🌷Capítulo 32-Comedor real🌷
Finalmente se llevaron al bebé, en el comedor quedaron nada más los enigmas, el príncipe alfa, el rey alfa y la guardia real que también eran todos alfas.
En ese momento nadie estaba comiendo, todos soltaron los cubiertos porque estaban atentos a los movimientos de Jimin, quien estaba controlándose en sobremanera porque podía sentir las feromonas de Namjoon invadidas de traición.
—Majestad, voy a hacer una pregunta y quiero la verdad.
—¿Desde cuando un plebeyo cuestiona a su rey? —preguntó Namjoon alzando la barbilla desde su asiento.
Los guardias reales estaban sosteniendo sus espadas con fuerza, dispuestos a defender a su rey en caso de requerirlo.
—Solo escucha a Jimin —masculló Jungkook sin verlo a los ojos.
—Creo que no ha quedado claro quién soy —dijo Jimin—. Soy un enigma puro, hijo de dos padres enigmas, soy único en el mundo, el más poderoso lobo del planeta. Si quiero puedo hacer que todos ustedes mueran en este instante. —Sus ojos rosas brillaron.
El rey Namjoon comenzó a carcajearse de una manera escandalosa. Jungkook se puso de pie furioso, yéndose al lado de Jimin, luego cuando el rey se calmó dijo:
—¿No me digas que tu madre es la estúpida de Jegi y tu padre el imbécil de Seokjin?
—No conozco a mis padres. —Apretó los puños.
—¿Y cómo sabes que eres un enigma puro? —Alzó las cejas.
—Porque yo se lo dije —contestó Hoseok—. Los enigmas son descendientes del clan ParkMin, que se dividieron en dos familias, los Park y los Min.
»Claramente Min Yoongi pertenece a la familia Min, yo sin embargo pertenezco a los Park. —Suspiró—. No se sabe con certeza quienes son los padres de Jimin pero de lo que estoy seguro es que es mi sobrino porque alguno de mis hermanos lo...
—¿Qué día llegaste al orfanato? ¿En qué año? —preguntó Namjoon señalando a Jimin e interrumpiendo a Hoseok.
—En el noventa y seis —dijo Jungkook—. Investigué un poco cuando lo traje al castillo. ¿Eso qué tiene que ver?
—Bueno... —El rey se puso de pie—. Los enigmas son escasos, el padre de Min Yoongi era Min Soobin, fuerte, alto, obediente. —Suspiró—. Lamentablemente tenía dos hermanas y una de ellas robó mi corazón.
—Mamá —dijo Jungkook y el rey Namjoon negó con la cabeza.
—No. —El comedor se invadió de un silencio extraño—. Min Soobin tenía dos hermanas, Min Jegi y Min Hiye.
Namjoon caminó acercándose a Jimin, sosteniéndole la mirada con recelo.
—Con razón tus ojos rosas se me hacían conocidos, con razón tu voz... Tus actos y... —Apretó los puños de las manos—. Min Jegi era una enigma de ojos rosas, tan hermosa y seductora. Le pedí matrimonio, pero me rechazó yéndose con un enigma.
El rey Namjoon tomó el mentón de Jimin con la punta de sus dedos, Jungkook empujó el brazo de su padre para que se alejara de su Enigma.
—¡No lo toques!
La guardia real tomó sus espadas pero el rey Namjoon hizo una señal con la mano para que no atacaran.
—Se fue con Park Seokjin, un estúpido enigma de ojos azules. —Continuó con el relato ignorando a su hijo—. Al poco tiempo me enteré de que sería madre, pero yo ya me había casado con Min Hiye, una omega hermanastra de Min Soobin. La quise, pero jamás la amé, así que enfurecido y con el corazón roto le pedí a Soobin que asesinara a Seokjin mientras le pedía a una agente alfa que asesinara a Jegi y a su cachorro por abandonarme.
»Creí que lo habían hecho, pero ya veo que estás aquí vivito y coleando.
—¡¿Cómo eres capaz de contar algo así sin mostrar remordimientos?! —cuestionó Jungkook furioso.
—Estamos en familia y si Jimin quiere lastimarme primero tendrá que lastimar a todos estos guardias leales. Se convertiría en un baño de sangre y no creo que quiera hacer algo como eso.
—¿Usted mató a mis padres? ¿Por su culpa tuve que vivir en un orfanato sin nombre? —Jimin comenzó a llorar.
—No traes vestido, aún así estás llorando igual que la última vez que comimos juntos. —Sonrió—. Bueno, déjenme terminar mi relato. Min Soobin vino a mi oficina para matarme cuando se enteró de que maté a su hermana y cuando estuvo a punto de terminar con mi vida apareció Hiye, mi omega y me salvó asesinando a su hermanastro.
»Tu madre enloqueció y terminó suicidándose porque la culpa la consumía, mal por ella. En fin, lloré un par de días pero lo superé porque tenía a mis concubinos para darme placer.
—Eres un desgraciado —Jungkook apretó los puños.
—Lo soy, siempre lo he sido.
—¿Entonces, Jungkook no es mi primo? —preguntó Yoongi poniéndose de pie, sus ojos verdes centelleaban con intensidad.
—¡Que no! —Namjoon chilló—. Ya lo expliqué, Hiye no es hermana de sangre de Soobin.
—Pero mi padre es hermano de sangre de la madre de Jimin, eso significa que... —murmuró Yoongi.
—En realidad eres primo de Jimin —dijo Hoseok asintiendo con la cabeza.
Yoongi se volvió a sentar asimilando todo lo que estaba descubriendo.
—¿Y por qué nos cuenta todo esto? —preguntó Jimin.
—Porque me cansé de fingir, porque ustedes son enigmas y después de todo merecen la verdad. Trabajaremos juntos en mi reino, luego de limar asperezas espero que...
—¡Yo no voy a trabajar con usted jamás! —gritó Jimin.
—¿No? Creí que lo harías porque mi hijo es el aspirante a la corona y aunque ya no son alfaxomega siguen siendo... ¿Pareja?
—Sabemos que tú lo mandaste a asesinar —dijo Jungkook finalmente—. Solo queremos una cosa de tu parte antes de tomar el reino.
—¿Tomar el reino? —preguntó alzando las cejas.
—¿Mandó a matarme asesinando al cachorro que llevaba en mi vientre porque le recordé a mi madre?
Namjoon sonrió.
—Mandé a matarte por eso y porque mi hijo estaba obsesionado contigo, un día le hice una pregunta: Si te diera a elegir entre el reino o a tu omega, ¿a quién elegirías? El muy estúpido prefirió a su omega, te prefirió a ti.
»En ese instante supe que tenía que deshacerme de ti, pero ya no eres un omega, ahora los términos son distintos. Ahora te necesito.
—Pídame perdón por el daño —dijo Jimin apretando los puños.
—Uy pues perdón —contestó Namjoon sonriendo mostrando sus dientes perfectos—. En realidad tampoco sabía que estabas embarazado. —Encorvó los hombros.
—¡Jimin ha dicho que le pidas perdón! —gritó Jungkook al mismo tiempo que su lobo.
El ambiente estaba cargado de un montón de feromonas de los presentes, era pesado, casi asfixiante.
—Pídame perdón de rodillas, a mí, a su hijo y a su sobrino. Por todo el mal que ha hecho —dijo Jimin limpiándose las lágrimas—. Después renunciará a la corona y se marchará del castillo. Ese será su castigo.
Un silencio abrasador invadió el gran comedor.
—¿De verdad quieren que haga eso? —preguntó mirándose las uñas.
—No importa lo que haya hecho, estoy demostrando piedad porque después de todo sigue siendo el padre de mi amado alfa.
—¡Mi familia ha reinado durante siglos y cederé la corona cuando muera! —gritó furioso.
—Solo pide perdón, papá —murmuró Jungkook apretando los dientes.
—Ustedes son unos traidores. ¡Guardias, mátenlos!
El comedor se sumió en un silencio sobrecogedor. Los ojos de los presentes abrieron los ojos como platos al presenciar la asombrosa transformación de Jimin. Su brazo estaba cubierto de pelaje blanco y se había alargado hasta convertirse en una pata delantera de lobo.
El enigma puro creció de manera vertiginosa, su cuerpo humano se desvaneció y en su lugar surgió un lobo majestuoso de cinco metros de altura. Su pelaje blanco brillaba bajo la tenue luz de las velas, y sus ojos rosados destellaban con una inteligencia y ferocidad inusuales.
Un rugido ensordecedor escapó de la garganta de Jimin. Era un sonido ancestral, un llamado a la naturaleza misma. Las ventanas temblaron, y las llamas de las velas se extinguieron como si hubieran sido apagadas por un viento invisible. El aire vibraba con la energía del enigma puro.
—Soy yo de nuevo, si quieres puedes matarlos a todos. —Era el lobo de Jimin.
—Solo quiero que se detengan...
—Demuéstrales quién manda, un enigma puro no puede dejarse humillar de esa manera.
—Pero no quiero hacerle daño a nadie, tampoco me gusta usar mi voz de mando porque cuando era un omega la usaban contra mi todo el tiempo.
—Los reyes tienen honor, los soldados tienen valentía, y los poetas tienen corazón. ¡Lo único que yo tengo es furia! —gritó el lobo de Jimin mientras que el cuerpo del enigma se invadía de más poder.
—En eso tienes razón, estoy furioso porque me han lastimado bastante. Solo que tengo miedo de convertirme en un asesino.
—Si no lo haces pueden a lastimar a tu alfa. ¿Quieres eso?
—No. No permitiré que nos vuelvan a lastimar.
El gran comedor se sumió en una oscuridad sobrenatural. Las velas parpadearon y se extinguieron, dejando solo los pequeños rayos de sol que se filtraban por las ventanas. Jimin, ahora en su forma de enigma puro, emanaba un aura intensa y aterradora. Las feromonas que liberaba eran como hilos invisibles que se enredaban en la mente de todos los presentes.
Los guardias, antes valientes y armados, quedaron petrificados. Sus ojos vidriosos reflejaban el terror que sentían, pero sus cuerpos no respondían. Incluso Yoongi, Hoseok y el rey Namjoon, quienes habían sido testigos de innumerables batallas y conspiraciones, estaban atrapados en una parálisis mágica. Solo Jungkook, el príncipe, permanecía libre de la influencia de Jimin.
El enigma puro avanzó con lentitud, sus garras afiladas rasgando las armaduras de los guardias como papel mojado. Los intestinos se derramaron sobre el suelo de mármol, y las cabezas rodaron en un macabro baile. Sus garras afiladas destrozaron las armaduras y carne de los hombres, y sus colmillos se hundieron en sus cuellos. Los gritos de agonía llenaron la habitación mientras los guardias caían uno tras otro. Algunos guardias simplemente obedecieron la voz de mando de Jimin y se quitaron la vida con sus propias espadas, sus miradas vacías y desesperadas.
La sangre salpicó las paredes, manchando los tapices y las pinturas de los antiguos reyes. El comedor real se convirtió en un escenario de pesadilla, donde la vida y la muerte se entrelazaban en una danza siniestra. Los gemidos y los sollozos se mezclaban con el olor metálico de la sangre fresca.
Finalmente, solo quedaron los cuatro guardias que protegían al rey. Sus ojos seguían fijos en Jimin, pero sus cuerpos no se movían. El enigma puro retomó su forma humana, su piel desnuda brillando con un resplandor sobrenatural. Su cabello color miel caía en mechones desordenados sobre su frente, y sus ojos rosados ardían con una intensidad inhumana.
Jimin se acercó a los guardias, su paso silencioso como el de un espectro. De su dedo índice hizo emerger una garra afilada, más letal que cualquier espada. Uno a uno, cortó las gargantas de los guardias, liberando sus almas de sus cuerpos inmóviles. La sangre brotó en un chorro oscuro, y los cuerpos cayeron al suelo sin vida.
El rey Namjoon, aún bajo el efecto de las feromonas, observaba la masacre con ojos desorbitados. Jimin se detuvo frente a él, su mirada fría y despiadada.
—Namjoon, tu traición no quedará impune —susurró Jimin con una voz que resonó en los rincones más oscuros del alma del rey—. El poder del enigma puro no se doblegará ante ti. Hoy, la comida en el comedor real será recordado como el día en que el antiguo omega, ahora enigma reclamó su venganza.
»Así que: ¡Arrodíllate y ruega por tu vida!
La atmósfera del gran comedor se volvió aún más opresiva cuando Jimin, con su voz cargada de autoridad, ordenó a Namjoon que se arrodillara y suplicara por su vida, sin embargo no utilizó su voz de mando porque quería que fuera genuino. Las feromonas de quietud, que habían mantenido a todos inmóviles, se disiparon, permitiendo que los presentes recuperaran su libertad de movimiento.
Sin embargo, el rey no se sometió. En lugar de arrodillarse, alzó la mano y le propinó una cachetada sonora al enigma puro, seguida de un escupitajo directo al rostro. El sonido resonó en el aire, como un desafío a la autoridad y una humillación más para Jimin.
En ese momento, Jungkook se movió con una velocidad sobrenatural. Su lobo alfa protector emergió, y sus ojos oscuros brillaron con una intensidad feroz. Sin dudarlo, perforó el pecho de su propio padre con la mano derecha, sintiendo su corazón aún latente entre los dedos.
—Te lo advertí —dijo Jungkook, su voz gélida—. Si volvías a tocarlo, te mataría. Cuando descubrí que fuiste tú quien ordenó el ataque contra Jimin, me contuve. Quería que él hiciera justicia por sí mismo, pero ya no puedo esperar más.
Namjoon, el rey, cayó de rodillas frente a su hijo y el enigma puro. Su mirada reflejaba el horror y la incredulidad. Intentó hablar, pero las palabras se ahogaron en su garganta.
—Yo no soy tan bondadoso como Jimin —continuó Jungkook—, pero te aseguro que tendrás un hermoso funeral.
Con un gesto rápido y preciso, arrancó el corazón del rey Namjoon. La sangre brotó en un chorro oscuro, empapando su túnica real. Namjoon cayó al suelo, su vida extinguiéndose junto con su traición.
Una muerte bastante noble y rápida, sin embargo fue causada por su propio hijo.
La escena sangrienta quedó grabada en la memoria de los presentes, un testimonio de la crueldad y el poder de los enigmas. Una historia que sería contada en el planeta lunar de generación en generación.
El comedor real, antes un lugar de banquetes y celebraciones, ahora estaba teñido de sangre y tragedia. Jungkook sostenía el corazón de su propio padre, aún tibio, como si fuera un trofeo de guerra. Jimin lo tomó de sus manos y lo dejó caer al suelo con desprecio. Hoseok, siempre siendo considerado, cubrió el cuerpo desnudo de Jimin con el mantel de la mesa, ocultando su figura.
Las lágrimas brotaban de los ojos de Jungkook, mezclándose con la sangre en sus mejillas. Su voz tembló cuando habló:
—Él no merecía mi perdón, Jimin. Y tampoco merecía el tuyo. Siempre lo amé y respeté como a un padre, pero él me engañó todo el tiempo. Te lastimó, nos lastimó a ambos.
Jimin se acercó a su alfa, abrazándolo con fuerza. Su piel desnuda se pegó al cuerpo de Jungkook, y ambos compartieron el dolor y la traición. El enigma puro susurró palabras de consuelo:
—No te culpes, Jungkook. No podías saber la verdad. Estamos juntos en esto, y juntos enfrentaremos las consecuencias.
Cuando notó la tristeza genuina de su alfa su mirada cambió, volviéndose distante, y su voz adquirió un tono melódico. Comenzó a tararear una canción, una que había aprendido de su alfa cuando era un débil omega. Las palabras resonaron en el aire, como un hechizo:
—Se escuchan ruidos extraños... —cantó Jimin, su voz dulce y triste—. Es el peligro acechando... Con mi voz haré que duermas...
Las feromonas que liberó eran diferentes esta vez. No eran para paralizar, sino para inducir el sueño. Jungkook, aún abrazado a Jimin, sintió cómo sus párpados se volvían pesados. Intentó resistirse, pero la magia del enigma puro era implacable. Se quedó dormido en los brazos de su amado, su cabeza apoyada en el hombro desnudo de Jimin.
El enigma puro cargó el cuerpo de Jungkook como si fuera un bebé. Miró a Yoongi y a Hoseok. Ambos asintieron en silencio. La alianza entre los enigmas y los lobos alfa estaba sellada, y el reino nunca sería el mismo.
—Limpien y luego hagan que lo que ha sucedido en el comedor real se sepa en todo planeta lunar para que nadie se atreva a atentar contra el nuevo gobierno —ordenó Jimin—. Yo iré a cuidar de mi alfa.
—Jimin, haz que Jungkook olvide lo que le hizo a su padre —sugirió Yoongi.
—No. —Apretó el mentón—. Nunca nadie va a violar la mente de mi bebé, si va a sufrir a causa de eso no le queda de otra más que sanar por su cuenta.
Jimin salió del comedor, caminando por los pasillos del castillo que se estiraban como corredores interminables, sus paredes de piedra rugosa parecían susurrar secretos ancestrales. Jimin, con su alfa dormido en brazos, avanzaba con calma. El mantel blanco del comedor real, ahora manchado de sangre, se arrastraba tras él como un velo de novia desgarrado por el destino.
Las huellas de sus pies desnudos dejaban marcas rojas en el suelo de mármol. Cada paso era prometía seguridad y las gotas carmesíes se esparcían como pétalos de flores, decorando el camino hacia su destino.
Los retratos de antiguos reyes y reinas observaban desde las altas paredes. Sus ojos pintados parecían seguir a Jimin, juzgando su osadía. Pero él no se detenía. No podía permitirse la duda ni el miedo.
Una cosa le quedó clara a Jimin aquel día: nunca más permitiría que lastimaran a su alfa, ni a él, ni a nadie que amara. Si lo intentaban, liberaría al lobo que llevaba dentro. Un lobo ancestral, con colmillos afilados y ojos ardientes. Un lobo que no conocía límites ni piedad.
El poder del enigma puro latía en su sangre. No era solo una criatura mágica; era un ser casi divino. Sus habilidades eran un enigma incluso para él mismo: la capacidad de paralizar a los enemigos con feromonas, la transformación en un lobo gigante, la capacidad de leer mentes y de transmitir sus pensamientos a otros, la voz que podía acallar tormentas y despertar volcanes.
El castillo tembló, como si la tierra misma reconociera al nuevo líder de planeta lunar. Jimin al llegar a la habitación del príncipe alzó la vista hacia el cielo estrellado que se veía desde el enorme ventanal del balcón, donde la luna brillaba con una luz fría y etérea.
No conocía todos sus poderes al cien por ciento, pero sabía una cosa con certeza: era casi un dios en un mundo que estaba olvidando la magia.
Soy una madre orgullosa de mi Jimin.🤧
Tal vez la historia merecía ser más sangrienta pero hay que perdonar bebés (lo digo por Yoongi)
Quiero llorar porque esto casi termina😭
No quiero que se termine, ayuda😭💔
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