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El profesor de Lenguaje se había retirado del aula minutos antes de que la campana sonara, por lo que Haerin aún con una duda permanente en su cabeza, decidió hablarle a Hanni sobre cierto tema o mejor dicho, sobre cierta persona...
—Han, quiero preguntarte sobre, uhm, algo —dijo con la mirada fija en la azabache.
—Sí, claro. Dime —le incitó a seguir mientras remarcaba con el lápiz un pequeño dibujo que había hecho en clase.
—Tú conoces a Danielle hace mucho tiempo, ¿verdad?
—Uhm, digamos que no es mucho tiempo, pero te puedo asegurar que fue lo suficiente para conocerla totalmente —dejó el lápiz en la carpeta y miró a Haerin—. Suelo ser muy observadora y analizo cada cosa posible de los demás sin que puedan notarlo.
—Entonces, tú... ¿Podrías decirme cómo es exactamente Danielle?
Hanni frunció levemente el ceño ante lo escuchado. Y antes de preguntarle la razón por la que cuestionó aquello, una tercera voz hizo acto de presencia entre ambas.
—¿Y tú por qué preguntas algo sobre Danielle Unnie? —la vietnamita rodó los ojos al percatar quien era.
—Hyesun, ¿algún día podrás dejar de ser tan entrometida? —le reprochó con seriedad en su mirada.
—¿Acaso tengo prohibido hablar sobre ella? —preguntó Haerin a la defensiva, ignorando las ganas que tenía Hanni para sacar a la muchacha de su conversación.
—Tú no puedes hablar de Danielle Unnie porque simplemente no le llegas ni a la punta de los talones —Haerin sonrió con burla, empezaba a creer que esa chica era muy infantil y algo tonta. ¿Qué clase de fundamento era ese?—. Aún no comprendo porqué es que pudo traerte en su motocicleta. ¡Nunca la había visto traer a alguien más! —chilló con claramente celos y mucha envidia.
—No es tu problema si me trajo o no y, para que sepas, fue ella quien se ofreció a hacerlo —contestó harta de la actitud de Hyesun.
—Entonces de seguro está jugando contigo o tratando de cumplir una apuesta —sonrió burlesca—. ¡Debí imaginarlo! Danielle Marsh nunca se fijaría en alguien como tú. Sólo se divierte con los sentimientos de los demás, no le importa nada más.
Haerin no esperaba escuchar aquello y entonces al comprender cada palabra, quiso arremeter. Sin embargo, algo hizo clic en su cabeza...
—¿Eso es verdad? —su confundida mirada fue a detenerse en Hanni, quien claramente decidió callar.
—Claro que sí —volvió a hablar Hyesun,
cruzándose de brazos—. No conoces ni la mitad de lo que Danielle Unnie es en realidad. Si no me crees, puedes preguntarle a cualquier otra persona de esta universidad, te aseguro que te dirán absolutamente lo mismo.
La campana resonó y todos empezaron a tomar sus mochilas para dirigirse a su siguiente clase. Haerin se despidió brevemente de Hanni porque no compartirían salón hasta las otras dos próximas horas.
—Hey, tú —la castaña se detuvo y notó que Hyesun se acercó a ella nuevamente—, mi único consejo es que si quieres abstenerte de cualquier problema o decepción, lo mejor es que te alejes de Danielle. Ella no es la indicada para ti y hazme el favor de permitir que personas como yo, que son capaces de soportar cualquier cosa por su completa atención, seamos quienes estén a su lado —sonrió brevemente para luego salir del salón con lentitud.
Todas esas palabras fueron recepcionadas en la cabeza de Haerin, por lo que algo confundida por la declaración, decidió caminar apresuradamente hacia su respectiva aula. Estaba tan sumida en sus pensamientos que no tuvo momento de reaccionar correctamente cuando chocó contra Minji.
—Hey Haerin, hola —sonrió ampliamente mientras cerraba el pequeño libro que tenía en sus manos.
—Uh, hola Min.
—¿Vamos al aula? —propuso—. Hoy nos toca clase juntas.
La más bajita terminó por asentir y juntas se dirigieron al dichoso lugar. Minji hacía algunas preguntas de por medio con total amabilidad, por lo que Haerin trataba de contestar aunque sea mínimamente, ya que su cabeza estaba divagando en lo que anteriormente Hyesun le había dicho. Cuando justamente tomaron asiento juntas, el profesor Wang entró al salón con la enérgica actitud que lo caracterizaba. Haerin intentó concentrarse en el nuevo tema de la clase por lo menos hasta que terminara. Ya después podría consultar o indagar más sobre Danielle y sus intenciones.
***
—Bueno jóvenes, eso ha sido todo por esta vez —avisó el profesor mientras tomaba entre sus manos los folders con la información que había pedido como tarea la clase anterior.
«Si no me crees, puedes preguntarle a cualquier otra persona de esta universidad, te aseguro que te dirán absolutamente lo mismo.»
—Minji —le tocó el brazo un par de veces hasta que la mayor la observó para prestarle total atención—. ¿Te acuerdas aquella vez que me contaste algo sobre Danielle?
—Sí, claro.
—Bueno. ¿Cómo es que afirmas o dices saber de ella?
Minji esbozó una pequeña sonrisa que Haerin no pudo entender.
—Fue mi mejor amiga —vio el rostro asombrado de la niña, por lo que decidió seguir hablando—. Mi familia y la suya son muy unidas desde hace mucho tiempo, desde antes de que naciéramos. Siempre fuimos muy apegadas y el cariño entre nosotras podía notarse a kilómetros de distancia.
—¿Por qué se separaron? Uh, es decir, yo no suelo verlas juntas ahora. Disculpa si soy muy entrometida —confesó apenada.
—No te preocupes —le sonrió de forma tranquilizadora—. La razón de esto fue que Danielle comenzó a cambiar. Su noble y tranquila actitud dio paso a una más atrevida y rebelde. Comenzó ajuntarse con tipos un par de grados mayor a nosotras y tomó en cuenta nuevos hábitos. La llegada de la adolescencia, las fiestas por doquier. Su parte favorita era... romper los corazones ilusionados de cuanta persona quisiera.
Haerin parpadeó incrédula un par de veces y no bastó tantos segundos para que confirmara que todo cabía a la perfección. Danielle Marsh era una chica más de aquellas que se divertían con los sentimientos ajenos. ¿Cómo podía ser amiga de alguien como ella?
—Eso no me gustó para nada, por lo que traté de hacerle ver que el rechazo a alguien era muy cruel. Y como lo deduje, no me hizo caso. Por lo que chocamos en cuanto nuestra distintas maneras de pensar y terminé por alejarme de ella. Obviamente nuestras familias no lo saben, y es por ellos que coincidimos en casi los mismos eventos sociales y hasta estudiamos en la misma universidad —encogió sus hombros restándole importancia—. Te digo todo esto porque a Danielle no le interesa nada de lo que los demás digan sobre ella. Y puedes estar segura de que todo lo que te digo es solo la verdad. Ni siquiera ha tenido un novio formal o siquiera oficial, simplemente las relaciones amorosas no van con ella.
La menor no dijo nada, todo lo narrado por Minji había sido más que suficiente. No podía creer que había establecido una amistad con una chica como Danielle. Kim observó cada gesto de Haerin y supo que contarle todo lo referido a la pelinegra, había sido lo correcto. Ella misma vio el momento exacto en el que Danielle llegaba junto a Haerin en su motocicleta.
Tal vez se le había escapado un pedazo de información...
Y es que, desde que Danielle Marsh tuvo en su control aquella lujosa y especial motocicleta, jamás en todo ese tiempo había llevado a alguien más con ella.
Minji decidió omitir aquello, estaba segura que Marsh solo quería jugar con la de ojos gatunos. Y ella no podía permitir que alguien tan preciosa, inteligente y adorable como Haerin cayera en los típicos encantos de su ex mejor amiga para que la hiriera. Por supuesto que no iba a permitirlo.
¡Gracias por leer!
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