hombro y apresuró su marcha dejando a Goku atrás, quien se ahogaba en su propia risa.
-¡Vamos, vamos que no es para tanto Gray! Aunque te agradezco que durante la cena no hubieras contado ningún chiste jajaja -Grayfia sólo aceleró el paso ante las burlas de Goku.
-Te odio... en verdad me esforcé en decir cosas divertidas para hacerte reír -musitó Grayfia con el ceño fruncido y cruzó ambos brazos.
-Lo sé, lo sé... perdón, no quise burlarme de ti Gray, ¿me perdonas? -preguntó Goku mirándole a Grayfia con la mirada de un cachorro perdido.
Grayfia sólo negó con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa, lo cual Goku tradujo como "Si, te perdonaré pero me ahorraré decírtelo".
Así siguieron caminando durante un par de minutos hasta que llegaron a su destino final.
-Bueno... hemos llegado, supongo que es hora de despedirnos, ¿no? -habló Goku viendo que las puertas de entrada se abrieron por sí solas.
-Sí... te agradezco la cena de esta noche, fue bastante divertida. Tu madre es una persona formidable -confesó Grayfia sonriendo.
Goku sonrió estando de acuerdo con esas palabras. Su madre fue quien orquestó la cena y le había salido bien. No, la palabra se quedaba corta con el gran éxito que había tenido la cena.
-Entonces... mañana nos vemos, ¿no? -preguntó el rubio viendo s Grayfia, quien asintió.
-Pero esta vez toca la puerta antes de venir, ¿de acuerdo? -habló ella con severidad y Goku asintió tragando saliva ante aquella mirada.
-Claro... no dudes que lo haré jejeje, buenas noches Gray -se despidió Goku con una sonrisa a punto de irse de vuelta al castillo principal.
-Buenas noches Rev... que descanses -correspondió Grayfia cerrando la puerta del castillo lentamente mientras sonreía.
-Igualmente, cuídate -concluyó Goku y Grayfia le sonrió antes de cerrar la puerta de manera definitiva- Sin duda hoy ha sido un gran día.
Mientras tanto Grayfia subía las escaleras en dirección a su cuarto. Una vez ahi tomó cierto librito especial y se tumbó en la cama.
-Querido diario: hoy ha sido un día fantástico -murmuró Grayfia y con una gran sonrisa empezó a escribir todo lo que le sucedió aquel día.
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Fin del capítulo.
Intentaré apresurar un poco la marcha en los siguientes capítulos para así desembocar en la guerra civil... No quiero alargar esto demasiado.
En fin, espero que el capitulo haya sido de su agrado, si es así voten y comenten. Como siempre 150 votos y pronto nuevo cap.
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