XII
"Está bien, Chanyeol, no me martiriza que Kwon Baek sea tu novio. Tampoco te daré mi aprobación porque no la necesitas. Probablemente nunca logre verlo sin sentir disgusto, pero eso es una cuestión personal mía y no debe retenerte de amar a tu chico de la mejor manera que sepas".
Do Kyungsoo a Park Chanyeol una noche que pasaron juntos viendo películas, comiendo porquerías y hablando de mil cosas.
Vamos, no puedes dejarme aquí, debes continuar, amigo, vamos.
Nash siguió alentando a un Dan completamente noqueado sobre la mesa de la sala de estudio como si se tratara de un entrenador de boxeo pidiéndole a su pupilo que se levantara. Hubiera reído si no fuera porque los exámenes estaban a la vuelta de la esquina y tenía que seguir leyendo. Hacía minutos que su corpulento compañero había desplomado su cabeza sobre la superficie cubierta de resúmenes y notas, y no parecía con la voluntad suficiente como para coger esos papeles y ponerse a memorizarlos como mínimo.
-Dios, Daniel, contéstame, comenzaré a creer que me dejas en serio.
-Lo siento...- Balbuceó este con la mirada perdida. -Sólo estaba reflexionando acerca de si de verdad necesito este título o no.
-Oh, lo superarás.- Nash barrió una mano por el aire, restándole importancia. -Es lo mismo que me cuestiono todas las mañanas cuando el despertador suena, y aquí me tienes...- Tomó su vaso lleno de café con dedos temblorosos.
A su lado, Suni estaba en un estado similar, sólo que un tanto más completa. No sabía si manejaba el estrés bastante bien o sólo estaba disimulando por el bien de la demencia común.
-Esto está complicado.- Suspiró y observó al resto en estado convaleciente. -Es increíble como siempre acabamos de la misma manera a pesar de haber pasado por esto cientos de veces.- Miró a Kyungsoo con una ceja arqueada. -Tú luces tan fresco que me dan ganas de golpearte.
Él se encogió, cogiendo una galleta del paquete más cercano y llevándosela a la boca. -Soy bueno manejando la presión... A grandes rasgos.
-Claro que no, sólo eres un listillo con CI sobresaliente del resto, ¡agh!- Dan reaccionó y se echó sobre el respaldo, dejando colgar su cabeza del borde. -Quiero estar en casa y dormir...
-¿Qué te motiva a seguir, Kyungsoo?- Preguntó Suni de repente, él desvió los ojos de sus resúmenes a ella. -¿Qué esperas lograr en el futuro?
-Hmm...- Kyungsoo se relajó sobre la silla, despegándose un par de minutos de toda aquella información que no dejaba de pasar frente a sus ojos desde hacía días. -Supongo que espero poder hacerme cargo del negocio familiar...
-¿Supones?
Compuso una mueca. -Quiero ser importante, ¿sabes? No quiero parecerme a mis padres... Definitivamente no quiero parecerme a mi abuelo.- Murmuró con gravedad.
Suni asintió. -Bueno, si posees la ambición necesaria, sólo tienes que comenzar a visualizarte desde ahora.
Kyungsoo meneó la cabeza, volviendo a su tarea. -Ese tipo de cosas siempre me causaron mucha ansiedad. Si pienso en lo que sucederá, siento que no llegaré nunca a donde quiero.
-Debes trazar metas a corto plazo, Kyung.- Aconsejó Nash por su lado, un poco más entusiasmada ahora que alguien había hablado de algo que no eran exámenes. -Si piensas muy a futuro te pondrás nervioso, mejor piensa en lo que puedes hacer ahora.
-Las ideas innovadoras y las soluciones no las sacarás de una galera después de todo.- Se encogió la otra.
Kyungsoo sacó de debajo del material de estudio la carpeta que contenía todo el trabajo que llevaba adelantado de su proyecto. Pensó en cómo se la pasó sorteando a su profesor todo ese tiempo para no entregarlo aun cuando lo había terminado hacía bastante, ahora que había reinterpretado su enfoque estaba en la nada otra vez. Suponía que una buena meta por el momento era acabar con eso y luego ver lo que opinaban sus docentes.
-Oye, Kyung...- Vio cómo Suni se le acercaba con intención de expresar una confidencia y acercó su oído derecho para escuchar. -¿Cómo vas con el tema de las náuseas y eso?
-Bueno, he estado pensando en volver a terapia.- Le respondió en el mismo tono bajito.
-¿Oh?- Suni se alejó, frunciendo el ceño con preocupación. -¿Empeoraste?
-No precisamente, sólo sigo igual.- Hizo un mohín. -Quiero acabar con esto de una vez por todas, es como una pesadilla insoportable.- Se irguió, alzó el rostro e intercambió su tono discreto por uno más normal. -Hay muchas cosas cambiando y quiero que esta sea una...- De la nada se llenó de pensamientos acerca de Jongin y su rostro se tornó rojo.
Suni lo notó y sonrió con picardía. -¿Puede ser que quieras impresionar a alguien de paso?
Kyungsoo chasqueó la lengua y le dio un pequeño empujón, mas no respondió. En su lugar reflexionó acerca de sus decisiones. Hacía días se había encontrado frente a su ordenador portátil en casa, buscando recomendaciones de profesionales entre las cartillas médicas con la esperanza de encontrar a alguien que pudiera tratarlo y ayudarle. Irremediablemente, tales pensamientos lo llevaron de vuelta a Jongin, como casi todo desde que lo conoció, y en cómo la mayoría de los pasos más importantes los había dictado en base a él en el último tiempo. Era un tanto fastidioso si hablaba por su orgullo, pero a la vez le daba una satisfacción inmensa que su sólo pensamiento le brindara motivaciones suficientes para moverse.
Sonaba muy ñoño, pero estaba feliz de haberse enamorado de Jongin.
Miró a Suni, todavía observándolo con suspicacia y una sonrisita incontenible, y también le sonrió. -Lo he estado haciendo bastante bien.
De verdad lo creía.
Como hacía días que no se veían debido al trabajo de la universidad, esa misma tarde Jongin se tomó el atrevimiento de aparecerse en su apartamento con comida china para llevar y un recipiente con helado. Luego de los exámenes debían comer algo casero si no deseaban explotar. Después de cenar, el más joven se tiró sobre el sofá y se puso a leer quién sabe qué mientras él se sentaba en su escritorio a continuar con su investigación. En más de una ocasión se lo quedó viendo, con la mejilla apoyada sobre su mano y una estúpida sonrisa. Jongin estaba enfrascado en su lectura así que no notó semejante escrutinio, pero teniendo presente todo lo que aquella tarde había estado pensando acerca de él, le fue inevitable no soñar despierto.
No estaba más idiota por ese hombre porque no era más grande.
En algún punto decidió que era una opción viable dejar de tontear recreándose con el bello perfil de su enamorado y enfocarse en lo que tenía frente a sus narices. Al cabo de unos minutos estaba tan entretenido organizando el planteamiento de sus ideas más relevantes, que no notó que su teléfono estaba vibrando incesantemente a un lado. Jongin sí lo hizo y dejó de lado su libro para verlo con curiosidad.
-Hyung, el teléfono.- Avisó, pero Kyungsoo no lo oyó. El aparato dejó de vibrar y a los pocos segundos comenzó a titilar otra vez. -Hey, Do Kyungsoo...- Canturreó intentando llamar su atención.
Al final suspiró y se puso de pie, caminó hasta él y se paró detrás, curioseando un poco y notando que se trataba de su proyecto una vez más. En verdad parecía entusiasmado al respecto. Sonrió y se agachó para hablarle al oído puesto que su teléfono había comenzado a vibrar por tercera vez.
-Te llaman.- Susurró, haciendo que pegara un respingo y reaccionara por fin.
Kyungsoo se giró y parpadeó, había estado tan metido en sus asuntos que se sorprendió, ¿en qué momento Jongin se había parado detrás de él? No sabía qué quería, pero como estaba allí viéndolo con una sonrisa tierna y el rostro ladeado, posó una mano sobre su nuca y lo atrajo para besarlo. A Jongin lo cogió con la guardia baja, pero ni loco se rehusaría a un beso de su parte, así que sonrió sobre sus labios y sostuvo su rostro para corresponderle. Cuando se separaron, largó una risita por lo bajo y pasó un pulgar sobre sus labios brillosos.
-Estaría toda la vida así, pero te están llamando, hyung.
El rostro de Kyungsoo se puso rojo como un tomate. -¿Eh?- Miró su teléfono con el ceño fruncido, justo había dejado de vibrar y lo cogió, entonces su entrecejo se volvió más profundo. -¿Baekhyun?- Susurró.
Tras un par de llamadas perdidas había un mensaje de su parte preguntándole dónde quedaba su casa. Mientras se preguntaba con extrañeza qué era lo que pretendía, Jongin se sentó sobre su regazo para husmear mejor en lo que lo había mantenido así de concentrado. Por instinto, le rodeó la cintura con un brazo mientras respondía al mensaje con su dirección sin pensárselo demasiado, luego tiró el aparato sobre el escritorio y suspiró.
-Es bastante interesante ahora...- Comentó el más joven.
-También lo creo, pero tengo un poquito de miedo por lo que pensarán mis padres. Es un poco... Ya sabes, "alternativo".
Jongin le dio una miradita llena de ironía sobre su hombro. -¿Alguna vez te importó lo que pensaran tus padres, hyung?
Hizo esa pregunta dando por hecho la personalidad de Kyungsoo. Él era, a grandes rasgos, bastante rebelde y seguro de lo que creía correcto, pero en el fondo estaba probándolo. La relación con sus padres era una intriga que había estado intentando ocultar o hacer pasar desapercibida, desde el momento en el cual lo había comprendido había estado observándolo con atención para sacar sus propias conclusiones.
Como pensó, Kyungsoo puso mala cara.
-Es una larga historia...
-Tengo todo el tiempo del mundo para ti.
Con eso logró sacarle una sonrisa. Kyungsoo depositó un beso sobre su hombro y rodeó su cintura con ambas manos para instarlo a que saliera de encima, entonces se puso de pie y comenzó a pulular nerviosamente por todo su departamento.
-No odio a mis padres.- Dijo mientras preparaba algo de té. -¿Quieres?
Jongin negó. -Prefiero helado, y nunca pensé que los odiaras en realidad.- Surcó la sala y se quedó del otro lado de la isla frente a él.
-¿Ah, no?
Frunció el ceño. -¿Esa es la impresión que crees que das?
Hizo una mueca. -Simplemente me siento... Ajeno a ellos de alguna manera.
Jongin apoyó ambos codos sobre la superficie de mármol y reposó la quijada sobre el talón de sus manos, observándolo en silencio. Había una pregunta que quería hacerle y que había estado rumiando desde hacía bastante, pero le daba un poco de miedo formularla en voz alta. En realidad, le daba miedo la respuesta, porque si Kyungsoo le decía que sí entonces no sabría qué diablos hacer.
-¿Te han maltratado de alguna manera, hyung?- Largó en voz baja.
Vio a Kyungsoo titubear y su sangre estuvo a un segundo de helarse. Abandonó su postura relajada y se irguió con el ceño fruncido, todavía no le habían dado una respuesta concreta y ya estaba alucinando con el corazón acelerado. Kyungsoo por su parte se regocijaba en aversión hacia sí mismo, no supo de dónde salió semejante vacilación porque sabía muy bien que no tenía motivos para dudar de nada. ¿Maltrato? Por supuesto que no era su caso.
No podía titubear, pero querría hacerlo para tener justificativo y no sentirse tan mierda...
Meneó la cabeza con resignación y agachó el rostro, repentinamente se sentía muy amargado y Jongin lo notó, así que dejó de lado su ansia por saber más del chico con el cual salía y por el momento se ocupó en consolarlo. Apoyó el estómago sobre la superficie de la isla y se estiró para hacer hacia atrás los cabellos que cubrían su frente y besarlo allí. Kyungsoo alzó la mirada y llevó una mano hacia su frente por instinto, sus ojos eran grandes y brillantes, y Jongin prefirió creer que era debido a la sorpresa de su gesto y no a lágrimas prematuras y sin derramar.
-Vamos a comer helado y veamos algo de televisión.- Se dio la vuelta y abrió el congelador para sacar el pote que había llevado. -Olvídate del proyecto, yo tampoco tengo que seguir leyendo.- Deslizó un cajón y se hizo con dos cucharas que enseñó con una sonrisa brillante cuando se giró. -Hagamos el vago, nos lo merecemos.
Y cogiéndolo de la mano, fueron juntos hacia el sofá donde reposaron cómoda y relajadamente con el televisor de fondo acompañándolos, aunque la idea de ver lo que estaban transmitiendo en esos momentos no era más que una excusa para no hacer nada por un par de minutos. Unas cuantas cucharadas de aquel postre helado después, Kyungsoo abandonó su cuchara para recostarse sobre las piernas de Jongin que siguió disfrutando de él un poco más. De vez en cuando le propinaba caricias en el cabello y lo veía cerrar los ojos con satisfacción, lograba sentir ligeramente los latidos de su corazón bajo la yema de los dedos y podía decir que estaba tranquilo.
-Mamá.
El murmullo fue ahogado, como si sonara en medio del vacío, pero aun así logró escucharlo incluso sobre el ruido del programa de televisión. No tuvo tiempo de cuestionarle al respecto porque Kyungsoo se levantó de donde estaba y se quedó sentado, aunque no lo vio a la cara, su mirada estaba un tanto perdida.
-Mama...- Repitió. -Ella no... No es mi mamá.
Tardó en caer en cuenta de lo que acababa de oír y cuando decidió abrir la boca, ni siquiera había procesado la mitad de aquella repentina revelación. ¿Hablaba en serio o sólo era una especie de metáfora? Quiso decir algo, pero la puerta fue aporreada tan fuerte del otro lado que ambos fueron expulsados del mundo que compartían. Kyungsoo frunció el ceño porque nadie había tocado el portero automático, así que supuso naturalmente que sería algún vecino y con eso en mente, se levantó a atender.
Grande fue su sorpresa cuando fue Kwon Baek quien entró en realidad, sin pedir permiso y casi llevándoselo por delante si no fuera porque se hizo a un lado a tiempo. Tardó en reaccionar porque todo fue demasiado repentino, incluso le costó reconocerlo en primera instancia y cuando quiso abrir la boca para cuestionarle qué mierda estaba pasando y cómo carajo entró al complejo, se retuvo después de darle una mirada detallada.
Baekhyun estaba casi en mitad de la sala, tieso por completo mientras respiraba como un animal salvaje y mantenía las manos fieramente empuñadas a los lados. Se veía desorbitado, furioso y muy, muy mal con esas pintas desalineadas. En todo el tiempo que lo conocía siempre lo había visto pulcro, ordenado y elegante, en esos momentos era todo lo opuesto y el pasmo no le permitía enfadarse por semejante despliegue.
A su pesar, en realidad estaba un tanto preocupado.
-Hum, ¿Baek?- Se le acercó con titubeo. -¿Debería ir llamando a la policía por doble homicidio?
El comentario pareció hacerlo reaccionar, se tranquilizó un poco cuando lo vio, pero aun así seguía luciendo iracundo. Tenía los ojos abyectos de sangre y acuosos, repentinamente alzó un dedo y lo señaló.
-Voy a matarlo.- Declaró fulminante. -Acabaré con todo y pronto te quedarás sin mejor amigo, Kyungsoo.
Descruzó los brazos y los dejó caer, rendido. Con que una pelea ¿eh? ¿Cuán desdichado era de tener ahora no sólo a Chanyeol, sino también a la otra parte involucrada en sus discusiones de enamorados? Suponía que él y Baek eran algo... ¿Cercanos? Contuvo un suspiro y quiso decir algo, pero entonces notó que Jongin estaba en el otro extremo del apartamento, agazapado en una esquina de la cocina con los ojos bien grandes.
Frunció el ceño. -¿Cuándo llegaste allí?
-Hyung, ¿qué hace el d-diablo Kwon Baek en tu departamento?- Trastabilló, señalando al susodicho con un índice receloso.
Kyungsoo le arqueó una ceja y señaló al afamado "diablo" con una floritura del brazo cargada de ironía. -Dado que este querido es el novio de mi mejor amigo, pues...
-¡Una mierda!- Explotó Baekhyun. -¡Pronto ese imbécil y yo no tendremos nada que ver!- Y se cruzó de brazos con hosquedad, adoptando una actitud cerrada que no admitía negociación alguna.
De todas maneras, Kyungsoo quiso tratar porque ¿qué más podía hacer? E, inusualmente paciente para tratarse de él lidiando con Kwon Baek, se le acercó con ánimos de entablar una conversación.
-A ver, tranquilízate un poco, idiota, ¿quieres? Estás asustando a mi chico aquí.
-Yo no estoy asustado...- Murmuró Jongin, todavía resguardado tras la isla de mármol.
-¿Me vas a decir qué tienes? ¿Cómo entraste de todos modos?
-Llegué cuando alguien entraba, así que me colé.
Kyungsoo frunció el ceño, ¿qué demonios? ¿Acaso los residentes de ese complejo no tenían una pizca de sentido de la seguridad? ¿Dejaban pasar a cualquiera así como así o qué?
-Dos años...- Continuó Baekhyun. -Me dijo que serían sólo dos años, dos años y medio como mucho, Kyungsoo.- En esos momentos ya no estaba tan alterado y en su lugar parecía sin esperanzas; se abrazó a sí mismo y desvió la mirada. -Él me mintió, porque ahora resulta que serán tres, o cuatro o cinco, ¿quién mierda sabe? Para eso que se pierda para siempre, maldito imbécil...- Sorbió por la nariz y Kyungsoo realmente alucinó pensando que estaba llorando, pero obvio, no era el caso. -Al final no... no va a regresar.
Le cuestionó al respecto y resultó ser que Chanyeol lo había llamado con mucho pesar hacía tan sólo unos cuantos minutos para confesarle que no podría mantener en pie su promesa de volver a Corea luego de acabar la carrera en dos años. Usualmente el estudio de la arquitectura tomaba más tiempo, pero él logró darla en menos tiempo y Baekhyun había estado aguardando con muchas ansias su pronto regreso; sus anhelos se vieron destrozados porque al final se tomaría unos cuantos años más en los cuales se mantendría viajando junto a su mentor y beneficiario, Kang Ji Sook.
Al parecer, Baekhyun no se lo había esperado para nada, para él era un hecho que Chanyeol volvería a su lado a finales de ese año o comienzos del siguiente a más tardar, de ahí su reacción desorbitada.
-¡Bien! ¡Que se muera en Europa! ¡No lo necesito!- Vociferó como un niño enfurruñado desde el sofá que había ocupado, nuevamente, sin permiso.
-Ajá, ¿y bien? ¿Qué le contestaste?
Baekhyun titubeó. -Sonreí y le dije que estaba bien.- Confesó entre balbuceos y agachó su rostro. -Es una gran oportunidad para él, ¿cómo podría decirle algo diferente?
Era obvio, Kyungsoo no se tragaba todo ese despliegue violento de odio, Baekhyun moriría antes de dañar a Chanyeol. Lo sabía mejor que nadie, era la razón por la cual jamás dijo una palabra luego de todo el drama de la secundaria cuando su mejor amigo huyó a su pueblo natal durante todo un mes y casi le arrebatan la empresa a Baek.
A pesar de todo su disgusto hacia él lo único importante era que realmente amaba a su amigo.
Su teléfono comenzó a vibrar ruidosamente al otro lado de la habitación y se apresuró a cogerlo, cuando vio de quien se trataba contuvo un suspiro aún más grande. Se lo había estado esperando a decir verdad, era cuestión de tiempo.
-¿Chan?- Dijo cuando atendió, provocando que las alarmas de Baekhyun saltaran. Se dio la vuelta y quedó de rodillas sobre el sillón, aferrándose fuertemente al respaldo. Clavó los ojos en él como si fuera una presa y Kyungsoo alzó un dedo en su dirección, advirtiéndole con la mirada que se estuviera quietecito. -¿Estás bien?- Preguntó a su amigo del otro lado.
Jongin, con el mismo sigilo con el cual había huido ni bien vio a Kwon Baek, se acercó lento, tragando saliva y enviándole miraditas de reojo al afamado diseñador de modas que estaba arrodillado en el sillón de su novio. Chanyeol era un ser impresionante en toda regla, no sólo había logrado volverse el ser más importante para alguien tan desconfiado como Kyungsoo, también estaba saliendo con una de las personalidades más destacadas de todo Corea del Sur y el mundo. Qué demonios, estaba muriéndose por conocerlo, a esas alturas era algo así como una leyenda.
-Ya veo, con que así fue...- Prosiguió Kyungsoo. Lo vio asentir un par de veces, oyendo atentamente lo que decían del otro lado, luego pareció fastidiado y puso los ojos en blanco. Se acercó a ellos y alejó el celular de su oreja para poner el altavoz.
La voz de Park Chanyeol retumbó por toda la sala.
-...que algo está mal, ¿entiendes? Lo siento así, su voz era... Ugh, no lo sé, sólo no está bien.- Resopló con fuerza contra el micrófono del móvil. -¿Qué voy a hacer, Kyung? Es decir, no tengo más opción que continuar porque esta es una oportunidad de oro, no puedo desperdiciarla y...
-Pero Baek dijo que estaba bien, ¿verdad?- Interrumpió.
-Baek jamás me diría lo contrario, sé que no tienes una gran opinión sobre él, pero es así.- Kyungsoo vio cómo Baekhyun le arqueaba una ceja e hizo una mueca de disgusto, guardó silencio. -No puedo quedarme como si nada sabiendo que no está bien, no quería tener que decirle algo como eso por teléfono, pero ¿qué más podía hacer? Estamos a un océano de distancia, literalmente.
Hubo un pequeño lapso de silencio en el que Kyungsoo no supo concretamente qué contestarle. Baekhyun ya no estaba tan alerta y con los nervios de punta y dejó caer sus brazos, deshaciéndose de todo el enojo y la indignación, y abriendo paso a la más absoluta desolación. Se sentía triste, abandonado y, a la vez, se detestaba por ser así porque sabía que había hecho bien dejando ir a Chanyeol una vez más.
Al final, lo único que estaba consiguiendo era preocuparlo y hacerlo sentir inseguro.
Kyungsoo percibió la bruma oscura de pesimismo brotando de él y decidió interceder. -Chanyeol, Baekhyun te ama.- Dijo claro y sin rodeos. -Y tú lo amas a él, eso es todo lo que necesitan para confiar en el otro.
-Supongo que sólo tengo que dejarlo estar, ¿no?- Contestó Chanyeol y por el tono de su voz, Kyungsoo pudo jurar que estaba exactamente en el mismo estado que Baekhyun a su lado. -Si Baek dijo que estaba bien, tengo que confiar en él.- Parecía estar convenciéndose a sí mismo de eso. -Porque lo amo, todo va a estar bien...- Rio. -¿Es factible semejante lógica? Dime tú que eres mucho más listo que yo, Kyungsoo.
-Claro que está bien.- Respondió con seguridad, viendo a Baekhyun abiertamente. -Sólo asegúrate de decírselo. Déjaselo claro, Chanyeol, ¿me oyes? Tengo la impresión de que si lo dejas solo mucho tiempo, ese imbécil comenzará a alucinar y a decir tonterías que en realidad no siente.
Baekhyun, aún cabizbajo, frunció el ceño y se puso de pie de forma abrupta, corriendo lejos en busca del baño para terminar encerrándose allí con un fuerte portazo.
Kyungsoo volvió a suspirar. -Mantente tranquilo.- Aconsejó a su amigo. -Todo esto es muy reciente, ambos están enloqueciendo y si no se calman, harán y dirán estupideces y voy a matarlos si eso sucede, ¿atiendes o te envío un fax?
-S-sí, te escucho... Espera, ¿ambos...?
-¡Chanyeol! Si entiendes, entonces sé sensato, ¿bien?- Habló rápido. -No querrás ser imprudente y luego arrepentirte.
Chanyeol sólo demostró su acuerdo con todo. Kyungsoo aseveraba que probablemente él ya tuviera sus respuestas y sólo buscara revalidación en algo conocido, en este caso su amigo más cercano. Cortó la llamada después de darle una buena dosis de confianza y se sentó sobre el respaldo del sofá, sin fuerzas. ¿Cómo era posible que una simple charla lo agotara tanto? Jongin se aproximó a él, lucía inseguro y bastante preocupado para ser que se trataba de un tema que no le concernía para nada.
-¿De verdad todo estará bien?
Kyungsoo le sonrió. -Por supuesto, no te inquietes.- Al ver que todavía parecía reticente, se estiró y acarició el dorso de una de sus manos. -Jamás he visto un amor similar al de estos dos.- Confesó por primera vez. -Este es sólo un altibajo más que superarán.
Aguardaron un par de minutos más a que el otro apareciera, cuando no lo hizo Jongin postuló la idea de ver cómo se encontraba, pero Kyungsoo se negó con la justificación de que encontrarlo en una situación vulnerable sería mil veces peor ya que explotaría como una mina en contacto y sería el fin de ambos. Claro que estaba exagerando porque le divertía la expresión de horror de Jongin. Mientras pasaba el tiempo se reacomodaron con normalidad, Kyungsoo preparó más café y sirvió dos tazas, dejó una tercera vacía por si Baek quería. Bebió unos buenos sorbos a la vez que Jongin volvía a sentarse sobre el sillón sin dejar de enviar miraditas hacia la habitación de Kyungsoo desde donde se llegaba al baño principal.
-Te lo digo, él está bien, Jongin.
Justo entonces Baekhyun cruzó el marco con la espalda recta y la cabeza en alto, su grandilocuencia no se vio ofuscada en nada por sus profundas ojeras y su imagen de ropas desordenadas y cabello enmarañado, al contrario, lo hacía lucir más fuerte de alguna loca manera. Se giró y encaró a Kyungsoo desde su lugar con la barbilla en alto, este no notó signos de que hubiera estado llorando y le parecía acertado, después de todo, estaban hablando de Kwon Baek.
-Quiero té.- Anunció como si tal.
Kyungsoo lo señaló con su taza de café. -¿Lo ves? Como nuevo.- Sonrió de lado a Jongin. -Y no soy tu sirviente, Kwon idiota, manéjate como si estuvieras en tu casa, ¿bien?- Dijo con simpleza mientras lo pasaba de largo hacia su escritorio.
Baekhyun se giró y le sonrió, burlesco. -¿Así es como disfrazas tu acogedora amabilidad?- Se agachó a tiempo de que un cojín se estampara contra su cara y volvió a erguirse con la misma gracia. -Muy lindo, Do.- Y fue hasta la cocina para conseguir su anhelada taza de té como si nada hubiera pasado.
Jongin se los quedó viendo con los ojos bien abiertos, entre maravillado y sorprendido. ¿Quién diría que Kyungsoo sería amigo de Kwon Baek quien, a su vez, era el novio de su mejor amigo? Lo que más le llamaba la atención era el tipo de relación que mantenían; cualquiera diría que no se llevaban nada bien, podía notarse en los tratos groseros que manejaban el uno con el otro, pero los más avispados podrían arriesgar que en realidad esa era la manera más segura y cómoda de relacionarse que tenían. A esas alturas conocía bastante bien a Kyungsoo, podía asegurar que ni loco dejaría entrar a alguien que verdaderamente odiaba o en quien no confiaba, mucho menos lo apoyaría dejándole quedarse y hacer con libertad.
Se sobresaltó cuando Kwon Baek se sentó a su lado con normalidad, sosteniendo entre sus finos dedos una taza humeante. Estaba en el otro extremo del sofá, reposando sobre sus piernas e ignorándolo por completo, y aun así no pudo evitar ponerse muy nervioso. De cerca, podía decir que su rostro era inexpresivo y su figura pequeña y muy menuda, pero emanaba una sensación poderosa.
No le daba miedo en sí, en realidad... Era intimidante.
Enterró la nariz en el libro que leía en el afán de no prestarle atención a tan grande figura; no quería parecer maleducado por observarlo todo el tiempo como si se tratara de un demonio, así como tampoco hacerlo sentir incómodo. Si Kyungsoo daba a entender que se podía confiar en él, entonces tenía que confiar en él. Sin embargo al cabo de un rato sintió el escrutinio de alguien y cuando bajó el libro, Kwon Baek estaba viéndolo muy fijo.
Su pulso se disparó.
-¿Ne-necesitas algo, hyung-nim?- Preguntó con suavidad y tratando de no parecer nervioso.
Baekhyun ladeó el rostro, su inexpresividad desvaneciéndose entre una ligera curiosidad. Lo analizó unos cuantos segundos más antes de sonreír de medio lado y largar un pequeño "hmph" por lo bajo que lo descolocó por completo.
-Es bastante inaudito.- Mencionó al aire y Jongin supo que no estaba dirigiéndose a él. -Pensé que sería tan escandaloso e insoportable como tú.
Kyungsoo, ocupado en sus cosas, fingió reírse de forma muy exagerada. -Brillante.
-Hum...- Se adelantó Jongin, Baekhyun lo miró enseguida y casi retrocede otra vez. -Te equivocas, hyung no es de ese modo.- Le arqueó una ceja implacable y aunque quiso salir huyendo como un niñito, insistió en su punto. -Él no es así, en realidad es muchísimo más sensible y cariñoso de lo que parece.
Baekhyun largó una maliciosa carcajada al aire y Kyungsoo se sonrojó hasta la raíz de su cabello.
-No intentes razonar con ese, Jongin, no atiende a ninguna otra voz que no sea la suya.- Murmuró con malhumor, aunque estaba más avergonzado que otra cosa.
-Oh, qué curioso.- Comentó Baek. -Es de ti de quien pareces estar hablando.
Baekhyun percibió que Jongin estaba mirándolo con recelo y le sonrió de lado luego de guiñarle un ojo. Entonces, como por arte de magia, ese simple gesto le dio la pauta de que Kwon Baek, más allá de toda su fama y de su personalidad arrolladora, era alguien de fiar.
Kyungsoo acabó durmiéndose sobre el escritorio, había estado trabajando muy duro y sin descanso, fue cuestión de tiempo para que acabara rendido. Sí lo tomó por sorpresa Baek, igual de inconsciente del otro lado, arrebujado en su pequeña porción de sofá como un gatito, con la cabeza apoyada sobre el brazo del mueble y luciendo mucho más diminuto de lo que en realidad era. Jongin frotó sus brazos desnudos, estaba haciendo frío, así que fue a la habitación en busca de un par de mantas para cubrir a ambos durmientes y evitar que enfermaran.
Consideró despertar a Kyungsoo para que durmiera en otro lado más cómodo, pero le daba pena cortarle el sueño ahora que por fin lo había conciliado y además, en la posición en la cual se encontraba, era cuestión de tiempo para que se removiera y reaccionara.
Mientras trataba de concentrarse en su lectura una vez más, continuó dándole vueltas a las palabras que su hyung le había proferido momentos antes de que Kwon Baek irrumpiera como un huracán. Intentó darle mil interpretaciones, pero ninguna era tan certera como la más obvia, y la simple acción de imaginar mínimamente el tipo de vida que Kyungsoo había llevado antes de él lo tensaba y conmocionaba como nada nunca.
¿Habría existido un Kyungsoo distinto al cual conocía?
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