Capitulo 20.
Ir con los sucios pudo ser un error, porque ellos no le han dado razones para confiar, ellos solo están ahí fingiendo no dañar a nadie, ellos se escondieron por tanto tiempo para contraatacar. ¿Por qué dejo que se llevaran a su madre y a su hermana? ¿Por qué dejo que mataran a su madre? Fingiría no saberlo para ocultar la verdad, decir que es más simple creer ciegamente que dudar, y es en parte de verdad. Es culpa suya, su inmadurez lo ha llevado hasta ello, ha puesto en riesgo a su familia dejando en claro que jamás fue la mejor persona para cuidarlos. Ahora no tiene a las personas que más ama a su lado, se las ha entregado a los sucios y le ha insistido que se las lleven sin dudar de ellos. Minghao falló en proteger a su familia, y todo empezó cuando conoció al sucio.
¿Cómo hubiera sido delatar al sucio? Los militares se darían cuenta de todo y habrá otra guerra que quizás podrían ganar. La guerra es inevitable, en cualquiera de los casos hubiera habido una que devastaría más la pequeña ciudad, la única diferencia seria él y su familia, quizás hubieran muerto antes.
El sonido de las armas lo trae de vuelta, es todo un caos y él podría confundirse fácilmente con un muerto. Se incorpora y toce a causa del polvo y la tierra, no sabe muy bien donde está, pero en aquel lugar se escucha a la perfección cada disparo y grito. Alguien lo toma del hombro. Reacciona de inmediato y busca con la mirada, parece un pequeño ratón asustado cuando encuentra los ojos rasgados de Hoshi. Su garganta esta sellada, sus manos tiemblan y el dolor de su cuerpo se hace presente de inmediato.
—Pensé que habías muerto.— Le dice el Sucio. Minghao niega como si aquello fuera necesario. —Jun me mataría si eso ocurre.— ¿Jun lo haría? Parpadea un par de veces para aclarar su visión. —Puedes correr ¿verdad?
—No...
—¡Qué bien que puedes hacerlo! Vamos.
Hoshi toma con fuerza su delgado brazo, tanto que Minghao siente que en cualquier momento se romperá. Es levantado con prisa casi arrastrándolo, se marea al instante pero no hay tiempo para quejarse cuando comienzan a hacerlo correr. Sus piernas delgadas se tropiezan con cada cosa frente a él, los túneles se llenan de Sucios corriendo en una misma dirección y ellos –Hoshi y Minghao- son los únicos que van contra corriente, hay palabras que no entiende y gritos por el lugar, armas por todos lados y maquinas que no comprende, algunas parecen ser inofensivas. No tiene tiempo de preguntar a donde se dirigen, Hoshi lo arrastra con tanta fuerza que se ha tropezado más de una vez y levantado de inmediato sin consideración, su cuerpo no está listo para ser tratado de esa manera. Cuando se detienen Minghao por fin puede dejarse caer en paz cansado de haber corrido por aquellos lugares, necesita aire y descansar, pero poca es su dicha cuando Hoshi vuelve a levantarlo como a un animal y lo sienta sobre algo que Minghao no pudo ver. Su muñeca es tomada con brusquedad y el dolor lo pincha como una gruesa aguja atravesando sus venas, no pregunta que es lo que ocurre porque sus sentidos lo han abandonado.
—Sector, sector, sector, sector.— Murmura Hoshi sin soltar su muñeca. —¡¿Qué malditos sectores se encuentran libres?!— Grita haciendo que Minghao abra los ojos de golpe. Hay más sucios alrededor.
—Intenta con el seis.— Minghao intenta enfocar a la persona que le ha respondido. —Ahí no hay nadie así que estará solo... Oh, es él— Aquella persona se acerca a él y puede sentir el suave tacto de sus manos sobre su mejilla. —Su familia fue enviada al tres, pero ese fue cerrado. Mándalo al diecisiete, Jun podrá encontrarlo ahí.
—¿es necesario que lo encuentre? Que lo busque si tanto lo quiere.
EL brazo de Minghao arde y eso se expande por su cuerpo, su vista se ha nublado y apenas puede ver colores borrosos sin poder reconocer figuras. Se pregunta si morirá, si solo lo dejaran ahí y se irán dándolo como un caso perdido, porque se siente desfallecer. El ardor llega a su cuello y se anima a ver su brazo el cual tiene sus venas marcadas de forma exagerada, casi surreal, se asusta un momento por ello y eleva el rostro encarando la mancha borrosa frente a él, su rostro no oculta lo que siente; esta aterrado por todo lo que ocurre.
—El sector nueve.— Dice aquella persona. —Tienen que atenderlo, se ve muy mal. Puede que llegue vivo al diecisiete pero no tardara en colapsar, es mejor que vaya directo al nueve.
—¿puedes hacerlo por mí? — Antes de que haya una respuesta la tierra tiembla y el horrible sonido los aturde. La falta de conocimiento de Minghao vuelve a hacerse visible, porque no tiene idea de lo que ha sido aquello. —Mejor lo hago yo...
Y como el primer estruendo hay varios más menos fuertes y repetidos. Los sonidos son insoportables, Minghao ya no sabe que es lo que esta escuchando y que es parte de su imaginación, se ha perdido y no tiene idea, solo quiere que aquello termine de una vez para poder regresar con su familia. Cuando se da cuenta el ardor ya se ha apoderado de su cuerpo y se vuelve más intenso que antes, empeora cuando vuelve a sentir que toman su brazo y hay otra inyección que le quema por dentro, consigue hacer una mueca de dolor. Pasan un par de segundos, llega otra aguja enterrándose en su piel, esta lo hace gritar de dolor, porque el dolor comienza a volverse insoportable e imposible de detenerse, se extiende por su cuerpo y por un momento tiene el instinto de querer arrancarse la piel. Soporta mantenerse semi consiente.
Abre los ojos cuando el dolor ha disminuido y las manchas borrosas comienzan a tomar formas, ahora puede ver al Sucio que se llevó a su madre y hermana. No habla, su garganta no se encuentra tan bien como sus ojos pero aun asi se puede notar que no ha caído inconsciente. Observa su brazo; las venas han dejado de marcarse y apenas pueden notarse, aquello lo alivia por un momento antes de que pueda ver la curiosa herida dejada sobre su piel, la toca con curiosidad y delinea la forma con la yema de sus dedos, jura haber visto ese símbolo antes. Alza el rostro para buscar a Hoshi y lo encuentra con otros Sucios.
—¿Cuál es tu nombre?— Da un pequeño brinco por la sorpresa y gira a ver al hombre de antes. No puede responder porque su voz no sale de sus labios. —¿No lo recuerdas?— niega. —¿recuerdas algo?— Vuelve a negar, pero está mintiendo. —¿Wen Junhui? ¿lo recuerdas?
Intenta negar, pero antes de que pueda hacerlo hay otro estruendo que los interrumpe, el sonido es nefasto, hace temblar cada cosa y persona haciendo que el miedo de Minghao suba. Cubre sus oídos por acto de reflejo y cuando vuelve a alzar la mirada puede ver a Sucios moverse de un lado a otro con distintas cosas que no reconoce. Pero hay algo que llama su atención. Recuerda haber visto una especie de aparto antes, algo que le incomoda y le hace querer ir y acercarse para poder verlo de cerca, pero sus piernas no reaccionan y decide acudir a su memoria. Buscando encuentra; eso lo construyó Jun.
—¿Qué es eso?— Pregunta por fin. El Sucio se gira para buscar lo que Minghao observa con tanta insistencia y hay u largo silencio.
—No sé su nombre. Jun no se lo ha dicho a nadie.
—¿Qué es lo que hace?
—Termina guerras.
No tiene más tiempo para prestarle al aparato cuando Hoshi se acerca con semblante alegre alzando una tarjeta blanca. De nuevo, quiere preguntar, pero de nuevo, no lo hace. El Sucio le muestra el objeto de manera victoriosa, al menos Minghao puede ver que está marcada con el numero nueve.
—¡No sabes lo difícil que fue conseguirla!— Se queja Hoshi aun agitándola. —Jun ya me debe muchos favores, y tú se los debes a Jun, así que si quieres pagarme...
—No sería correcto— Le interrumpe el otro sucio. —No está en condiciones para bromas.
—Hong aburrido Joshua.
—Kwon holgazán Soonyoung.
Y esos son los Sucios de los que tanto hablan y debe odiar. Puede odiar a Hoshi, puede hacerlo incluso despues de haber visto aquella parte de él que es menos desgraciada con la que fue recibido, pero no encuentra motivos para odiar al otro quien se mostró auténticamente preocupado, le recuerda un poco a Jeonghan o a Jihoon, no sabe bien a cuál de los dos se asemeja. El mareo regresa y esta vez esta tan cansado de ello que solo se rinde, si no puede mantenerse despierto no lo hará, dejara que ocurra lo que tenga que ocurrir aun si debe aceptar quedar a merced de cualquier cosa, y de cualquier modo; ya está a merced de cualquier cosa. Se deja ir, cae poco a poco mientras las cosas se oscurecen.
Cuando despierta se siente en una caja, un pequeño cubículo con ventanas y de color blanco, un blanco que no había visto hace mucho tiempo porque brilla y lo hace dudar del material. Gira la cabeza a varios lados pero no encuentra a nadie. Se levanta sintiéndose un poco mejor comprendiendo que le hacía falta descansar para reponerse de todo su malestar, sus piernas han adquirido fuerza y no tiemblan, también consigue ver que su color de piel ha cambiado un poco, se ve más vivo y eso le tranquiliza. Se acerca a una de las ventanas y el mareo regresa, pero prefiere pensar que es por lo alto en lo que se encuentra y no por su misma salud. Se deja caer en los apartados que simulan ser asientos.
Su ropa gastada y con polvo fue sustituida con prendas blancas, cómodas y holgadas, no se queja de ello. Vuelve a asomarse por las ventanas y reconoce árboles, altos árboles que solo había visto en libros conseguidos con dificultad, todo se ve pequeño y alejado, no distingue ninguna persona, eso causa que el miedo le invada. Escucha un pequeño pitido y mira hacia arriba encontrándose con una luz verde y extrañas letras que no conoce, pero hay números. La pequeña luz verde ha brillado en el número ocho. Busca la puerta a pesar de que no la usara, no piensa tirarse desde lo alto para morir.
Accidentalmente oprime un botón que hace brillar otra pequeña luz como un punto. No sabe lo que ocurre o donde está, sus últimos recuerdos son confusos pasando como pantallazos de distintas situaciones. Se sienta porque la confusión ha conseguido hacerlo caer. De nuevo hay pitidos, esta vez gira la cabeza y las ventanas se oscurecen para despues dar una imagen, en ese punto el cerebro de Minghao quiere explotar. No son ventanas, son televisores, extraños televisores.
—¿me escuchas?— Le pregunta alguien, sabe que aquello son bocinas. Observa con atención a la persona, lo reconoce como un Sucio. —Tu destino es el sector 8 ¿no es asi?— No sabe que hacer. —¿Entiendes el idioma por el que me comunico?— Asiente. —Bien, entonces...— Es interrumpido, sale de escena siendo empujado.
Su corazón da un brinco.
—¡Hao!
Es su pequeña. Ella tiene los ojos llorosos, se ve mucho mejor que en toda su vida; saludable, limpia, viva. No sabe cuánto tiempo ha pasado, pero extraña a su familia y quiere saber dónde esta, su garganta esta seca y no puede hablar, no sabe que decirle, esta congelado frente a la pantalla.
—Hola, linda— Le dice con cariño mostrando su mejor sonrisa para no llorar. —¿Dónde estás?
—¡Hao! ¡Pensamos que no te veríamos, el señor Jun dijo que ya debería de haber estado aquí desde hace tiempo, hizo un montón de llamadas, le pregunto a personas pero nadie sabía dónde estabas, incluso dijo que si no aparecías tendría que darte por muerto ¡Llore mucho por eso! Mamá me dijo que no me preocupara pero lo hize porque el señor Jun parecía preocupado y todos decían que tu cabina no estaba funcionando bien, me asusté mucho, y no pude dormir por tres días.— La niña toma aire, porque ha estado hablando tan rápido que no se ha dado tiempo de respirar. —Te extraño mucho Hao, estaba muy preocupada.
Le sonríe a su hermana, desea correr a abrazarla, pero no puede atravesar la pantalla, lo único que puede hacer es sonreírle y decirle que todo estará bien; pronto se verán, está seguro de ello. Tiene un montón de preguntas en su mente, quiere comenzar por el "señor Jun" y por el paradero de su madre, esta tan preocupado como ella debería de estarlo. Trata de organizar sus pensamientos mientras la niña se limpia el rostro.
—Apártate— Escucha la voz de Jun. Como es costumbre; se congela. La niña es apartada y por fin puede ver al Sucio, más limpio y en mejores condiciones. —Pensé que te había perdido en el sector tres.
—¿Dónde está mi madre?— Es frio, hostil, distante, quiere serlo porque está molesto con él.
—En casa... En su nueva casa.
—¡Es gigantesca Hao!— Su pequeña se cuela entre Jun para estar en pantalla. —¡tenemos cuatro habitaciones, un segundo piso y un jardín! ¡mamá lo ama! ¡Y...!
—Quédate atrás.— Le dice Jun de mala gana. Al parecer el Sucio no es bueno con los niños. —Les conseguí un hogar, es tu beneficio por haber trabajado para mi durante tanto tiempo ¿no estas feliz?
—¿Cuánto tiempo ha pasado?
—Una semana, tu cabina se mantuvo estancada por cuestiones de seguridad, no lo entenderías. No ahora. Como sea, se detendrá en el sector nueve para asegurarse de que te encuentres bien, según Hoshi...— Minghao se estremece. —...estabas a punto de morir.
—¿Qué es todo esto?
Jun suspira.
—No lo entenderías.— Y tiene razón, en la cabeza de Minghao ya no caben más cosas sin ordenar. —Cuando te encuentres en el sector diecisiete te explicare todo. Tienes suerte, me volverás a ver.
Es increíble, porque el efecto de la sonrisa de Jun no ha cambiado, sigue sintiéndose igual que todas las veces, aunque quiera odiarlo es imposible. Se sienta porque de nuevo hay un mareo, eleva el rostro y de nuevo se topa con él, sus labios están secos aunque no sufre de sed, ni siquiera tiene hambre. No puede preguntar el porqué de todo, solo puede limitarse a saber lo que deciden contarle. Suspira y encuentra sus antiguas cosas en un curioso cajón, se atreve a mirar dentro.
—No sé por qué guardan eso— Escucha a Jun. —Podrían solo...
—¿la llamada no está durando demasiado?— Es la persona de antes.
Minghao decide ignorar la pequeña discusión que ocurre a sus espaldas, le presta más atención a sus desgastadas cosas y las observa detenidamente. Hubiera deseado traer algo de casa para recordar, pero honestamente lo que menos quiere es eso; traer a su memoria su vida en la pequeña y devastada ciudad, quiere dejar todo atrás y seguir de una forma u otra. Encuentra el pequeño aparato que le dio Jeonghan la última vez que lo vio. Lo examina un par de segundos y pincha su dedo con la pequeña aguja.
—¡Solo unos minutos más!— Escucha a Jun y decide girar. —¡Mira a la niña, se echara a llorar si no la dejas ver a su hermano!... Llora hormiga.
Su hermana comienza a sollozar. Al parecer consiguen unos minutos más, Jun regresa la mirada con Minghao y no deja su sonrisa. Minghao lo observa atento.
—Hao, voy a ir a la escuela. — le dice la niña y tiene que contener las ganas de llorar, quizás de alegría. —¡Y tengo un nombre!
—Despues.— Jun alza a la pequeña y la aparta. Su mirad se vuelve un poco más seria. Minghao casi puede sentir estar frente a él. —Niño... yo... mentí— Y eso Minghao lo sabe de sobra. —Hay cosas que no podría decirte, estuve a punto de dejar que tu familia muriera, pensaba que si solo te salvaba a ti seria hacer lo justo, pero al final iba a dejarte morir también. Yo... lo siento.
Por primera vez Jun le parece completamente sincero. Le sonríe y un pitido pequeño llama su atención, baja la mirada y observa el aparato; la prueba para impuros. Su corazón esta agitado desde que despertó, todas sus emociones lo consumen. Una luz brilla en el techo y Minghao alza la cabeza para enfocarla; el número ocho brilla.
—Jun...
—Ignóralo, las puertas se abrirán pero no es tu sector.— Minghao asiente. —Y... ya me disculpe, también cuido de tu familia en compensación, agradécemelo cuando nos veamos. — Jun le vuelve a sonreír.
—Jun, me gustas.— por fin habla Minghao, con su corazón abarrotado de sentimientos y con la latente tentación de llorar.
—Lo se.— Bromea Jun.
Pero gustar no es lo que realmente siente. Aprieta el aparato entre sus manos, tiembla.
—Te quiero.— Pero tampoco es eso.
Jun suspira.
—También te quiero. Minghao.
¿ese es su final feliz?
Las puertas se abrieron. Sale de aquella cosa con tranquilidad, apaga su interior para que nada le importase, para no escuchar a Jun llamarle confundido diciendo que no debía de bajar, le importó, demasiado, porque las palabras del Sucio eran claras "no te buscare" y estaba consciente de ello.
Si, el amor es un veneno que decides consumir, algo dulce que baja por tu garganta o amargo, no importa el sabor, solo queda claro que al final terminara por matarte, Minghao lo sabe a la perfección, es por eso que decide dejar de beber aquel veneno que beneficia a otros para inmiscuirse en uno que él ha creado. Está cansado, sabe que su familia se encuentra bien, sabe que Jun lo hace, pero hay una persona que no lo está, que cae constantemente porque no puede mantenerse en pie, que no merece guiar porque es un desastre, y está claro quién es aquella persona.
No sabe a dónde va, solo pasa entre las personas que no conoce y que sus vestimentas son mil veces mejor, su apariencia es buena y se ven saludables, es un escenario que Minghao jamás pensó ver. Cuando se ha alejado lo suficiente observa lo que hay entre sus manos y la leyenda grabada en él. Escucha un curioso sonido por el lugar e intuye que debe acelerar el paso; corre mientras todas las personas se ven extrañadas entre sí. Es un edificio con paredes blancas, debe buscar la salida de entre cosas que no conoce. Solo quiere desaparecer. Limpia su mejilla porque una lagrima ha decidido a escaparse, detesta llorar pero termina haciéndolo y ni él puede definir la razón, son tantas que seria inútil.
Se detiene cuando observa una gran puerta, comienza a caminar lento mientras las demás personas se movilizan por el alboroto. Minghao no tiene prisa. Cuando sale de aquel lugar el sol lo ciega por un momento. Desecha en lo que reconoce como basura la prueba, el pequeño regalo de Jeonghan, y solo deja en sus recuerdos el resultado mientras comienza a caminar.
[Positivo]
Por fin~ sep, este es el final :') Gracias por haber leido toda esta historia <3 fue echa con mucho amor y odio porque tuve que estudiar varios datos y de paso me invente otros~ pero no niego que me gusto el resultado, le tengo mucho cariño a esta historia y fue un reto para mi terminarla, porque generalmente este tipo de fanfics los dejo a medias por siempre o los cancelo, pero no podia hacer lo mismo ahora porque resulta que el primer capitulo me gusta tanto como el ultimo. Si hay alguna duda pregunten :') entiendo que no pude explayarme en algunos aspectos asi que puede que haya cosas que no se hayan comprendido.
Espero que haya gustado.
Dentro de poco hay una sorpresa bastante obvia (?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro