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🌷Capítulo 33-El rey de planeta lunar🌷

Un año después...

Los días posteriores al funeral del antiguo rey Namjoon fueron un torbellino de emociones y cambios. Jungkook, cumplió la promesa que le había hecho: un gran funeral que duró tres días. El pueblo entero se unió en un homenaje a la memoria del rey, recordando sus logros y su legado.

Las llamas de las piras funerarias se alzaron hacia el cielo, llevándose consigo los secretos y las ambiciones del antiguo monarca. Los bardos cantaron elegías, y los ciudadanos compartieron historias sobre los tiempos de Namjoon. Hubo lágrimas y risas, tristeza y gratitud. El reino se despidió de su líder caído, y el viento llevó sus palabras al infinito.

Pero mientras el pasado se desvanecía, el futuro se abría ante ellos. Planeta Lunar, antes dividido por rivalidades y fronteras, ahora estaba unificado bajo una nueva bandera. Las tierras de las montañas nevadas, que habían sido inaccesibles durante generaciones, pertenecían a los nuevos portadores de la corona.

Park Jimin, el enigma puro, era la figura central en este cambio. La gente murmuraba su nombre con reverencia y temor. Algunos lo veían como un salvador, otros como un ser peligroso. Pero todos reconocían su influencia.

El trono estaba vacante, esperando al nuevo rey. Los consejeros y los nobles se reunían en las salas del castillo, debatiendo sobre el futuro. Pronto, las campanas sonarían, y el nuevo rey sería nombrado.

Jimin estaba en calzoncillos mientras que el sastre real medía al príncipe pues estaban afinando los últimos detalles para los trajes que utilizarían durante la coronación.

—¿Cómo me veo? —preguntó Jungkook.

—Guapo, como siempre —contestó Jimin sin voltear a verlo, estaba admirando al pueblo que se comenzaba a reunir en la planta más baja del castillo para ver la coronación.

—Ni siquiera me has visto.

Jimin sonrió girando el rostro para ver a su hermoso alfa luciendo un traje negro con fibras de oro.

—No necesitaba verte para saber qué luces hermoso. —El sastre sonrió—. Incluso el sastre lo sabe, por cierto. ¿Cuál es su nombre? Usted me ha medido incontables ocasiones desde que llegué al castillo cuando Jungkook me compró en aquella subasta.

—Oh... ¿Mi nombre?

—Sí.

—Mi nombre es Louis.

—Lindo nombre. —Sonrió.

La puerta de la habitación real se abrió con un chirrido, y cuatro figuras irrumpieron sin ceremonias. Hoseok, Yoongi, Lee Know (anteriormente conocido como Noventa y cuatro) y Rose (antes llamada noventa y cinco) llenaron la estancia con su alboroto y charlas animadas. No parecían preocuparse por las formalidades ni por el hecho de que estaban en la habitación del futuro rey.

—¡¿Por qué siempre entran sin preguntar?! —exclamó Jungkook, su mal humor evidente en su ceño fruncido—. ¡Jimin no trae ropa puesta!

—Oh vamos Jungkook, no es como si no lo hubiéramos visto desnudo en la piscina cuando se emborrachó en tu cumpleaños —se quejó Yoongi.

—¿A qué vienen? —preguntó Jimin ignorando el comentario de Yoongi porque le avergonzaba recordar aquel día.

—A Rose se le ocurrió una cosa cursi para antes de la coronación —dijo Lee Know.

—Ni pienses que voy a tomarme fotografías con ustedes —dijo Jungkook con fastidio en la voz.

—¿Cómo supiste que quería tomarme fotografías con ustedes? —preguntó Rose desanimada.

Jungkook se carcajeó porque había adivinado.

—Es un lindo detalle —comentó Hoseok—. Yo colecciono fotografías porque son un recuerdo eterno que nos recordará nuestra juventud cuando seamos viejos.

—Ay amor, ¿por qué tienes que ser tan cursi? —preguntó Yoongi acariciando la mejilla de Hoseok y este sonrió.

—A mí también me gusta la idea de la fotografía, pero quisiera estar vestido cuando eso suceda. ¡Así que salgan y esperen a que me cambie! —chilló Jimin.

Todos comenzaron a hablar con voces distintas al salir de la habitación real. El sastre terminó de ajustar las ropas de Jungkook, él lucía un imponente traje real oscuro. Luego llegó el turno de Jimin, al ser medido y vestido le pusieron un traje idéntico al de Jungkook pero este era blanco.

—Gracias Louis —agradeció Jimin cuando el sastre salió de la habitación haciendo reverencia a los futuros reyes de planeta lunar.

—¿Por qué le preguntaste su nombre? Ningún empleado del castillo tiene permitido decirnos su nombre.

—¿No sabías el nombre del sastre? —preguntó Jimin con asombro y Jungkook negó con la cabeza.

—Es una regla.

—¿Impuesta por quién? —preguntó y Jungkook alzó los hombros dando a entender que no sabía—. Crecí sin un nombre, supongo que por eso me es importante saber los nombres de todos porque es necesario sentirte con una identidad, me gustaría quitar esa regla para saber el nombre de cada miembro de la servidumbre real. Desde el mayordomo, hasta el plomero.

—Por eso es que te amo. —Acarició el mentón de Jimin depositando un dulce beso en sus labios—. Porque tienes un corazón tan puro como tu linaje.

Jimin se ruborizó.

—¿Estás listo para la coronación? ¿No estás nervioso? —preguntó desviando el tema.

—¿Yo? Tú deberías de ser quien esté nervioso, pues tu serás el nuevo rey de planeta lunar —dijo Jungkook—. Yo seré tu consorte.

Jimin sonrió mostrando todos los dientes, después tomó la mano de Jungkook arrastrándolo a la salida topándose con sus cuatro amigos en el pasillo, quienes comenzaron a tomar fotografías.

Momentos después estaban en el lugar sagrado del castillo. Frente a un sacerdote que haría el honor de coronar a los nuevos reyes.

—Va primero el rey de planeta lunar —le susurró Jimin a Jungkook en el oído.

—Suerte, mi vida.

—Pero Jungkook, se me olvidó decirte una cosita —volvió a murmurar mientras el sacerdote daba unas palabras antes de comenzar.

—¿Qué cosa?

—Yo seré el rey consorte, tú reinarás planeta lunar.

Jungkook se quedó en silencio mirando los ojos de su enigma esperando a que riera y le dijera que se trataba de una broma pero Jimin no vaciló.

—¡¿De qué hablas?! —susurró casi gritando.

—Aquel día, cuando nos reunimos luego de mi muerte te dije que tenía un plan para cumplir la profecía... Voy a reinar planeta lunar a tu lado, yo no sé nada acerca de este mundo pero tú fuiste criado durante toda tu vida para ser coronado como rey.

—Jimin, no puedes hacer esto, hay protocolos, los consejeros tienen que estar de acuerdo.

—Todos ellos están de acuerdo. —Sonrió apretando el hombro de Jungkook—. Les pedí que no te dijeran nada porque quería que fuera sorpresa.

—Jimin...

—Se que desde niño tu sueño fue convertirte en rey, lo vi en tus pensamientos. Mi sueño no es tener ese puesto, mi sueño es estar a tu lado. —Sonrió con la mirada—. Además tú gobiernas planeta lunar y yo te gobierno a ti. ¿No es eso lo mismo que ser el gran rey soberano? —Jungkook sonrió conteniendo la risa.

—Me complace llamar en esta tarde sagrada a Jeon Jungkook, príncipe de planeta lunar para coronarlo como nuestro nuevo rey. —Jungkook se tensó y Jimin sonrió animándolo para que se pusiera de pie.

En esa solemne tarde, los ojos de la multitud se posaron en Jeon Jungkook, el príncipe de planeta lunar. Su figura imponente irradiaba una mezcla de poder y vulnerabilidad, como si llevara sobre sus hombros no solo la corona, sino también los anhelos y las expectativas de todo un pueblo.

El alfa se levantó, caminando con paso seguro hacia el trono, tallado en madera antigua y adornado con símbolos cósmicos que aguardaba por su presencia. Avanzó con paso seguro, sintiendo la mirada de todos sobre él, antes de sentarse le pusieron una enorme capa roja, le entregaron un cetro de oro frío y ornamentos, le colocaron diversos anillos en las manos y finalmente se sentó. Las palabras sagradas resonaron en su mente mientras tomaba asiento. La corona, una obra maestra de joyería celestial, descendió lentamente hasta posarse en su cabeza.

En ese instante, el príncipe se convirtió en rey. La responsabilidad pesaba sobre él como una constelación entera, y su corazón latía al ritmo de un universo en expansión. Los ojos de la multitud brillaban con esperanza y temor, y Jungkook supo que su reinado sería una danza entre la luz y la sombra, entre la magia y la realidad.

La multitud vitoreó con entusiasmo, sus voces resonando en el vasto salón ceremonial. Jeon Jungkook, el príncipe destinado a llevar la corona, luchó por mantener la compostura mientras sus ojos se encontraban con los de Jimin. El enigma que había cambiado su mundo, valiente y amoroso que ahora sonreía con orgullo.

Desde niño, Jungkook había sido preparado para ese momento. Las lecciones de etiqueta, las horas de estudio sobre la historia de su linaje, todo había sido parte de su formación como futuro rey. Pero en ese instante, con la corona sobre su cabeza, todo eso parecía trivial en comparación con el amor que sentía por Jimin.

Recordó el día en que Jimin había entrado en su vida como un torbellino. El omega había desafiado todas las expectativas, suplantando incluso el deseo de la corona. Jungkook había renunciado a su derecho al trono, deseando que Jimin cumpliera la profecía y se convirtiera en el rey que el pueblo necesitaba.

El nuevo rey lunar sabía que su reinado sería una danza entre el deber y el deseo, entre las tradiciones ancestrales y los latidos de su corazón. Pero en ese momento, mientras la multitud aclamaba y las estrellas parecían alinearse a su favor, solo tenía una certeza: Jimin era su enigma, su amor, su todo.

El rey, Jeon a jungkook se alzó en el estrado, la corona sobre su cabeza y la mirada firme. La multitud aguardaba expectante, sus corazones llenos de esperanza y temor.

—Querido pueblo. Hoy, en este sagrado momento, me alzo ante ustedes como vuestro rey. La corona que llevo no es solo un símbolo de poder, sino también una carga sagrada. Asumo esta responsabilidad con humildad y determinación, consciente de que mi deber es servirles a todos.

»Nuestro reino ha enfrentado desafíos y pruebas a lo largo de los siglos. Guerras, hambrunas, intrigas y desafíos cósmicos han forjado nuestra historia. Pero también hemos conocido momentos de grandeza, de solidaridad y de amor por nuestra tierra y nuestros semejantes.

»Hoy, miro a cada uno de ustedes y veo la esperanza en sus ojos. Sé que algunos dudan de mi capacidad para guiarlos, y eso es comprensible. Pero quiero que sepan que no estoy solo en esto. Mi consejero más cercano, Jimin, estará conmigo para ayudarme a enfrentar cualquier situación venidera.

»Prometo gobernar con justicia y compasión. Escucharé sus voces, atenderé sus necesidades y protegeré nuestros valores fundamentales. No olvidaré que soy un servidor de ustedes, no un monarca distante.

»Aprovecho este día solemne para arrodillarme ante el pueblo, para arrodillarme ante el gran amor de mi vida; mi destinado: Park Jimin.

Todos se quedaron en silencio viendo la escena. ¿Un rey de rodillas?

»¡Park Jimin! ¡¿Te casarías conmigo?!

Jimin se ruborizó desde su lugar, trotando hacia Jungkook para tomarlo de las manos y ayudarlo a levantarse en medio de risas.

—Todos comenzarán a decir que el rey se arrodilló ante mí —murmuró Jimin riendo.

—¿Eso importa? Contéstame.

—Es que ya sabes la respuesta. —Sonrió de oreja a oreja—. ¡Por supuesto que sí, sí me quiero casar contigo!

La multitud aplaudió y chifló, celebrando que el nuevo rey se casaría.

—¿Oye y el anillo? —preguntó Jimin al notar que Jungkook no traía anillo de compromiso en las manos.

—Esto se me acaba de ocurrir así que te he pedido la mano sin anillo —soltó una risita—. En mi defensa, puedo comprarlo en cualquier momento.

—Jungkook, no importa. —Lo abrazó—. Felicidades mi rey. Hoy tuviste premio doble, la corona y mi mano.

—Quien diga que no se puede tener todo en esta vida, miente.

Y ahí, frente a toda la multitud, frente a sus amigos, frente a una cámara que los estaba grabando mientras transmitía en vivo la coronación para que fuera vista en cada rincón de planeta lunar se besaron. Haciendo su relación formal.

La multitud estalló en aplausos y vítores. Los amigos de la pareja sonreían, algunos con lágrimas en los ojos. Era un momento que trascendía la política y la realeza. Era la unión de dos corazones destinados a latir al unísono.

El mundo los conocería como Alfaxenigma, la pareja que gobernaría con amor y sabiduría. Su amor era una combinación magistral de pasión y compromiso, de fuerza y ternura.

Así comenzó su reinado, no solo como alfa y enigma, sino como amantes destinados a escribir una historia de amor que trascendería las eras. Y en cada rincón de planeta lunar, la gente susurraba sus nombres con admiración y esperanza.

"Que su amor sea eterno." Murmuraba el pueblo celebrando la boda que estaba por venir.

Los fuegos artificiales programados para después de la coronación se hicieron presentes, y Jimin y Jungkook los veían felices.

Jimin cerró los ojos, escuchando el sonido estridente de los fuegos artificiales golpear su mente, como un eco persistente que se aferraba en sus pensamientos. El lugar en el que se encontraba parecía algo ficticio, parecía un sueño, y entonces recordó que un día antes de la subasta de omegas tuvo un sueño premonitorio acerca de ese momento.

Su destino estaba escrito por mí desde el día de su nacimiento, Jimin no creció solo, Jimin creció con su madre luna que lo veía desde lejos para ayudarlo cuando nadie más pudiera hacerlo.

Fin.

Ay noooooo, yo no quiero que se termine pero ya se terminó😭😭😭🤧🤧🤧

Por favor no olvides leer los otros apartados que tengo mensajitos importantes y el epílogo que trae una sorpresitaaaaaa.🥹

Si la historia te gustó ayúdame recomendándola a un amigo💕

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