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Subidos de copas


Tsubasa Ozora junto con Genzo Wakabayashi y sus amigos se encontraban en un bar cercano al estadio en el cual se había disputado el torneo que habían conseguido finalmente, con mucho esfuerzo, ganar.

La alegría del equipo era contagiosa, y todos los allí presentes no podían evitar sonreír como bobos ante la felicidad de aquellos jóvenes alocados.

La mayoría de los miembros del equipo se encontraban con sus respectivas parejas, y allí, en medio de todos aquellos, se encontraba un Ishizaki asegurando incómodo que su novia estaba a punto de llegar, que se le había hecho más tarde y por ello el retraso; para desgracia de él ninguno lo creía, lo que solo conseguía estresar más al joven dieciocho-añero, el defensa del equipo.

-¡Tsubasa os lo dirá, él la conoce!- Protestó el infravalorado número 4 del Japón-

-si ya claro, y ahora los cerdos vuelan-comentó Hanji Urabe, haciendo reír a los demás y ganándose una mirada fulminante por parte de uno de los más bajos pero más optimistas del equipo-.

-¿Qué te apuestas?- Le espetó Ishizaki, enfurecido y confiado-

-si tengo razón, tendrás que comprarme todo lo que quiera- respondió burlón el joven  mayor que su compañero-

-y, si, yo tengo la razón (que la tengo) tendrás que hacer todo lo que mi novia y yo te pidamos, sin poder negarte-

-está bien, ya verás quien ganará- concluyó orgulloso Urabe-.




Los de más chicos se hallaban dispersos por todo el local:

unos conversaban por encima de la alta música que alguien había conseguido poner,

la mayoría bailaba con sus parejas.

 En medio de todas ellas apareció una bella joven peli-blanca, con el cabello largo y la tez bastante pálida, de rasgos bonitos y llamativos, sus ojos eran morados claros, preciosos, grandes e inteligentes; no pasó inadvertida para ninguno de los que se encontraban allí, enseguida las miradas se posaron sobre aquella chica, que, más bien, parecía una criatura mítica salida de algún reino encantado.

Una joven peli-castaña clara, con una melena por los hombros y unos ojos claros se acercó a recibir a la recién llegada, seguida de un joven de cabello rizado y, no muy atrás, un muchacho con apenas pelo y ojos oscuros, arrastrando a un chico con una especie de peinado a lo vampiro, el cual solo protestaba por tener que moverse de donde estaba.

-Mira, mira- le espetó Ryo Ishizaki a Hanji Urabe, señalando a aquella beldad de cabello blanco-

-es guapa, me pregunto si estará soltera...-murmuró para sí Hanji, recibiendo así una colleja por parte de su compañero-

-idiota, es mi novia- le increpó Ishizaki, acercándose a la chica para la sorpresa de su acompañante-

-pero que diablos...- se dijo a sí mismo Hanji Urabe, sin comprender nada-.


Ishizaki tocó la espalda de la chica, la cual al verle gritó alegre y se lanzó a sus brazos.'

-¡Ry, que contenta que estoy, os felicito por haber ganado, viva Japón!-

-¡VIVA!-Corearon los demás, entusiasmados-

-nena, quiero presentarte a un amigo-

-esta bien monito, preséntame a tu amigo- la joven misteriosa sonrió con ternura-.

Ishizaki, con una expresión superiora en su mirada, se acercó con su novia abrazada a él, éste se aclaró la garganta y exclamó:

-Hanji, te presento a Ocean, mi novia desde hace años- remarcó, para que se diese cuenta de su enorme fallo-.

-Ah, hola- le tendió la mano a Psicósis, mientras ésta, que no entendía nada de lo que estaba sucediendo, aceptó de buen grado su gesto-

-¿desde cuando os conocéis?- Urabe era consciente de que había perdido por completo la apuesta, y, que, por primera vez, debía de haber creído al defensa del equipo-

-desde los 12 años, aproximadamente- respondió Ocean, con una sonrisita enamorada, siendo abrazada por su novio, el cual la agarraba de la cintura con cariño-.

-Lo siento- murmuró con una sonrisita de manera que solo Ryo pudiese escucharle, éste sonrió antes de agregar:

-no te vas a librar de las consecuencias- haciendo así que Urabe se tensase y se pusiese nervioso, eso le pasaba por ocupar el lugar de bocazas del mono del grupo-.



Ocean, Ishizaki y Urabe presenciaron el beso de la parejita de sus amigos, Kisugi y Abril, los cuáles estaban ajenos de lo que sucedía a su alrededor y solo vivían en su presente.

Ishizaki les sacó una foto.

-Ya molestaré a Kisugi luego- dijo, ganándose una colleja limpia en la nuca por parte de su novia, desde siempre unos centímetros más alta que él-

-eh- protestó el adolorido, frotándose la parte golpeada, se encontró de sopetón con la mirada fulminante de su novia y se tuvo que callar y tragar el orgullo, con una chica al lado como Ocean uno no se podía poner muy chulo-

-siempre los estás molestando, déjalos en paz, que luego Abril te echa la bronca y tú encima te quejas-.

Ryo Ishizaki decidió dejar de tentar a la suerte y cambió de tema, hablando así de la debilidad de su novia, la cual siempre la hacía incluirse y aportar su opinión:

las repercusiones de las teenmovies en los adolescentes.



Enseguida Oceanía Psicósis se incluyó en el tema, hablando apasionadamente sobre toda la mierda que significaba ese nombre.


-La teenmovies han hecho muchísimo daño a la población más joven, ¿por qué? Por que, chicos y chicas de todas las edades ven lo que hacen esos "personajes" a los 16 e incluso antes, mostrándolo como si fuese algo bueno, cuando realmente no lo es.

Además de que normalizan conductas tóxicas y posesivas de mierda, cuando eso es algo horrible, y, ya que quieren ponerlo, que o pongan de tal forma que sepas que eso no es  algo deseable, ni mucho menos, igual que las violaciones, es de las peores cosas que se le pueden hacer a un ser humano, de las peores; el consentimiento es de las partes más importantes y, si uno de los dos implicados al asunto se está sintiendo obligado a hacerlo, es mejor que dejen esa relación, o que hablen de ello, antes de que el problema crezca y vaya a más.

La pasión siempre es importante, claro, la atracción sexual también es crucial, pero, no hay que confundir "capricho" con "pasión" ya que, por lo general, ésta se ve influenciada por sentimientos lujuriosos, que, pueden ser tanto como por amor real como un "amor de una sola noche."-




Parecía que a Ocean le había dado cuerda, no dejaba de hablar y hablar con pasión sobre el tema, y de tal forma que se notaba a la legua que dominaba el tema a la perfección y había practicado y mejorado mucha veces ese discurso.

Tsubasa Ozora la escuchaba desde un poco más lejos, reflexionando en las palabras de la sabia extranjera, mientras a la vez tomaba otro sorbo de su segundo vino.












Un rato después casi todos se encontraban en estado ebrio, algunas parejas se pegaban más y desconocidos se besaban con ardor, como si se conociesen de toda la vida y estuviesen como locos por el individuo desconocido al que estaban besando, aunque, cuando los efectos del alcohol pasasen, las consecuencias podían ser nefastas.


Hasta la propia Ocean se encontraba mareada por esas cuatro copas que se había tomado, a pesar de también haberles contado a Kisugi y Abril de los malos efectos que tenía el alcohol.

Ni que decir de Ishizaki, que ya llevaba sus seis buenas copas, y había comenzado a tocar más descaradamente el cuerpo de su chica, la cual trataba de que la dejara seguir hablando del asunto de las teenmovies.

Sin éxito, éste se la llevó en brazos, manoseándola y arrancándole gemidos a la muchacha que llevaba en sus brazos al estilo princesa.

Kisugi y Abril, los únicos más sobrios, se miraron entre sí antes de besarse con vehemencia y, en brazos de su novio, dirigirse a la habitación de al lado, entre beso y beso.







Tsubasa ya llevaba un par de copas encima, sentía en sí una enorme sensación de deseo puro y excitación, tanta excitación tenía que se fue quitando lentamente cada prenda de ropa que llevaba, antes de quedar desnudo por completo; iba por el suelo, arrastrándose, cuando de pronto sintió que había chocado con algo.

Ese algo era alguien.

Genzo Wakabayashi.

Desnudo de cintura para arriba.

Ozora al verlo se relamió los labios con un pensamiento en mente.

-T-Tsuba-éste lo interrumpió tirándolo al suelo, sentándose directamente en el miembro del contrario, y comenzando a moverse salvajemente sobre él, arrancando por parte de ambos gemidos de placer y un deseo lascivo que se extendía por todo el cuerpo de ambos protagonistas a causa del alcohol que llevaban encima-.

Wakabayashi no se preocupó en aquel instante de preguntar nada, sino de tomar las riendas de la situación; besando el cuello del de ojos castaños, lo agarró de la cintura y aumentó el movimiento de ambos, haciéndolos así gemir más alto.

Recorrió todo el cuerpo de su compañero a besos húmedos, dejándole alguna que otra marca; Tsubasa no hacía más que suplicar por más y gritar el nombre de su ahora amante.

Éste lo acabo llevando, entre más besos húmedos y lucha de lenguas, hasta una habitación alejada; aquel sitio no era solo un bar, como al principio habían creído, sino también un motel, donde todos disfrutarían su noche.

Tsubasa le arrancó aún más excitado los pantalones, se rozó con el contrario, sin poder aguantar todos los sonidos que salían de su boca.

-L-lo quiero-balbuceó el más bajo de una forma sensual, tocando descaradamente el objetivo entre las piernas de su acompañante-

-descuida-murmuró el de ojos verdes en su oído seductoramente, lamiendo la oreja del deseoso amante, mientras que, a su vez, acariciaba los pezones de su "mejor amigo" arrancándole suspiros de placer y quejas por parte del capitán del equipo japonés.

-Q-quiero q- Wakabayashi no le dejó terminar, llevándose de golpe los ya explorados pezones de Tsubasa a la boca, mordiéndolos levemente, aunque sobre todo chupándolos con insistencia, logrando así comenzar a hacer a Ozora perder la cabeza, si sus gemidos no se oían por todo el edificio sería por la insonorización que llevaban incorporadas todas las habitaciones por si acaso-.

Los dejó un rato después para así volver a recorrer todo el cuerpo del máximo goleador de Japón.

Sin darle tiempo siquiera a Ozora a reaccionar, el portero de Japón comenzó a chupar con fuerza el pene del más joven, haciéndolo así perder la cabeza por completo; Tsubasa entonces lo agarró del pelo, como si temiese que lo fuese a dejar con la ganas, con la cara roja y sin dejar de gemir.

-AH, SI, ESTO ME GUSTAHH, SIGUE, MÁS- Ozora temblaba por el placer tan grande que estaba experimentando-.


Genzo lo saboreó bien; el agarre de Tsubasa en aquellos momentos se había vuelto posesivo.

-¡AHHH!-Gimió con más fuerza Tsubasa, al sentir como sus fluidos se deslizaban para afuera de su cuerpo, su compañero se tragó su líquido-.

-¿Has estado tomando piña?- Murmuró en el oído de un Tsubasa con la respiración agitada, éste solo asintió-

-te toca- Tsubasa se deslizó arriba del cuerpo del más mayor, cogiendo con las manos el pene de su chico; era de un tamaño mayor que el de tez pálida-.

Comenzó chupando la punta despacio, para luego meterlo más profundamente en su boca, jugando con los testículos de su portero, Wakabayashi solo jadeaba fuerte y agarraba con una mano el pelo de su chico alborotado.

Cuando Tsubasa hizo más profundas las lamidas, Genzo no pudo resistirse.

-T-Tsubasa j-joder, ¿c-cómo? J-JODER, SIGUEH- Wakabayashi disfrutaba de las sensaciones que le brindaba el número 10-.

Cuando finalmente se corrió, Tsubasa murmuró:

-sabía raro, pero ha estado bien-.


Genzo volvió a besarlo, introduciendo su lengua en la boca del campeón, recibiendo por su parte una ráfaga de pasión, las salivas se mezclaban, y sabores, más sensaciones, sonidos y olores nuevos hicieron su aparición.

Cuando se separaron lo hicieron por la falta de aire, aunque enseguida ya habían vuelto a unirse.

Las manos del portero no se estaban quietas, todo lo contrario: 

como buen deportista, debía ejercitar a su jugador para lo que estaba a punto de venirse.

Lo manoseaba a la vez que sus lenguas se recorrían, haciendo así que de sus bocas surgieran hilos de saliva.

Cuando dejaron de besarse, ambos tenían su respiración agitada, se miraron a los ojos con un deseo carnal en ellos.

-No sabes las ganas que tengo desde hace años de hacerte mío de una puñetera vez- murmuró Wakabayashi, Ozora solo tembló de las ganas-.

-Entonces no lo pienses más, soy solo tuyo, hazme lo que quieras- Wakabayashi se lamió los labios al oír las palabras casi dichas gimiendo por el chico que lo hacía volverse loco, Tsubasa Ozora-.


No se lo pensó dos veces, comenzó a prepararlo por detrás, metiendo un dedo, sintiendo como el trasero de Ozora se tensaba al recibir el dedo del contrario, éste siguió adelante a pesar de eso.












Cuando Tsubasa se acostumbró a un par de dedos, Wakabayashi se posicionó para entrar, llenando de aún más excitación si cabe al número 10.

Entró, y Tsubasa gruñó por la invasión, Genzo se movió lentamente.

-Si te molesta, me lo dices y lo dejamos- murmuró en el oído de su amigo-

-n-no creo q-que haga f-falta- murmuró, comenzando a gustarle esa sensación de opresión por detrás-.







Y, un rato después, ambos se encontraban moviéndose a una velocidad apabullante, Genzo no podía evitar que, cuando esas ráfagas fugaces de placer lo recorrían, de sus labios se escapan algunos gemidos, seguidos de palabras sucias que no hacían más que excitar al alborotado capitán de Japón.

-La próxima vez te follaré delante de todos, para que vean que eres mío, y que tengo derecho de meterte mano donde quiera-

-m-me p-parece g-genial- murmuró gimiendo el joven entusiasta, sacando la lengua, con la cara roja por el extásis-.


Tsubasa también contribuía a los movimientos salvajes, dignos de animales en celo; sin darse cuenta acabaron follando moviéndose y haciéndolo por todos los rincones de la habitación.

-N-no p-puedo m-más, ¡GENZO!- Gimió Tsubasa al mismo tiempo que el titular, corriéndose a la vez, cayendo al suelo, pero sin dejar de moverse, haciendo esfuerzos por seguir con aquellas descargas de placer que los envolvían a ambos-.



















CASI AMANECIENDO...




Muchos se encontraban doloridos, con las cabezas dando vueltas y sin apenas recordar su nombre.

Tsubasa llevaba un rato mirando a Genzo, impactado por el recuerdo de las acciones de la noche, que cosas hacía el alcohol...

Wakabayashi se desperezó, abrió los ojos, al ver a Tsubasa sonrió y lo atrajo a sus brazos, Tsubasa quedó desconcertado por ese gesto.

-Todavía no hemos terminado- mordió su cuello al decirlo, Ozora gimió por lo hecho por parte del número 1-

-p-pensé q-que e-estabas b-borracho- gimió Tsubasa, al sentir como esa sensación de placer volvía a envolverlo, y además las manos de Wakabayashi se sumaban-.



-Esto es solo el principio- murmuró mientras volvía a hacer de las suyas con el cuerpo de un entregado Tsubasa-.








Desde luego, aquella no sería la última vez...

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