🌷Capítulo 31- El rey Namjoon🌷
—Oigan, me parece que hay una reunión importante aquí y no fui invitado —dijo Hoseok entrando a la habitación sin tocar la puerta y sin preguntar.
—¿Qué haces entrando a mi habitación sin preguntar? Qué falta de modales, tch. —Jungkook chasqueó la lengua molesto.
Mientras tanto la mirada de Yoongi viajaba entre Jimin, Jungkook y Hoseok. Su corazón latía con fuerza, y una sensación extraña en su pecho lo invadía. Estaba sintiendo que su mundo entero le pertenecía al enigma de ojos azules que acababa de cruzar la puerta, la misma sensación de hacía unas horas atrás, pues su lobo interior le susurraba a gritos que era su destinado.
—Hoseok, creo que antes de entrar a una habitación debes tocar la puerta —dijo Jimin.
—Me disculpo, vine olfateando sus aromas. Mi habitación se siente sola y aburrida. —Sonrió flechando todavía más el corazón de Yoongi. Mirándolo con intensidad porque también sentía esa sensación dentro de su pecho.
—Estábamos en medio de algo importante —se quejó Jungkook.
—¿Qué hacían? Aparte de destrozar el bonito rostro de este enigma... —Señaló a Yoongi quien todavía tenía el rostro manchado de sangre y con golpes que estaban sanado lentamente.
—Leía la mente de Yoongi.
—¿Y bien? —Yoongi preguntó cruzando los brazos.
—Él dice la verdad, está de nuestro lado, yo te perdono Yoongi pero no vuelvas a hacer fechorías y cuida a Jungkook porque como te dije antes es el príncipe y tu primo.
El alfa suspiró tocando el hombro de Jimin mientras bufaba, negando con la cabeza. No podía creer que el corazón de Jimin fuera tan bondadoso.
—Se merece unas patadas en el culo —dijo Jungkook rodando los ojos—. Yo no te perdono, jamás lo haré.
—Jungkook... —murmuró Jimin.
—¿Qué? Me obligó a dejarte sabiendo que eres lo que más amo en el puto mundo. —Acarició la barbilla de Jimin con dulzura depositando un tierno beso en sus labios.
—Que incómodo —susurró Hoseok tosiendo falsamente.
—Mejor nos adelantamos al comedor —dijo Yoongi—. Le pediré a un miembro de la guardia que le recuerde al rey que estaremos ahí para limar asperezas y llegar a un acuerdo.
—El rey Namjoon deberá pedirme perdón de rodillas —dijo Jimin cuando Jungkook iba camino al clóset para tomar la ropa que su enigma había elegido para él.
—¿Qué? —preguntó Hoseok—. ¿No es eso humillante?
—Créeme que es un castigo bastante insignificante comparado con lo que me hizo sufrir. —Suspiró—. No importa lo que dijo o hizo, siempre y cuando se disculpe y se arrepienta.
—Pues cuando yo lo vea no le tendré piedad —advirtió Jungkook desde el clóset—. No me importa que sea mi padre.
Cuando Jungkook cambió su ropa se tomaron de las manos avanzando al gran comedor, ahí se encontraban Hoseok y Yoongi conversando de pie pero se quedaron en silencio cuando Jungkook y Jimin llegaron.
En medio del comedor real, las tradiciones pesaban sobre los presentes. Según el protocolo, nadie debía sentarse hasta que el rey diera la orden. Sin embargo, Jimin, con pleno conocimiento de las normas, desafió la espera y se acomodó en su silla. Jungkook siguió su ejemplo, y Hoseok también se sentó, pero Yoongi permaneció de pie, sus ojos fijos en el enigma de ojos azules.
—¿Dónde está el rey? —preguntó Jimin con una uva en la boca.
—Vendrá en un momento —dijo una mucama sorprendida ante la osadía de los presentes..
Los miembros de la guardia real llenaron el comedor, formando filas rectas que evocaban la disciplina de un campo de batalla. Sus armaduras brillaban, y sus rostros estaban imperturbables, listos para proteger al rey Namjoon. Este último entró con solemnidad, flanqueado por cuatro guardias adicionales. En sus brazos, sostenía con ternura a un bebé recién nacido, cuya piel era suave como el terciopelo y cuyos ojos apenas se abrían al mundo. ¿Por qué traía a un cachorro entre sus brazos? ¿Qué significaba aquella escena? Las miradas curiosas se posaron en el rey, buscando respuestas en su expresión. Pero Namjoon permaneció impasible, como si llevar al bebé fuera una rutina diaria. El murmullo de la servidumbre se intensificó, y algunos se atrevieron a susurrar entre ellos, especulando sobre la identidad del niño. Incluso Jungkook parecía curioso por saber quién era aquel bebé.
La actitud desafiante de Jimin no pasó desapercibida. Mientras Yoongi, Hoseok e incluso Jungkook se ponían de pie en señal de respeto ante la llegada del rey, Jimin permaneció sentado en su lugar, saboreando las uvas con indiferencia. Sus ojos se encontraron con los del monarca, y en ese instante, pareció que el tiempo se detenía. El rey Namjoon, con su mirada penetrante, evaluó al muchacho desafiante. ¿Qué pensaba Jimin? ¿Por qué se negaba a mostrarle el respeto que se esperaba de todos en el castillo? Las murmuraciones comenzaron a extenderse entre los presentes, y algunos guardias intercambiaron miradas incómodas. Pero Jimin no cedió. Para él, el rey no merecía su reverencia.
Namjoon, al percatarse de la actitud desafiante de Jimin, frunció el ceño con furia. Sin embargo, su inteligencia le dictó la prudencia. Pues comprendía que, si así lo deseaba, Jimin podría arrebatarle la vida en un instante. Por eso, el rey decidió tomar precauciones. Por eso había convocado previamente a la guardia real y la condujo al comedor, rodeándose de protección. Pero no solo eso: entre sus brazos sostenía a un cachorro, un pequeño ser vulnerable que era hijo de uno de sus sirvientes. ¿Era acaso una estrategia para evitar que el enigma puro atacara? Las miradas se cruzaron entre Jimin y Namjoon, como dos fuerzas opuestas en un delicado equilibrio. El rey sabía que debía mantenerse alerta, pues los secretos oscuros que rodeaban al enigma podrían cambiar el destino del castillo y de todos sus habitantes.
—Traigan el banquete —ordenó Namjoon.
Los miembros de la servidumbre llevaron las bandejas con comida de inmediato, después el rey se sentó a la mesa, seguido por Jungkook, Yoongi y Hoseok.
—¿No va a invitar a sus concubinos, majestad? —preguntó Jimin luego de un silencio incómodo—. La última vez la mesa estaba llena de ellos.
—Al parecer hoy esta comida es más familiar —contestó.
—Oh —Jungkook puso los codos en la mesa—. ¿Por eso trajiste a ese bebé? ¿Quién es?
Namjoon se tomó un momento antes de responder.
—¿Tan curioso estás por saberlo? —Namjoon sonrió de lado—. Una de nuestras mucamas acaba de dar a luz, yo me ofrecí a cuidarlo.
—Un gesto extraño de su parte, majestad —comentó Yoongi tomando un pan de la mesa para remojarlo en la deliciosa sopa que le acababan de servir.
—¿Extraño? Lo extraño aquí es que un omega huérfano sea un enigma puro así de la nada. Además recuerdo haberte visto muerto —dijo mirando a Jimin fijamente.
Jungkook tomó la mano de Jimin con fuerza y este sonrió despreocupado.
—Pareciera que te molesta la presencia de Jimin, incluso podría pensar que te molesta el hecho de que esté vivo, padre.
—No me molesta, me parece fantasioso. —Suspiró—. Entonces enigma, dime. ¿Qué quieres? ¿Qué quieren? —preguntó, dirigiendo su mirada también a Hoseok.
—Quiero muchas cosas, majestad. —Sonrió–. Pero vamos a comer primero, es importante tener la barriga llena porque así el corazón se mantiene contento.
—¿Por qué no le pides a alguien que se lleve al bebé? —preguntó Jungkook—. Los temas que trataremos serán sensibles y el cachorro puede salir lastimado.
—¿Lastimarían a un cachorro inocente? —preguntó Namjoon fingiendo preocupación—. Que desalmados, ahora comprendo porque nuestros alfas antepasados se dedicaron a erradicar a los enigmas.
—Que comentario tan sucio y astuto —masculló Hoseok en voz baja, Yoongi al escucharlo sonrió de lado relamiéndose los labios sintiéndose más atraído por el enigma.
El comedor estaba impregnado de tensión, como si el aire mismo se hubiera vuelto más denso. Se escuchaba únicamente el sonido de los cuchillos y tenedores cortando la carne que posaba en los platos, mientras los presentes observaban con cautela a Jimin cada cierto tiempo. Su mirada ardía con una intensidad que anhelaba venganza, sabía que el rey había llevado al niño como escudo y que además de eso lo había llevado para burlarse del cachorro que perdió la noche anterior.
Jungkook, siempre atento, se inclinó hacia Jimin y le ofreció una sonrisa tranquilizadora. Sus ojos dilatados parecían comprenderlo todo, como si supieran leer los pensamientos del enigma puro. Jimin negó con la cabeza, apartando la mirada. No quería que Jungkook lo ayudara; no quería que nadie lo ayudara. Esto era algo que debía hacer por sí mismo.
La mucama, una joven de cabello oscuro y ojos asustados, se acercó a Jimin luego de que le hizo un gesto con la mano para llamar su atención.. Su vestido blanco estaba impecable, pero sus manos temblaban ligeramente a causa de las feromonas del enigma que irradiaba furia.
—Llévate al recién nacido que carga el rey —ordenó con voz firme—. Y asegúrate de que nadie más entre aquí. Hay asuntos importantes que trataré con el rey, y esta comida será privada.
Namjoon, el rey, apretó al bebé entre sus brazos. El pequeño lloraba, sus ojos cerrados con fuerza.
—Nadie va a apartarme de este niño —dijo Namjoon con voz ronca.
Jimin golpeó la mesa con furia. Los platos temblaron, y algunos cubiertos cayeron al suelo. La vajilla fina se resquebrajó bajo la presión de su mano.
—¡He dado una orden y espero que se me obedezca! —gritó furioso con su voz de mando resonando en las paredes del comedor.
El comedor quedó en silencio, solo roto por los sollozos del bebé. Todos los presentes sabían que estaban presenciando un momento crucial en la historia del reino. Jimin estaba dispuesto a luchar por lo que creía justo, incluso si eso significaba enfrentarse al propio rey. Quería verlo de rodillas, quería verlo pedirle perdón por el daño que le hizo, necesitaba ver un arrepentimiento genuino porque de otro modo no sabía si podría controlar más su deseo de venganza.
Ya que le arranque la cabezaaaaaaaa!! ᕙ(⇀‸↼‶)ᕗ
Se está tardando muchoooooo!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro