°• cap 2 •°
Está vez, Jisung corría con tropiezos por toda la calle hasta la entrada del colegio únicamente con el propósito de llegar más temprano que de costumbre, el sol ni si quiera se asomaba aún pero el estaba complacido de haber llegado antes que la mayoría.
- !Honnie, Honnie! - llamo al chico azabache frente a el que a penas caminaba con ligereza hacia el edificio donde ambos cursaban el último año antes de la universidad. Si, había llegado temprano por el y por qué toda la madrugada estuvo ensayando su propuesta.
No, aún no tenía suficiente.
Minho suspiro pesado antes de siquiera escuchar.
- Minho, ¿No te gustaría ir...?
Una vez más, se estaba rebajando por él, sin haberlo pensando dos veces habia comprado dos de los boletos para ese nuevo museo de arte que previamente había revisado que fuera del agrado del azabache. Y si, lo había hecho por el.
Jisung lo conocía como el buen estudiante aplicado que le gustaba asistir a esos paseos guiados que de forma silenciosa lo dejaban disfrutar del momento. Así que estaba seguro que le encantaría.
Pero su cara demostraba otro tipo de sentimiento.
- Jisung ya, no seas tonto y déjame llegar a clases. - alegó tratando de dar un paso a la derecha para dejarlo atrás, la visión Sung sobre el se estaba alejado mientras que Minho seguía su camino llegando con éxito a las escaleras.
Jisung no dejo que diera un paso más volviendo a correr hasta estar parado en el mismo escalón que el suyo.
-... B-Bueno pero si no quieres ir ahí podemos ir a tomar un café o podríamos... - Minho lo corto con un suspiro mientras volvía a excusarse.
- Estoy ocupado está tarde.
El timbre de su voz sonó algo más grave a lo que era habitual, como si fuera una órden y no un comentario. Al caminar por el pasillo, el frío viento de la madrugada lo obligó a seguirle el paso - Tengo que estudiar. - dijo dando una curva por sobre sus talones hasta entrar al calido salón de su primera clase, quitando su mochila de sus hombros.
Jisung mordió el borde de su labio buscando otra idea. - Podríamos estudiar ju-
Minho realmente detestaba esa persistencia.
- No. - Le gritó moderadamente así callandolo por un momento dejandolo cómo un niño regañado. - No me interesa estar contigo. - dijo un poco más calmado está vez, esperando a que fuera suficiente.
Y tal vez ya era suficiente. Por más que lo intentará, Sung no entendía ese odio irracional que le tenía, ya deberían dejarlo ir como a los demas en su amargura.
Si tan solo no estuviera tan enamorado, probablemente ya lo hubiera mandado al diablo.
Rodó los ojos y soltó un soplido frustrado.
- ¡ Minho por un demonio! ¡Dame una oportunidad!- le gritó desde atrás llamando su atención y parando de nuevo su caminata hacia su casillero.
Así que cuando se lo imagino con el ceño fruncido y a punto de darle una patada, se reincorporo para volver a jugar con sus dedos, muerto de los nervios.
-... Por favor, podré convencerte, Minhonnie. - Dijo Sung resoplando sus palabras volviendo a rodar los ojos hasta acercase a Minho, quien aún seguía algo petrificado ante la nueva reacción. - Escucha yo... no soy tan malo como tú crees. -
Jisung en serio estaba suplicando, ese chico le hacia perder la dignidad en unos segundos, así que estaba rogándole cómo perro y eso estaba cerca de hacerle perder la paciencia al doble del tiempo en el que Minho lo hacía.
Está vez en serio sería la última.
O en serio con todo el dolor en su corazón podría golpearlo en el rostro.
- Pierdes tu tiempo...
Aclaró Minho viendole, dejando unos segundos silenciosos y llenos de presión a Sung mientras que esperaba una respuesta en aprobación o negación.
-... haz lo que quieras - Y por primera vez Minho iluminó esos cansados ojos adornandolos con un bonito brillo que iluminará a toda una nación.
Por primera vez en cinco años, veía la posibilidad de compartir un futuro con su chico de ojos gatunos.
¿A quien le importa si se ilusiona tan rápido?
Lino le resto importancia a sus reacciones pensando que Sung haría más ridiculeces por él y continuó su camino mientras que el castaño corrió como un loco por el lado contrario del pasillo, dejandole con las palabras en la boca.
Una ligera brisa del patio golpeo su espalda haciendo reaccionar a Sung luego de que se estuviera en el otro extremo del edificio, jalo las mangas de su suéter y resguardo sus manos en ellas en el caminando directo a su salón con un sonrisa en su rostro mostrando sus blancos dientes, su cabello se movía a ritmo de sus alegres saltos.
Aún no tenía muy en concreto la forma en la que lo lograría pero haría lo posible para conquistarlo.
De todas maneras, el era Han Jisung, no había imposibles.
Ahora a dormir 😺
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