Ya solo quedaban 5 días para la navidad y 3 días para el compartir realizado en el gimnasio. Los preparativos para esa fecha especial se llevaban a cabo con mucho entusiasmo, pero ese no era el único motivo de alegría para un joven de cabello alborotado que se encontraba sentado en su mesa de comedor mirando una lista que había hecho de los preparativos para el día que se declarase a su amada niña.

¿Cómo vas hijo?, decía un anciano sentándose junto al atractivo jovencito de cabello alborotado que tachaba con un bolígrafo las cosas que ya había conseguido para ese mágico día.

Bien abuelito, solo espero que el clima sea el preciso para esa fecha y así todo lo que estoy planeando salga bien, dijo Gokú.

Así será hijo, pero aún te falta cosas, ¿verdad?, decía el anciano.

Si abuelito, pero esas me encargare de conseguirlas hoy, tengo que alistar todos para ese día dijo Gokú.

Ya que hoy es mi día libre y mañana todos estaremos organizando el compartir que se realizara en el gimnasio, dijo Gokú.

Entonces hijo, suerte con todo lo que te falta conseguir, dijo el anciano.

Abuelito, algo de lo que me falta es tuyo, tú me podrías........................., dijo Gokú mientras el anciano sonreía.

Claro hijo, no tienes ni que pedirlo, todo lo mío es tuyo, eso lo sabes muy bien, dijo en anciano.

Ahora tendré que ir a ver al padre de mi niña, dijo Gokú.

Abrígate bien hijo, hace mucho frío, dijo el anciano.

No te preocupes abuelito, lo haré, dijo Gokú.

Casa de Milk:

Una bella pelinegra platicaba en su habitación con sus amigas.

Entonces el bombón, ¿aún no sospecha de ti?, dijo Dieciocho sorprendida.

No, dijo Milk.

Yo que tú Milk, le digo que yo soy la discípula que lo ama en secreto, dijo Bulma.

No como se te ocurre, dijo Milk sonrojándose.

Bueno, cambiando de tema, ¿Me acompañan a ver las tiendas?, dijo Dieciocho.

Si, dijeron Bulma y Milk.

La pelinegra le comunico a su padre que saldría con sus amigas. Luego las tres jovencitas salieron de la casa de la pelinegra.

Minutos después:

Toc toc toc

Al escuchar el sonido de la puerta un gigantesco hombre se dirigió a abrir.

¡Buenos días señor Ox¡ dijo Gokú con una sonrisa.

Joven Son, pase, ¿Vino a ver a mi niña?, ¿ya son algo más que amigos?, dijo el gigantesco hombre sonriendo.

No, ella y yo aún seguimos siendo amigos, dijo Gokú.

Yo pensé que ya había algo entre los dos, dijo el padre de la pelinegra.

No, aún no, como le dije iba a elegir una fecha especial para declararle mis sentimientos pero necesito su apoyo, dijo Gokú.

Sabes que cuentas con el, dijo el gigantesco hombre.

¡Gracias¡ ahora le explico lo que pienso hacer, decía Gokú.

Gokú puso al tanto a su futuro suegro de los planes que tenía para el día de navidad. El padre de la pelinegra escuchaba lo que el joven decía con atención.

Minutos después:

Cuentas con todo mi apoyo, dijo el padre de la pelinegra.

¡Gracias señor Ox¡ dijo Gokú.

Ahora acompáñame a tomar una buena taza de café mientras seguimos platicando, dijo el padre de la pelinegra.

Esta bien señor Ox, dijo Gokú sonriendo.

Mientras tanto:

Un grupo de chicas caminaban por unas gigantescas tiendas mirando las novedades que había en ellas.

Este me parece perfecto, decía la rubia mirando un conjunto color azul.

Si esta muy lindo, dijo Bulma.

Lo comprare, con esto iré a la fiesta organizada en el gimnasio, dijo la rubia.

Hablando de esa fiesta voy a comprarle un regalito a mi Vegui, dijo Bulma.

¿Qué ya no le habías comprado?, dijo Milk.

No amiga le compre algo para navidad, pero como mi querido Vegui me invito al compartir organizado en el gimnasio, yo quiero llevarle algo, dijo la rubia.

¿Milk a quién te toco en el intercambio de tu aula?, dijo con curiosidad la rubia.

A una compañera, dijo Milk.

Yo pensé que te toco el bombón, dijo Dieciocho.

Pues no, dijo Milk con tristeza.

Pero no pensaras dejar pasar esta oportunidad, ¿verdad?, dijo Bulma.

¿Dejar pasar esta oportunidad?, dijo Milk intrigada.

Si amiga, para expresarle lo que sientes con un detallito, aunque no seas tú quien intercambie con él, bien puedes darle algún presente como yo haré con Krilin, dijo la rubia.

Si, a eso me refería, dijo la peli azul.

Ya le he comprado algo, dijo Milk.

Bueno, al menos lo hiciste, esperemos que Gokú pueda notar lo que sientes por el, porque yo estoy segura que el siente algo por ti, dijo Dieciocho.

Mientras tanto:

Un atractivo joven de cabello alborotado se encontraba reunido con unos hombres en un restaurante platicando.

Y eso es lo que tienen que hacer, ¿creen poder hacerlo?, decía Gokú mirando al par de hombres con aspecto pueblerino.

Si joven claro que podemos, pero como bien dijo el que lo hagamos dependerá del clima, dijo uno de los hombres.

Yo escuche que para ese día el clima será como lo planee pero de no ser así, tengo un plan B.........................., dijo Gokú comentándole su nuevo plan al par de hombres que escuchaban con atención.

Luego de algunos minutos ambos hombres dijeron: Las cosas se harán como usted dice joven.

Gokú, saco de su carpeta una hoja y tacho la actividad que ya había solucionado.

Ahora a ver esto, pensaba Gokú mientras miraba su hoja que tenía aún algunas actividades pendientes.

Horas después:

El cielo estaba cubierto de estrellas y la luz de la luna alumbraba el camino de un atractivo joven de cabello alborotado que conducía su moto a la velocidad de un rayo con una sonrisa tatuada en los labios.

El joven estaciono su moto frente a su modesta vivienda y luego de algunos minutos entro a ella.

Hijo, ya volviste, dijo el anciano que se encontraba sentado tomando una taza de café bien cargado.

Abuelito, aún estás despierto, dijo Gokú sonriendo.

Es que quise esperarte, ¿qué tal te fue?, conseguiste todo lo que necesitas, dijo el anciano.

Si abuelito, dijo Gokú sentándose junto a su abuelo.

Que bueno hijo entonces ya tienes todo, dijo el anciano.

Si abuelito, aunque lo que tengo planeado dependerá del clima, pero por si acaso tengo un plan B, dijo Gokú.

Que bueno hijo, siempre hay que ser precavidos, dijo el anciano.

Casa de Milk:

Una bella pelinegra miraba su pequeña bolsa de regalo que tenía sobre su mesita de noche mientras pensaba: ojala y te guste.

La pelinegra sostuvo su pequeño peluche de osito en sus manos y se acostó a dormir.

Al día siguiente:

Un atractivo jovencito de cabello alborotado entraba con una amplia sonrisa al gimnasio cuando el llamado de uno de sus amigos le hizo detener su andar.

Gokú, escucho el joven de cabello alborotado haciéndolo girar al lugar de donde provenía la voz.

Yamcha, dijo el joven de cabello alborotado.

Te estaba esperando, dijo el joven de la cicatriz.

Para qué, dijo Gokú.

Para darte esta tarjeta, dijo Yamcha estirando su mano para darle a su amigo una tarjeta.

¿De qué es?, dijo Gokú.

Allí está la dirección dónde Milk y tú tienen que ir a escoger la talla de sus disfraces, ya está todo pagado, pero Ten y yo preferimos no comprarlos por comprar y luego no les vaya a quedar por eso solo los apartamos para que ustedes vayan a elegir en su talla el modelo que separamos, dijo Yamcha.

Está bien se lo diré a Milk, dijo Gokú.

Voy con mi grupo. ¡Ah¡ tienen que ir hoy a recogerlos, no se olviden. Vegueta te cubrirá para que vayas, dijo Yamcha.

Está bien, dijo Gokú sonriendo.

Por la tarde:

Tenemos que ir a recoger el disfraz, decía emocionada la pelinegra.

Si, dijo Gokú.

Entonces déme la dirección para ir en cuanto termine la clase, dijo Milk.

Iremos juntos yo también tengo que recoger mi disfraz, dijo Gokú sonriendo.

Mientras en otro salón:

Entonces hoy irán a recogerlos, dijo Piccolo.

Si, dijo Yamcha.

Ojala y Milk no se enfade por el disfraz que le elegiste, dijo Ten preocupado.

¿Qué tipo de disfraz elegiste insecto?, dijo Vegueta.

De Mamá Noela por su puesto, además no tiene porque enfadarse le quedara muy bien, además así hacemos que nuestro amigo se anime a declarársele ya y no espere hasta navidad, dijo Yamcha sonriendo.

Si Gokú quiere esperar hasta entonces será por algo, dijo Krilin.

Si el insecto tiene razón, ojala y que por tu culpa no eches a perder la fiesta, dijo Vegueta molesto.

Pero que tiene de malo este disfraz, dijo Yamcha mostrándole a sus amigos un sexy vestido de Mama Noela.

¿Y piensas que Milk se pondrá algo asÍ?, dijo Piccolo alarmado.

Por qué no, tiene buen cuerpo, dijo Yamcha.

Que ni te oiga Gokú porque te muele a golpes, dijo Krilin.

Ya chicos tampoco sean escandalosos, estoy seguros que ambos estarán satisfechos con sus disfraces, dijo Yamcha riendo.

Horas después: "Tienda"

Pasen jóvenes, decía una amable mujer.

Venimos por los disfraces que separaron de........., decía Gokú.

Así, claro, estos son pero tienen que elegir sus tallas, dijo la mujer mientras Gokú y Milk miraban los maniquís que llevaban puestos los disfraces que ellos llevarían.

Nota:

Esta bella historia de amor GoChi navideña está en sus últimos capítulos.

¡Gracias por seguirla, votar y comentar¡

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.