Capítulo 5
¡Hola! Muchas, muchas gracias todos sus comentarios RebeFernandez5, Lightwoodbane, Malec-Inmortal-21, MaryPlaza8, ElizabethHernande381, EugeniaJimenez, daaosorio, LastSunsetofSummer, akucintakamunery, miafy, MagnusNoizLightwood, vancitylightwood, noemed89, thalia0098, IvonneMaigre, LuisaConejo, susanrouis, AimeeTamayo, laurac0330, GladysElizabethGreco, Jennyta00, Crazy_Ghost_Ghirl_14, Astarot11💙💚👻
También a quienes dejaron un voto y siguen leyendo, muchísimas gracias. Y bienvenidos los nuevos lectores💚💙👻
Sorpresa, sorpresa con lo de Simon, ya sé... Tenganle pacincia al Alec, todavía no ha conocido a Magnus 😉😏 Seguimos con un poco de la historia de Simon.
***********************************************************************************************
¿Fue un sueño?
Ahora estaba dejando que su mente jugara con él otra vez. Una vez más, con una casa vieja, un nuevo entorno, todo nuevo, era inevitable que hubiera un período de transición hasta que se acostumbrara al lugar.
Cerró el agua, secándose la cara antes de apagar la luz y volver a la habitación. Se metió a la cama y rodó hacia el costado que tenía la ventana, cerró los ojos respirando profundamente, mientras se acomodaba en la suavidad debajo de él. Su brazo se estiró sobre el lado vacío de la cama, como si estuviera buscando ese calor con el que había soñado hace un momento. Ese suave y dulce tacto, ese embriagador aroma exótico. Su mano chocó contra algo que tenía los ojos abiertos. Se apoyó en su otro brazo y tanteó la forma familiar que descansaba sobre la almohada a su lado. Tímidamente extendió su mano para sentir la superficie, piel desgastada, pelaje duro, ojos de botón, hocico gastado. Teddy.
Se sentó mirando la inocente reliquia de su infancia como si fuera algo extraño y horrible. ¿Qué en el nombre de Dios estaba haciendo en su cama? Llevó su mirada hacia la silla en la esquina y vio que ahora estaba completamente vacía. De acuerdo, esto ya era demasiado al estilo Five Night's At Freddies para ser algo más que espeluznante. De pronto, un aroma diferente al anterior llenó su nariz, uno más familiar. Dulce, floral. Miró de cerca al oso y vio que había algo extraño en el perfil de su forma. Extendió una mano con cautela y le dio al juguete un golpe experimental con un dedo, sintiéndose como un tonto de inmediato por actuar de esta manera por un inofensivo animal de peluche.
Inofensivo, ¿eh? Entonces, ¿cómo pasó de la silla a la cama, hmm?
Tragó saliva y tocó el objeto que yacía en la redonda barriga del oso. Era suave, fresco y tenía un tallo. Una flor. Ahora los hormigueos de miedo recorrieron su columna como una descarga eléctrica. Con una mano ligeramente temblorosa, la levantó y la acercó, el aroma lo inundó. Una rosa. Aunque estaba oscuro, podía decir que era de un color profundo, rojo con toda probabilidad. ¿De dónde había...?
Frunció el ceño, tratando de pensar de dónde salió y recordó que en el jardín estaban los restos de un jardín de rosas muy descuidado. Lo había notado el día que Dot le enseñó el lugar por primera vez, pero desde que se había mudado, su atención se había centrado en la casa misma, no en el jardín. Obviamente, alguien había encontrado belleza en medio del caos. Tan asustado como se sentía, Alec se encontró llevando la delicada flor a su nariz y absorbiendo su dulce perfume. Sus ojos escanearon la negrura; pero como antes, la habitación estaba vacía.
Puso a Ted y la rosa sobre la mesita de noche, recostándose de nuevo. Ahora estaba empezando a calmarse un poco, la lógica, por así decirlo, comenzaba a ubicarse. Quienquiera que le hubiera dado la rosa no le deseaba ningún daño, obviamente. Un capullo de rosa no podía definirse como una amenaza y dársela con su viejo oso de peluche era, ya sabes, dulce.
Volvió a acomodarse sobre la almohada, el olor todavía flotaba a su alrededor como una suave brisa.
-"Gracias, Magnus"- susurró en voz baja a la oscuridad, antes de que sus ojos se cerraran una vez más y se durmiera. No escuchando la respuesta suave que recibió a cambio.
'De nada, Alexander'
Alec despertó por el sonido de golpes a la mañana siguiente. Se sentó en la cama, frotándose los ojos y pensando que debía estar escuchando cosas otra vez, pero el sonido se repitió. Miró su teléfono y vio la hora. ¡Mierda! ¡Simon!
Saltó de la cama, se puso un pantalón y bajó las escaleras para abrir la puerta. Abrió la puerta rápidamente y encontró a Simon con la mano levantada en el aire, a punto de golpear otra vez.
-"Hey. Cielos, hombre lo siento mucho, me quedé dormido. Entra mientras me pongo algo de ropa. No tardaré mucho"- dijo sin aliento por su rápido descenso a la puerta.
Vio los profundos ojos marrones de Simon contemplar rápidamente la parte superior de su cuerpo desnudo, el cabello alborotado por el sueño y su ceja ligeramente arqueada. La esquina de sus labios se curvo un poco hacia un lado.
Espera, ¿qué?
Alec sintió que el color se deslizaba por sus mejillas mientras Simon entraba, y volvió a subir las escaleras tratando de no pensar en lo que acababa de ver en su rostro. Todavía estaba medio dormido, tal vez estaba haciendo una interpretación excesiva.
Agarró un par de jeans nuevos y una camiseta limpia del cajón; al cerrarlo, recordó el problema que tuvo la noche anterior. Tomó el arillo con su dedo y tiró con fuerza. El cajón se abrió sin problemas.
Alguien no quería que le taparan la vista anoche.
La idea hizo que su cara se enrojeciera de nuevo, agarró calcetines y sus zapatos. Se dirigió al baño para salpicar agua en su rostro, cepillarse los dientes y el pelo. Ni siquiera lo pienses, se dijo mientras bajaba las escaleras hasta donde Simon se levantó del sofá para esperarlo.
-"Lo siento, ¿tenemos todo listo?"- preguntó Alec, poniéndose los calcetines y los zapatos.
-"Sí, vamos"- respondió Simon dirigiéndose a la puerta.
Fueron en la camioneta de Simon a la ferretería en la ciudad, la que también funcionaba como un lugar de abastecimiento rural. Alec no tardó en sentirse abrumado y fuera de lugar en la enorme tienda. Estaba tan agradecido que Simon lo acompañara; si hubiera ido por su cuenta, probablemente habría echado un vistazo a todo y se habría marchado a casa.
-"Entonces, primero consigamos el vaporizador de papel, luego podremos escoger la pintura y demás cosas, ¿de acuerdo?"- le preguntó Simon.
-"Sí, adelante, yo no tengo idea de lo que estoy haciendo"- dijo Alec, mirando las millas de estanterías y amplia gama de productos.
Simon soltó una risita, dándole una palmada en su espalda antes de adentrarse en la tienda. Alec lo siguió con una sonrisa.
Él lo ayudó a encontrar un vaporizador para empapelar y una herramienta que se parecía más a un dispositivo de tortura, pero que le aseguró ayudaría a que el papel se desprendiera más fácilmente. Luego consiguieron un par de raspadores, un limpiador industrial para quitar el pegamento restante de las paredes y dos esponjas grandes. Al terminar, se dirigieron al área de pintura, donde pasaron un buen rato eligiendo colores para el salón, el comedor, los gabinetes, hasta las paredes de la cocina.
A Alec le resultaba difícil mantenerse al día con toda la nueva terminología de repa|ra-todo que Simon le estaba enseñando, pero estaba empezando a tener sentido cuando escogieron las brochas, rodillos y trapos.
Se dirigieron a la caja y pagaron por todo, lo cargaron en la parte trasera de la camioneta de Simon y volvieron a subir a la cabina.
-"Realmente aprecio que me hayas ayudado así, Simon. No hay forma de que hubiera conseguido lo necesario si no me hubieras ayudado"- dijo Alec, volviéndose hacia él con una sonrisa
Simon le devolvió una sonrisa de megavatios que le iluminó el rostro- "Estoy feliz de ayudar. Oye, ¿te gustaría ir a desayunar? Debes estar hambriento"
-"Sí, suena bien"- respondió Alec, y Simon encendió la camioneta para dirigirse a la cafetería.
Entraron, sentándose cerca de la ventana, después de estacionar la camioneta. Ordenaron café con su comida y se quedaron conversando mientras esperaban.
Alec descubrió que era realmente fácil hablar con Simon, no pasó mucho tiempo antes de que se relajaran en una conversación ligera, riendo y hasta bromeando mientras él le contaba sobre su vida en la pequeña ciudad. Aparentemente, Simon también había sido un refugiado de la gran ciudad. Se había mudado hace unos cinco años después de terminar una muy larga relación y básicamente está harto del estilo de vida impersonal de la ciudad.
-"Ahora, creo que todo ha dado un giro de 180°. Todo el mundo parece saber lo que he hecho, a veces incluso antes de que lo haya hecho"- rió Simon suavemente, cargando su tenedor con huevos y tocino- "Pero también les importa. En la ciudad, podrías desaparecer y a nadie le importaría, aquí si no me han visto después de las 7:30 am, recibo llamadas de los vecinos preguntándome si estoy bien. Tuve gripe el invierno pasado y recibí más personas en mi puerta para llevarme comida de las que había visto en un año en la ciudad. Las vacaciones son las mejores, todos se juntan y celebran. Es como una gran fiesta familiar. Es genial, te encantará"- le aseguró.
-"Lo haces sonar genial. Entonces, ¿hay algo que no sea bueno sobre vivir aquí?"- le preguntó Alec. No siempre podría ser como vivir en una comedia de los cincuenta, sin dudas.
Simon asintió mientras sorbía su café- "Sí, hay algunas cosas que te pueden molestar. Extraño los restaurantes y cosas de la ciudad, los teatros, el entretenimiento. Aquí se emocionan cuando llega una nueva película al cine. Mi pareja y yo solíamos ir a todos los conciertos. Extraño eso. Y aunque es bueno pensar que la gente realmente se preocupa por ti, a veces puede ser un poco difícil. Cuando vine por primera vez no estaba en un buen lugar personalmente. Acababa de perder a Andrew y las cosas estaban un poco duras. Como que me aislé un poco durante los primeros seis meses, pero con el tiempo comencé a involucrarme un poco más y las cosas se volvieron más fáciles. La peor parte es que todo el mundo intectó ponerme en contacto con todas las chicas elegibles en el lugar. Creo que finalmente captaron la indirecta después de que seguí rechazándolas"- dijo, subiendo sus gafas por del puente de su nariz.
Alec se dejó digerir la información. Una chispa se encendió dentro de él que había intentado mantener apagada. Tal vez no le había estado ladrando al árbol equivocado, después de todo. ¿Se atrevería a preguntar? Era la única forma sutil de hacerlo. En contra de su buen juicio, descubrió que las palabras provenían de él antes de que pudiera convencerse de hablar
-"Entonces, ¿Andrew era tu pareja?"
Esperaba que la pregunta no sonara como si estuviera curioseando en un tema, obviamente, delicado. No tenía idea de qué había pasado en lo que se refería a Andrew, pero sabía que no era bueno.
-"Sí, lo era. Estuvimos juntos durante cinco años antes de que muriera. Él tenía un tumor cerebral, el último mes fue realmente difícil. Ver a alguien que amas pasar por algo como eso te destruye el alma. Pero, sé que no querría que estuviera solo el resto de mi vida, así que lo estoy intentando"- le dirigió a Alec una débil sonrisa.
Ahora se sentía realmente mal. Jesús, y pensó que él tenía problemas. Él solo había estado escapando de su vergüenza, Simon había estado tratando de escapar de un corazón roto.
-"Lo siento mucho, Simon. No debería haber preguntado"- dijo realmente en serio.
Simon estiró la mano, tomando la de Alec que estaba sobre la mesa y le dio un apretón. Alec sintió que su ritmo cardíaco se aceleraba. Este era un territorio virgen para él, literalmente. Tuvo que luchar para no apartar su mano, a pesar de la atracción que sentía.
-"No, está bien, Alec. Ha pasado tiempo suficiente, ahora puedo manejarlo. Oye, ¿cómo te sentirías acerca de comenzar a ocuparnos de ese papel tapiz? Sería más rápido con dos personas y no tengo nada que hacer hoy"- dijo Simon, enderezándose en su silla.
De acuerdo, cambio de tema. Bien por él.
-"Claro, si quieres. No tengo idea de lo que estoy haciendo así que me vendría bien toda la ayuda que pueda obtener"- le dijo Alec.
-"Genial, vámonos"- Simón soltó su mano, pagó y se fueron.
Resulta que, quitar de una pared un papel tapiz que lleva años, no era tan fácil como Alec había pensado. Después de bajar todos los cuadros restantes de la pared, movieron los muebles al centro de la habitación cubriéndolos con telas, Simon preparó el vaporizador y le mostró a Alec cómo perforar el papel con la herramienta de tortura, de modo que el agua y el vapor pudieran entrar al papel, aflojando el pegamento. Esa era la teoría.
En media hora, habían ensuciado el piso con tiras de papel mojado y pegajoso que, en la mayoría de los casos, tenían que ser forzados a salir de la pared con los raspadores. Terminó por llevarles dos horas hacer una pared, pero habían estado hablando y bromeando mientras trabajaban, lo que hizo que fuera más fácil lidiar con ello.
Alec instaló su bocina de Bluetooth lejos de todo el desorden, había preparado una lista de reproducción en su teléfono que esperaba fuera lo bastante motivadora como para mantenerlos trabajando. Pronto ambos estaban moviéndose de un lado a otro al ritmo de la música y cantando.
Después de terminar con la segunda pared, Alec sugirió un descanso para almorzar.
-"Suena genial. Mi boca sólo sabe a papel mojado y pegamento viejo. Esta mierda se mete en todas partes"- dijo Simon mientras quitaba pequeños papeles de su ropa.
Se quitó los lentes y los limpió en la camisa, pero eso solo los dejó aún más manchados. Ambos se rieron y Simon dejó de tratar de limpiarlos hasta que pudiera pasarlos bajo un poco de agua limpia. Alec se volvió para ir a la cocina, pero Simón lo agarró del brazo.
-"Espera, tienes papel en el cabello. No quieres dejar un camino de eso por todo el lugar"
Se acercó un poco más y estiró una mano para quitarle la pequeña pieza de su cabello.
Alec se encontró paralizado cuando sintió sus dedos rozar los mechones de su cabello. De repente, la habitación había quedado muy silenciosa. Sintió los dedos enredarse en sus mechones oscuros enviando un rayo de electricidad directamente por su espalda. Sintió que su respiración se entrecortaba cuando los ojos de Simon miraron fijamente a los suyos, parecían estar pidiendo permiso para algo o esperando que reaccionara de alguna manera, Alec no tenía idea de lo que debería hacer, nunca había estado en una situación así antes. Nunca se permitió estarlo.
Simon se inclinó lentamente, mientras deslizaba sus dedos por su cabello hasta la parte posterior de su cuello. Tan pronto como sintió su toque en su piel, fue como una reacción en cadena, su piel hormigueo irradiando desde su cuello hasta cada centímetro de su cuerpo. Oh Dios, ¿qué debería hacer? Su lengua salió para humedecer sus labios, resecos por los nervios.
Vio las pupilas de Simon dilatarse y se acercó aún más, inclinando sus labios hacia él. Alec se preparó para el impacto, con el corazón galopando en su pecho y la respiración casi inexistente.
Un segundo antes de que sus labios se encontraran, la habitación se llenó de repente con la voz nasal de una canción. Ambos retrocedieron, frunciendo el ceño en dirección a la bocina, el volumen había subido al máximo y la canción era ajena a la lista de reproducción que Alec había puesto. Era una melodía de música country, muy antigua, guitarras quejumbrosas e incluso un violín por lo que se escuchaba. El cantante era un completo misterio para Alec, demonios, toda la canción. ¡No tenía nada parecido en su teléfono! ¿Qué demonios estaba pasando?
Las palabras de parte del coro resonaron en la sala mientras caminaba despacio a través de los trozos de papel alrededor del piso para ponerle fin a la canción.
'Tu traicionero corazón...' cantaba el hombre cuando llegó a su teléfono y estaba a punto de detenerla, pero tanto el teléfono como la bocina se apagaron.
-"De acuerdo, eso fue extraño. Alec, debo decirte que tienes un gusto muy ecléctico en música"- dijo Simon, acercándose a donde estaba.
-"Sí, no tan ecléctico. No tengo idea de dónde salió esa canción, odio la música country"- frunció el ceño mirando la lista de reproducción que había elegido.
No se agregaron nuevas canciones. La misteriosa canción había desaparecido tan rápido como apareció. Su mente luchó por darle sentido. ¿Un fallo técnico de algún tipo? Probó la primera canción en la lista de reproducción y comenzó sin problemas. Se encogió de hombros deteniendo la canción.
Simon lo estaba mirando desde un poco más lejos. Alec no estaba seguro de lo que debería hacer. No había un botón de reinicio que pudiera presionar para regresar al momento que estaban teniendo, antes de que su teléfono decidiera pensar por sí mismo.
¿Como Ted lo hizo anoche? ¿Igual que la pintura? ¿La toalla? ¿La rosa?
El subconsciente de Alec estaba de algún modo tratando de conectar los puntos, pero la imagen completa aún no estaba clara. Casi abrió la boca y le confesó a Simon lo que había estado sucediendo, pero al oír las palabras corriendo por su cabeza, solo pudo imaginar cómo sonarían.
Hola, ¿loco y mucho?
-"Empezaré el almuerzo"- dijo Alec, odiando la forma en que su voz se había vuelto demasiado aguda para sonar normal. Y como un cobarde, se retiró a la cocina.
Comenzó a hacer sándwiches, sacando la carne, mantequilla y verduras de la nevera. Simon entró y fue al fregadero, lavándose las manos antes de acercarse para pararse a su lado, cerca, pero a una respetuosa distancia. Parecía que alguien sí sabía lo que estaban haciendo cuando se trataba de asuntos del corazón.
-"Te ayudo en algo?"- preguntó mirándolo.
Alec mantuvo sus ojos en la tarea de untar mantequilla en el pan- "Sí, ¿quieres cortar el tomate y la lechuga?"
Le pasó a Simon una tabla con las verduras y el cuchillo. Por el rabillo del ojo, le vio esbozar una pequeña sonrisa y comenzar a trabajar. El aire era pesado entre ellos y Alec empezó a preocuparse por si ahora las cosas serían raras entre ellos, le frustraba ser tan inexperto para no saber cómo llegar a donde estaban. Realmente le gustaba Simon, pensaba que era un buen tipo y la idea de besarlo no le era del todo desagradable.
***********************************************************************************************
Nota
Five Night's At Freddies, Es un videojuego de terror independiente.
La canción es 'Your cheatin heart' de Hank Williams
Continua en el siguiente...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro