( Pequeña Viñeta)

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Es un corto escrito que realicé para la página de Inuayasha-fanfics y la semana #Inu-kagweek2023
Promts: Sonrisa..

Traté de que sea lo más dulce posible espero lo disfruten ❤️ por eso quise traerlo a mi perfil un poquito para variar aunque mí corazón sea 100% Sesshome en algún momento voy escribir varios Shipps con Kagome.
Koga, Bankotsu y Naraku..

Sin más los dejo y les mando un abrazote a todos ❤️🤗

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Se había acostumbrado a embriagarse con su exquisito y dulce aroma, ese que tanto lo calmaba y relajaba como si se tratara de cientos de caricias sobre suyo.

Sentado no muy lejos de ella, observando y apreciando su inocente actuar, por momentos, tratando de esconder ese cosquilleo interno que solo ella, lograba causar.

Kagome no era consciente de todas las emociones que producía en el Hanyo pero el sentimiento era recíproco en los jóvenes.

Vestía su típico uniforme escolar aunque en esa ocasión se econtraba carente de aquello que los humanos solían llamar " zapatos", podía apreciarse sus diminutos pies, que en el platinado, solo causaban una extrema ternura por su pequeño tamaño, no lo diría en voz alta, claro que no, cada detalle en ella era añorado por él, en sumo silencio.

-- tsk.. --

La Azabache se divertía saltando sobre el fresco césped dejando hundir sus pies sobre este y disfrutando de la placentera sensación.
Giraba en forma de círculos como si fuera una niña pequeña, mientras cantaba una melodiosa canción, incluso las aves silbaban acompañando el dulce compás que generaba un alma tan noble y pura como lo era, la de la joven sacerdotisa.

Su aroma mezclado junto con su alegría, era lo que hacía colmar el corazón del semi-demonio.
Sus características orejas se movían de una manera casi graciosa al escuchar a su mujer.
Porque lo era, no hacía falta el mediar palabras porque eso estaba consensuado desde que la joven logró traspasar por primera vez, aquel viejo pozo, en donde habían establecido la unión entre una era y la otra.

La antigüedad y la modernidad, Una humana y un mitad demonio.
Ella tan frágil como un cristal y él fuerte como el mismísimo acero.
Un corazón lleno de bondad y uno dañado por tantas malas pasadas que la vida le había jugado en su contra, un corazón que solo ella, puedo curar, luego de tanto sufrimiento.

Solo ella ...

-- Qué hace?--

Se preguntó, cuando la vió correr rápidamente por el prado dejando su mochila a un lado y las cosas que había estado preparando para el almuerzo.

De un solo salto bajó del alto árbol en el cual había estado reposando. Y fácilmente logró alcanzarla.

Sus largos azabaches y ondulados cabellos, parecían danzar con la calida brisa de la mañana mientras que los rayos del sol, iluminaban, aún más, esos profundos mares que tenía por ojos y aquella flor rosada que llevaba en su cabello combinaba con el color natural de sus perfectos labios.

__ Inuyasha. __ Musitó, con sus mejillas totalmente sonrojadas tratando de ocultar lo que tenía tras suyo, en sus manos.

Ya había dicho que adoraba su inocencia?.. No, claramente no, a todo ello, solo lo sabía él y su corazón.

No podía creer que luego de tanto tiempo juntos, la azabache no se diera cuenta que su olfato era tan preciso y refinado.  Claramente él, podía saber de antemano que lo que traía entre sus manos era nada más ni nada menos, que un conejo y apostaba  todo, que era uno de pequeño tamaño.
Pero el jamás podría quitarle la ilusión de sorprenderlo, pues allí estaría su recompensa, lo que más amaba de ella, la curvatura más hermosa de toda su anatomía...

__ Qué ocultas allí, niña?__

Kagome solo negó, retrocediendo unos pasos hacía atrás jugando un poco con él.

__ Ven para aquí. __

La tomó entre sus brazos forcejeando muy levemente nunca le haría daño, no a ella, sabía del pequeño animalito que ocultaba.

Cuando comenzó a reír la soltó viendo como abría las palmas de sus manos y un pequeño orejudo con un blanco y suave pelaje poseedor de una pequeña nariz rosada, salía de entre ellas.

__ Un conejo. ___, dijo.

Y allí estaba, lo que había estado esperando con tanto anhelo, lo que hacía bombear su corazón a una gran velocidad incluso logrando hacer sentir su propio resonar en su caja torácica, sus mejillas rápidamente se tiñeron, sin permiso alguno, de un rojo intenso casi compitiendo con sus vestimentas.

__ No crees que es hermoso? __ preguntó, curiosa viendo que él, parecía perdido observandola más a ella que al pequeño conejito.

-- No más que tu sonrisa--

Ese era su triunfo, esa era la recompensa más grande y gratificante que podría tener.

Simplemente, verla sonreír..

Una acción tan simple pero tan llenadora para su alma.
Aquel pequeño gesto con el cual inundaba cada rincón de su sistema de alegría.

Inuyasha apoyó su dedo sobre las orejitas del pequeño roedor, que entre sus suaves patitas agarró este, ganándose una bella sonrisa por parte de él, al causarle leves cosquillas.

__ Me gusta verte sonreír. __

Confesó, totalmente avergonzada.
Era lo que más amaba de él, lo que la había conquistado desde un principio su corazón, su bella y perfecta sonrisa..

Lo que ella no sabía es que la de ella, era la fuente de felicidad de él....

Su sonrisa....

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