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Capítulo 37


Sesión nocturna, ya saben lo que significa 😉 😏

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Alec mantuvo sus ojos fijos en el espacio vacío a su lado en la cama. Miró hacia abajo a su teléfono y vio los números cambiar a doce quince. Era todo.

El aire cambió, de repente, tomó una sensación de carga eléctrica y el corazón de Alec comenzó a latir más rápido con anticipación. Lentamente, una sombra comenzó a formarse en la cama junto a él. Mientras miraba, fascinado, la sombra se volvió más densa y más detallada. Podía distinguir la línea distintiva de Magnus y podía decir cómo estaba acostado en la cama. Era como ver una imagen enfocarse en una pantalla; los pequeños detalles se volvieron más nítidos, su rostro, la ropa, la definición de sus extremidades, finalmente, él estaba ahí, acostado a su lado, como si hubiera estado en ese sitio toda la noche.

Alec sonrió ampliamente y se lanzó sobre él, estrellando su boca contra la suya, sintió dos brazos rodeándole la espalda. Hasta aquí llegó el no tocarse, pensó. Se besaron con avidez y dejaron que sus lenguas bailaran juntas. Alec estaba tirando de los costados de su camisa, en un esfuerzo por quitársela sin romper el contacto, pero no estaba funcionando.

Magnus soltó una risa ahogada y retrocedió lentamente. Sonrió ante el rostro de Alec, viendo el deseo y la necesidad que sentía reflejada en sus grandes ojos color avellana.

-"Yo también te extrañé, Alexander"- ronroneó contra sus labios- "Pero no he olvidado lo que sugerí antes. Te quiero sobre tu espalda, en este instante"

Alec dio un gemido frustrado y fue a por su boca una vez más, pero Magnus lo detuvo.

-"No, no, compórtate. Quiero que hagas esto. Lo disfrutarás, lo prometo"

Forzó a Alec a apartarse y levantándose de la cama, gentilmente lo empujó hacia el colchón. Se quitó la camisa y Alec sonrió ampliamente.

-"Si esto es lo que tengo que ver mientras me torturas, podría no ser tan malo"- Magnus soltó una risita.

-"Ja, ja, lamento decepcionarte, mi amor, pero no verás nada. Te necesito con los ojos vendados"

La expresión de Alec se descompuso y Magnus se rió, rozando levemente sus labios con los suyos.

-"¿Puedo confiar en que pongas las manos sobre tu cabeza y no las muevas, Alexander?"- le preguntó, levantando una ceja.

-"Lo intentaré. No prometo que las dejaré allí"- sonrió.

-"Eres un niño tan travieso a veces. ¿Dónde está esa cuerda que usamos la otra noche?"

Alec hizo un gesto con la cabeza hacia la mesita de noche y Magnus se inclinó sobre él y la sacó. Alec aprovechó la oportunidad para darle un toque juguetón al costado de su pecho.

-"Definitivamente necesitaremos esto. Honestamente, Alexander, ¿no puedes seguir las reglas por un minuto? Y ni siquiera hemos comenzado. Pon tus manos arriba de tu cabeza"

Magnus le lanzó una mirada de reproche, pero la sonrisa descarada de Alec hizo que intentara no sonreír. Tomó la cuerda y ató un nudo suelto alrededor de sus muñecas, sujetando los extremos de la cuerda a las barras en la cabecera de la cama.

-"Ahora sé por qué te gusta tanto esta cama"- dijo Alec, inclinando la cabeza hacia atrás para tratar de ver lo que estaba haciendo.

-"En realidad, nunca había pensado en hacer esto cuando la tenía originalmente, pero debo decir que ha resultado útil. Quién sabe, tal vez en algún nivel profundo, debo haber sabido que estaría atando el amor de mi vida a la cabecera"

Alec lo miró a los ojos y su rostro prácticamente brillaba con lo que acababa de escuchar.

-"¿De verdad lo soy?"- dijo en voz baja.

Magnus le sonrió, sus ojos recogiendo la poca luz que entraba del cielo nocturno. Se inclinó y lo besó tiernamente, Alec arqueándose por querer estar lo más cerca posible de él.

-"Sí lo eres. Ahora cállate y déjame poner mi camisa sobre tus ojos"- dijo Magnus, tomando su rostro entre sus manos.

Se inclinó y tomó la suave prenda de algodón blanco, la enrolló y se la colocó sobre los ojos, usando las mangas para atarla detrás de la cabeza.

-"Hmm, huele a ti. Me encanta"- canturreó y se perdió de la mirada suave de Magnus.

Alec sintió la cama hundirse y luego volver a subir, frunció el ceño detrás de la camisa. ¿Acababa de salir de la cama? Mierda, esperaba que no fuera a dejarlo así. Debería haberlo sabido.

-"No temas, mi corazón. No he ido demasiado lejos"

Escuchó un ruido suave e intentó adivinar de qué se trataba. Definitivamente era algo que había escuchado antes. Entonces lo supo. Magnus debe haberse quitado las botas y los pantalones. Oh, esto iba a ser realmente interesante.

Sintió que la cama cedía de nuevo a su lado y sintió unas manos liberándolo de sus bóxers, sus pantalones de mezclilla estaban en un montón en el suelo desde antes. Ahora comenzaba a sentirse un poco más vulnerable.

El peso de Magnus se posó junto a él más abajo en la cama, cerca de sus piernas.

-"Ahora, ¿dónde comenzaremos esto? Creo que comenzaré desde abajo e iré subiendo, ¿qué piensas, corazón mío?"

Alec comenzó a dar su opinión al respecto, pero Magnus lo interrumpió.

-"Me temo que fue una pregunta retórica, Alexander, apenas estás en condiciones de opinar, ¿verdad? Oh, esto va a ser tan bueno. Me siento como un niño en Navidad con mi nuevo y brillante juguete"

Alec pudo sentir su emoción y sonrió.

-"Bueno, no es realmente nuevo, no es una marca nueva"- comenzó Alec.

-"Silencio ahora. Tendrás la oportunidad de hablar en un minuto. Bien, comencemos. Ahora quiero que me digas cómo se siente cuando te toco. Exactamente lo que se siente Necesito todos los detalles, ¿está claro?"

Alec sonrió. El Magnus autoritario había vuelto y le encantaba.

-"Sí, señor"- dijo. Sintió que los niveles de felicidad de Magnus se dispararon.

Bien, a él le gustaba eso. Igual que a él. Esto no iba a ser tan difícil después de todo.

Sintió que Magnus tomaba su pie en sus manos. Wow, cuando dijo que estaba comenzando desde abajo, realmente lo dijo en serio, pensó. Sonrió al sentir sus dedos trabajando a través del puente y debajo del arco. Magnus podría dar realmente buenos masajes en los pies, tendría que archivar esa pequeña información para otro momento. Lo escuchó aclararse la garganta.

-"Estoy esperando a Alexander"- dijo en su mejor tono autoritario.

Alec trató de concentrarse en la tarea que tenían entre manos en lugar de cuan malditamente caliente sonaba su hombre cuando se ponía así de mandón. Oyó que Magnus soltaba un bufido.

-"Alexander, ¿podrías concentrarte, por favor? No me importa si piensas que mi voz suena sexy, sólo cumple con la tarea que tienes, por favor"

Alec reprimió cualquier pensamiento adicional y se concentró en lo que le estaba haciendo a su pie.

-"Se siente bien, relajante. Das buenos masajes, cariño"- le dijo.

-"Eso apenas fue pasable como descripción, Alexander; pero lo dejaré pasar, ya que eres nuevo en esto. Y agradeceré que uses el término apropiado de respeto para esto, jovencito"

-"¿Ah?"- Ahora estaba confundido de nuevo. Gritó cuando sintió un fuerte pellizco en la parte superior de su pie.

-"Quiero que me llames señor, ¿estamos claros?"

-"Oh, está bien, lo siento"- Bueno, por qué no lo había dicho antes.

-"¡Oww! Dios, está bien, señor. Lo siento señor"- se corrigió a sí mismo. Tal vez había pasado un buen rato pensando en esto.

-"Ahora relájate. Concéntrate"

-"Sí, bueno, eso será difícil si sigues pellizcándome"

-"Sssh, suficiente"

Ahora sintió que Magnus acunaba su pie con una mano mientras el otro dedo se arrastraba sobre su superficie, trazando los tendones que sobresalían. Nada mal, nada mal. No tan bueno como el masaje, pero seguía siendo bueno. Luego el dedo fue por debajo y corrió arriba y abajo de su planta. Lo apartó hacia atrás, riéndose.

-"Ja, ja, eso me hace cosquillas"- se rió.

Y tan pronto como lo dijo, la sensación cambió y sintió que un calor húmedo y resbaladizo le cubría el dedo gordo del pie. Mierda, ¿tenía el pie en la boca? Necesito un minuto para lidiar con el repentino cambio de sensación, pero cuando sintió que su lengua giraba a su alrededor, se relajó.

-"Maldición, eso se siente bien. Mojado, caliente, sexy"- dijo en voz baja, tirando suavemente de sus ataduras.

Su entrepierna también lo pensó y dio un tirón nervioso. Magnus se apartó con un ruido húmedo. ¡Maldición! Eso sonaba tan bien.

Cambió su posición, moviéndose, por lo que ahora estaba sentado entre las rodillas de Alec. Deslizó sus dedos por sus piernas, comenzando desde sus tobillos, con un ligero toque. Alec se sacudió un poco.

-"Eso se siente raro, casi como un cosquilleo, pero no del todo"- le dijo.

-"¿No te gusta?"- preguntó Magnus. Alec lo pensó un poco.

-"Si, más o menos. No estoy seguro"

Se preguntó cuán lejos llegaría. Alec obtuvo su respuesta de inmediato. Sintió el tacto suave de la pluma de sus dedos sobre la parte superior de sus muslos, girando sobre la superficie de su piel haciendo que le hormiguearan. Ahora, a esto podría acostumbrarse. Los dedos se hundieron en la parte interna de sus muslos y disminuyeron la velocidad antes de serpentear hacia su ingle. Su entrepierna realmente estaba haciéndose notar y comenzó a engrosarse. Escuchó la risa profunda de Magnus y tiró de sus cuerdas. Si tuviera las manos libres, lo agarraría con fuerza, lo empujaría hacia la cama y lo tomaría justo allí mismo.

-"Y eso, querido, es por lo que tus manos están atadas. Vamos a llegar a eso más tarde. Me pregunto hasta dónde puedo llegar antes de que tu arma esté cargada y lista para disparar, ¿eh?"

Oh, mierda. Era hombre muerto.

Alec sintió que se le paraba la respiración y su cuerpo se tensó cuando Magnus, usando los toques más leves con la punta de su dedo, se movió cuidadosamente hasta llegar a un centímetro de su ingle. La piel ahí se sentía dos veces más sensible que la de apenas dos centímetros más abajo, y comenzó a retorcerse ante él.

-"¿Dónde está mi descripción?"- dijo con voz cantarina.

Alec quería decirle que, al diablo con su descripción, pero también quería complacerlo, por lo que luchó por concentrarse.

-"Hmm, es bueno, tan jodidamente bueno. Dios, necesito que me toques, tómame en tu mano. Estoy tan sensible allí, por favor, amor. Necesito que me toques"- dijo, su voz justo al borde de un quejido.

-"Todo a su tiempo, Alexander. Pero sabes cómo me siento con respecto a ese lenguaje y pareces haber olvidado cómo debes llamarme. Entonces, creo que debería incurrir en una penalización. Estaba pensando en pasar un dedo por cierta parte de tu cuerpo que parece estar despertando, pero no creo que lo haga"

¡Argh! Alec gruñó y tiró de la soga mientras se arqueaba. Ahora estaba contento de que sus manos estuvieran atadas, o podría haber tenido la tentación de estrangularlo con ellas. No literalmente, pero era un pensamiento tentador. Magnus era un maldito provocador. Y la cuestión era que, cuanto más lo hacía, más duro se ponía. Era una locura.

Magnus deliberadamente no se acercó a su dura longitud y comenzó su asalto justo debajo de su ombligo. Después de girar la yema del dedo alrededor de su estómago plano, finalmente llegó a éste y metió el dedo dentro. Alec lo intentó lo mejor que pudo, afortunadamente Magnus se apiadó de él. Eso fue, sin embargo, hasta que su malvado novio decidió usar su lengua en lugar de su dedo.

Al principio, cuando dejó de tocarlo por completo, se sintió aliviado y arrepentido al mismo tiempo. Tan enloquecedor como estaba siendo, lo estaba disfrutando. Pero luego sintió la cálida humedad de su lengua hundirse en la pequeña hendidura en su estómago y las chispas volaron ante sus ojos cerrados.

-"Me haces ver fuegos artificiales, Mag– quiero decir, señor. Se siente raro, pero bueno al mismo tiempo. Dios, no pares, es tan bueno"- suspiró, arqueándose ante ello.

-"Creo que estás mejorando en esto, Alexander, para cuando lleguemos a lo bueno, vas a ser un virtual Wordsworth*"

-"¿Él también estaba metido en este tipo de mierda pervertida?"- Alec frunció el ceño debajo de su venda cuando oyó a Magnus soltar una carcajada. ¿Qué fue tan gracioso?

-"Oh, Alexander, eres un tesoro. No tengo idea, mi amor, pero ¿quién sabe? Creo que eso merece una recompensa"- dijo.

Alec sintió hormiguear su piel con anticipación.

Al minuto siguiente, sintió los cálidos labios de Magnus besando el centro de su pecho y luego a la deriva hacia la izquierda. Oh, mierda, él se dirigía hacia su pezón. Podía sentir que su respiración se entrecortaba incluso antes de que llegará.

La punta de una lengua húmeda se arremolinó alrededor del círculo de color profundo, haciendo que Alec siseé en un suspiro y empuje su pecho hacia arriba, entregándose a él. Un amplio golpe de lengua sobre el pequeño y duro brote lo hizo ver estrellas y se sacudió contra sus ataduras. Sintió que su pene se hinchaba y empujó necesitando esa deliciosa fricción, pero no la consiguió. Todavía.

-"¿Cuál es el problema, Alexander? ¿Quieres algo más, mi amor? Todo a buen tiempo. Todavía no he terminado contigo. ¿Dónde está mi descripción?"

Alec estaba llegando rápidamente al punto de no ser capaz de describir su propio rostro, mucho menos cualquier otra cosa y lo estaba frustrando más allá de toda creencia.

-"Se siente jodidamente bien, ¿de acuerdo? Sólo sigue"- gruñó entre dientes.

-"Esa boca, Alexander. Vaya, vaya, nos estamos poniendo irritables, ¿no? ¿Tienes idea de cuán caliente eres cuando te pones así?"

En algún lugar en la parte posterior de su mente nublada, Alec estaba preocupado de que su pequeño arrebato le diera otra forma de castigo, pero Magnus debe haberse sentido generoso porque lo siguiente que supo fue que estaba de nuevo en su pezón, chupando su dureza con la boca. Gimió y tiró de la cuerda de nuevo, deseando con todas sus fuerzas que pudiera poner sus manos alrededor de esa amplia espalda y apresarlo con fuerza contra él.

Para cuando Magnus había favorecido el otro lado con la misma atención y luego había subido para mordisquear su camino hasta su oreja, chupando el carnoso lóbulo entre sus labios y sacudiéndolo con la punta de la lengua, Alec casi estaba fuera de su mente. Él estaba constantemente gimiendo y retorciéndose, incapaz de permanecer quieto por más tiempo.

Debe haber comenzado a afectar a Magnus también, porque ya no había más llamadas para preguntar cómo se sentían las cosas. Estaba bastante seguro, por lo que estaba sintiendo de su novio, que Magnus se estaba sintiendo exactamente igual que él. Caliente y más excitado que nunca.

Gritó cuando lo sintió a horcajadas sobre su cintura, añorando la sensación de ese cuerpo suave contra él. Magnus tomó su boca, llenándola con su lengua enseguida. No había ninguna pretensión de tomarse su tiempo ahora. Lo sintió empujar contra su vientre inferior y sintió su dureza clavándose en él. Dio una embestida de respuesta y tensó las cuerdas.

-"Magnus, suelta mis manos para poder sentirte, necesito tenerte en mis brazos"- dijo en un medio susurro ronco.

Sintió un momento de vacilación y quiso gritar, pero luego unos dedos delgados trabajaron en el nudo y soltó un suspiro de alivio cuando sus manos se soltaron. Envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo presionándolo contra él mientras tomaba su boca con amplios besos húmedos. Por mucho que quisiera sentir su peso inmovilizándolo, deseaba más tomarlo.

Rodó con Magnus todavía atrapado en sus brazos y su boca trabajando contra la de él. Oyó a su hombre gemir y sus piernas se abrieron, de modo que sus largas y duras erecciones se estrellaron juntas, produciendo gemidos de placer entre los dos. Había una sola cosa que él quería ahora, y eso era enterrarse profundamente dentro de Magnus.

Metió la mano debajo de la almohada cerca de la cabeza de Magnus y encontró el pequeño tubo. Con toda la fuerza que tenía, rompió el contacto para poder llenar su palma con el gel frío y resbaladizo.

-"Sí, mi corazón, Dios, necesito sentirte dentro de mí como nunca he deseado otra cosa. Sólo a ti, nada más. Por favor, esta vez. Te lo ruego"

El rostro de Magnus era una máscara de pura necesidad, su voz era profunda y suplicante. ¿Cómo podría negarse cuando lo veía así?

Alec se extendió entre ellos, aplicando el gel entre su hendidura y luego cubriendo su pene palpitante. Este era el momento que había estado anhelando.

Colocó el glande en su entrada y con un suspiro comenzó a empujar hacia adelante. No había resistencia, el cuerpo de Magnus estaba más que preparado para él y gimió mientras se deslizaba lentamente, sintiendo cómo se cerraba en torno a su erección como si sus músculos estuvieran tratando de arrastrarlo más profundo. Magnus comenzó a hacer ruidos suaves desde el fondo de su garganta y abrió más las piernas, levantando sus rodillas. Alec sintió avanzar una pulgada más y chocar contra algo profundo dentro de él.

-"Joder, amor, esto se siente tan bien, te sientes increíble"

Se lanzó a su cuello, tomando grandes bocados de piel tibia y húmeda, amando ese sabor ligeramente salado. Comenzó a moverse y Magnus le apretó la espalda, extendiendo la mano para hundir los dedos en las mejillas de su trasero.

Alec comenzó a gemir y no pudo parar cuando sintió el intenso tira y empuje del cuerpo de Magnus trabajando a su alrededor, como si tratara de ordeñarlo al clímax que podía sentir enroscándose dentro de él como un resorte esforzándose por soltarse.

Empujó más fuerte, la cabeza de su pene, increíblemente duro, chocando contra algo que le hizo a Magnus perder el aliento. Gritó y de respuesta dio un quiebre de caderas hacia adelante, sus dedos clavándose en Alec con más fuerza. Podía sentir que se preparaba para disparar.

El cuerpo de Magnus se contrajo con fuerza a su alrededor y aspiró profundamente, apretando los ojos cuando el orgasmo chocó contra él. Sintió que el mundo explotaba a su alrededor y su visión se volvió blanca cuando el orgasmo desencadenó. Gimió una y otra vez mientras sentía que bombeaba calientes chorros de calor pegajoso en su interior, mientras el cuerpo de Magnus latía a su alrededor, drenándolo de todo lo que tenía.

La piel de sus vientres unidos se cubrió con la propia liberación de Magnus haciendo que se sintiera cálido por dentro y por fuera.

-"Demonios, te amo"- las palabras estaban fuera de él antes de que pudiera evitarlo y sintió a Magnus tensarse.

-"¡No!"- gritó y se aferró a Alec como si esperara que lo alejaran de él en cualquier momento.

Alec sintió su miedo e intentó utilizar todo su peso para inmovilizarlo. Él no estaba yendo a ninguna puta parte. No lo permitiría.

Segundo a segundo, el tiempo pasaba y Magnus abrió lentamente los ojos. Pasó sus manos sobre el cuerpo caliente y húmedo de Alec asegurándose de que lo que estaba sintiendo era real. Sí, era todo él, cada gloriosa pulgada. Sintió que sus músculos se apretaban con fuerza alrededor de su largo ablandamiento que todavía estaba enterrado en su interior. Alec dio un sobresalto y también su pene. Empujó un poco hacia su propia cálida humedad y suspiró.

-"Alexander, todavía estoy aquí. Pensé que iba a perderte, cariño. Dios, es un milagro"- respiró besando la ladera de su hombro.

-"¿Eso significa que puedo volver a decirlo?"- dijo Alec, besando soñoliento un lado de su rostro.

Magnus sonrió y sintió lágrimas de alegría ardiendo en sus ojos.

-"Sí, mi amor, dime otra vez"

-"Te amo, Magnus. Tanto"

Magnus no tuvo que decir las palabras para que sintiera irradiar el amor que sentía por él. Le llenaba el alma, dándole el más grande sentimiento que haya experimentado en su vida. Entonces, así era como debía sentirse. Había estado tan seguro de que lo que había sentido por Jace era amor, pero no era nada parecido a esto. Que consumía todo, llenando cada pulgada suya. Era divino.

-"Me muero por poder decirte esas mismas palabras, mi corazón, pero temo lo que pasaría si lo hiciera. Pero sé que puedes sentir lo que siento por ti, mi amor"- Magnus lo abrazó con fuerza, frotando su rostro contra el suyo, amando el roce de su mejilla áspera.

-"Jesús, cariño. Tenemos que encontrar una manera de estar juntos para siempre. Ya no podré vivir sin ti"

-"Lo sé, Alexander, quiero lo mismo. Pero esto es todo lo que tenemos y debemos estar agradecidos de que obtengamos esto. Dios, ¿cómo he sobrevivido tanto tiempo sin ti en mi existencia? Adoro el día que entraste por esa puerta, mi corazón. Esperaría mil siglos para sentir esto por ti si tuviera que hacerlo"

Alec se inclinó y tomó su boca, el beso había cambiado, era tan suave pero lleno de amor mutuo mientras se apretaban fuertemente llenándose para rebosar de sus sentimientos el uno por el otro.

Hicieron el amor de nuevo, esta vez fue lento y sin prisas, pero no menos intenso y maravilloso. Alec dormitaba, su cabeza sobre el corazón de Magnus al oír que latía solo para él y sintió la calidez reconfortante de su piel dorada.

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Cuando volvió a abrir los ojos, sólo faltaban unos minutos para el amanecer y todavía estaba recostado contra él. Magnus estaba despierto, pasándose suavemente los dedos por el cabello, apartándolo de su rostro.

-"Te amo, amor"- susurró, girando la cabeza y besando su pecho.

-"Siento lo mismo, mi Alexander. No puedo esperar para pasar el tiempo juntos hoy, incluso si es el más breve de los casos"

Alec miró la luz cada vez más fuerte y la maldijo. Su noche realmente se había convertido en su día, su tiempo con el hombre que amaba. No fue suficiente, pero dudaba que cualquier cantidad de tiempo lo fuera.

De repente, el aire a su alrededor se sintió diferente y Alec se inclinó, sabiendo lo que significaba. Él lo estaba dejando.

-"No quiero que te vayas, amor. Te amo"- exclamó cuando pudo ver que Magnus lentamente comenzaba a desvanecerse como una niebla, destruida por la luz del sol.

-"Lo sé, mi corazón, pero volveré. Hasta entonces, mi amor"

Alec soltó un grito cuando sintió su cuerpo caer al punto aún cálido en el colchón. Era un grito de angustia y se agarró a la almohada golpeándola contra su rostro para que pudiera obtener las últimas briznas de su aroma terroso antes de que también se desvaneciera.

Trató de consolarse con la idea de ver su amor nuevamente en unas pocas horas, pero también sabía que no sería suficiente.

Se quedó allí tumbado, con la cara frotando la sábana sintiendo la calidez que Magnus había dejado atrás, mirando la creciente luz que llenaba la habitación. Tenía que haber alguna forma en que pudieran estar juntos. Simplemente tenía que haberlo.

Todavía estaba allí diez minutos después cuando escuchó un golpe en la puerta. Gruñó, no queriendo abandonar el único lugar donde sentía un fuerte contacto con su hombre, pero después de un segundo y luego de una tercera ronda de golpes, se levantó y se detuvo al sentarse a un lado de la cama. Estaba de vuelta, podía sentirlo.

-"Hola amor. ¿Me extrañas tanto?"- dijo en la habitación vacía mientras se ponía los pantalones vaqueros y se ponía una camiseta sobre la cabeza despeinada.

-"Lo hice, Alexander, pero creo que vas a necesitar sentir mi presencia para tu visitante"- Alec frunció el ceño.

-"¿Por qué? ¿Quién es? Apuesto a que Simon está tratando de ofrecerme otra disculpa"- dijo poniendo los ojos en blanco y saliendo por la puerta.

-"No es él, mi amor. Ve a contestar tu puerta. Creo que te sorprenderás"

Alec negó con la cabeza; críptico como siempre, pensó y sintió la presión de una mano en su espalda y sonrió. No le importaba quién fuera, siempre y cuando tuviera la presencia de Magnus a su lado.

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Notas

Wordsworth: Se refiere a William Wordsworth fue (y sigue siendo) uno de los más importantes poetas románticos ingleses en los 1800's

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Espero les haya gustado, nos leemos en la siguiente actualización, ¿se imaginan quien es el visitante? ¡Que tengan una excelente semana!😘🤗

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