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🌷Capítulo 15-Testigo🌷

La sonrisa de Yoongi era siniestra, y Jungkook sabía que estaba atrapado en una telaraña de intrigas. Su primo guardaba más secretos de los que podía imaginar, y su amor por Jimin estaba en juego. Debía hacer sus movimientos sabiamente porque de lo contrario su omega saldría lastimado.

—Sigo sin entender lo que me estás diciendo, primo.

—Le pediste a Jimin que me abandonara y que abandonara el castillo. ¿Cierto o falso?

Yoongi chasqueó la lengua al mismo tiempo que tomaba la muñeca de Jungkook con facilidad, quitándole la mano de su cuello. Jungkook a pesar de que estaba utilizando bastante fuerza se vio obligado a apartarse.

—Lo hice. —Sonrió.

La mirada de Yoongi era penetrante, y Jungkook se sentía atrapado. No podía negar la verdad. Le había pedido a Jimin que se alejara de él, que abandonara el castillo. Pero, ¿por qué?

—¡Hijo de puta!

Jungkook le soltó un puñetazo directo al rostro, pero Yoongi lo atrapó con una mano, como si se tratara de una pelota de béisbol.

—No te he dicho mis razones, Jungkook. —Sonrió de nuevo lamiéndose los labios—. Desde que somos cachorros jamás me has ganado un combate, recuerda que soy más fuerte que tú y que el hecho de que no te parta la madre es porque eres mi príncipe, sin embargo no voy a tolerar otra falta de respeto. —Soltó la mano de Jungkook.

—Y recuerda que el único motivo por el que no te estoy arrancando la cabeza en este momento es porque eres mi primo. Agradécele a nuestro estúpido lazo sanguíneo, maricon de mierda.

—Bueno, bueno. —Yoongi suspiró— le dije a tu omega que se fuera pero era broma. Tal vez se lo tomó muy personal. —Encorvó los hombros.

—¡Lo lastimaste con tus asquerosos dedos! —gritó Jungkook.

—¿Seguro que lo hice? —Alzó las cejas—. No recuerdo haberlo hecho a propósito.

—Voy a romperte los dientes y tampoco será a propósito.

—Que flojera me estás dando. —Yoongi rodó los ojos.

—¿Flojera? ¡No me quieras ver la cara de estúpido, Yoongi!

Me creerás —dijo utilizando su voz de mando—. Lo que te contó Jimin es cierto, pero fue un malentendido. Mis dedos se resbalaron a su cuello por accidente. ¿Comprendes?

Jungkook suavizó la mirada. Alejándose de Yoongi y controlando su respiración que hasta hace unos momentos estaba severamente agitada.

—Ya veo, si fue un mal entendido no hay problema —dijo creyendo las mentiras de Yoongi.

—Si quieres puedo ir a disculparme con tu omega, todo sea para no hacerte enojar porque como dije antes; eres mi príncipe.

Jungkook asintió con la cabeza frunciendo el ceño.

—Sí, deberías ir a hablar con Jimin. Anoche cuando me contó estaba asustado.

—Bueno, aclarada la situación. ¿Puedo irme?

—No. —Jungkook sonrió—. Vamos de una vez con Jimin, no me gusta verlo asustado y será mejor que se aclare todo esto de una vez.

—Como quieras.

Jimin se encontraba en su habitación, la luz tenue filtrándose por las cortinas. Su muñeca, hinchada y enrojecida, le molestaba como un zumbido persistente. La sensación, similar a un piquete de abeja, lo distraía de cualquier otra preocupación. Mientras se rascaba recordó que en el orfanato le pusieron un chip rastreador un día antes de ser subastado y que nunca se lo quitaron. Sin embargo, eso no era lo único que lo atormentaba. En el interior de su muñeca, oculta a simple vista, había plata líquida. Un metal precioso y peligroso. Si se derramaba, podría ser fatal. Jimin imaginaba cómo la plata se filtraría en su sangre, envenenándolo lentamente.

—Si sigo rascando capaz y se derrama —susurró—. Creo que es mejor no mover tanto la mano y esperar a Jungkook para ir al médico.

Decía en voz alta, él estaba sentado en la alfombra de la habitación, la suave textura de la alfombra bajo sus dedos. Le gustaba sentarse en el suelo de vez en cuando, así se alejaba de formalidades que tenía que cumplir al estar al lado del príncipe. La puerta de la habitación se abrió y el omega sonrió radiante al ver a su alfa, sin embargo la sonrisa se desvaneció cuando notó otra figura; Era Min Yoongi. Él iba caminando atrás de su alfa.

¿Qué hacía Yoongi ahí? ¿Por qué lo seguía? Su mente se llenó de preguntas mientras observaba la escena, mientras la ansiedad invadía su pecho.

—Mi alfa —dijo Jimin poniéndose de pie.

—Mi omega —susurró Jungkook con muchísimo cariño.

—Vienes acompañado...

—Oh, Yoongi viene a decirte algo. ¿Verdad?

—Ajá. —Miró a Jimin con profundidad tratando de averiguar porqué no obedeció su voz de mando.

—Pero Jungkook —dijo Yoongi mirando al príncipe—. ¿Puedes ir a la cocina y traerme un vaso de agua?

—¿Por qué me pides eso? —Jungkook se molestó—. Ve tú mismo y...

La mirada de Yoongi, fría y penetrante, se clavó en Jungkook. Sin necesidad de pronunciar una palabra más, el capitán dejó claro su propósito. Jungkook, sintiendo la mirada de mando del enigma disfrazado de alfa, tragó saliva y salió de la habitación, dejando a Yoongi solo con Jimin.

—Así que fuiste de chismoso con Jungkook a pesar de que te pedí que no lo hicieras... —dijo Yoongi sentándose en el mueble de terciopelo rojo y cruzando las piernas.

—¿Qué acaba de pasar? —preguntó Jimin en un susurro sintiendo que su corazón latía al mil por hora.

—¿A qué te refieres con esa pregunta?

—Enviaste al príncipe por un vaso de agua, tú... ¿Por qué le das órdenes? ¿Cómo hiciste eso? —Jimin frunció el ceño molesto—. ¡¿Qué te da el derecho de usar a mi alfa a tu antojo?!

—Jungkook no puede negarme nada, lo curioso aquí es que tú tampoco deberías negarte a mis peticiones... —Hizo una pausa para sentarse de piernas abiertas mirando al omega a los ojos—. ¿Por qué no te has ido del castillo? Te di una orden ayer.

Jimin tragó saliva nervioso.

—No voy a alejarme de mi alfa —contestó.

—Mmm. Tal vez es tu lazo de destinado. —Suspiró—. Va a ser más difícil.

Al decir eso se puso de pie.

—Bueno, niño bonito. Tendrá que ser por las malas. —Tomó la muñeca de Jimin apretándola con fuerza y este gritó porque le dolía la parte en la que tenía el chip.

—Que débil eres, ni siquiera te estoy apretando tan fuerte.

—¡No es eso! —chilló tratando de zafarse del agarre de Yoongi.

—Traje el agua —dijo Jungkook al entrar a la habitación y Yoongi soltó a Jimin—. ¿Qué pasa?

—A tu omega le duele algo —contestó Yoongi al ver las lágrimas de Jimin recorrer sus mejillas. No le había apretado tan fuerte.

—¿Qué es? —Jungkook dejó caer el vaso con agua al suelo rompiendo el cristal el pedacitos para ir corriendo a revisar a Jimin.

—Es mi muñeca, me duele mucho...

—A ver. —Jungkook tomó la muñeca de Jimin, estaba hinchada y roja. Hizo una mueca de desagrado al verla—. ¿Te picó algo?

—No. En el orfanato me pusieron un chip rastreador, quizás fue eso.

—Ya me disculpé con Jimin, creo que me voy —dijo Yoongi.

—Ve por el médico real —Jungkook no le tomó importancia a las palabras de su primo, estaba mirando a su omega con preocupación—. Que venga a ver a Jimin ahora.

—¿Me dices a mí? —cuestionó Yoongi ofendido.

—Pues claro.

—No quiero hacerlo.

¡Trae al puto doctor ahora mismo! —gritó Jungkook con su voz de mando tan fuerte que aturdió los oídos de Jimin porque estaba muy cerca suyo.

—Que conste que lo hago porque quiero y no porque me estés mandando.

Al decir eso abandonó la habitación azotando la puerta.

—Jungkook... Hay algo extraño con Yoongi...

—Jimin, no es momento de hablar de mi primo. Estás llorando de dolor. ¿Por qué mierdas no me habías dicho que te dolía?

—Apenas comenzó hoy...

—Voy a morderte, voy a calmar tu dolor.

Jimin asintió, su corazón latiendo con fuerza. Jungkook, con una mezcla de posesión y ternura, se inclinó sobre él. Sus colmillos se hundieron en la piel sensible del cuello de Jimin, liberando la droga natural que solo un alfa podía proporcionar. El elixir se extendió por su sistema, calmando las dolencias del omega. Jimin sintió cómo la ansiedad y el dolor se desvanecían, reemplazados por una sensación de seguridad y pertenencia.

Minutos después el médico real estaba cortando la piel del omega con un bisturí mientras que Jungkook lo sostenía de la otra mano brindándole su apoyo.

—Estos chips no deberían durar tanto tiempo incrustados en la piel. ¿No le dijeron que lo retirara antes del mes, señor? —le preguntó el médico a Jimin.

—No... Y si lo dijeron no me acuerdo.

—Aquí está, es fácil sacarlo. —El médico hizo una mueca de desagrado cuando lo sacó finalmente—. Está hinchado. ¿Lo ven? Debería ser plano pero tiene forma de una cápsula. Si hubiera esperado más se habría reventado dentro de su sistema y el resultado sería catastrófico.

—¿Qué pudo pasar? —preguntó Jungkook asustado.

—El veneno de la cápsula terminaría con la vida del señor Jimin en menos de quince minutos.

—¡Por la madre luna! —chilló Jimin asustado.

—Debiste mencionar el chip desde el día que llegaste al castillo, Jimin —susurró Jungkook—. ¿Cuanto llevas aquí? ¿Casi seis meses?

—Sí... —murmuró mientras veía al médico cocerle la piel, le puso nada más cuatro puntos para que la herida en la muñeca cicatrizara más rápido.

—La herida debería sanar naturalmente dentro de un mes, pero debido a que tiene un alfa puede sanar en dos días debido a la marca, claro siempre y cuando se intercambien hormonas —explicó el médico.

—¿Va a necesitar medicamento? —cuestionó Jungkook y el médico negó.

—No. —Suspiró—. Aprovecho mi visita para preguntarle, ¿cómo siguió el desgarro? —Jimin se ruborizó.

—Ya no me duele nada...

—Perfecto, sé que se aproxima el celo del señor Jimin. Recomiendo que si van a pasarlo juntos sean sutiles.

—¿Ya puedo estar con mi alfa? —preguntó Jimin esperanzado.

—De manera sutil —indicó quitándose los guantes—. Más vale prevenir.

—Mejor nadota —dijo Jungkook—. Me costará reprimirme y no quiero herirte.

—¡Jungkook! —se quejó Jimin y el médico contuvo la risa.

—Bueno, me retiro su alteza. —Se puso de pie llevándose todos sus materiales en el maletín y el chip aparte, en una bolsa transparente—. Señor Jimin, con permiso.

Salió dejándolos solos.

Jungkook tomó la muñeca de su omega con delicadeza besándole en donde tenía la gasa cubriéndole la herida.

—Lo bueno es que no pasó a mayores. No soportaría perderte.

—Jungkook. —Jimin habló con un tono de voz más serio de lo normal.

—¿Qué pasó?

—¿Por qué obedeciste a Yoongi?

—¿Qué? —cuestionó confundido.

—Hace rato te envió por un vaso de agua y tú no querías, pero después utilizó su mirada de mando, lo que no es tan usual al menos que seas un alfa muy muy fuerte y te convenció. ¿Por qué lo obedeciste? Eres un alfa al igual que él. Eres el príncipe alfa.

El pelinegro se le quedó viendo a Jimin frunciendo el ceño y sin entender lo que le estaba diciendo.

—Yo fui por el agua porque quise, mi amor.

—No es cierto. —Apretó la quijada—. Fuiste porque Yoongi te lo ordenó.

—No digas estupideces, Jimin.

—¿Estupideces? —Se puso de pie ofendido—. Solo fui testigo de...

—¿De qué? —lo interrumpió.

—De la manera sumisa en la que te comportaste.

AYAYAYAYAYAYAYAYYYYYYYYYY

Esto cada vez se pone más bueno!!!!!!

Yoongi se anda portando más descaradito no?

Es que Jimin no se deja mandar...

¿Pero por qué antes sí se dejaba mandar por los alfas en el orfanato y ahora que un enigma le ordena no?

¿Qué fue lo que cambió?

Eso lo veremos en el próximo capítulo jajaaaaay!!!🤠🫨

Oigan aprovecho para recordarles que les quiero mucho por leerme. *Se va corriendo porque no está acostumbrada a dar palabras de cariño* 🤌🏻😶

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