Jimin no podía parar de girar en la cama, los ronquidos de Jungkook eran cada vez más profundos al igual que su deseo por concebir el sueño. Pero no eran los ronquidos de su alfa lo que le impedía dormir, era la conversación que tuvo más temprano con el capitán Min. ¿Por qué quería que dejara el castillo? ¿Por qué le molestaba tanto su presencia? Inquieto se puso de pie tratando de no hacer ruido para darse una ducha rápida. Tal vez el agua lo ayudaría a relajarse y poder dormir.

La ducha no lograba calmar su mente. El agua golpeaba su piel, pero no conseguía lavar las dudas que lo atormentaban. ¿Qué secretos guardaba Min Yoongi? ¿Por qué su presencia parecía amenazar la felicidad de Jimin y su familia?
Quizás, en medio de la espuma y el vapor, encontraría respuestas. O tal vez solo se sumiría aún más en la confusión. Pero una cosa era segura: Jimin estaba dispuesto a luchar por su alfa, aun si eso implicaba alejarse de su lado para mantenerlo a salvo. Aún si eso dolería más que la muerte misma.

Luego de bañarse se vistió.

Vistió unos jeans de mezclilla y una sudadera gris. Luego, suspiró al tomar el teléfono que Jungkook le había obsequiado días atrás. Como un gato hábil, caminó por la habitación, tratando de no hacer ruido mientras besaba la frente de su alfa. Miró a Jungkook una última vez antes de salir de la habitación. Con el corazón acelerado y un millón de sentimientos encontrados, Jimin salió apresuradamente del cuarto. Descendió por las escaleras del castillo, dirigiéndose a la parte baja donde se encontraba la servidumbre. Las miradas sorprendidas de los empleados seguían sus pasos, pues era la primera vez que Jimin visitaba esa área del castillo.

—¿Se le ofrece algo, señor? —preguntó una de las mucamas.

—El capitán Min Yoongi —dijo en un susurro sintiéndose avergonzado por la pregunta que iba a hacer—. ¿Saben dónde vive?

Los empleados comenzaron a murmurar sobre la pregunta que Jimin había hecho porque les sorprendía que preguntara por el primo del príncipe.

—No, señor —le contestó.

—Antes vivía aquí en el castillo —dijo una empleada que estaba sentada lejos de ellos pero que había escuchado—. Pero después se compró una casa y se independizó.

—¿Y saben dónde está esa casa?

—¿Por qué no le pregunta al príncipe? —preguntó otra sirvienta alzando las cejas—. Será más fácil que él le diga todo lo que quiere saber.

—Si yo quisiera que el príncipe se enterara que estoy buscando a Min Yoongi no habría venido a ustedes —contestó alzando la barbilla y mostrando un carácter duro que nadie esperaba que tuviera—. Si no pueden responder a mi pregunta supongo que vine aquí en balde.

Al decir eso se giró saliendo de la habitación y dirigiéndose a la suya. Sin embargo, justo antes de abrir la puerta para entrar Jungkook la abrió encarándolo. Estaba furioso porque en primer lugar lo había dejado solo en la cama, en segundo lugar se había duchado y en tercero estaba vestido con jeans y sudadera en lugar de un pijama.

—¿Dónde estabas? —preguntó mirándolo a los ojos.

—Ah... Salí a caminar —contestó.

—¡Mientes! —gritó tomándolo de las muñecas—. ¡¿A dónde fuiste, Jimin?!

—Me estás lastimando —chilló.

Jungkook lo jaló al interior de la habitación arrojándolo a la cama y parándose frente a él con ojos centelleantes.

—Última oportunidad. ¿A dónde fuiste?

—Yo... —Suspiró—. Fui con los sirvientes, quería saber dónde vive Min Yoongi.

—¿Qué? ¿Por qué? —cuestionó desconcertado.

—No quiero decírtelo.

—Dímelo. —Se sentó junto a Jimin, el alfa ya estaba respirando acelerado e incluso su cuerpo emanaba más calor de lo normal. Estaba conteniendo su furia.

—Promete que no harás una tontería, prométeme que me escucharás con atención y pensaremos qué hacer para salir librados de esto.

—¿Vas a decirme o no? —cuestionó cansado—. ¿Por qué quieres ver a Yoongi? ¿Te gusta? ¡Dime! ¡¿te gusta su aroma?!

Jimin hizo cara de asco y chasqueó la lengua molesto.

—No puedo creer que pienses que me gusta cualquier lobo teniéndote a ti. —Apretó los labios—. Me ofendes.

Jimin se puso de pie, caminando directo al clóset y encerrándose ahí con llave. Le molestó que su alfa pensara que podría tener ojos para alguien más que no fuera él. ¿Por qué pensaría eso? ¿No le había demostrado que era solo suyo? La puerta no tardó en ser golpeada incontables veces por Jungkook, quien estaba desesperado por hablar con su omega. Pero Jimin no tenía intenciones de abrir.

—¡Jimin, no me hagas utilizar mi voz de mando! —Amenazó.

—¡Utilízala conmigo y sabrás que todo lo que haga será en contra de mi voluntad! —gritó molesto desde el interior del enorme clóset.

—¡¿Por qué te encierras?! ¡Que infantil eres!

—¡¿Infantil yo?! —cuestionó en un grito—. ¡El infantil eres tú por ponerte así cuando estoy siendo sincero contigo!

Jungkook tomó con fuerza el picaporte de la puerta rompiéndolo con la mano. Cuando este quedó hecho trizas sonrió de lado, después metió la mano en el agujero arrancando la puerta de un golpe y dejándola tirada en el piso. Jimin amplió los ojos asustado, no creía que Jungkook sería capaz de hacer eso. El alfa se acercó al omega con pasos firmes.

—¿Por qué te asustas? —cuestionó estando a escasos centímetros de Jimin—. No utilicé mi voz de mando, jamás te obligaré a hacer algo que no quieras.

Jimin sonrió irónicamente e hizo un sonido con la lengua.

—Hoy en la tarde la utilizaste, me obligaste a quedarme en el jardín cuando tu padre te mandó a llamar. ¿No es eso contradictorio?

Jungkook puso una mano justo al lado de la cabeza de Jimin mientras que con la otra lo tomaba de la barbilla para obligarlo a mirarlo a los ojos.

—No volveré a usarla contigo —dijo en un susurro y con voz dulce—. Promesa de alfa.

—Tampoco quiero que vuelvas a romper puertas —dijo Jimin aprovechándose de la situación.

—Eso no puedo prometerlo, romperé las puertas necesarias para llegar a ti cuando trates de esconderte. —Acarició el labio de Jimin con el pulgar—. Cuéntame lo que sucedió con Yoongi, ¿por qué lo buscas?

—Primero pídeme disculpas. —Jimin cruzó los brazos e hizo puchero.

—¿Por qué? ¿Por romper la puerta?

—Por eso y por decir que me gustaba el aroma del capitán Min. Soy tu omega, mi existencia entera se debe a ti, eres mi príncipe, mi alfa, mi amor. Jungkook tú eres mi todo.

Jungkook acercó sus labios a los de Jimin besándolo con ternura, luego habló:

—Perdóname mi omega, no volveré a decir nada como eso. Fueron mis celos de alfa.

—Celame, pero no desconfíes de mí porque te pertenezco, porque preferiría morir a irme a los brazos de otro.

Jungkook asintió con la cabeza retirando el brazo de la pared, luego tomó la mano de su omega arrastrándolo de nuevo a la habitación e ignorando la puerta caída. Ambos se sentaron en un mueble rojo de terciopelo, Jungkook con las piernas estiradas encima del mueble y Jimin encima de su alfa como si fuera un caballo y lo estuviera montando, mirándole el rostro. Una posición íntima que podría convertirse en una sexual, pero en ese momento solo estaban conversando.

—¿Ya me vas a decir? —preguntó Jungkook más calmado y Jimin asintió.

—Min Yoongi me dijo que me fuera del castillo y que me alejara de ti.

—¡¿Que ese cabron hizo qué?! —gritó Jungkook irradiando furia.

—Busca una excusa y aléjate de Jungkook. No me importa cuál será, solo quiero que te largues del castillo y que no vuelvas nunca más. Quiero que te alejes del príncipe y también quiero que olvides que te he dado esta orden. Es más, te ordeno que no le digas a nadie acerca de esto —dijo Jimin tratando de imitar la voz de Yoongi—. Lo hizo utilizando su voz de mando.

—Pero si utilizó su voz de mando para que no le dijeras a nadie acerca de eso. ¿Por qué me lo estás diciendo?

—Esa no es la verdadera pregunta que deberías hacer, Jungkook. —Jimin suspiró—. La verdadera pregunta es; ¿por qué no me he ido del castillo? Esa orden resonó en todo mi sistema pero mi lobo la rechazó, yo quiero estar a tu lado, de verdad que es lo que más anhelo. ¿Por qué estoy yendo en contra de la voz de mando de un alfa?

—Amor, eso es porque te quiere alejar de mí, de tu destinado. —Jungkook pasó un mechón de Jimin atrás de su cabello.

—Tienes razón.

—¿Eso te lo dijo en el jardín cuando mi papá me citó a su oficina?

—Ajá, también hizo otra cosa.

—¿Qué cosa?

—Me lastimó. —Los ojos de Jungkook que ya reflejaban furia enrojecieron.

—¿Qué te hizo?

—Introdujo sus dedos en mi marca, por eso estaba sangrando cuando regresaste.

—Jimin, voy a arrancarle las manos. —Jungkook ya estaba hiperventilando.

—¡No! —Jimin gritó—. Él dijo que si lo lastimas el rey me mandará a decapitar y que incluso pueden lastimarte.

—Mi padre no tiene los cojones para ponerme un solo dedo encima. Soy su único hijo. —Apretó la quijada—. No debieron tocarte, no se debieron meter contigo.

—Jungkook, finjamos demencia. No quiero problemas con tu papá y tampoco con el capitán Min... No me dejes solo de nuevo y ellos no podrán separarnos.

—Eres ingenuo, muy ingenuo. —Jungkook acarició la mejilla de Jimin.

—Es tu familia, no pelees con ellos por mí. —Jimin tomó ambas mejillas de Jungkook mirándolo con ojos compasivos.

—Pelearía con la mismísima madre luna por ti. ¿Crees que me importa mi padre o Yoongi? —Chasqueó la lengua y rugió—. Nadie toca a mi omega.

—Te lo ruego... No te conté esto para crear conflictos, te lo conté porque descubriste que me desperté.

—A todo esto, ¿por qué buscabas a mi primo si te dijo que te alejaras de mí?

—Quería preguntarle la razón, él dijo que solo recibía órdenes.

—Órdenes de mi papá —dijo Jungkook seguido de un suspiro—. No busques a Min, a partir de hoy no saldrás de la habitación sin mí. Puedes quedarte viendo Netflix o HBO, pero no salgas.

—Okaaaaay. —El omega sonrió—. No voy a salir sin ti.

—En cuanto a esto que me estás contando guardaré el secreto.

—Gracias Jungkook. ¿Prometes que no le contarás a Yoongi lo que te acabo de decir? No quiero problemas familiares.

—Por supuesto, duerme tranquilo mi bebé. —Tomó a Jimin de las nalgas con fuerza poniéndose de pie y este enroscó las piernas alrededor de su cuerpo mientras avanzaban a la cama—. Ahora, vamos a dormir que muero de sueño.

Jungkook azotó el cuerpo de Min Yoongi en contra de la pared, luego lo tomó del cuello con la mano derecha. Las respiraciones agitadas de ambos serían capaces de ocasionar tornados a causa de la intensidad.

—¡Si vuelves a poner un solo dedo encima de mi omega voy a cortarte en pedacitos! —gritó furioso y Yoongi esbozó una leve sonrisa.

—¿De qué hablas, Jeon?

—¡Lastimaste a mi omega con tus asquerosos dedos! ¡Es mío y nadie puede tocarlo! —gritó al mismo tiempo que su lobo.

Ese acto sorprendió a Yoongi, era raro que un alfa combinara su voz natural con la voz de su lobo. Todos llevaban un lobo dentro y el lobo de Jungkook era un alfa, ese lobo es el que estaba ligado a Jimin, ese alfa es la esencia de Jungkook. Cuando el lobo está totalmente de acuerdo con un hombre sucede eso, sus voces, sus deseos se unifican creando momentos mágicos como el que acababa de pasar. También hay ocasiones en las que el lobo en tu interior habla para indicar el peligro, o para decirte que no está de acuerdo en algo. Que el lobo de Jungkook dijera "Es mío y nadie puede tocarlo" refiriéndose a Jimin confirmaba una vez más que él era su destinado.

SE PRENDIÓ ESTA MIERDAAAAAAAAAAAA😵‍💫

Nota mental: Nunca confiar en jungkook para guardar secretos.😶

Muchas gracias por leer y recuerda que si te está gustando esta historia me ayudarías mucho mucho muchoooOOOoOooOote recomendándola con una army, o con dos, tres, cuatro cinco auwgskslslsk