Epílogo
Han pasado unas nueve horas desde que Christopher bajó por mi ventana y su silueta se perdió en la oscuridad de la calle; nueve horas en las que no he podido dormir nada, nueve horas en las que no he recibido más mensajes suyos.
Me encuentro en el comedor, mientras mi familia duerme. Tan pronto como escucho el golpe del periódico matutino contra la puerta, el mismo para el que solía trabajar mi madre, corro con prontitud a recogerlo, antes de volver a sentarme en el mismo lugar que antes.
No hace falta abrir las páginas del periódico, la noticia que esperaba encontrar está en primer plano:
Primicia: se descubre la identidad de dos miembros de la banda delincuencial que ha estado azotando a Portland gracias a informante anónimo.
Leo la noticia mientras intento tragar el nudo que se ha formado en mi garganta. No han dicho sus nombres, al menos no aún, ni especifican si ya han arrestado a los delincuentes, pero sé que eso no demorará en ocurrir.
Cuando mis ojos leen repetidamente la posible sentencia, confirmando lo que alguna vez dijo el padre de Christopher, todo mi mundo se desmorona.
De seis meses a diez años en prisión, con posibilidad de reducir la condena si colaboran con información.
Dejo el periódico sobre la mesa, pasmada, mientras recuerdo la imagen de Christopher tocando mi canción para mí la noche anterior. El recuerdo de sus manos temblorosas mientras tocaba la guitarra con nerviosismo, la canción que tanto practicó durante mucho tiempo, provoca en mí un sentimiento de ternura, uno que pronto se mezcla con el dolor. Él en verdad intentó pedirme disculpas mil veces, de todas las maneras posibles.
Cuando soy cien por ciento de lo que he hecho y relaciono su nombre a una posible condena en prisión, llevo ambas manos a mi boca, ahogando un grito. De un momento a otro comienzo a llorar desconsoladamente mientras decenas de pensamientos confusos azotan mi cabeza.
Por un lado, soy consciente de que merece el castigo, él y todos los que caigan; son delincuentes, por más que mis sentimientos intenten negarlo. Él mismo admitió que sabía que se enfrentaba a ser atrapado, admitió que se haría responsable de sus acciones; por otro lado, mi dolor también afirma cuánto lo merece al recordar el daño que me hizo, las noches que he llorado desconsoladamente.
Christopher me usó, lo admitió: me mintió en la cara, me engañó y jugo con mis sentimientos. ¿Cómo podría superar un corazón tan roto después de eso? Esa parte de mí ama verlo sufrir, ama verlo pagar consecuencias, esperando que sienta lo que yo sentí.
Y por último, todo lo anterior se mezcla con lo que no quiero ver: él en verdad parecía pedirme disculpas sinceras, en verdad parecía haber remordimiento y arrepentimiento en su mirada cargada de culpa. Recordó lo de la canción y la aprendió sólo para mí, intentando que yo accediera a escucharlo, a darle tan solo una oportunidad de explicarme lo sucedido.
Pero no se la di, y eso comienza a carcomerme desde lo más profundo, comienza a roer mi alma.
Una tormenta azota mi mente mientras todos estos pensamientos contradictorios rondan en ella. No sé qué pensar, no sé cómo actuar con claridad ahora. Lloro desconsoladamente, las lágrimas caen sobre el periódico. Mi boca se abre y dice lo que he querido expresar en voz alta por tanto tiempo:
—Lo quiero.
Pero ya no hay vuelta atrás.
Intento mantener la compostura, limpiando mis lágrimas, sacudiendo mi cabeza y alejando esos pensamientos de mi mente, los cuales ya habían comenzado a librar una batalla. Trato de impedir que mi corazón se interponga ante la razón.
—Él me hizo daño a mí; él y su banda hicieron mucho daño a la ciudad —afirmo a mí misma—. Es hora de que pague por lo sus errores.
Intento convencerme de estas palabras mientras pienso con angustia sobre lo incierto que es el futuro ahora.
No sé qué pasará con él.
No sé qué pasará conmigo.
No sé qué pasará con nosotros.
FIN DEL PRIMER LIBRO
****
Nota de autora:
Ahora sí, ¿qué les ha parecido?
¡Mil gracias a todos por leer! Les cuento que tengo planeada UNA TRILOGÍA, la historia de Marianne y Christopher no termina aquí, por supuesto que no.
Así que estén atentos para el segundo libro, estaré anunciando fechas por mi Instagram (Carolinalond_) y por este medio.
¡Los amo! <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro