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9: Noche de Sorpresas.

-Giselle, apúrate- dice Angie gritando, avisándome de que el taxi nos está esperando-. Vamos.

-Allí voy- digo mientras veo a lo lejos-. ¿Está todo listo?.

-Claro que si. Ya estabamos por dejarte- dice Liah con una sonrisa.

Me apuro y voy directamente hacia las chicas. Esto ya es demasiado. Unos chicos me estaban vigilando. No exagero. De verdad, me estaban vigilando. Como si me quisieran raptar. Además, debo admitir que eran muy rápidos, porque ya los alcanzaba y de un momento a otro desaparecieron, como si se los tragara la tierra. No lo entiendo. Hay alguien o algo detrás de todo esto. Es una locura. Subo por la puerta corrediza del taxi. Tiene el tamaño de una camioneta 4x4. Luego viene Angie, y quedo en el medio de Liah y ella. Nos acomodamos para no estar apretadas y arranca el taxi. Estamos inquietas, incluyéndome. Entonces, trato de hablar en medio de ellas.

-Y... ¿Le dijeron a que direcciones van cada una de nosotras?.

Las chicas se ven al mismo tiempo y cruzan miradas. Angie ve hacia la ventana, al contrario de Liah que se aclara la garganta para responder.

-De hecho, lo estuvimos pensando y... te queríamos preguntar si...- explica Liah con inseguridad, hasta que luego se escucha un bufo y Angie se voltea mientras frunce el ceño de las explicaciones tan lentas que dice Liah.

-¡Si puedes quedarte a dormir a su casa juntas!- expresa Angie exasperada y se recata de sus palabras con tan solo ver su rostro-. Lo siento, es que ya no podía a esperar a que lo diga.

-¿Acaso no conoces la palabra "paciencia"?- dice Liah de forma enfadada y sarcástica.

-Oigan chicas, no se peleen- me interpongo entre ellas.

No quiero que hagan un "teatrito" en un taxi. Quedaría muy mal, además de que yo moriría de vergüenza. Solo que no entiendo el porqué de ir a su casa a quedarme a dormir. Solo trataré de tomar la inciativa y que respondan lo que quiera decir.

-¿Por qué quieres que vaya a tu casa a dormir? Necesito saber el porqué antes de contactar a mis padres- digo firme ante ellas.

Angie abre la boca para responder, pero la interrumpe Liah.

-Estoy planeando una fiesta en mi casa ahora que mis padres se fueron de un viaje de negocios. Esa es la buena noticia. Pero la mala es que no tengo a nadie a que conozca, excepto a ustedes dos y Dove. Asi que solo les pido que me ayuden con la fiesta, y yo les ayudo con la ropa- dice con algo de preocupación. Noto que los ojos se le caen del sueño-. ¿Qué dicen? ¿Me ayudarían a hacer una fiesta inolvidable?.

Angie y yo asentimos y urgente llamo a mis padres. Ellos están de acuerdo y solo les explico con lo de la ropa que tengo guardada en la casa de Liah. Unos días antes de que terminaran las clases, fuimos a su casa a hacer un trabajo práctico juntas. Sabía que el trabajo tardaría mucho tiempo, así que me avisó que me traiga ropa por si surgía algún "inconveniente". Obviamente llevé ropa, y la que me sobró la dejé en allí. Al fin y al cabo, con la ropa no hay problema. El cepillado de dientes tampoco, porque siempre llevo un cepillo de dientes y pasta dental conmigo. Y, por último, me he enterado que Liah tiene tres colchones para invitados. Por suerte somos el número justo. Luego de explicarle a mis padres, ellos accedieron, al igual que los padres de Angie. Corto la llamada y muestro una sonrisa.

-Dijeron que sí. Ellos no tienen problema.

-Los míos igual. De hecho, dicen que así dejo un poco un celular y vuelvo a la realidad- dice Angie mientras comienza a reír contagiosamente.

Llegamos a casa de Liah luego de un tiempo hablando y discutiendo sobre la comida y las bebidas. Al parecer, Liah tiene pensado traer alcohol, por lo que yo no amerito que sea lo correcto. Angie dice que haga lo que ella decida, ya que es su fiesta. Y por otro lado, la comida será sencilla: unos hot-dogs, unos sandwiches tostados de jamón, queso e incluido tomate y unos muffins de chocolate. Angie y yo aceptamos su elección con gusto en el menú. Todas esos aperitivos me encantan, sobre todo los hot-dogs. Soy muy fanática de ellos.
Estamos en la puerta y Liah saca su billetera para pagar el viaje.

-Aquí tiene, señor- dice Liah con una mirada de desconfianza en el hombre.

-Que pasen una buena noche, señoritas- nos dice el hombre amablemente.

-Gracias. Igualmente- decimos las tres al mismo tiempo y entramos a su casa.

Es bastante sofisticada. Tiene un toque colonial y refinado. Me gusta. Es tan grande como mi casa de lejos. Que digamos, la primera vez que la ví quede boquiabierta, pero ya me acostumbré a ver casas en grandes tamaños. Liah abre la puerta enrejada y pasamos por el patio cubierto de nieve. Se ve mejor con nieve que sin ella. Incluso se puede ver que haya caído granizo en el tejado. Me sorprende que no se haya roto. Pasamos a dentro de la casa y nos dirigimos al comedor mientras dejamos nuestros abrigos en las sillas. Nos sentamos comodamente y comienzo a estirar cada parte de mi cuerpo. Creo que debería empezar a hacer ejercicio en casa. Los dedos me suenan y los huesos se me tensan. Quisiera estirarme en una cama como un inocente gatito que solo quiere dormir.

-¿Quieren algo de beber?- nos pregunta Liah con cansancio.

Nego con la cabeza y cierro los ojos, tratando de calmarme y relajarme.

-Yo si. ¿Qué tienes en el refrigerador?- pregunta Angie con ganas de poder tomar alguna bebida, como un perro sediento esperando a que le sirvan agua.

-Tengo agua o Coca Cola. ¿Cuál prefieres?- pregunta Liah pendiente de que Angie se decida en lo que quiere elegir.

-Ummm... prefiero agua- dice Angie dudosa de su elección, mientras se estira los brazos para poder estar ligera-. La Coca Cola es veneno.

Al escuchar esa oración abro los ojos y me dirijo hacia ella.

-¡Gracias a Dios que alguien piensa lo mismo que yo!- exclamo feliz de que alguien me comprenda- ¿No creen que la Coca Cola Company desperdicia su tiempo en hacer una bebida que no te ayuda en nada?.

-La verdad, yo no soy la que toma Coca. Yo solo la compro por papá. No se imaginan lo fanático que es...- dice mientras agarra un vaso de la alacena y se sirve un poco de agua.

-Creo que deberíamos hacer una organización o algún grupo que esté en contra de la Coca Cola Company- dice Angie sarcásticamente y nos echamos a reír.

-O deberíamos juntarnos más seguido para así compartir ideas y comentarios- opina Liah cuando agarra una silla y se sienta junto a nosotras.

-No sería una mala idea- digo pensando en lo increíble que sería que organizaramos casi todas las semanas una "salida para chicas".

Se hace un silencio completo cuando tomamos nuestros vasos de agua mineral. Al terminar Angie primero, desea hablar para conversar un poco.

-Hablando de chicas y eso...- dice Angie dejando la duda entre nosotras- ¿Hay alguna chica que te guste, Liah?.

-Les seré sincera- habla Liah con nerviosísmo por contestar-. Todavía no hay nadie especial aún. Creo que no tengo esperanzas.

Angie la ve con tristeza y actúa de inmediato, tragando saliva y esperando a formar la oración adecuada.

-Oye, no digas eso- digo mirando la cara triste de Liah-. Yo sé que habrá alguna chica especial en tu vida, solo que debes encontrarla.

-Giselle tiene razón. Yo también tenía desesperanzas de terminar sola sin nadie a mi lado, y mirame ahora- explica Angie tratando de hacer que Liah se ponga feliz y nada más-. Tu solo puedes hacer tres cosas: ir a buscar a tu alma gemela, esperarla o dejar que pase la oportunidad. La decisión es completamente tuya.

Se hace un silencio en la habitación y nos miramos entre nosotras, y para no hacer incómodo el momento me digno a hablar.

-Si fuera tú yo no las dejaría en silencio- digo con una sonrisa y hago que Liah se emocione un poco.

-Ay chicas...- se pone a llorar de alegría y se pasa una mano por su rostro para secarse las lágrimas-. Las quiero tanto que juro que podría llevarlas en mi bolsillo.

Reímos al mismo tiempo y nos abrazamos para contener a Liah de los llantos. No me gusta ver triste a Liah, asi como no me gusta ver a ninguno de mis amigos tristes. Me gustaría verlos a todos felices cada día que pasara en nuestras lindas vidas. Liah se seca las lágrimas y agarro los vasos vacíos. Se aleja de nosotras y va directamente al lava-manos de la cocina.

-Yo lavaré los vasos- dice Liah firme y segura. Agarra un pañuelo, se suena la nariz y lo tira al tacho de basura al lado del bidón de agua-. Pónganse cómodas.

Vamos con Angie al dormitorio de Liah y, aunque no me guste, debo admitir que es grande. Las paredes hacen que parezca un efecto retro. La cama está junto a una gran estantería de libros. Los colchones están escondidos bajo la cama. Tiene tres armarios para guardar su ropa y un plasma de '48. Su habitación tiene mucho espacio. Incluso tiene un gran espejo horizontal, que está pegado a una gran barra de fierro. Se podría decir que lo usa para bailar, como así parece.

-Es raro dormir en la casa de un extraño. ¿No lo crees?- me pregunta Angie mientras saca sus pantuflas estratosféricas de su bolso.

-¿Extraño? ¿Por qué lo sería?- pregunto con extrañez.

-No sé. Es que creo que se siente raro no estar en casa cómoda y tranquila sin estar ordenando y preguntándote si te olvidaste algo- responde Angie a mi pregunta con claridad.

-Tal vez, si es que eres una despistada...- digo graciosamente y ambas nos reímos en tono bajo.

Empezamos a sacar los colchones y a estirar las sábanas. Angie se agarra las manos a la almohada y yo me subo a la cama del medio.

-Te gané. Ahora tendras que dormir en la cama de abajo- le digo a Angie cómicamente y le saco la lengua, como una niña traviesilla que quiere salirse con la suya.

Ordenamos nuestros pares de zapatos y nos acostamos relajadamente. Escuchamos unos pasos venir y nos sobresaltamos al asustarnos tirándonos una almohada. Era Liah, ya vestida con su piyama, con una remera manga larga negra y unos pantalones sueltos verde manzana, junto con unas sandalias chatas moradas.

-Angie, yo solo te digo que si tienes calor, luego no me eches la culpa- dice Liah con una sonrisa en el rostro y quitándose varios mechones de pelo de su rostro. Se lo alisa y lo ata en una coleta colocada al costado derecho del cuello.

-No te preocupes por mí, Liah- dice Angie con desinterés, tocándose el ojo izquierdo excesivamente-. Viviré.

Reímos sin parar hasta que Angie agarra una almohada y se la devuelve a Liah. Se defiende y me golpea a mi con la almohada, y yo se la devuelvo repetitivamente. Y así hasta que inicio la guerra de almohadas. A decir verdad, quede agotada de tantos almohadazos. Me dejaron destruída y totalmente cansada. Luego de la pelea interminable con almohadas, nos acostamos cada una en su cama, vemos "El Conjuro" y nos terminamos durmiendo. Pero antes de eso, me levanté y vi la luna, vi mis pies y deseé que todo siguiera así. Me recosté y me aleje de todo lo real. Mis sueños más recónditos no se aparecieron, pero eso me aseguró de que no reviví nada en absoluto y que descansé plácida y profundamente.

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-¡Ya salió el sol, chicas!- exclama Liah tratando de que nos despertemos. De hecho, yo solo me estoy estirando los músculos. Ya estaba despierta a la misma hora que Liah, solo que ella es de despertarse y levantarse, al contrario de mí que prefiero quedarme en la cama a estirarme, relajarme y luego levantarme. Es una de las ventajas de tener insomnio.

-¡Por el amor a Dios!- grita Angie con ganas de seguir durmiendo y no levantarse de la cama-. Liah, eres peor que mis padres...

Nos reímos por el comentario de Angie y le sacamos las sábanas. Liah agarra su almohada y la golpea contra la cabeza de Angie. Ella le sigue golpeándole con una de sus pantuflas altas. Y, como era de esperarse, peleamos con Angie por las sábanas para así cubrirse y seguir en la cama. Arrojo su almohada por los aires y cae al lado de la estantería de libros. Corro hacia la puerta mientras me pongo las sandalias, la abro y me apoyo en frente de la puerta. Es increíble que me esté divirtiendo tanto. Al menos valió la pena venir a su casa y a quedarme a dormir.
Liah pide a portazos que le abran la puerta, mientras se escucha los almohadazos que está recibiendo por parte de Angie. Me río en silencio y abro la puerta lentamente. Y, al estar sorprendida ante tal escena atrapo la almohada de Liah que va volando por la habitación y con ella empiezo a atacarla mientras me río. Angie se cae al suelo mientras ríe y Liah se acerca para ayudarla. Sus cabellos están alborotados y con la respiración agitada. Angie empieza a estirarse los brazos, mientras que Liah con sus dedos empieza a acomodarse el cabello. Cuando ambas están calmadas, se empiezan a calzar.

-Que fea forma de levantarse- dice Angie mientras se ata su pelo morado en una trenza-. Ni mis padres me levantan así.

-Pero no somos tus padres, somos tus amigas- digo con una sonrisa en el rostro.

-¡Y tus despertadores personales!- exclama Liah cuando hace un movimiento con sus dedos, representando a un hipnotizador.

Me voy de la habitación mientras se ponen cómodas y agarro mi cepillo de dientes del bolso de mano que dejé en el comedor. Camino unos cuantos pasos hasta llegar al baño y comienzo a ponerle pasta dental a mi cepillo. Termino y me encuentro con Angie en la puerta del baño con su cepillo de dientes a mano. Y Liah ya está en la mesa dejando los platos de cereal con yoghurt como desayuno, con un vaso aparte de jugo exprimido para cada una y con unas tostadas listas para salir de la tostadora. Angie sale del baño y se pone junto a mi, viendome con una risa juguetona.

-Pónganse cómodas- dice Liah señalando las sillas.

Angie y yo asentimos, nos acercamos a las sillas y nos acomodamos. La mesa está cubierta con un mantel blanco a rayas celestes y unas cucharas de plata. Todo esto para desayunar. Increíble.

Luego de haber ordenado todo lo de la cocina, Liah se sienta al lado mío, asi que quedo en medio de Angie y ella. Agarramos nuestras cucharas y empezamos a comer el yoghurt con cereal. Cuando doy la primera cucharada, siento los cereales azucarados se deshacen en mi boca lentamente, asi como el yoghurt que va cayendo por mi garganta con un sabor a frutilla en mi boca. Dejo la mitad del tazón con cereal en él y le doy un trago al vaso de jugo exprimido. Puedo sentir la pulpa fresca en mi lengua y muerdo los gajos de naranja que no han sido bien exprimidos. Termino de tomar un poco, me limpio los labios con la servilleta que está al lado del vaso de jugo exprimido. Angie agarra unas tostadas y les unta mermelada de frutilla y manteca. Liah deja a un lado su cuchara de yoghurt y se aclara la garganta.

-Chicas, ¿qué les parece si luego a la tarde nos tomamos una siesta?- nos sugiere Liah-. Digo, ya que hoy a la noche vamos a festejar toda la noche.

-Buena idea. ¿Tu qué opinas?- le pregunto a Angie, que estaba terminando de comer una de sus tostadas.

-Claro. Eso sí, no quiero despertarme a los almohadazos- dice Angie con una sonrisa en su rostro.

Lanzamos una carcajada y terminamos nuestro desayuno. Cada una lleva sus tazones, vasos y platos vacíos en el lava-vajillas y vamos a la habitación. Agarro mi cepillo de dientes y hago la rutina del cepillado de dientes. Termino y agarro el control remoto, preguntándole a Liah con la mirada si puedo prender la TV. Asiente y doy inicio al canal Fox, en el cual daban "The X Files", una serie que las tres seguíamos. La vimos durante toda la tarde. La que más se entretuvo fui yo, ya que la sigo desde los primeros capítulos. Es una emisión especial de los capítulos finales de la primera temporada. Entonces cuando ya estoy relajada en la cama, mis ojos empiezan a adormecerse mediante termina el episodio, y finalmente comienzan a entrecerrarse, como una cortina en el teatro que se cierra cuando se termina la función. Me sumerjo en mis pensamientos y me relajo cómodamente. Espero que las chicas me despierten, sino no se que haría semi-dormida en plena celebración. Asi que, me despido de la realidad y le digo "hola" a mis más hermosos y lindos sueños.

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-¿Crees que siga dormida?- susurra una vocesita conocida.

-Si lo está, hay que despertarla- dice la otra voz con una risita silenciosa, mientras empiezo a abrir el ojo derecho-. Espera, creo que abrió un ojo.

-Si, creo que si.

Comienzo a mover mis brazos y abro ambos ojos lentamente. Quito las sábanas de la cama y me levanto con entusiasmo ya que nos prepararemos para la fiesta. El maquillaje: lo tengo. La ropa: listo. Accesorios: preparados. ¿Qué es lo que falta? Los arreglos y los decorativos para la divertida fiesta nocturna.

Me levanto mientras las chicas me empujan y voy al baño con todo lo que llevaré puesto, ya que la fiesta es dentro de una hora. Abro la cartera y saco el maquillaje y la ropa. Lo que más cuesta sacar es la ropa, porque está toda envuelta. La desenvuelvo y encuentro lo ideal para esta noche: un vestido celeste estampado de un cuervo volando de color negro y remarcando su forma de plateado, que me llega hasta las rodillas y unos zapatos con tacones plateados, los cuales tienen el taco en punta de color azul. Y, como toque final, una argolla de plata con unos diamantes con forma de mariposas. Todo combina una mezcla de elegancia y oscuridad.

Para cuando salgo, ya Liah y Angie estaban sentadas en el pasillo para verme con curiosidad por mi atuendo. Liah se pone en pie y toma del brazo a Angie para que se pueda levantar. En ese momento suena el timbre.

-Será mejor que vayamos a recibir a los invitados- sugiere Angie, mientras comienza a acomodarse el pelo por detras de sus hombros.

Bajamos retumbando por las escaleras y Liah se adelanta para abrir la puerta y dejar que entre la multitud de estudiantes por la puerta. Y, yo solo espero que las sonrisas de los estudiantes no me recuerden a la luna llena que vi hace unos meses cuando tuve la primera alucinación con Field Lone, este chico misterioso que desaparece como la niebla, escurridiza y silenciosa desapareciendo en mis recuerdos más profundos.

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Hola chiquitines de Wattpad... Que hay de nuevo??? Me extrañaron??? Mmm, creo que no. En fin. Esta vez lo volví a hacer: he desaparecido por un largo tiempo. Lo , lo sé, no me digan nada. Pero bueno, soy humano (creo) y me equivoco. Yyyyyyy... ESO ES TODO POR HOY!!! Hasta la próxima y esperen a por más. Saludos y abrazos <3. Arrivederciiiiii (que significa "Adiós" o "hasta luego" en Italiano)...

-Kimu.

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