✧; ¦ O38
Haerin ya tenía una vaga idea de dónde es que quizás iban a ir.
Dio un suspiro, se aferró más al torso de Danielle y se dispuso a mirar el paisaje que yacía a su lado. Hace casi media hora habían dejado atrás la ciudad, siendo esta vez montañas medio rocosas y arenosas las únicas que estaban a los costados de la carretera.
El tiempo que demoraron no fue para nada tedioso, pero cuando al fin llegaron, Haerin se sintió totalmente aliviada al por fin volver a tocar el suelo. Estiró sus extremidades con pereza mientras la pelinegra aseguraba su motocicleta. No bastó mucho tiempo para que después Danielle rodeara su fina cintura con dulzura, ambas sonriendo plenamente mientras caminaban hacia un buen lugar lejos de personas que pudieran mirarlas con fastidio.
—Este es buen sitio —comentó Haerin, haciendo que la mayor se quitara la mochila y de ahí sacara una gran tela. Ambas la extendieron con cuidado y la colocaron sobre la arena.
—Ya está empezando el calor —habló Danielle, quitándose la polera, las zapatillas y las medias.
—Uh, sí —fue lo único que pudo decir sintiéndose levemente incómoda. No es como si quisiera ver el cuerpo su de manera tan expuesta—. Lástima que ni tú ni yo trajimos ropa más cómoda.
—Bromeas —Dani soltó una risa nasal—. Por supuesto que sí traje, está debajo de mi pantalón.
—¿Qué? —sus ojitos se expandieron cuando observó como Dani terminaba por sacarse el polo por completo, dejando a la vista su muy bien marcado torso, para luego quitarse el pantalón y quedar con un corto short que mostraba sus apetecibles y trabajadas piernas—. ¡Danielle! —desvío su mirada con rapidez.
La mencionada sacudió su cabellera y comenzó a estirar sus brazos.
—¿Cuál es el problema? —fingió inocencia, algo dentro de ella sabía que Haerin empezaba a ponerse nerviosa y le encantaba ser quien causaba aquello.
—No, nada olvídalo —siguió mirando el mar como si fuera lo más interesante en el mundo.
—Hey, no mientas —la castaña no dijo nada—. ¿Vas a ignorarme? —sonrió—. ¿Qué de bueno tiene el mar? —bromeó acercándose—. Tierra llamando a Haerin. ¿Me escuchas?
Esta soltó una suave risita y observó cómo se acercaba y la observaba, conocía esa mirada.
—No, Danielle, ni se te ocurra —alzó las manos intentado protegerse, pero todo aquello fue en vano cuando la extranjera se lanzó hacia ella, cayendo de espaldas y sintiendo cosquillas por todo su torso.
Las risas fueron perdiéndose entre la fresca brisa y el momento se volvió mucho más divertido y agradable.
—¡Danielle, ya no! ¡Hey! —siguió soltando sonoras carcajadas mientras se removía en la tela—. ¡Danielle! —intentó tomar las manos de Marsh, ambas jugueteando en una tierna lucha.
—Amo tu risa —comentó cerca de su cuello, dejándole un casto beso para luego detener su sesión de cosquillas—. Ahora te veo más relajada, me gusta.
—Tonta, hiciste que sudara —se quejó, sentándose otra vez y haciendo de manera inconsciente un pequeño puchero.
—No hay problemas, vamos al mar a refrescarnos —le animó.
—Pero estoy con pantalón.
—Compré algo de ropa, quizás puedas usar alguna.
—Está bien, vuelvo pronto, iré a buscar un vestidor —tomó la mochila y se levantó con cuidado.
—¿Vestidor? —alzó una ceja mostrando disconformidad—. Demorarás mucho, yo ya quiero nadar.
—¿Te escuchas? —sonrió—. Suenas como una niña caprichosa y muy infantil.
—No cambies de tema —ahora fue ella quien se cruzó de brazos.
—Puedo hacer todo lo que quiera, jovencita Marsh —se agachó levemente para darle un corto beso en los labios—. Así que iré a cambiarme, no demoraré.
La más alta la tomó de su nuca y le dio un beso más largo, pero igual de casto.
—De acuerdo.
Luego de aquello, terminó por ver como la figura de la coreana se distorsionaba debido a que se estaba alejando notoriamente. Resopló y se reincorporó, caminando hacia las orillas del inmenso mar. Los rayos del sol impactaban contra su piel y esperaba a que Haerin no demorara mucho, ya necesitaba el bloqueador. Los minutos fueron pasando y Danielle empezaba a ponerse ansiosa. Quería esperarla pero ella aún no aparecía, así que totalmente segura de sus acciones, sacudió su cabellera y se dispuso a seguir el camino que Haerin había tomado.
No tardó mucho para cuando la reconoció, su ceño inevitablemente se frunció y sus pasos cada vez fueron más rápidos hasta que de pronto ya estuvo corriendo hacia Kang. Esta se encontraba conversando con una chica totalmente desconocida.
—Quizás luego podamos almorzar juntas —dijo aquella alta chica, harto más que Haerin.
Danielle evitó reír. ¿En serio había dicho eso?
—Bebé, aquí estabas —habló lo suficientemente fuerte y se puso detrás de Haerin y rodeó su cintura—. ¿Por qué demoras tanto?
—Ow. ¿En serio? —mostró genuina sorpresa. La castaña estaba segura que se cambió rápidamente aquel short—. Lo lamento pero mira. ¡Ella es Xiaoting, mi amiga en clase de Química! —exclamó feliz.
Bien, a Danielle ya no le gustaba por dónde iba esto.
—¿Bebé? —ahora fue la tal Xiaoting quién la miró con extrañeza—. ¿Ustedes andan en algo?
—Bueno-
—¿Aún no estás enterada? —interrumpió Danielle.
—Imposible —sonrió levemente—. Hanni me dijo que Haerin no tenía pareja.
Maldita coneja, como te encuentre...
—¿En serio dijo eso? —Haerin frunció el entrecejo, postergando los negativos pensamientos de Danielle.
—Por supuesto que sí —suspiró, sonando inocente—. Haerin, tú sabes que nunca te mentiría, soy sincera contigo con respecto a mis sentimientos.
—Un momento, ¿sentimientos? Xiaoting, ¿de qué estás hablando? —sonrió de manera nerviosa—. ¿En qué momento cambiamos el tema?
—No estás con alguien, no de manera oficial.
—Pero...
—Pero estamos saliendo, nos estamos tomando el respectivo tiempo para todo —la voz de Danielle fue arisca y fría—. ¿En serio te atreves a decirle eso frente a mí? —rió con sarcasmo—. Amiga, estás perdiendo tu tiempo.
—Tú lo has dicho, salidas. Y claro que me atrevo, no estoy siendo irrespetuosa ni con ella ni contigo.
Danielle soltó rápidamente a Haerin y se puso frente a Xiaoting.
—Estás sobrepasando los límites.
—Hey, ya vámonos —posó su mano en el hombro desnudo de Dani.
—Los límites me los impongo yo —la desafío campante.
—Está bien, ya deténgase. Esto es absurdo —la castaña se puso en el medio de ambas chicas—. Xiaoting, será mejor conversar en otro momento.
—¿En serio lo piensas? Ella no sabe respetar las relaciones ajenas —soltó con enojo.
—¿No lo entiendes o es que eres demasiado estúpida? Su "relación" no tiene nombre —sonrió ladinamente.
—Xiaoting —le advirtió Kang otra vez—. Vete, por favor.
—Como quieras. Nos vemos luego, Hae —pasó al lado de Danielle, chocando con su hombro bruscamente.
—Es una...
—Ya, ya, no digas nada —la interrumpió Haerin, acunando el rostro de la mayor entre sus manos—. No pasa nada, déjala.
Marsh resopló dándose por vencida, viendo sus delicadas facciones para poder calmarse. No se contuvo y le dio otro beso.
—No arruinemos nuestro día por alguien así. Realmente estoy muy decepcionada de Xiaoting —su voz fue más baja.
—Tienes razón, pero ah, no la menciones por favor —poco a poco relajó su entrecejo y llevó sus manos a la cintura de Haerin, lentamente volvieron a acercar sus rostros, hasta que sus narices se rozaron con lentitud, comenzando un juego suave y cariñoso.
—Te quiero —susurró en los labios de la castaña, besando las comisuras para luego terminaren aquellos suaves belfos.
Haerin rodeó su cuello y terminaron por profundizarlo. Su corazón se sentía tan bien luego de haberla escuchado que no importaba lo que los demás pudieran decir. Solo estaba con Danielle, estaba con aquella chica que le mostró una nueva perspectiva de ver la vida, estaba con aquella chica que cambió mucho de sí, estaba con ella y ya nada más podía importarle.
¡Gracias por leer!
🌷
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro