V
La mañana siguiente despertó con una sonrisa, mordió su labio inferior, tratando de acallar el grito de felicidad que quería salir de su garganta. La noche anterior había sido más que perfecta. Embry le había hecho el amor otra vez antes de caer dormidos. Toda la noche pudo sentir sus brazos alrededor de ella, sujetándola con fuerza, haciéndola sentir segura y amada. Miro su rostro tranquilo, sus gruesas cejas y sus largas pestañas. Suspiró sintiendo el amor que sentía por él recorrer su cuerpo. Aun no podía entender cómo su anhelo de adolescente se había hecho realidad, pero ahí estaba, entre los brazos del hombre que le juró amor eterno mientras la hacía suya una y otra vez.
Con cuidado de no despertarlo, salió del calor de su abrazo. Busco su ropa vistiéndose antes de que los mellizos se despertaran y preparo el desayuno. Para su sorpresa, todos seguían profundamente dormidos. Dejó la comida en la mesa y luego se dirigió a su habitación para empezar a vestirse. Lo que había estado dilatando tanto tiempo tenía que ser zanjado de una vez. Dejó una nota avisando de su salida y, tomando prestado el coche de Embry, se encaminó hacia la casa de sus padres.
Cuando diviso la casa en la que creció, la sonrisa de felicidad se borró de su rostro y una mezcla de rabia e incredulidad se apoderó de ella. Tomó una bocanada de aire y se bajó del vehículo. Caminó con prisa, pero con cautela, hasta estar frente a la entrada. Tocó el timbre y segundos después, su madre abría la puerta.
Hizo un gesto de desagrado sin dejar de observarla y luego se hizo a un lado para dejarla entrar.
—Hasta que te dignas a aparecer. ¿Dónde has estado? Larry ha venido todos los días para hablar contigo y hacer las paces.
Movida por la ira, se giró hacia su madre, encarándola.
—¿En serio, mamá? ¿No te preocupas por dónde estaba o si estaba bien, solo porque no haya hablado con Larry? A estas alturas me pregunto: ¿Qué intereses tienen tú y papá para que regrese con esa mierda infiel?
—¡No seas grosera! Larry es un buen chico, solo cometió un error; esas cosas se pueden perdonar y volver a empezar. Si dejaras de ser tan testaruda, lo verías con claridad.
—¿Testaruda? ¿Pero a ti qué coño te pasa? ¡Se estuvo acostando con su prima por tres años! Eso no es un error, es una elección; un error es ponerme las bragas al revés.
—No le levantes la voz a tu madre, Greer. No te educamos para faltarnos al respeto, somos tus padres.
Blake empezó a llorar, mirando con incredulidad a su única hija. Jack se acercó a ella consolándola y luego miró con desprecio a Greer, que los observaba incrédula.
—Ojalá no hubiese sido Molly la que muriera. —Murmuró su padre, odio destilando por cada una de sus palabras.
Greer se sorprendió con las duras palabras de su padre, resquebrajando la determinación con la que había ido a enfrentarles. Volvió a ponerse su máscara de indiferencia y esta vez fue ella quien habló.
—¡Bravo! —comentó, aplaudiendo—. Qué padres tan amorosos tengo; me gané la lotería con vosotros.
—No nos faltes al respeto, Greer, elige muy bien tus siguientes palabras. —sentenció el hombre mayor.
Esta vez los vio como realmente eran y el asco que sintió se reflejó en su rostro.
—¿Cómo podéis ser tan insensibles? Ni siquiera sé cómo tenéis el descaro de siquiera pronunciar el nombre de mi hermana. No sois más que unos hipócritas y mentirosos. Durante siete años me habéis hablado de los mellizos y ni siquiera los habéis visto una sola vez.
Las palabras cayeron con sorpresa sobre la pareja. Las lágrimas antes derramadas desaparecieron con rapidez y la furia llenó el ambiente.
—¿Cómo te atreves a cuestionar nuestras decisiones? Ese par de mocosos asesinaron a nuestra hija. Nos robaron a nuestra pequeña. Conocer a ese maldito hombre solo trajo desgracia y muerte a nuestras vidas.
—Embry es el mejor hombre que he conocido toda mi vida. Amo a Molly con todo su corazón, y ha inculcado en sus hijos el recuerdo de su madre y lo mucho que los amaba.
Jack se rió con malicia e incredulidad.
—No lo puedo creer, ¿aún sigues enamorada de ese idiota?
La lividez se apoderó de su cuerpo. Pensó que sus sentimientos por Embry habían estado bien ocultos.
—Eso no te importa, es mi vida personal.
—Tienes razón, no nos importa; lo único importante aquí es que vas a llamar a Larry y vas a pedirle perdón por tu inmadurez y vas a retomar los planes de matrimonio y más te vale adelantar la fecha de la boda. Necesitamos que te cases con él antes de tres meses.
—Voy a repetirlo nuevamente, por si no lo habéis acabado de entender: ¡no me voy a casar con Larry, no voy a volver con Larry!
Se dio la vuelta y subió las escaleras, encerrándose en su habitación y recogiendo lo que quedaba de sus pertenencias. Las lágrimas bajaban por sus mejillas, pero eso no impidió que su determinación flaqueara. Siempre había sentido que sus padres no la querían y que su atención estaba siempre dirigida a Molly. Por suerte para ella, su hermana mayor odiaba esas actitudes de sus padres y siempre la protegió y compartió con ella todo lo que tenía. El vínculo de hermandad y amistad que las unía era tan fuerte como su amor por sus hijos.
Minutos después bajó las escaleras; sus padres aún la esperaban para seguir discutiendo. Pero antes de que ellos pudieran decir algo, tomó la palabra.
—Tuve unos minutos para reflexionar sobre vuestra insistencia en que perdonara al estúpido de mi ex; ahora todo cobra sentido. Lo único que queréis es el dinero de su familia, pero si tanto lo queréis, casaos vosotros con él. Yo ya he decidido cómo quiero vivir mi vida, y es al lado del hombre que me ama y que yo amo. Tomaré la familia que Molly dejó y la cuidaré y protegeré por encima de todo y de todos. —Con una sonrisa en sus labios se acercó amenazadora a sus padres—. Embry y yo estamos juntos. Somos una familia. Ellos son mi hogar, ahora soy feliz. La única razón por la que vine hoy fue para buscar mis cosas y enfrentaros por última vez. Hoy he aprendido una lección muy importante: Molly fue la mejor madre del mundo, fue tan buena que decidió dar su vida por sus hijos; en cambio vosotros, vosotros sois un asco de padres. No me volváis a buscar, porque a partir de este momento, estáis muertos para mí.
La miraron con incredulidad, sin saber cómo responder a lo que acababa de decir. Greer tomó sus maletas y salió de su casa de infancia sintiendo que se quitaba un peso de encima. Ahora por fin sabía lo que era una familia.
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Hola a todos, paso por aquí a dejar este capítulo y a desearos un Feliz 2025, que todos vuestros sueños se hagan realidad 🎉🎉🎉
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