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Buscando a la princesa

Renuncia de derechos, los personajes que salgan aquí son de sus respectivos autores.

Una brisa bastante gélida circulaba en el interior de aquella cueva, que pronto se llenó de frialdad.

Goku miraba el agua que caía de las cataratas con un rostro pensativo después de su charla con Serafall donde ella terminó dándole una bofetada.

En parte se lo merecía, fue fallo suyo al no confiar en sus amigos y decirles lo que estaba sucediendo con el asunto de Grayfia y cómo es que la conocía.

-Sigh... trataré de resolver todo eso cuanto antes -habló Goku suspirando, primero tenía que resolver lo de Grayfia que recientemente fue desterrada.

Precisamente pensando en ella se giró y vio que Grayfia descansaba en su lecho, salvo que estaba tiritando por el intenso frío que hacía esa noche.

El inframundo no tenía sol así que la temperatura media apenas rozaba los 10°C, pero cuando hacía frío bajaba muchos cientos de grados bajo cero.

-Parece que tiene mucho frío -habló Goku tocando la frente de Grayfia por lo que decidió crear una sábana más gruesa para cubrirle.

Una vez creada la sábana la estiró para cubrir a Grayfia, pero no se esperó que ella le tomara de la mano. Aquella acción que le asustó un poco.

-¿G-Grayfia? -preguntó el rubio bastante desconcertado viendo cómo ella no parecía soltarle aunque estuviera medio dormida.

-N-no me dejes por favor... no quiero estar sola de nuevo... -susurró Grayfia con los ojos entreabiertos que dejaban entrever algunas lágrimas en ellos.

Goku vio aquellas lágrimas, realmente vio tristeza en ellos y sabía que no podía dejarla. No después de lo que había prometido aquella noche.

-Prometí protegerte... siempre estaré contigo -habló Goku acariciando el cabello de Grayfia con su mano libre y entonces se recostó a su lado.

Sin previo aviso Grayfia se aferró a él con gran fuerza impidiéndole zafarse del agarre. Una gota de sudor bajó por su nuca ante aquel abrazo.

"Ni modo... seguro que se enfadará mañana aunque sea ella quien me esté abrazando"- pensó Goku con una sonrisa nerviosa en su rostro.

Quién diría que semanas después ambos terminarían enamorándose uno del otro y que serian separados por el fatídico destino.

"BOUUGH"

Grayfia vomitó aferrándose con fuerza al váter, esta debía ser la quinta o sexta vez en una hora.

Aquellos recuerdos de la cueva abordaron de nuevo su mente y su pecho se oprimió por todo el dolor que se había acumulado en la zona.

Hacía una hora que regresaron de su misión en el territorio Bael pero no consiguieron su objetivo principal que era acabar con el líder del clan.

Tsuufame Leviathan tuvo una lucha reñida con la segunda matriarca del clan, pero ella no fue a muerte debido que apenas esto empezaba.

Tanto Katerea como ella lucharon contra las tropas del ejército Bael y se llevaron a muchos por delante causando así múltiples bajas.

Sus manos se volvieron a manchar de sangre, pero no tuvo de otra pues el hechizo de Amón se aseguraría de castigarla bien si no lo hacía.

Cada vez que un pensamiento de "traición" surcaba su mente ella recibía una descarga de poder demoníaco en su cuerpo. Y no era suave.

Cada vez que pensaba en Goku su cuerpo pagaba las consecuencias debido al hechizo, pero más le dolía no estar con su amado.

-R-Rev... -susurró Grayfia liberando varias lágrimas y enseguida su cuello destelló con la marca del hechizo de Amón y recibió una oleada de poder demoníaco en su cuerpo- ¡AAAHHH!

Grayfia se dirigió ambas manos a la cabeza tomándose el cabello con dolor, ¿por qué tanto sufrimiento? ¿Acaso era mucho pedir ser feliz?

-L-lo único que quería era estar con él, ¿por qué no puedo? ¡¿POR QUÉ?! -se preguntó Grayfia con el rostro inundado en lágrimas de tristeza.

No hubo ninguna respuesta, se preguntó qué sentido tenía vivir cuando su única luz y felicidad le fue cruelmente arrebatado por la misma vida.

"Eres patética"

"No mereces ser mi hija"

"Eres una asquerosa basura"

"Estás destinada al fracaso"

"Eres una decepción para "

Aquellas voces sonaban sin cesar en su cabeza en un fuerte martilleo que resonaba constantemente... No, ya no podía más.

Grayfia ya estaba harta de tanto sufrimiento, harta de tanto dolor, harta de tantas lágrimas, harta de su existencia vacía y nebulosa...

Así que creó un cuchillo de hielo para ponerle fin a su patética vida, deseando que si llegaba a tener otra oportunidad pudiera reencontrarse con Goku. Tal vez, sólo tal vez, tener una vida con él.

"DETENTE"

Una voz impidió que Grayfia pusiera fin a su vida en aquel instante, justo cuando el cuchillo estaba a unos escasos centímetros de su abdomen.

-¿E-Euclid? -preguntó Grayfia reconociendo a aquel sujeto quien se acercó rápidamente a ella.

-¡¿En qué demonios estabas pensando Grayfia?! -exclamó Euclid exaltado y enseguida deshizo el cuchillo de hielo con su propio poder demoníaco.

Fue entonces cuando Grayfia regresó a sus cabales y se dio cuenta de que estuvo a punto de cometer una estupidez muy, pero muy grande.

Sus ojos nuevamente se llenaron de lágrimas y sin pensárselo Grayfia se abalanzó hacia su hermano menor abrazándole con fuerza.

-¡L-lo siento! ¡Siento no haber estado ahí para ti! -todos sus arrepentimientos salieron a la luz sin que pudiera evitarlo- ¡Per-perdóname Euclid!

Euclid vio sorprendido aquella acción pero esbozó una pequeña sonrisa y acarició el cabello de su hermana, que pronto llamó su atención.

-No fue tu culpa... padre te obligó y realmente me molesta que nos haya utilizado -habló Euclid haciendo una mueca- Por eso nos iremos.

-¿Eh? -fue lo único que pudo decir Grayfia.

-Como lo oyes hermana, Rizevim no luchará en esta estúpida guerra por lo que aprovecharé en irme con él. Vendrás conmigo, ¿no? -el pequeño Lucifuge le preguntó a su hermana sonriendo.

Grayfia no supo qué responder, le desagradaba Rizevim pero a su vez quería recuperar el tiempo perdido con su hermano. Aunque había un 'pero'.

Y es que si por alguna razón seguía con vida después de esta guerra, haría lo imposible para reencontrarse con el amor de su vida, Goku.

-No tienes porqué responder ahora, estás cansada y necesitas reposo... -Euclid ayudó a levantarse a su hermana mayor quien asintió.

Grayfia mostró una sonrisa, hacía muchísimo tiempo que no abrazaba a su pequeño hermano y el hacerlo le trajo buenos recuerdos a la mente.

Le costó por unos momentos ponerse en pie después de un tiempo prolongado vomitando.

-Por lo que veo tienes un nuevo estilo -habló Euclid viendo lo que sucedió con el cabello de Grayfia, que ya no era largo como una cascada.

Sino que era más corto, con dos mechones cayendo a cada lado y apenas le llegaba a los hombros, antes le llegaba hasta el cóccix.

-Fue Tsuufame... dijo que sería mejor que lo llevase corto para combatir -habló Grayfia con tristeza, aquel era el cabello que tanto adoraba acariciar Goku y ahora ya no podría hacerlo...

-Esa estúpida, ojalá se muera -masculló Euclid con rabia, ninguno de los Maou le caía en gracia.

Grayfia pudo acomodarse en su cama por fin, realmente su cuerpo necesitaba descansar.

-Mañana a primera hora regreso aquí, procura descansar -habló Euclid con una amable sonrisa.

-S-sí... gracias por todo Euclid -Grayfia habló sonriendo- Mientras siga contigo... me esforzaré en ser una mejor hermana para ti -añadió ella.

-Oh vamos, ¿dónde quedó la Grayfia fría de antes? -Euclid bromeó pero su hermana no se lo tomó del mismo modo- Jejeje sólo bromeaba.

-Más te vale... -Grayfia se cruzó de brazos y Euclid sonrió antes de abandonar la habitación.

Grayfia presionó ambos puños lamentando profundamente lo que estuvo a punto de hacer, casi cede ante la desesperación y la oscuridad que acechaban su existencia constantemente.

No, todavía no se iba a rendir.

Tenía mucho que vivir, y sobretodo seguía teniendo esperanza en en corazón... seguía confiando en que su héroe la salvaría.

"Me da igual si te aceptan o no, prometí que te protegería y eso haré aunque tenga a cielo y tierra contra mí"- Grayfia recordó aquellas palabras y su corazón dio un gran vuelco en aquel instante.

Se aferraría a esa esperanza aunque fuera lo último que hiciera, eso nadie se lo podría arrebatar por más hechizos que le pusieran.

Deseaba volver a encontrarse con él y decirle lo mucho que le amaba. Seguía arrepintiéndose de no habérselo dicho ese día y de no haber besado sus labios a pesar de que tuvo la oportunidad.

-T-te amo Rev... -susurró Grayfia abrazando su almohada y el hechizo se encargó de los dolores pero debía soportarlos, aún no se iba a rendir.

"También te amo Gray"

Grayfia juró oír la voz de Goku a su lado y eso reconfortó bastante su corazón. Le reconfortó el saber que era amada y aquello fue suficiente para hacer el dolor mucho más soportable.

Abajo.

"No puede ser"

Tsuufame comentó cuando oyó el reporte de Beelzebub, estaban en el castillo Lucifuge dando los reportes acerca de sus respectivas misiones.

-Así es, el niño Phenex acabó con Asmodeus y al parecer con todo su ejército pues ninguno ha regresado -habló el hijo del Maou Beelzebub.

-Así que sólo quedamos nosotros dos... -Tssufame apretó sus puños, no entró en sus planes perder a un miembro tan importante.

-¿Cómo les fue a ustedes con los Bael? -le preguntó Beelzebub mientras mordisqueaba una manzana verde y la hija de Leviathan resopló.

-Destruimos buena parte del ejército pero ni Zekram ni el patriarca estaban presentes por lo que nos retiramos dos horas después -respondió Tsuufame Leviathan con media sonrisa.

-Quitando la muerte de Zerikel no todo fue un desastre... destruí la ciudad Gremory aunque fue imposible vencer al niño Gremory... -habló Beelzebub recordando su pelea con Sirzechs.

-Es uno de los tres Super Devil, francamente no sé si tenemos oportunidad alguna de ganar aunque Grayfia esté nuevamente aquí... -habló Tsufame con un tono de voz algo dubitativo.

Y era normal tener dudas, después de todo se enfrentaban a tres Super Devil y a tres demonios de rango Maou como lo son Serafall Sitri, Roygun Belphegor y el perezoso Falbium Glasya-Labolas.

-Con el plan que hemos trazado dudo que perdamos... ¿no es así Rizevim? -preguntó Beelzebub viendo la otra punta de la mesa.

-¡Ohh sí! Está todo listo para que ustedes ganen, pero yo no lucharé hehe -Rizevim habló apoyando la mano en su mejilla izquierda.

-¿Eh? Pero si tú también eres un Super Devil, ¡con tu ayuda nosot...! -Tsuufame no pudo terminar en el momento en que Rizevim negó con su mano.

-No, no, no, dije que los iba a ayudar pero no necesariamente en el campo de batalla -habló Rizevim con una sonrisa- Supongo que es hora de irme a mi castillo, ¡nos vemoooos saludoos!

Rizevim desapareció en un polvo de hadas dejando a Tsuufame con una gota de sudor.

"Vaya, y pensar que ese hombre es hijo de Lord Lucifer"- pensó Tsuufame con mucha decepción, conoció a Lucifer antes de su muerte y la verdad padre e hijo eran polos opuestos en carácter.

Beelzebub sonrió con amargura, sabía que esto iba a pasar aunque tuvo la esperanza de que su amigo podría ayudarles durante la batalla.

"Tsuufame Leviathan"

La mencionada se volteó al oír su nombre y vio que fue el patriarca Lucifuge quien lo pronunció, que venía acompañado de otros cinco hombres.

-¿Cómo fue el desempeño de Grayfia durante el asalto al territorio Bael? -preguntó con seriedad el experimentado hombre de cabellos plateados.

-Gracias al hechizo pudo cumplir con su trabajo -respondió Tsuufame sin darle más importancia.

-Me lo esperaba, esta guerra no será nada fácil, y me temo que tendremos que llevar esto a otro extremo -habló Lord Lucifuge viendo a los cinco hombres, que lideraban las casas de Lucifer.

-¿A qué se refiere? Con el plan que llevaremos a cabo... -Beelzebub con pudo terminar cuando Lord Lucifuge negó de repente con la cabeza.

-No creo que eso sea suficiente para aniquilar a tres Super Devil -respondió, para molestia de Beelzebub- Si queremos ganar tendremos que usar a varios de los doce pecadores malditos.

-¿Doce pecadores malditos? -preguntaron Beelzebub y Tsuufame con evidente interés.

-Doce ángeles condenados al eterno abismo a la espera del Juicio Final... -informó el patriarca Lucifuge para sorpresa de ambos demonios.

En principio esta era una información que sólo sabían las casas de Lucifer, pero vista la situación actual era necesario que los hijos de los Maou la supieran si pretendían vencer.

-Lucifer usó el poder de esos ángeles para crear doce armas de destrucción masiva -prosiguió el patriarca- Pero nunca las usó en la guerra santa por temor a que ellas pudieran descontrolarse.

-Un momento, ¿por qué nos enteramos de esto ahora? -preguntó Beelzebub, se suponía que eran los hijos de los Maou, por ende debían saberlo.

-Esto sólo era sabido por las seis casas de Lucifer. Sin embargo, dado el actual momento, es necesario que ustedes lo sepan -respondió Lord Lucifuge tranquilamente- ¿Que harán?

Todos estaban conscientes de que si usaban aquellas armas podrían ocasionar un gran caos en el inframundo, pero debían arriesgarse...

Tssufame y Beelzebub se miraron con una sonrisa, esta era una oportunidad que no debían desaprovechar sí querían acabar de una vez con los tres Super Devil y gobernar en el inframundo.

Días después.

El primer estallido de la guerra dejó muchas víctimas, que recibieron su merecido funeral.

Hubieron muchas lágrimas y era normal, fueron muchos los que perdieron a sus seres queridos y eran conscientes de que no les volverían a ver.

Todos se esforzaron para reconstruir el castillo de invitados del territorio Phenex, y en reforzar el castillo principal, que también sufrió daños.

La ciudad Gremory tardaría mucho tiempo más en reconstruirse, el número de muertos ascendió a doscientos y aún seguían buscando cadáveres.

Sirzechs y Roygun colaboraban sacando escombros para que las familias pudieran enterrar como debían a sus seres queridos.

El castillo Bael no sufrió tantos daños por lo que tardó menos en arreglarse. Los soldados muertos recibieron su respectivo homenaje.

En estos momentos los lideres de los clanes junto a sus respectivos herederos se hallaban reunidos comentando lo sucedido el otro día.

-Sí... pude frenar a Tsuufame Teraku Leviathan pero aun así hubieron muchas bajas -habló una mujer pelinegra que era bastante hermosa.

Era Misla Bael, anteriormente Vapula, una de las esposas del patriarca del clan Bael quien buscaba tener una descendencia digna.

Misla peleó con uñas y dientes contra la hija de Leviathan y consiguió detenerla pese a que esta última era mucho más poderosa que ella.

-Hiciste un buen trabajo Misla, ¿qué sucedió con ustedes en el territorio Gremory? -preguntó Zekram mirando a Roygun y Sirzechs.

Ninguno de ellos quería recordar las escenas tan duras que vieron, pero debían dar su reporte.

-La ciudad se volvió un infierno, todos los edificios se derrumbaron enterrando a gente consigo -habló Roygun con bastante pesar.

-Muchos fallecieron al acto -Sirzechs recordó a sus niños y apretó sus puños con fuerza- Roygun se encargó de evacuar a todos los supervivientes mientras que yo combatía contra Beelzebub.

-¿Qué sucedió en tu pelea? -preguntó Zekram, el ancestro del clan Bael, con un peculiar interés.

-No pude vencerle, se escapó antes de eso -respondió Sirzechs bajando su cabeza, todavía se sentía muy decepcionado consigo mismo.

-¡Pero sus tropas perdieron! ¡Anímate! -Serafall trató de animar a su amigo con una gran sonrisa.

-Luego mientras evacuaba a la gente apareció la gran bestia Behemot, con un poco de suerte pude vencerle -Roygun habló, para sorpresa de muchos que no llegaban a creérselo del todo.

-Se suponía que esa bestia estaba sellada -Ajuuka murmuró pero fue escuchado por todos.

-Es así pequeño, pero me temo que la facción Maou está dispuesta a todo para ganar, y eso incluye liberar de su letargo a antiguas bestias -habló Zekram suspirando tediosamente.

-A pesar de todo fue una hazaña asombrosa por parte de Roygun -habló Lady Sitri orgullosa de su discípula y le dedicó una mirada contenta.

-Desde luego -asintió Zekram- Por lo que tengo entendido el territorio Phenex también sufrió un ataque de los Maou, ¿no es así Goku Revan?

Todos depositaron sus miradas en Goku, que hasta ahora no había hablado. Se le veía más callado de lo habitual y con un rostro serio.

-Sí, caminaba hacia el castillo de invitados cuando una bomba estalló y entonces lo volvió todo escombros -le informó Goku a Zekram.

Serafall lamentó aquello, no veía a Goku desde hacía tiempo y la primera noticia que tenía de él era esta. Esperaba hablar más tarde con él.

-Muchos murieron e incluso perdí un brazo, que luego regenere -prosiguió el rubio- Intenté comunicarme pero crearon una barrera que lo impedía, por lo que los soldados y yo salimos a luchar contra Zerikel Asmodeus y sus tropas.

Reaven lamentaba de igual manera por lo que tuvo que pasar su hijo. Por alguna razón le veía más... distante y apagado, algo debió pasarle.

-Tras varias horas los soldados vencieron, aunque en parte eso se debió a que muchos enemigos se rindieron en el momento en que corté la cabeza de Asmodeus -habló Goku y muchos palidecieron ante sus palabras.

Sirzechs era uno de ellos, sabía lo compasivo que podía llegar a ser Goku pero nunca imaginó que sería capaz de asesinar a sangre fría.

Es lo que no pudo hacer contra Beelzebub.

Zekram también estaba bastante sorprendido por el hecho de que Goku hubiera matado a uno de los hijos de los Maou como lo fue Zerikel.

"Mi pequeño..."- pensó Reaven desconcertada.

-¿T-tú lo mataste? -preguntó Serafall atónita, negándose a creer que su Goku era un asesino.

-Sí, ¿qué querías que hiciera Serafall? Por su culpa falleció mucha gente, no podía dejarle con vida -respondió Goku con bastante seriedad.

Si le hubiera dicho dónde estaba Grayfia...

"No, ese sujeto se merecía la muerte"- pensó Goku negando, él mismo iba a averiguar dónde estaba Grayfia y la traería de vuelta sí o sí.

-¿Dónde estaba la señorita Lucifuge cuando sucedió todo este asunto? -preguntó Zekram con curiosidad y el rubio bajó la cabeza ante eso.

-No lo sé... -respondió Goku.

"Ahora entiendo... él está así porque Grayfia..."- indagó Roygun sintiendo bastante pena ya que hacía casi nada que habló con su nueva amiga.

-¿No podría esto considerarse como una traición? Cabe la posibilidad de que se haya dado a la fuga -habló un hombre pelicafé.

-Es indignante, ¡sabía que no podíamos confiar en esa niña! -exclamó otro hombre con molestia.

-¡Debíamos haberla ahorcado cuando tuvimos la oportunidad! -vociferó a su vez otro hombre.

Varios murmullos siguieron surgiendo, ahora hablaban todos los que se opusieron antes a que Grayfia formara parte de la facción anti Maou.

"¡SILENCIO!"

El poderosísimo grito Goku hizo que todos guardaran silencio y sintieran bastante miedo. las paredes el castillo temblaron por la pizca de poder que exudó Goku en aquel arrebato.

-¡Mientras ustedes dicen estupideces aquí sentados Grayfia está sufriendo ahí fuera sin que nadie la ayude! -exclamó Goku levantándose.

-¡Mocoso cómo te atrev...! -el hombre no pudo acabar cuando Goku le dio una mirada que heló su ser, vio algo peor que la muerte en sus ojos.

-Iré a buscarla, no descansaré hasta traerla de vuelta... -habló Goku dándose la vuelta y dirigiéndose a la salida del castillo Bael.

Todos miraron anonadados la escena, nunca habían visto al rubio tan serio como ahora.

-Revan, si sales por esa puerta podrías ser acusado de traición -Zekram habló seriamente con una voz bastante autoritaria y absoluta.

Aun así, Goku no se detuvo. Salió por la puerta aun con la amenaza que le puso Zekram Bael.

Sirzechs, Ajuuka y Falbium estaban bastante desconcertados, ¿tan lejos iría Goku para salvar a Grayfia, aun a costa de poder ser exiliado?

"Lo sabía, sabía que terminarías amando a esa chica hijo"- Reaven no encontró otra explicación más, sabía que ese viaje al mundo humano que ambos tuvieron aceleró todavía más el proceso.

Roygun por un lado estaba contenta, eso demostraba que Goku había empezado a pensar más en sí mismo. Pero en este punto muy crucial de la guerra le necesitarían para los combates.

Pero Serafall no lo entendía.

-¡Espera! -Sirzechs trató de detener a Serafall pero fue demasiado tarde, la diablesa corrió tras el rubio quien caminaba sin mirar atrás.

Lágrimas salían de sus ojos, eran una mezcla de la confusión y la tristeza que reinaban en ella.

-¿Qué haces aquí Serafall? -preguntó Goku al percatarse de que alguien le estaba siguiendo.

-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué vas tan lejos por ella?! -demandó Serafall entre lágrimas, no lo entendía.

-Porque prometí que la protegería... y porque la amo -habló y sus últimas palabras mortificaron a Serafall llegando al punto de detener su corazón.

-¿L-la a-amas? -Serafall no sabía que decir, su corazón fue partido en apenas unos instantes.

-La amo -confirmó Goku- Por eso mismo voy a rescatarla, y no trates de detenerme... por favor.

Ya estaba harto de anteponer a los demas. Lo único que le importaba era rescatar a su amada y lo haría aun con el cielo y la tierra en contra.

Roygun apareció al instante y abrió sus ojos al ver el estado en el que se encontraba Serafall.

-Así que ya lo sabe... -habló la Belphegor viendo con pena a su amiga y el rubio la miró- No voy a detenerte, en parte fue mi culpa por decirte que pensaras en ti mismo... -añadió la diablesa.

-En parte y gracias a eso me di cuenta de que amaba a Grayfia y que no podía vivir sin ella, así que te agradezco -habló Goku con una sonrisa.

-Hablé con ella y por lo visto Grayfia tampoco puede vivir sin ti -Roygun sonrió ante aquello- Ve pero no hagas locuras, te estaremos esperando.

Goku mostró una sonrisa mirando a su amiga y después de enseñarle el pulgar desapareció en un círculo mágico dejando devastada a Serafall.

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Fin del capítulo.

Otros cinco capítulos y daremos fin a esto, mientras tanto disfruten del Goku Seinen B)

Será como Shirou Emiya en Heaven's feel, que abandonó sus ideales para salvar a Sakura que es quien amaba en aquella ruta de FATE... solo que aqui no hay gusanos de por medio ;-;

Sin más se despide su amigo Destroit-san.

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