Epílogo
Cuando despertó, sintió el vacío a su lado. Su ropa estaba perfectamente doblada sobre la mesa de centro; se vistió con prisa y luego fue en busca de Greer. Encontró la mesa con el desayuno ya hecho y una nota al lado de su taza para el té. La tomó con el terror bullendo en su interior; las palabras de la noche anterior, cuando ella le prometía que estarían juntos, se repetían en su cabeza como un mantra.
Cuando leyó la nota, sintió que el terror desaparecía dejando una calma placentera.
"Hola, cariño, os he dejado el desayuno preparado; comedlo todo. He ido a casa de mis padres; necesito recoger lo último de mis pertenencias y tener, de una vez por todas, esa conversación pendiente.
Te quiero, dales un beso a los mellizos, nos vemos en unas horas.
Pd: He tomado prestado tu coche; después hablamos de la forma de pago."
Doblo la nota y la guardo en el bolsillo de su pantalón sin dejar de sonreír. Calentó el agua para su té y luego escuchó las risas y las pisadas de sus hijos corriendo hasta llegar a él.
—¡Buenos días, papi! —gritaron al unísono, haciendo que su sonrisa se ampliara más. Ahora lo tenía todo, sin duda y, a riesgo de parecer pretensioso, para él, el 2024 sí había sido un buen año.
Se agachó a la altura de sus hijos, recibiéndolos en un fuerte abrazo, besó sus cabezas y luego los hizo lavar sus manos.
—Vamos a desayunar, que la tía Greer nos preparó esta deliciosa comida.
Cuando estaban sentados en la mesa, supo que ese era el momento indicado para hablar con ellos.
—Necesito hablar con vosotros —dijo, dejando la taza sobre la mesa y mirando de un mellizo a otro, tratando de impregnar el ambiente de la seriedad que ameritaba—. Ahora que sois niños grandes, hay cosas que debéis saber y entender.
—Habla, papi, ya somos adultos pequeños, ¿verdad, Alfie?
—Ajam, sí.
Embry rió ante la indiferencia de su hijo. Mientras hubiese comida por el medio, el mundo podía arder, porque Alfie no se movería hasta haber terminado su plato. Acarició su corto cabello, ganándose una sonrisa.
—Sabéis que la tía Greer es la hermana de vuestra madre, ¿verdad? —ambos asintieron al mismo tiempo—. Bien, la tía Greer se quedará a vivir con nosotros. Y ya sabéis que, desde que mamá se fue, he estado muy solo. Bueno, papá y la tía Greer se han enamorado, como papá y mamá...
—Ya lo sabíamos —interrumpió Lily, moviendo su pequeña mano de arriba abajo, quitándole importancia a lo que su papá acababa de revelar.
—¿Lo-lo sabíais? ¿Pero cómo? —preguntó, sintiendo que las palabras se atascaban en su garganta.
—Os vimos a ti y a la tía Greer cuando os dabais un beso en la boca, qué asco, papá. —dijo Alfie sin dejar de comer, pero haciendo un gesto de asco al recordar el beso.
—¿Y os parece mal?
—Nope, está bien, ahora la tía Greer será nuestra madre.
—Molly siempre será vuestra madre, nunca lo olvidéis.
—Por supuesto que no, papá, pero mami nos ha enviado a la tía Greer para que ahora sea ella quien cuide de nosotros.
Soltó el aire que no sabía que estaba conteniendo, miró a sus hijos que, sin importarles la conversación que acababan de tener, ahora estaban enfrascados en una discusión bastante seria sobre los regalos que les traería Santa.
Levantó la vista de sus hijos y observó la foto que reposaba sobre la chimenea; en ella su esposa embarazada le devolvía una sonrisa llena de felicidad, y por un momento pudo jurar que era también una confirmación de que todo estaría bien. En su mente dirigió unas últimas palabras hacia su Molly, dándole las gracias por su amor, por sus hijos y por Greer. Y le prometió que, de ahora en adelante, la felicidad de los cuatro sería su prioridad.
☃︎
Había pasado cerca de una hora desde que había salido de la casa de sus padres, y a medida que se acercaba a su nuevo hogar, sentía que el dolor, la rabia y el desprecio se alejaban de ella. Ahora, frente a su casa, la felicidad era lo único que podía sentir en su corazón. Apago el coche, bajo de él y se quedó unos minutos observando su alrededor.
—Te prometo que cuidaré de tu familia, hermanita, y nunca permitiré que seas olvidada. Yo misma me encargaré de llenar los espacios en blanco de tu vida en la memoria de mis sobrinos. Los voy a amar como si fueran míos y ayudaré a Embry a llevarlos siempre por el camino correcto hacia su felicidad y su realización personal. Y te prometo que no dejaré a Embry solo; estaré a su lado siempre. Gracias por guiarme hacia ellos.
Un viento inesperado sacudió las ramas sin hojas de los árboles, y luego llegó hasta ella y sintió en su mejilla lo que pareció una caricia. Sus ojos se llenaron de lágrimas y empezó a reír.
—Yo también te amo, hermanita.
La puerta de la casa se abrió, y un apuesto y sonriente Embry la recibió. Bajó las escaleras hasta llegar a ella, la tomó entre sus brazos y la besó. Enredó sus manos en su cuello y se entregó al beso que el hombre que amaba le estaba dando. La apretó contra él en un abrazo casi posesivo. Separaron sus labios y besó la frente de la mujer que le había devuelto la felicidad.
—Bienvenida a casa, mi amor, te eché de menos.
—Solo fueron unas horas.
—Lo sé, pero nuestros hijos y yo te extrañamos; no fue lo mismo desayunar sin ti.
Greer se conmovió con las palabras de Embry. Sus hijos. Ahora tenía hijos. Hijos y un esposo; aunque no estuvieran casados, ahora vivirían como tal. Entraron a la casa tomados de la mano y cuando cruzaron la puerta, sus sobrinos la miraron y corrieron hacia ella envolviéndola en un abrazo que, esta vez, se sintió como la bienvenida a esa pequeña familia.
☃︎
La noche cayó nuevamente, y después de pasar la tarde organizando su ropa en el armario de la habitación principal, ahora yacían acostados, después de haber hecho el amor. Greer estaba acostada de lado con su espalda pegada al pecho de Embry. Ella acariciaba sus brazos fuertes mientras él repartía besos por su cuello y le susurraba obscenidades, haciéndola reír.
—¿Qué les diremos a los demás cuando pregunten sobre nuestra relación?
—Nada, esta es nuestra historia, y solo debe importar lo que nosotros pensemos, pero si te preocupa lo que piensen los demás, simplemente diremos que nuestra historia sucedió en Navidad.
______________
Hasta aquí la historia de Embry y Greer. Gracias por habernos acompañado y hasta la próxima Navidad. 🩷🩷🩷
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro