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🌷Capítulo 11-Voz de mando🌷

Jimin se había recuperado por completo. Ya no sentía incomodidad en su trasero al sentarse, y ahora estaba tumbado junto a Jungkook en el césped del jardín del castillo. El sol se filtraba entre las hojas de los árboles, creando un juego de luces y sombras sobre sus cuerpos.

El omega miró a Jungkook con ojos suplicantes.

—¿Puedes pasar mi celo a mi lado? —preguntó. Sabía que aún faltaban dos semanas para que comenzara su período de celo, pero quería estar preparado. Jungkook acarició su cabello con ternura.

—Jimin, no estás en celo todavía —dijo con voz suave.

—Pero según mis cálculos en dos semanas inicia mi celo. ¿Vas a dejar que lo pase solo?

—No voy a tocarte, pero estaré contigo. No te dejaré solo.

Jimin sonrió, sintiéndose agradecido por la presencia reconfortante de Jungkook. Sintiendo que su conexión emocional era más fuerte que nunca. En ese momento, Jimin supo que no importaba el celo ni las circunstancias; lo único que importaba era que estaban juntos.

Aún así anhelaba sentir a Jungkook dentro de su cuerpo.

—Las medicinas que te dio el médico evitarán que crezcas como la última vez —dijo haciendo puchero.

—¿Quién me asegura que no voy a enloquecer al verte dilatado para mí?

—¿Ya te aburriste de mí? ¿Es eso?

—No quieras usar la manipulación conmigo, Jimin. Esas cosas no funcionan —dijo riendo—. Te amo, jamás me aburriría de ti.

El tiempo pareció detenerse para Jimin porque era la primera vez que Jungkook le decía las palabras que a su parecer eran las más poderosas: Te amo.

El omega se quedó quieto como estatua mirando los ojos centelleantes de su lobo.

—Dilo otra vez —susurró en un hilo de voz.

—No uses la manipulación conmigo, esas cosas no funcionan.

—No, eso no... —Sonrió acariciando la mejilla de su alfa—. Di que me amas.

Jungkook sonrió de oreja a oreja.

—Te amo, mi omega. —Jimin le devolvió la sonrisa.

—Yo también te amo, mi alfa.

Al decir eso se abalanzó encima de Jungkook tumbándolo en el césped. El alfa tomó la cintura del omega con la mano derecha y con la izquierda apartó la camisa de su hombro para morderlo encima de la marca que se encontraba abierta. No pudo contenerse, necesitaba fortalecer el lazo en cada oportunidad.

—Eres mío, Jimin. Que eso no se te olvide nunca —dijo para después volver a encajarle los dientes en la piel. Jimin puso los ojos en blanco haciendo el cuello para atrás.

—Y tú... —Jadeó antes de continuar—. Tú eres mío, Jungkook.

—Lamento interrumpir el momento alfaxomega. —Era la voz de Yoongi—. Pero el rey quiere verte.

Jungkook se apartó de Jimin furioso. El alfa se puso de pie en un brinco tomando la camisa de Yoongi con fuerza al mismo tiempo que hacía contacto visual con sus ojos verdes.

—¡¿Por qué eres tan impertinente?!

—El rey quiere verte —dijo con espíritu inquebrantable y con una calma que molestó más al alfa.

Jimin seguía tumbado en el césped disfrutando de la sensación que habían dejado los dientes de Jungkook en su piel, pero veía la escena sorprendido, también inquieto y avergonzado porque estaba teniendo un momento íntimo con su alfa y Yoongi los interrumpió.

—Jimin —dijo Jungkook al soltar a Yoongi y agachar el rostro para verlo—. Espérame aquí, no tardo.

—Si quieres puedo ir a nuestra habitación, el rey te busca y...

—Dije que me esperes aquí, no me tardo.

Al decir eso se metió al castillo. Caminando por los pasillos como alma que lleva el diablo. Mientras tanto, Min Yoongi se puso de cuclillas frente a Jimin admirando su belleza una vez más, aunque el omega no desprendía su exquisito aroma a causa de las medicinas que el médico real le inyectaba seguía siendo hermoso y le intrigaba muchísimo averiguar porqué tenía vuelto loco a su primo.

¿Qué era lo que lo hacía tan irresistible? ¿Por qué su primo estaba tan obsesionado con él?
Yoongi se puso de cuclillas, estudiando los rasgos de Jimin. Sus labios rosados, su nariz pequeña y sus ojos brillantes. ¿Había algo más allá de la apariencia física? ¿Algo que atrapara el corazón de Jungkook? Tal vez había algo en la forma en que Jimin hablaba, en su risa o en la pasión que ponía en todo lo que hacía.

—Oye Jimin...

—¿Dígame, capitán?

—¿Capitán? Puedes decirme Yoongi.

—Mi alfa me dijo que me refiriera a usted como capitán.

—Jimin... —susurró Yoongi, acercándose un paso más aun de cuclillas—. No tienes que hacer lo que te dicen. No siempre.

El omega tragó saliva, sintiendo la tensión en el aire. Los ojos de Yoongi eran como dos brasas ardientes, y su cercanía lo hacía temblar. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué su alfa no estaba allí para protegerlo de esa situación incómoda?

—Yo existo para complacer a mi alfa.

—¿De verdad? —Amplió los ojos.

—De verdad —repitió Jimin, su voz apenas un susurro.

Yoongi sonrió. A Jimin le parecía peligroso y de alguna manera sus instintos le decían a gritos que saliera corriendo de ahí. Que regresara al interior del castillo pero Jungkook le pidió que lo esperara ahí en el jardín.

Yoongi se tumbó en el césped junto a Jimin estirando las piernas con despreocupación. El omega se sentó recto, cruzando las piernas tratando de no mirar los ojos del capitán.

—¿No crees que soy más atractivo que el príncipe? —preguntó Yoongi de manera atrevida provocando que Jimin se sorprendiera—. Yo sé que es tu alfa, pero muchos hombres y mujeres aseguran que soy mucho más hermoso que el príncipe.

—No debería decir cosas como esas, capitán.

—¿No? ¿Por qué?

Jimin apretó los puños.

—En primera porque está hablando del príncipe...

—Estoy hablando de mi primo —dijo interrumpiéndolo.

—Su primo o no, sigue siendo el príncipe. —Yoongi rodó los ojos y se terminó de acostar en el césped viendo el hermoso cielo azul—. En segunda está hablando con el omega de su primo. Para mí, Jungkook es el más hermoso alfa de planeta lunar.

Yoongi sonrió.

—Si te digo que te alejes de Jeon por tu bien. ¿Lo harías?

—No —contestó tajante—. Preferiría morir antes de alejarme de él.

—El lazo que crearon es fuerte.

—Más que fuerte, Jungkook es mi destinado.

Yoongi se sentó tomando a Jimin de los hombros con fuerza. Asustándolo con su agarre, con la velocidad y fuerza en la que se movió.

—¡¿Qué acabas de decir?! —rugió Yoongi, sus ojos verdes inyectados de ira.

Jimin tragó saliva, sintiendo el pulso acelerado en su garganta. Había cruzado una línea peligrosa al mencionar su conexión, su destino compartido. Pero no podía retroceder ahora.

—Somos destinados... —susurró Jimin, su voz temblorosa pero firme.

Yoongi soltó una maldición, su expresión tensa. El alfa siempre había sido impredecible, pero ahora parecía al borde de la explosión. Jimin sabía por la reacción de Yoongi que había desafiado las normas, que había hablado de algo prohibido. Pero no podía negar lo que sentía en lo más profundo de su ser.

—Mierda —murmuró Yoongi, pasando una mano por su cabello desordenado—. Entonces les será muy doloroso alejarse.

Jimin negó con la cabeza, su corazón latiendo con desesperación. No podía permitir que eso sucediera. No después de todo lo que habían compartido, de todas las miradas furtivas, los besos y los suspiros compartidos en la oscuridad.

—Yo jamás me alejaría —dijo Jimin con determinación, mirando directamente a los ojos de Yoongi.

Yoongi sonrió, pero no era una sonrisa amable. Era una mezcla de desafío y lástima. Sin previo aviso apretó más los hombros de Jimin, incrustando su dedo pulgar en la marca cerca de su cuello. Jimin sintió un dolor agudo, pero evitó gritar para no llamar la atención.

Mírame a los ojos —dijo con su voz de mando y Jimin lo miró sin dudarlo—. Busca una excusa y aléjate de Jungkook. No me importa cuál será, solo quiero que te largues del castillo y que no vuelvas nunca más.

El agarre de Yoongi en sus hombros era implacable, y Jimin sintió cómo sus dedos se hundían todavía más en su piel.

—No quiero alejarme de mi alfa, capitán —susurró llorando. Le dolía la marca y le dolían las órdenes que le estaba dando.

—Tus intereses no son asunto mío. —Presionó con más fuerza la marca provocando que Jimin jadeara de dolor—. Quiero que te alejes del príncipe y también quiero que olvides que te he dado esta orden. Es más, te ordeno que no le digas a nadie acerca de esto.

Jimin sollozó, en ese momento Yoongi soltó su cuerpo. Luego sonrió con una falsa amabilidad

—Un omega tan hermoso no debería estar llorando, si tu príncipe te ve llorar buscará al culpable... —Sacó un pañuelo blanco de su saco, limpiando las lágrimas del omega con delicadeza—. Y si se entera de que yo te hice llorar querrá arrancar mi cabeza. —Chasqueó la lengua—. Si el príncipe arranca mi cabeza el rey te mandará a decapitar. ¡O peor aun! Castigará a tu alfa.

—Eres malo, Yoongi... —susurró mirándolo con temor.

—Créeme que no quiero hacer esto, solo recibo órdenes.

Se puso de pie estirando los brazos hacia el cielo y después ingresó al castillo dejando a Jimin con una orden dicha, con el corazón vuelto loco y con una profunda tristeza.

—¿Por qué quiere que me aleje de mi alfa? —preguntó en un susurro, luego se tocó el cuello con las llenas de los dedos notando que estaba sangrando más de lo normal.

Jungkook salió apresuradamente del castillo, siguiendo el inconfundible rastro de la sangre de su omega. Jimin estaba allí, su cuello marcado por la mordida anterior, pero sangrando a causa de la brutalidad de Yoongi. El alfa tomó su mano con urgencia, preocupado por la herida.

—¿Te mordí muy fuerte? —preguntó Jungkook, sin saber lo que Yoongi le había hecho a su omega, sus ojos oscuros llenos de ansiedad—. Vamos al médico para que te cure.

Pero Jimin se apartó, su mirada desafiante.

—No —dijo con firmeza—. Muérdeme otra vez.

El deseo ardía en sus venas, Jimin quería que su alfa lo mordiera, sentir la fuerza de la marca y de su unión era lo necesitaba para poder sobrellevar el trago amargo que le causó Yoongi hacía unos minutos. Jungkook no pudo resistirse. Se inclinó hacia Jimin, sus colmillos afilados rozando la piel de su cuello. El lazo entre ellos se estrechó, y el mundo se desvaneció mientras se entregaban al placer desbordante que les causaba sentirse así de cerca.

—Son destinados —le dijo Yoongi al rey Namjoon y este dejó de leer los documentos encima de su escritorio.

—¿Qué dijiste?

—Jungkook y Jimin son destinados. ¿Está seguro de que quiere continuar? Si los alejamos en esta ocasión Jungkook perderá los estribos, no será igual que con Taehyung porque él no era su destinado.

Namjoon se puso de pie acercándose a Yoongi.

—¿Tú tienes el poder de borrarle los recuerdos a Jungkook acerca de ese omega, no?

—No creo, cuando se trata de destinados todo cambia. —Suspiró—. ¿Por qué no dejamos que se quede con el omega? Si ambos se aman no afecta con los asuntos reales, además Jungkook nunca falla en sus deberes.

»Además habíamos acordado de no volver a utilizar mi poder para manipular al príncipe.

Namjoon apretó la quijada.

—El lazo que tienes con Jungkook es porque creciste con él, Yoongi. Tu padre no era hermano de sangre de Hiye, ella era hija de su segunda esposa. No olvides que no es tu verdadero primo. —Namjoon dejó caer la mano en el hombro de Min—. Pero yo soy tu rey, tómalo como una orden real.

—Ya lo sé, pero no entiendo, esa relación no nos afecta y cuando el año pasado cayó en depresión dijimos que no volveríamos a...

—Mi hijo prefiere a ese omega antes que al reino, ese es mi problema. —Oscureció la mirada.

—Comprendo.

—¿Ya lo convertiste en beta?

—No, porque si lo hago Jungkook se enteraría al instante. En su lugar le ordené que dejara el castillo. Cuando se vaya de aquí entonces lo convertiré en beta.

—Si son destinados no basta con convertirlo en beta. —Namjoon miró a Yoongi directo a los ojos—. Vamos a tener que matarlo.

—Con vamos, se refiere a que yo voy a tener que matarlo, majestad.

—¡Bingo! —Sonrió con la mirada.

—No quiero ensuciarme las manos con la sangre del omega de mi primo, aunque no lo crea lo aprecio bastante.

—No sabía que eras sentimental, Yoongi. —Namjoon suspiró—. Y que no es tu primo, eso es mera formalidad política.

—Crecí con él.

—Enigma sentimental —dijo Namjoon chasqueando la lengua.

Ese Nam🙄🤌🏻 Ya me está cansandoOoOOoOoooo

Mucho drama, MUCHO DRAMA

Y se viene más.😮‍💨

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