"Querido Reaper, tú jamás me leerás y no sabe cuanto me alegro por ello. Hoy es una de esas noches donde miro la ventana y me acuerdo de tus promesas.

Me prometiste... Me prometiste tantas cosas, Reaper...

Dijiste que me harías sonreír por siempre... Y aquí me tienes.

Llorando, amargado, con marcas nuevas en el brazo, con los ojos llorosos las 24 horas del día y con un ánimo por los suelos desde tu ida.

Tus palabras llenas de asco y de odio no las paro de recordar, como un viejo cassette que rebobino una y otra vez sin descanso. Como si repitiera una y otra vez una melancólica canción.

Repito sus palabras, tus palabras, las recuerdo sin parar. Se unen creando la más triste historia en un canto lleno de odio, y a la vez de tristeza.

Me prometiste hacerme sonreír y hasta el último segundo juntos, me hiciste llorar."

Geno soltó el lápiz, puso sus manos cubriendo su cara y rompió en llanto.

Solo.