—Okey, como lo practicamos, una más —dijo Yunjin luego de colocarse otra vez los audífonos, tocando una máquina que Danielle no conocía ni en lo más mínimo.

—Uh, pero, ¿está saliendo bien? —titubeó al preguntar—. Realmente quiero que todo salga perfecto.

—La letra que escribiste es sincera, ligera y linda. De hecho, me sorprende que hayas escrito esto para Haerin —bromeó, haciendo que el ambiente se sintiera menos tenso—. Además, dijiste que ambas están a un buen nivel de inglés y la canción da a un tono mucho mejor en ese idioma.

—Gracias por la ayuda, Jin —la miró cálidamente—. Sin duda alguna, tengo amigas increíbles.

—Ya mujer, sabes que puedes contar con nosotras para lo que sea —le sonrió brevemente, pero aun así mostrando sus paletas de manera marcada—. Bien, vamos otra vez, sé que puedes hacerlo mucho mejor.

—Así será —se animó la pelinegra, entrando al pequeño cuarto y acercándose de manera correcta al micrófono.

Conforme a sus prácticas, los días fueron pasando uno tras otro. A veces Danielle era tan predecible con sus acciones que más de una vez Haerin estuvo dudando de su raro comportamiento.

—Hanni me avisó que harán una feria con alusión al Arte en todas sus manifestaciones. Faltan solo tres días. ¿Te imaginas? Muero por verla —comentó Kang, deteniendo brevemente su hablar al ver que Danielle se veía demasiado rígida y tensa cuando mencionó aquello—. Danyell, ¿estás bien? —prosiguió, acomodándose mejor en el pasto y sentándose en forma de flor de loto.

—¿Quién, yo? —se señaló para luego imitar a la menor—. Pf, claro que sí, todo está más que bien. ¿Por qué la pregunta?

—Uhm, no lo sé —se encogió de hombros—. Es solo que te noto algo extraña. ¿Segura que no tienes ningún problema? —tomó su mano de manera delicada—. Sabes que puedes confiar en mí.

—Ah, no, no es nada, Rin. No te preocupes por mí, quizás son las tareas que recién ahora he comenzado a darles importancia.

La castaña sonrió, amaba la franqueza de Danielle para ciertas cosas.

—¡Acabo de recordar que quedé con Minji para un trabajo! —alzó la voz, fingiendo darle mucha importancia.

—¿Ustedes, trabajo? Pero ni siquiera comparten clases, no entiendo —frunció levemente el ceño, no queriendo decepcionarse de Marsh por intentar mentirle.

—Agh, bueno, no exactamente es eso, pero sí, uh... no lo entenderías —sacudió su cabellera y luego se acercó al rostro de Haerin para dejarle un corto beso en los labios—. Bueno, ya tengo que irme, se hará muy tarde. ¡Te veo luego! —gritó lo último mientras corría con prisa hacia una de las aulas vacías.

Danielle no sabía cómo iba a seguir soportando todo aquello. Ocultar algo tan grande y especial que tenía que ver con Haerin era realmente complicado.

—Hasta que llegas —exclamó Hanni.

—Yo no sé qué hago aquí si ya hice mi parte del plan —comentó Hyein, que estaba recostada en la pared.

—De hecho solo hiciste un 50%, el día penoso no ha llegado aún —se metió Minji y se encogió de hombros.

—Kim —le advirtió Danielle con una mirada poco amigable.

—Ya, vamos a mi estudio. Ahí siguen hablando —aplaudió Yunjin, para luego ser la primera en salir del salón y ser rápidamente seguida por las otras cuatro chicas.

***

Haerin dio un largo suspiro, otra vez en la misma semana Danielle no había ido a la cita en la que supuestamente ambas habían acordado que sí podían ir con ningún percance de por medio.

—Debe de estar demasiado metida en sus tareas —murmuró para sí misma, guardando su celular en el bolsillo del pantalón para volver a adentrarse al apartamento.

No iba a negar que se sentía un poco desanimada y, es que en casi las últimas semanas, Danielle había estado un tanto diferente y no fue difícil el notarlo.

Dando otro suspiro más, se quitó las zapatillas y se lanzó a la suave cama, recibiendo en su abdomen al pequeño Cookie para darle mimos con ambas manos.

La inseguridad fue desde siempre, su mayor enemigo. Y ahora tan solo esperaba que nada de las probabilidades que pasaban por su cabeza fueran ciertas. Trataba de negarse abruptamente, habían pasado por muchas cosas en un largo tiempo que no podía darse el beneficio de la duda así de repente.

—No, no. Quizás solo está cansada —trató de afirmar en un susurro, viendo fijamente al gatito que ahora dormitaba tranquilamente en su pecho—. Tan solo espero que no se olvide de la feria de mañana —resopló.

Haerin estaba tan ansiosa por conocer las presentaciones y exposiciones del día de mañana que le insistió a Danielle el ir juntas a verlas. Era la primera vez que asistiría a una feria como esa, por lo que la curiosidad y la ansiedad eran mucho más grandes que cualquier otra cosa. Su corazón depositaba mucha fe en que Dani no se iba a olvidar del encuentro que acordaron.

Estuvo a punto de cerrar los ojos producto del leve cansancio y el silencio cómodo, hasta que sintió la vibración de su móvil, notificando un nuevo mensaje.

Han ♡:
Me temo que mañana no podré estar contigo ni en las clases, Hae.

Tú:
¿Qué? ¿Por qué? :c

Han ♡:
Es por lo de la feria, el querido director me hizo organizadora principal y ya que es mañana estaré muy, pero muy ocupada T__T

Tú:
Oh, entiendo. Tienes razón, después de todo fuiste tú quién le dio la grandiosa idea u.u

Han ♡:
Yah~ no te burles -_-

Tú:
¡No es burla! Lo digo en serio :c

Tú:
Pero oye, ¿cómo así te animaste a decirle sobre una feria?

Han ♡:
Porque es una buena forma de ganar puntos extras, duh. Pero bueno, ya me voy, jsksjsk.

Han ♡:
Sólo quería avisarte aquello.

Tú:
Ok, no hay problema. Nos vemos luego :D

Apagó el celular y volvió a acomodarse, dándose miles de pensamientos positivos con que el día de mañana iba a estar tan bien como los otros días.

Después de todo, no había porqué haber algún cambio.

O eso esperaba.

¡Gracias por leer!
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