Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO 15.

La caliente atmósfera que concentraba la habitación se encontraba siendo profundamente penetrada por aquellas potentes feromonas de excitación que emanaban los dos seres tendidos en la cama, cuya llama de pasión se extendía con rapidez sin ánimos de ser apagada.

El alfa, regado de deseo, apenas rozaba su latente miembro contra la entrada del regocijado omega que yacía bajo su cuerpo a la espera de ser embestido. Soo Bin gimoteaba impaciente, enredando su piernas cada vez más alrededor de la cintura del alfa, moviendo su propia cadera en busca de hacer entrar de una vez por todas a su ansiado visitante.

—Quédate quieto —le ordenó el mayor en un susurro, demasiado cerca del oído como para conseguir un ligero estremecimiento por respuesta—. Déjamelo a mi, bebe.

El omega asintió, mordiéndose el labio inferior mientras echaba la cabeza hacia atrás, intentando contener de algún modo la impaciencia que dominaba su ser.

—Entonces, apúrate —le sugirió este, casi en tono de súplica, retorciéndose un poco sobre las sabanas—. Tu maldito juego de anticipación me está volviendo loco.

—Cállate —demandó brusco, acomodándose mejor entre el cuerpo del rizado, haciendo que su miembro golpeara una vez más el trasero del omega, el cual rogaba con lágrimas de lubricación que fuera penetrado—. Y por cierto, creo que me encanta volverte loco. —Agregó, mordiéndole lentamente el lóbulo de la oreja, al tiempo que presionaba contra sus nalgas sin embestirlo.

Su pene se deslizaba entre medio de sus glúteos, percibiendo una deleitosa descarga de placer por el contacto de ambas pieles de ambas zonas sumamente intimas.

—Oh, mierda... A-alfa —jadeó Soo Bin, arqueándose, aferrándose a los hombros del hombre que estaba torturándolo, enloqueciéndolo con sus jugueteos previos al sexo.

—No quiero que sigas llamándome así —expuso el alfa con la respiración irregular, cansado de escucharle decir aquella palabra que aseguraba también la había utilizado para llamar a todos aquellos tipos con los que se había revolcado. Y él no quería ser solo uno más de ellos. Claro que no lo era. Tampoco pretendía que lo llamara daddy, al menos no en esa ocasión. El quería ir un poco más allá, extenderse de sus propios limites. El quería que aquella noche fuera más intima.

No un jodido alfa con un omega cualquiera, no un estricto dominante con un sumiso rebelde. El anhelaba que fueran simplemente Soo Bin y Yeon Jun, dos seres tan distintos e iguales a la vez unidos por aquel invisible hilo rojo del destino que solo uno lograba ver.

—¿Cómo t-te llamo? —quiso saber Soo Bin, jadeando, mirándolo directo a los ojos. Aquellos ojos azules que irradiaban vida sin saber cómo.

—Dime Yeon Jun, bebé —contestó en un susurro sobre la comisura de sus labios, sin rastros de dubitación.

Jamás había permitido que alguno de sus pasados omega lo llamara por su nombre, y, en lo posible, hasta prefería que ni siquiera lo supieran. No le parecía necesario teniendo en cuenta la poca importancia que tenían en su vida. Pero Soo Bin era todo un caso aparte, y no había omega más digno que él para ser merecedor de tener aquel privilegio.

—Mmh... Yeon Jun —mencionó el rizado con cierta sensualidad, saboreando con exquisitez cada letra en su boca, mientras esbozaba una sonrisa traviesa delatadora de los pensamientos más perversos que albergaba su mente.        

El alfa se estremeció por completo al escuchar su nombre bañado de erotismo saliendo de entre aquellos hinchados y sonrosados labios que ahora mismo se encontraba besando de la manera más pasional posible.

Con la ayuda de una de sus manos se alineo en la entrada del omega y, sin dar más rodeos, empujó hacia dentro despacio, encargándose de enterrarse sin prisa hasta el fondo. El menor ahogó un gemido, pues sus labios aun seguían conectados, con sus lenguas dándose las mas húmedas caricias.

El beso finalizó cuando Yeon Jun descendió por su mandíbula, hasta alcanzar un sitio particular del cuello del omega, un sitio que a su alfa le encantaba. Un sitio que, algún día, su alfa esperaba ansiosamente poder dejar su marca.

Con la misma lentitud con la que entró, salió del interior del rizado omega y volvió a ingresar sin poseer pizcas de brutalidad. Comenzó a establecer un ritmo lento y apaciguado, dulce y delicado. Yeon Jun se encargaba de disfrutar con tranquilidad de cada estocada, hundiéndose profundamente en la calidez del omega. Su aliento colisionaba contra la piel de su cuello, erizándosela, al tiempo que le depositaba unos pequeños besos.

Y Soo Bin... Soo Bin no tenía la menor idea de cómo sentirse. Estaba demasiado sorprendido del modo tan dulce en el que se encontraba siendo tratado, ni siquiera sentía la necesidad de estar gimiendo tan descaradamente como siempre solía hacerlo, tal y como en una jodida película porno. No hacía falta el atrevimiento. La vulgaridad sobraba. Todo lo burdo del sexo parecía no existir en aquel momento, porque quizás, solo quizás, no era ordinario y vacío sexo. Era algo más que Soo Bin no sabía cómo nombrar o cómo explicar.

Pero el omega sentía que ese algo desconocido que se hallaba experimentando por primera vez tal vez era lo más cercano a hacer el amor. Aunque no lo sabía. Jamás le habían hecho el amor. No tenía la menor idea de cómo se sentía hacerlo con sentimientos de por medio y no por una simple calentura del momento que se resolvería con facilidad tenido sexo descontrolado.

Pero sea como fuese, le agradaba mucho aquella sensación que le hacía sentir Yeon Jun con sus profundas, pero suaves y lentas, embestidas. Le estaba dando justo en su punto más sensible, haciendo que cada estocada fuera un efímero trozo de paraíso.

—Ooh, Yeon Jun... —gimió despacio, extasiado de placer, clavando sus dedos en la espalda del hombre que lo llenaba de deleite.

Su omega interior se encontraba maravillado, absolutamente encantado con la dulzura con la que era tratado por aquel alfa que no paraba de sorprenderlo con sus actos. Sin embargo, por su lado, Soo Bin se sentía un poco extrañado y confundido, pues no entendía a que venía aquello. Mas no importaba, si el alfa quería follárselo de ese bonito modo, por él no había problema. Después de todo, era una sensación igual de exquisita y placentera, o quizás más.

—Yeon... s-se siente... tan... tan bien —articuló pausadamente el omega con su respiración irregular, percibiendo con cada célula de su ser el aproximo de su segundo orgasmo.

Y el alfa no podía estar más de acuerdo consigo mismo por haber tomado aquella decisión de dejarle el pase libre al menor para que utilizara su nombre. No se arrepentía en lo absoluto. No cuando su nombre escapando en forma de gemido de la boca del omega le originaba un estallido de emociones en su interior. Lo enloquecía de un modo inexorable, de un modo que nunca antes había experimentado. Y sin pizcas de duda, era una de las mejores sensaciones del mundo.

—Tú te sientes tan bien, Soo Bin —murmuró el alfa sin despegar la nariz del cuello de este, mientras seguía con sus paulatinas estocadas que ambos se encontraban gozando con verdadera dicha.

Pronto el nudo empezó a hincharse dentro de omega, quien estaba recibiendo con complacencia el perfecto clímax de una perfecta noche cargada de nuevos y extraños sentimientos. Los brazos de Yeon Jun flaquearon cuando hubo anudado a su bebé, por lo que su cuerpo terminó cayendo sobre este en un irremediable estado de cansancio.

Soo Bin sintió el peso extra, mas no se quejo. Al contrario, sonrió al percibir que el alfa apoyaba la mejilla sobre su clavícula, aun rozando la piel de su cuello con la nariz como si no quisiese dejar de olfatear su aroma, como si su aroma no estuviese impregnado en cada partícula del aire que llenaba la habitación.

Las manos del omega acariciaron la espalda apenas sudorosa de Yeon Jun, haciendo garabatos imaginaros sobre la piel con la yema de sus dedos. Poco después, una de sus manos viajó hasta el cabello castaño del alfa, metiéndose entre las hebras del mismo, recibiendo como respuesta un sonido adormilado de  parte del mayor.

—Oye, no es por alarmarte, pero mi cuerpecito se esta entumeciendo —comunicó Soo Bin con la esperanza de poder acomodarse en otra posición, pero no obtuvo contestación—. Alfa... ugh... Yeon Jun —lo llamó picándole en la espalda—. Hey, no me digas que ya te has dormido... ¡Yeon Jun!... Mira hay muchas maneras de morir, y morir aplastado no me apetece, sabes. Así que qui-ta-te. —Mencionó lo último sílaba por sílaba, esforzándose por moverlo.
Louis apenas se removió adormecido.

—No... no quiero que... te vayas —balbuceó el alfa somnoliento.

El rizado no logró evitar soltar una ligera risa.

—Contigo encima mío, créeme, eso será difícil.

—Quédate... aquí... con... conmigo —continuó diciendo Yeon Jun en un tono de voz casi inaudible.

El omega sonrió con ternura.

—Ya te he dicho que lo haré... Ahora, ¿puedes... ? Agh, ¡Yeon Jun! —gritó el nombre algo desesperado, consiguiendo como respuesta a un alfa sobresaltado, mirándolo desde arriba con sorpresa y cierto grado de preocupación—. Me aplastabas —explicó haciendo un puchero.

—Oh, lo siento —se disculpó quitándose de encima, puesto que el nudo ya se había deshinchado.

Se acostó a su lado, y, de inmediato, atrajo al omega a su cuerpo. Soo Bin no opuso resistencia, y se acomodó sobre el alfa, apoyando su mejilla en el pecho de este. Sonrió al percibir un brazo ajeno rodeándole la espalda. Al instante, recibió un pequeño beso en la frente, lo cual hizo que su sonrisa se ensanchara aún más.

Segunda noche consecutiva que se dormiría con la felicidad instalada en su ser y un cúmulo de sensaciones raras recorriéndole su estomago.

Soo Bin abrió los ojos, y bostezó, observando con su mirada adormecida otro nuevo día grisáceo y lluvioso a través de la panorámica ventana. En un estado de atontes se incorporó sobre la cama, estirándose, y miró a su alrededor sin ver nada en específico.

En la mesita de noche aún permanecía intacto aquel enorme ramo de rosas, aunque las flores ya no se encontraban tan deslumbrante como ayer y Soo Bin no las culpaba. Su atención se desplazó con rapidez a una cajita envuelta en un elegante papel de regalo a un lado del ramo. Una cajita que venía escoltada de una hoja doblada.

El omega se talló los ojos y miró de vuelta, teniendo la curiosidad picándole el pecho. Se inclinó hacia dicho objeto, tomando la hoja entre sus manos, donde allí decía: "Disfrútalo. Ya tiene mi número agendado. CYJ." A Soo Bin se le iluminó el rostro. Una enorme sonrisa se formó en la comisura de sus labios, sabiendo a la perfección de qué se trataba el regalo.

Lo abrió emocionado como un pequeño niño en navidad, descubriendo un jodidamente precioso iPhone de último modelo. Soltó un agudo gritito de felicidad, pues jamás se imaginó que llegaría a tener uno en su vida entera.

Lo encendió y se quedo un buen rato conociéndolo, encargándose de descargar todas aquellas aplicaciones que más quería. Hasta que se acordó de Beom Gyu, y agendó su número también, el cual lo sabía de memoria.

Solo entonces advirtió cuánto lo extrañaba. Quería verlo. Necesitaba hablar con él. La última conversación que habían tenido no terminó bien, y quería arreglar las cosas.

¿Aún estaría con Eun Seok en la casa? Como sea, lo llamaría, así tenía una excusa para utilizar su nuevo celular. Marcó el número, y aguardó paciente.

—Sea quien seas, Beom Gyu no esta disponible —le espetó una voz conocida del otro lado de la línea.

Soo Bin enarcó una ceja, confundido. Muy confundido.

—¿Tae Hyun?

—¿Soo Bin?

—¡Tae Hyun!

—¡Soo Bin! —ambos se carcajearon—. ¡Dios! ¿Qué ha sido de ti? ¿Dónde se supone que estás? ¿Sabes lo preocupado que hemos estado?

—¿Hemos? ¿Eso quiere decir que has estado y estas con Beom Gyu? Oh, y espera, ¿Cómo es eso de que "seas quien seas no esta disponible"? ¿Tampoco lo esta para uno de sus mejores amigos, eh?

Tae Hyun rió nervioso.

—Lo siento, ni siquiera pensé que podrías ser tú —expresó el beta apenado—. Y... mh, si, él se esta quedando conmigo. Pero eso no viene al caso, ¿tú dónde estás?

—¿Eun Seok lo corrió? Yo, pues, estoy donde él estaba antes, solo que con otro alfa.

—No, él se fue por su cuenta —explicó el joven de ojos azules, quien ahora mismo se encontraba echándole una miradita al omega dormido en su sofá—. Oh, entonces, ¿sigues con él? ¿Te obligó a quedarte allí? ¿Te tiene cautivo? ¿Necesitas ayuda? ¿Por eso has llamado?

—No, tranquilo —Soo Bin rió—. Estoy bien. Tengo un acuerdo con el alfa, me quedare con él hasta que se aburra y me cambie por otro juguete sexual.

—¿Lo dices en serio? Pero... pero tú no...

—Lo sé. No es mi estilo —burló con ironía.

—Pero Beom Gyu me dijo que ese alfa es bastante bravo. ¿Estás seguro de que estás bien?

—¿Bravo? Ay, por favor, hasta dejó que yo lo controlara en la cama. Además, no sé, me da confianza y le hace sentir cositas extrañas a mi omega —reveló, y sonrió cuando el recuerdo de la noche anterior cruzó su mente—. Pero no me ilusionaré. Al fin y al cabo todos son iguales.

Dicho eso borró la sonrisa de su cara. Suspiró, y se levantó de la cama, colocando en altavoz la llamada. Con el celular en la mano se dirigió al cuarto de baño, ansioso por darse una ducha.

—Oh, wouw, entonces creo que nos debes un informe completo de tu estadía con el alfa.

—Lo sé, lo sé, muero por contarles todo —dijo emocionado mientras encendía el agua caliente de la ducha—. Hoy mismo hablaré con él para que me permita salir e ir a verlos.

—¿Desde cuándo Soo Bin pide permiso para salir? —preguntó el beta sarcástico y dejó escapar una carcajada típica del risueño irlandés.

—¡Cállate! Haces que me odie, ugh —masculló Soo Bin, cerrando la llave de la ducha. Mejor iba a tomarse un relajante y espumoso baño. Por lo que se encamino hacia la enorme tina y dejó que el agua caliente corriera, llenándola—. Oh, y espera, eso me recuerda... ¿Desde cuándo Kang Tae Hyun se queda con un omega y atiende sus llamadas gruñendo que no está disponible?

—Oh, pues... —se escuchó una risa nerviosa a través de la linea—. Tiene una increíble explicación, lo juro.

—Adelante, quiero oírla, campeón.

—Es que... mh..., es una larga historia.

—Tengo tiempo —avisó Soo Bin, presionando el embace de un producto que produciría la espuma en el agua. Lo apretó fuerte con su mano disponible apuntando a la tina y el contenido fluyo mezclándose con el agua.

—De acuerdo —Tae Hyun suspiró, resignado—. Cuando Beom Gyu volvió a su casa sus padres no lo aceptaron de regreso. Lo echaron sin mas, sin importarles nada, y como no sabía a dónde más ir recurrió a mi. Yo lo acepté sin problema, haciéndole un lugarcito en mi departamento. El tema es que ese Eun Seok no ha dejado de llamarlo. Al principio Beom Gyu dejaba el celular sonando, luego de la milésima llamada atendió pero solo para gritarle que dejara de llamarlo. No dejó de hacerlo. Entonces, totalmente exasperado, me pidió que yo contestara como si fuese su nueva pareja. Así que lo hice. ¡Pero no paró! ¡Y hasta me amenazó de muerte! ¡A mí! ¡¿Entiendes?! ¡A mi que soy una criatura adorable que no le hace mal a nadie!...

Para aquel entonces, Soo Bin ya escuchaba todo con atención desde la confortes que le ofrecía el agua caliente de la tina. Su cuerpo estaba relajadamente sumergido entre las capas de espuma que reinaban en la superficie.

—... Su actitud me enfadó demasiado, así que cada vez que el celular de Beom Gyu volvía a sonar ya estaba dispuesto a atacar, sin importar quien fuese. Beom Gyu no quiere que nadie lo moleste, fue por eso que atendí de esa manera. Pero en cuanto sepa que tú llamaste se alegrará por completo. No tienes idea de lo preocupado que hemos estado por ti.

—Lo siento por no haber podido comunicarme antes, estaba sin celular. ¿Sabes por que Beom Gyu decidió marcharse de aquí? Es decir, ¿tienes idea de qué le hizo Eun Seok para que se enfadara tanto con él?

—Si, ellos habían discutido. El alfa se enfadó demasiado, y lo golpeó brutalmente sabiendo que aún continuaba herido.

—Oh, que maldito hijo de perra. Apenas me cruce a ese alfa lo golpearé tan fuerte como pueda, y no me importará recibir un regaño o castigo del otro imbécil de mi alfa... El intentó golpearme anoche, no lo hizo, prometió no hacerlo y por alguna razón me convenció. Pero ahora siento que fui un estúpido por dejarme persuadir.

—Oh, Soo Bin, por favor, cuídate. Si ese alfa intenta golpearte de nuevo vete inmediatamente de allí. Tú no tienes por qué pasar por esa mierda otra vez. Tampoco te armes líos con Eun Seok, no lo vale, y lo único que falta es que te golpeen los dos por metido.

—Lo sé, a la mínima señal de alerta me largaré. Pero no me quedaré de brazos cruzados. Algo voy a hacer. Esto no se quedará así, claro que no —aseguró el rizado con sus venas inyectadas de rabia.

—No, Soo Bin, te lo suplico. No hagas nada que te comprometa. Es más, ni siquiera deberías estar allí. Ven para aquí y deja de exponerte a pelig...

—No, no puedo irme —replicó al instante el omega removiéndose un poco en el agua—. No es que no quiera, muero por marcharme y ser libre de nuevo. Pero... es que, él me hace sentir bien, es tan... —suspiró con aires de romanticismo—, no lo sé..., y ya le dije que no me iría. No puedo alejarme así nada más, aparte se lo debo. Déjame disfrutar del alfa hasta que me eche o se sobrepase y no me quede mas opción que irme.

—Si dejas pasar el tiempo te seguirás encariñando aún más con el alfa, y no querrás irte. Nunca has estado tanto tiempo al lado de uno, ¿qué pasará si tu omega se aferra a su alfa? ¿Qué pasará, entonces, si te echa o te golpea? Sufrirás. ¿Por qué esperar a que te lastime?

Soo Bin inhaló profundo, procesando aquellas palabras.

—No dejaré que me lastime. Ya te he dicho que no me ilusionaré. Sé que esta clase de alfas no buscan relaciones serias, al menos no con omegas de tan baja categoría. Y yo solo quiero sexo. Es simple. Tengo las cosas bajo control, Tae Hyun, verás que en dos semanas ya estaré drogándome en una fiesta de nuevo.

El tono de voz de Soo Bin sonaba seguro, alentador, relajado, como si sus palabras no escondieran nada malo. Sin embargo, entonces, ¿por qué tenía que hacer un gran esfuerzo por creer en sus propias palabras? ¿Por qué sentía que algo en su plan fallaría? ¿Por qué sentía que había un asunto importante del cual se estaba olvidando?

•━━━━━━━━━━•

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro