Tres.
Bonnie agarraba fuertemente su chocolate caliente, mientras caminaba para comprar sus nuevos libros. Realmente hacía frío, no sería de extrañar que en cualquier momento empezará a nevar, si no hacía cero grados entonces estaba muy cerca.
"Esto será difícil."
Se decía mentalmente mientras veía como una muchedumbre de personas se formaba en la esquina, sabía que eso pasaría, ya le habían advertido que en ese horario solía pasar muchas personas.
Este día estaba siendo bastante bueno, había logrado hacer la gran mayoría de cosas que tenía planeadas, aún no había podido ordenar su departamento pero eso lo haría después, lo importante era que había podido terminar varios trámites que tenía pendientes y retirar algunos libros que necesitaba para la universidad. No había podido recuperar su block de dibujos, creía que simplemente alguien lo había agarrado cuando lo vio, no perdía la esperanza de que si alguien lo encontró lo dejara en algún lugar visible para que pudiera encontrarlo, o en última instancia en la estación de policías más cercana, había escuchado que en Japón muchos hacían eso con los objetos que encontraban en la calle.
Cuando su mente estaba en las nubes, sintió como alguien la empujaba, no había sido lo suficientemente fuerte para caerse pero sí para que el vaso con chocolate saliera volando de sus manos, estaba segura que pudo ver en cámara lenta como todo el chocolate volaba y terminaba en el piso.
"¿Acaso las personas en Japón tienen la mala costumbre de tirar las cosas?"
Una vez más se había quedado con la mano extendida, y cuando vio que no podría recuperar su cálida bebida simplemente puso su dedo índice en su rostro, fingiendo que es una pequeña lágrima que cae lentamente, ¿Había algo más que pudiera hacer? No, y desde hace un tiempo intentaba tomarse esos pequeños accidentes con humor para evitar molestarse, no es como si la otra persona lo hubiera hecho a propósito.
–Lo siento.
Se dio la vuelta para ver quién fue el culpable, para su sorpresa se encontró con un Hawks rascándose la nuca con cierto nerviosismo ¿Sorprendida? Esa palabra se quedaba corta para lo que se sentía. Sabía que podía encontrarse con el héroe N3, él mismo le había contado ayer que solía hacer patrullajes por la zona en la que vivía, las posibilidades de encontrarlo eran muchísimo mayores que viviendo en otra parte, pero no esperaba encontrarlo tan pronto. Aún le costaba creer que había sido real lo de ayer, desde su perspectiva era demasiada buena suerte encontrarse con su héroe favorito apenas en su primer día en Japón, ahora este pequeño incidente se le hacía aún incluso más difícil de creer. No es que no le gustaba la idea, es solo que aún no había tenido tiempo para practicar hablar con él en su mente.
Las conversaciones mentales son bastantes útiles para evitar los nervios a la hora de tener una conversación con alguien real. Pero no había tenido tiempo para hacerlo, especialmente porque no esperaba verlo tan pronto.
–No te preocupes, es solo chocolate.
Aunque no le gustaba la idea de perder su chocolate, además de ser uno muy rico, le calentaba sus manos, no podía enojarse con Hawks, sería muy infantil de su parte y como ella mismo dijo, era solo un chocolate.
–¡Te compro uno!
Por alguna razón que Hawks no sabía, quería estar con aquella misteriosa chica, no sabía nada de ella, ni su nombre, ni de dónde es en realidad, ni porque le veía un rostro tan familiar y mucho menos el porque estaba en Japón. No sabía nada de nada, pero, esa es la magia ¿No? Por algo queremos conocer a alguien. Realmente no importaba el porqué, seguramente era una razón simple ¿Había algún problema con ello? Para Hawks no había ningún problema en ello, y por eso quería aprovechar esa pequeña oportunidad, si el mundo parecía estar dándole la señal para que hable con ella, no veía ningún motivo para aprovechar esa oportunidad.
–No está bien, no es necesario.
Aún así no parecía querer aceptar un no como respuesta, y después de pensarlo un poco decidió aceptar la oferta. Especialmente cuando una voz en su interior le hizo recordar que si seguía rechazando ese tipo de ofertas, nunca podría avanzar en su proyecto para ser una persona un poco más sociable y con amigos.
Al principio cuando fueron a comprarlo todo era muy tenso, pero, después de un tiempo con Hawks hablándole y haciendo varias bromas, pudo dejar de estar tan tensa y disfrutar el momento. Aprendió más de él, tal vez no pudo hablarle como realmente quería, un autógrafo, una fotografía, las preguntas que tenía, y mucho menos seguirle las bromas con más bromas o con chistes. Pero había sido un avance bastante importante para su yo introvertido. Eso era en lo que quería concentrarse y sacar como positivo de esa experiencia.
Y cuando menos se dio cuenta ambos estaban sentados en una banca de un pequeño parque, lleno de árboles, que ya no tenían hojas ni flores, aún así el ambiente era muy relajante y pacífico…tal vez demasiado pacífico y relajante.
–Hey ¿No te estás durmiendo verdad?
El héroe la tenía apoyada en su hombro, cualquiera que los viera pensaría que eran una linda pareja de enamorados disfrutando de su día libre.
La verdad era que Bonnie estaba exhausta, había pasado todo el día yendo de un lado a otro junto al héroe, porque este había insistido en que después de comprarle el chocolate caliente quería enseñarle la ciudad. Y antes de eso ya había estado ocupada haciendo trámites que la hicieron caminar bastante. Tal vez para otra persona eso no era nada, pero para alguien introvertida como ella ¡Era bastante! Su batería social ya estaba en números negativos, y con eso mucho cansancio.
Por eso, no pudo evitar apoyar su cabeza en el hombro del rubio, por supuesto que antes le pregunto, se hubiese muerto de la vergüenza si lo hacía de la nada, especialmente porque sabía que su nuevo amigo haría una broma, aunque más que morirse de vergüenza directamente no hubiera podido hacerlo. Y sin darse cuenta se había quedado completamente dormida.
Se sentía segura, después de mucho tiempo viviendo esforzándose al máximo para vencer sus inseguridades, para no ahogarse y perderse de todo lo que quería hacer, simplemente no se sentía tensa o teniendo la guardia al máximo. Por eso, cuando se apoyó en el hombro del héroe y sintió que él realmente podía protegerla de todo aquello que la lastimaba, simplemente no pudo evitar quedarse dormida.
Sabía que seguramente no era así, que seguramente la próxima vez que se vieran apenas hablarían. Tal vez en algún momento tendría la confianza para contarle sobre sus miedos e inseguridades, y Hawks podría hacer lo mismo, pero eso sería en un futuro. Aún así, en ese momento, prefería pensar que él estará ahí para todo lo que necesitará.
–Tomaré eso como un si.
Apenas lo dijo se quedó mirando fijamente a la chica, ¿Debería despertarla? Al final decidió no hacerlo, cargarla como princesa y llevarla a su departamento. Esa decisión la tomó porque si estuviera en su lugar odiara que lo despierten, especialmente porque se veía muy cómoda y tranquila.
Apenas llegó al departamento, busco en la mochila de la chica la llave. Al principio tenía planeado entrar por la ventana, pero cuando estaba por hacerlo se encontró con la sorpresa de que estaba cerrada por dentro y no había forma de abrirla, lo que en realidad tiene mucho sentido porque solo un loco deja su ventana abierta con este clima.
Y después cuando entró tuvo que hacer varios movimientos raros para evitar caer. Era como bailar, pero de una forma muy torpe.
–Si que no mentías cuando dijiste que recién te mudabas.
No pudo evitar soltar una pequeña risa mientras decía eso, aunque se aseguró de no reírse muy fuerte para evitar despertarla. Antes de irse se aseguró de dejarle una puma en el piso, no la conocía perfectamente pero estaba más que seguro que la vería, especialmente porque tarde o temprano debía ordenar su casa.
Ya habían pasado tres días desde que no veía al héroe. Sabía que lo vería, que la pluma que encontró no fue dejada a propósito porque de haberla perdido pudo haber usado sus poderes para atraerla, además ¿Porque la iría a perder? No es como si fuera un gato que se le caen los bigotes de vez en cuando sin que se den cuenta.
No lo había visto en esos días porque había estado muy ocupada, primero había ido a comprar los libros que necesitaba, después había estado ordenado todo, lo que le tomó un día entero, tal vez no se hubiera tomado tanto tiempo si evitaba ir a comer pero quería hacerlo, necesitaba salir un poco de su casa y se moría de ganas de probar algo de la gastronomía de Japón. Al segundo día terminó de acomodar varias cosas que aún no estaba muy convencida cómo quedó, en cómo debía ponerlo de nuevo para que quedara bien bien, después de hacer eso se hizo algo de comer y empezó a leer los libros, quería saber qué era lo que en un futuro cercano le causaría estrés.
Al final cuando menos se dio cuenta el día había pasado.
El tercer día se aseguró de pasear un poco, conocer las zonas que no había visto con Hawks y recordar aquella que sí había visto. Comprar comida y un poco de ropa de invierno, especialmente guantes y un gorro de lana. Y una vez terminó de comprar eso, fue a la universidad a terminar con unos papeles que tenía pendiente, podía hacerlos en otro momento, el tiempo que le daban era de varios meses, pero prefería hacerlo lo antes pendiente para que no sea un peso. Y también fue después de eso que pudo volver a ver a Hawks.
Bonnie podía ver como un montón de personas se rodeaban alrededor de alguien o algo. Quería saber porque, pero al final decidió no hacerlo, no era lo suficientemente curiosa como para ir a ver, además que lo único que pasaba por su cabeza era comer. Tenía mucha hambre, había desayunado esa mañana apenas se había despertado, pero ya era hora de almorzar, y llevaba ya muchas horas desde que había empezado su día.
De repente una persona la llamó y por puro instinto se dio la vuelta. Cuando lo hizo pudo ver perfectamente como el héroe número tres salía de entre todas las personas.
Lo espero. Porque durante ese tiempo había estado creando conversaciones en su mente, ya tenía varias ideas de cómo seguirle el juego cuando empiece a hacer bromas, no estaba muy segura de si lo lograría, pero quería hacer el intento.
–Pero qué coincidencia encontrarte por aquí. Quién diría que nos encontraríamos justo cuando estoy trabajando.
Sabía que mentía, el muy rara vez trabajaba caminando, siempre estaba volando o estaba en un lugar muy alto en donde tuviera una vista muy amplia. En cambio en ese lugar, en la universidad la vista no era tan amplia, no había edificios o tampoco había lugares altos.
–Clarooo, super casualidad–lo dijo con el sarcasmo más grande posible–, no es como si hubieses dejado una de tus plumas en mi departamento, y curiosamente puedas saber la localización de tus plumas.
En cambio Hawks se sorprendió un poco, pero después se rió y decidió seguir con el juego. Era la primera vez que la chica le respondía y quería ver hasta dónde llegaba.
–Si lo sabías ¿Porque la llevas contigo? ¿O es que acaso querías verme?
Bonnie en ese momento quería reírse. Porque Hawks haciendo el papel del típico chico coqueteo que tras decir una frase se muerde levemente el labio, no le quedaba, o si pero le salía de una forma muy cómica. Aunque eso también hizo que se preguntara seriamente cómo se vería si estuviera serio o enojado, no dudaba que podía estarlo porque al fin y al cabo era un humano que podía tener muchas expresiones además de las graciosas, pero aún así se le haría muy raro, o muy lindo.
–Tal vez sí, es decir ¿cómo podría verte si no me diste tu número de teléfono? Prometiste que me mostrarías más de la ciudad.
Era verdad, antes de quedarse dormida en su hombro Hawks le había dicho que la llevaría a conocer más la ciudad y en general Japón, especialmente cuando hablaba de cómo podía llevarla volando y que sería mucho más rápido que un tren o cualquier otro vehículo.
Por otro lado, en el rostro del héroe una pequeña sonrisa boba asomaba por sus labios. No tenía ni idea de porque, pero había descubierto que realmente la había pasado muy bien con la chica de cabellos negros, y quería seguir estando con ella, más que nada ese gusto se debía a que cuando quería hacer amigos todo el mundo lo trataba con respeto y con admiración, no podían verlo más allá del héroe profecional que era, no podían tratarlo como un igual, Bonnie si lo hacía.
Aunque se moría de vergüenza, era uno de sus héroes favoritos, y quería dibujarlo en ese preciso momento, aún podía tratarlo como un igual. Como un amigo.
–Entonces vamos a comer. Ayer te hablé de un restaurante que hace unos pinchos muy ricos.
Así fue como ambos empezaron a caminar rumbo al restaurante. Mientras lo hacían Bonnie lo miraba muy detenidamente.
Desde su perspectiva su rostro era perfecto, sin imperfecciones y tan delicado cómo sería el de un ángel, si, no tenía duda, de alguna manera se aseguraría de ser su amiga, de esa forma la confianza crecería y le pediría sin ningún tipo de vergüenza que sea su modelo. Lo haría, porque realmente amaba dibujar y siempre había pensado que tener un modelo sería buena idea, además quería saber qué se sentía dibujar a alguien en vivo y en directo. Sin duda lo haría, aunque no sabía cómo.
"Improvisare."
Con eso en mente decidió dejar de ver tanto al héroe y prestar más atención a donde caminaba, se morirá de la vergüenza si accidentalmente se tropieza con alguien por no estar viendo el camino.
Fin.
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