Aquella noche, el Omega estaba muy ansioso, toda la tarde le consumió la idea de poder realizar aquella fantasía con su Alfa. Así que corriendo se encerró en el baño.

Varios días atrás le pidió al sastre real que le ayudara a elaborar el atuendo y esa noche en la que sería marcado al fin podría cumplirlo.

Estando encerrado, aprovecho para prepararse, tomando un baño exfoliante a toda prisa. Jungkook del otro lado de la puerta comenzaba a quejarse porque se estaba tardando, pero Jimin lo ignoró porque esperaba que los consejos de la mucama de usar el exfoliante hormonal aquel que le permitiría intensificar su aroma natural, sirvieran para enloquecer todavía más a su Alfa.

Jungkook se rindió, regresando a la suavidad de su cama.

—No tardes tanto Jimin, si demoras más voy a arrancar la puerta —gritó desde la cama masajeándose su miembro erecto.

Minutos después aparecio el Omega luciendo su cuerpo perfecto y desnudo frente a él. No había en el mundo ser más perfecto, se atrevía a decir, ese pequeño omega de piel lechosa le haría perder la cordura.

Sus ojos estaban bañados de timidez, de pasión encarcelada. Pero los suyos no podían despegarse de su cuerpo, detallando cada parte de él con devoción.

Su cintura, sus anchas caderas y trasero redondito, todo en él era maravilloso. No lo esperó mucho tiempo más y se puso de pie de un brinco atrayéndolo hacia él, tocando con suavidad sus piernas cubiertas por una medias blancas con franjas negras hasta la mitad de ellas.

El Omega jadeaba de vez en cuando y lo hizo aún más cuando su erección chocó contra el pecho del alfa. Delineó desde su ingle, haciendo medios arcos con sus pulgares hasta llegar a su cadera.

En definitiva ese Omega era su perdición.

—Valió la pena la espera —dijo Jungkook acariciando el abdomen perfecto de Jimin.

El omega comenzó a emitir sus feromonas, estas estaban intensificadas gracias al exfoliante. Cuando entraron a las fosas nasales del alfa este lo tomó de las mejillas besando y succionando sus labios rosas con esmero. Después besó su barbilla y cuello, babeando todo a su paso.

—¿Sabes? —preguntó Jimin jadeando.

—Mmm... —es lo único que dijo Jungkook porque estaba concentrado lamiendo y probando a su delicioso omega.

—Antes de conocerte detestaba ser omega.

Jungkook lo miró entre incrédulo y divertido, y de la nada se puso a reír apartándose de su lado, luego lamió sus labios de una manera exquisita.

—Eres un omega orgulloso, mi pequeño. No te dejas intimidar por mí a sabiendas de que soy el príncipe heredero a la corona. Esa es una de las razones por las que estoy loco por ti... —Inclinó el rostro acercándose a los labios de Jimin y antes de besarlo dijo—: Eres sumiso cuando debes serlo y descarado cuando quieres.

Sus labios terminaron unidos, las feromonas dominantes de Jungkook se esparcieron por todo el cuarto, el alfa desprendió una presencia hostil y territorial. No tenía la intención de ser seductor, no quería cortejar a Jimin, no fue como la primera vez y ambos lo sabían. Sabían que el príncipe quería dominarlo, hacerlo ceder sin saber que ya estaba postrado a sus pies desde aquel día, desde el día que corrió a abrazarlo bajo la luna rosa para pedirle disculpas por mentir acerca de su verdadero nombre.

La mente del omega estaba totalmente nublada, anhelaba estar con Jungkook tanto, su cuerpo ardiente se desmoronaba cada vez más ante sus caricias. Estando en ese estado de excitación extrema sintió ese flujo deslizarse por sus paredes anales que dilataba su círculo rosa, aquel en donde no pega el sol. Estaba cada vez más sensible, más apto para dejar que su alfa lo penetrara. Su vientre se sentía ansioso por recibir la semilla del príncipe, por sentirse anudado aunque sabía que no tendrían cachorros porque estaba utilizando anticonceptivos inyectables, anhelaba con todo su corazón sentir ese ardor asqueroso y placentero que causaba ser anudado.

Jungkook volvió a lamer el cuello de Jimin, encajando en esa ocasión los colmillos en su piel. Con un jadeo doloroso hizo la cabeza hacia atrás llorando e invadiendo sus mejillas con lágrimas de dolor, de placer, de felicidad por ser tomado.

Las feromonas de alfa y omega danzaron por todo el cuarto, danzaron al rededor de sus cuerpos de manera sincronizada, de manera armoniosa.

Jimin vio y sintió el cuerpo de Jungkook aumentar en tamaño, era más alto, más musculoso y por ende muchísimo más fuerte. El alfa estaba sorprendido e incluso se hizo para atrás para verse las manos, pero no dijo nada y Jimin tampoco. El omega estaba embelesado con la belleza de sus músculos, con lo sorprendente e imponente que se veía.

—Crecí.

Jimin no entendió mucho las palabras de Jungkook porque estaba embriagado y con sus hormonas alteradas.

—¿Por qué eres más grande?

—Supongo que tus hormonas me hicieron crecer, Jimin... —Jungkook sonrió de oreja a oreja—. Eres mi destinado, ya no hay dudas.

—Y va a dolerme más que la primera vez —dijo señalando la erección de Jungkook, pues también había aumentado en tamaño.

—No quiero lastimarte, mi pequeño —susurró girando el cuerpo del omega y abriéndole las piernas. Después se introdujo en él con suavidad. Dolía bastante porque era mucho más grande, era tolerable pero aún así el omega soltó un jadeo—. Acabarás hecho trizas, cariño.

El omega soltó distintos gemidos, cada vez más fuertes. El sonido excitaba más a Jungkook, quien embestía con más fuerza. Sus penetraciones se volvían dolorosas, Jimin comenzó a llorar y gritar, una mezcla de placer y sufrimiento. Jeon lo miró molesto, su rostro no demostraba más que incomodidad y su respiración se volvió pesada. La fuerza que poseía dejó inmóvil a Jimin, quien soltó su cuerpo porque no podía más. En un acto por sentir menos dolor, se mordió los labios tan fuerte que incluso llegó a sangrarse.

Pronto sintió las venas del alfa hincharse y entonces el nudo llegó. El ardor dentro de sus paredes anales era insoportable, tanto que ya no pudo contenerse.

—¡Duele demasiado, no puedo más! —gritó el medio del llanto.

—No te muevas —dijo en un susurro apretando a Jimin contra su cuerpo con suficiente fuerza para que no se moviera porque si lo hacía en ese estado se lastimaría más. Porque el nudo entre ambos era fuerte en ese momento.

—¡Jungkook, duele mucho! —gritó de nuevo.

—Tranquilo. —Jungkook estaba enfadado, pero no con Jimin, estaba molesto consigo mismo por lastimarlo.

Intentó separarse de Jimin, pero al hacerlo el omega soltó un grito todavía más fuerte que los anteriores. El alfa volvió a quedarse inmóvil hasta que pasó el tiempo suficiente para ahora sí apartarse de su omega.

Una vez separados abrazó a Jimin quien estaba llorando porque le dolía demasiado, incluso pudo ver que por sus piernas se deslizaba el líquido carmesí, una herida causada por su deseo desenfrenado.

—Es un desgarre, Jimin lo siento mucho. —Tomó sus lágrimas con los dedos besándole ma frente—. Voy a quitarte el dolor.

El omega asintió cuando el alfa se acercó a morder su cuello de nuevo. Su cuerpo adolorido sintió la calma de inmediato a causa de la droga proporcionada por su alfa. Así que Jungkook tomó a Jimin entre sus brazos llevándolo a la cama, ayudándolo a acostarse.

—¿Qué fue todo eso? —preguntó Jungkook—. Yo nunca había crecido de esa manera y mientras más te penetraba, más crecía.

—No tengo idea, eres el único lobo con el que he estado —contestó cansado.

—Perdóname, por favor —susurró acariciando su cabello y con las lágrimas a punto de desbordarse.

—No hay nada que perdonar, es parte del proceso... Mi alfa.

Jungkook no pudo evitar sonreír ante las palabras dulces de Jimin. "Mi alfa" sonaba tan bien cuando provenía de él.

—Llamaré al médico, quiero averiguar qué es lo que pasó.

Jimin estiró la mano tomando el antebrazo de Jungkook con todas las fuerzas que le quedaban.

—No quiero que te apartes de mí, quédate conmigo. Si te vas... Si te vas moriré —dijo asustado.

—No vas a morir, mi vida. —El alfa se metió entre las sábanas abrazando a Jimin—. Te propongo un trato.

—¿Cuál? —preguntó haciéndose bolita a causa del dolor, Jungkook hizo una mueca de desagrado porque odiaba verlo sufrir.

—Llamaré al médico por teléfono, que venga a nosotros.

—Me parece estupendo.

Jimin se quedó profundamente dormido luego de que el médico lo revisara. En el reino, únicamente los betas estudiaban medicina ya que eran inmunes a las feromonas, ¿te imaginas? ¿Ir a ver a tu paciente en celo, alocarte junto con él y querer poseerlo o que te posea? Sería un caos.

Jungkook regresó a su tamaño normal cuando el médico le inyectó una droga que calmaba sus hormonas.

—¿Por qué pasó esto?

—Es su destinado, alteza, de eso no hay duda. Solamente un destinado causaría un revuelo como este.

—¿De verdad? —El médico se quedó en silencio.

—Bueno... —Se rascó la barbilla—. Es la única explicación que encuentro porque el joven Jimin es un omega. La cosa sería distinta si él fuera un...

—¿Un qué? —preguntó el príncipe con el ceño fruncido.

—Un Enigma.

—¿Por qué lo dices?

—Pues, los enigmas tienen feromonas muy fuertes que al ser liberadas, al formar el lazo provocan que su mate incremente la fuerza en el acto para no destruirlos o lastimarlos. Pero este caso es extraño porque el joven Jimin es un omega y usted un alfa. No comprendo la razón de su crecimiento, la única es que son un par de destinados bendecidos por la madre luna.

—¿Por qué sería bendecido? Lastimar a mi omega no es una bendición. ¿Cómo paro esto?

—Con las drogas que le he inyectado, alteza. Así las feromonas del joven Jimin no le causarán ese efecto. Pero tienen que inyectarse los dos una vez al mes.

—¿El lazo se verá afectado?

—No. Nada más se evitará su crecimiento y obviamente el frenesí ante un ambiente invadido de feromonas disminuirá.

—¿Quieres decir que dejaré de percibir las feromonas de Jimin?

—Las sentirá, pero no enloquecerá. De igual manera analizaré el caso para buscar otro tratamiento.

—Bien. Yo solo quiero que mi omega deje de sufrir.

—Comprendo, alteza. Por lo pronto será mejor que eviten a toda costa tener relaciones sexuales. Su omega necesitará de muchos cuidados de su parte y paciencia ya que en estos días estará muy lastimado. Si tienen relaciones su estado empeorará y podría requerir de una cirugía.

—Entiendo.

—Vendré en la mañana a revisarlo de nuevo, de igual manera si sucede algo en la madrugada no dude en llamarme de inmediato.

—De acuerdo.

El médico salió de la habitación, dejando a Jungkook solo con su dulce omega dormido. La luz tenue de la lámpara de noche iluminaba la figura de Jimin, que yacía en la cama con una fragilidad que conmovía al príncipe. Era tan pequeño, tan vulnerable, y sin embargo, su mera presencia llenaba la habitación de una calidez que Jungkook no podía ignorar.

El instinto protector del alfa se activó al máximo. No podía apartar la mirada de Jimin, preocupado por cada pequeño gesto y balbuceo que emitía mientras dormía. Cada respiración, cada movimiento, eran como notas de una melodía que solo él podía escuchar. Jungkook se sentía conectado a él de una manera inexplicable, como si sus almas estuvieran entrelazadas desde tiempos inmemoriales.

La belleza de Jimin lo dejaba sin aliento. Su piel pálida contrastaba con el cabello color miel que caía en su frente. Los labios entreabiertos invitaban a ser besados, y Jungkook luchaba contra el impulso de inclinarse y sellar ese pacto silencioso con un beso. Pero lo que más llamaba su atención era la marca en el cuello de Jimin, la prueba visible de su conexión. Era un lazo que trascendía el tiempo y las circunstancias, un vínculo que los unía de forma irrevocable.

Jungkook se prometió a sí mismo que protegería a Jimin con su vida. Lo protegería incluso de él mismo, estaba enamorado de la manera más real, más pura y más fuerte. Para el príncipe, solo existían ellos dos: el alfa y su omega, destinados a enfrentar juntos cualquier adversidad que se interpusiera en su camino.

—Al parecer ya tengo a mi talón de Aquiles —susurró sonriendo cuando los rayos de sol se asomaron por la ventana—. Tan mío y yo tan suyo.

QUE BONEEEEEETOOOOOOOOO Ｏ(≧∇≦)Ｏ

Y QUE HOTSSSSSSSSS🫦

Fan de su relación 🙂‍↕️🙊

Como siempre, muchas gracias por leer seres hermosos de luz. Las TQM ～(^з^)-♡