EL SUEÑO

Y todo inicio después de mi cumpleaños número veinticuatro. Las pesadillas y cada uno de nuestros encuentros.

El mundo estaba cubierto de sangre.

Niebla escarlata ocultaba el campo de visión de quién fuera que estuviera allí.

El contorno rojo y brillante, era una mancha que se abría paso hacia sus pies. Y sin embargo, ése era el menor de sus problemas.

Los copos de nieve cegaban sus ojos y estaba empapada de sangre y podredumbre.

Y arcilla escarlata.

A donde fuera que mirará encontraba sombras amenazantes, rojo sobre rojo sobre rojo.

Los fantasmas existen. Es todo lo que sé.

El tiempo y su corazón se detuvieron cuando descubrió la silueta borrosa de un pedazo de tela empapado y un par de pies descalzos que se acercaban, absorbiendo el fango rojo. Ya la muerte no se aproximaba.

La muerte había llegado.

Érase una vez...