Capítulo 34
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Magnus sigue sin volver con Alec ☹ y ahora en charla con Catarina tal vez veamos a que le tiene miedo.
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-"No, no podría hacerlo. Odio admitir que tienes razón, Catarina. No puedo creer que también lo haya dicho tan rápido, pero la idea de no pasar ni siquiera cinco minutos con ese hombre me llena el corazón de tanto dolor. Y ahora estoy frente a pasar una eternidad sin él"
-"Tu alma le pertenece a ese hombre ahora, Magnus. Ya sea que diga las palabras o no. Y no decirlas es como poseer algo invaluable, irremplazable, y luego no asegurarlo. Tú eres dueño de su alma y él es dueño de la tuya. Nunca estarás completamente perdido para él o él para ti. Los recuerdos viven por siempre"
-"¡Pero eso no es suficiente! Quiero vivir la vida que debería haber sido capaz de tener con Alexander. La vida me lo debe"
-"¿Y desde cuándo la vida es justa? La vida me debe un amoroso esposo y una familia. Supongo que a ambos nos estafaron. Al menos de esta manera ambos podemos reconciliarnos con nuestros errores. Eso es muchísimo más de lo que algunas personas pueden hacer. ¿Por qué demonios estás aquí perdiendo el tiempo conmigo de todos modos? Necesitas estar con ese hombre tuyo"
-"Tuvimos un... un desacuerdo. Estaba a punto de decir 'te amo' y no podía oírlo, sin importar que tanto lo desee"
-"Entonces, ve, deja que te lo diga. A menos que tú digas lo mismo, nada cambia para ti. Dales un respiro a ambos, pero sé que no podrán aguantar por mucho tiempo. Necesitas decir esas palabras tanto como él necesita escucharlas. Muy pronto vas a tener que decirlas, De lo contrario, te devorarán"
-"Bien, gracias por ser enloquecedoramente inútil una vez más, Catarina. Aquí estaba pensando que estarías más capacitada. Dios sabe que has tenido el tiempo más que suficiente para perfeccionar tu oficio"
-"Oye, la última vez que probé algo, el maldito hechizo salió mal y me atrapó también. No iba a tentar al destino y arriesgarme a que algo más saliera verdaderamente mal. Esto me costó mis ojos. Además, no soy Glinda, la bruja buena, Magnus. No tengo una varita mágica escondida en algún lugar"
-"Humph, podrías haberme engañado. Conozco el lugar perfecto para eso"
-"Sí, y tú serías el experto, ¿no? Ahora vete, ve a ver a ese hombre tuyo antes de que cambie de opinión y empiece a pensar que un electricista agradable es el menos problemático"
-"Tan siquiera se acerca a Alexander, y la próxima vez que suelte el freno de mano en su camioneta, me aseguraré de que esté detrás en ese momento"
Gertie miró a su amiga. Cat había estado murmurando mientras dormía y ahora se movía inquieta en la cama. Ella extendió una mano y acarició suavemente la colcha amarilla, con la esperanza de acallarla. Cat volvió a dormirse en paz una vez más, esta vez, con una sonrisa en su rostro.
Gertie negó con la cabeza. No tenía idea de qué había sido todo eso, pero seguro había sido un buen sueño.
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Alec pasó el resto del día en una neblina de tristeza sin sentido con ocasionales ataques de ira. Se enojaba consigo mismo por apresurar las cosas - demasiado rápido, demasiado pronto - y se enfurecía con Magnus por hacerle esto.
Todo lo que había comido en el día había sido un sándwich de queso, y eso de mala gana. Su estómago estaba demasiado atado en nudos para comer cualquier otra cosa. A pesar de que había tomado cuatro tazas de café, que lo mantuvieron funcionando el tiempo suficiente para pintar otra pared.
Al final de la tarde, sin embargo, su dolor por la pérdida de Magnus en su vida finalmente lo había superado. Sabía que Magnus técnicamente ya estaba muerto, pero se sentía como si estuviera experimentando su desaparición una vez más. Reconoció sentimientos similares a los que tuvo cuando sus padres habían muerto, pero esto era diferente.
Esto iba directo a su núcleo y sentía como si hubiera un agujero donde debería haber estado su alma. Se dejó caer en el sofá y se abrazó a un cojín. Comenzó a reproducir sus limitados momentos juntos; la primera vez que lo vio en la ventana del ático, la noche en la tormenta de truenos en el jardín de rosas, su primera noche juntos, el picnic interior. La primera vez que hizo el amor con alguien. Cerró con fuerza los ojos, lágrimas ardientes escapándose de ellos sin poder evitarlo.
Recordó cómo se sintió bajo sus manos y dedos. Esa piel suave, sedosa y dorada, que cubría esos músculos bien definidos, como un puño de hierro en un guante de terciopelo. El sabor de la piel debajo de su lengua hizo que su piel hormigueara de nuevo pero esta vez estaba acompañado de dolor.
Ya no podía hacer esto, su cabeza se sentía como si se estuviera partiendo del dolor que le había provocado tanta tensión. No recordaba haberse quedado dormido, pero debía hacerlo porque sabía que lo que sentía sólo podía significar que estaba soñando.
Soñaba con que sentía a Magnus pasar sus dedos por su cabello y a un lado de su rostro. Sonrió, con los ojos todavía cerrados, imaginando los fríos y escalofriantes besos que le habría dado antes de que pudiera aparecer por completo otra vez.
No quería abrir los ojos porque eso marcaría el final del delicioso sueño y si eso era todo lo que tenía de él ahora, entonces quería que durara tanto como pudiera.
Sintió otro frío roce de labios fantasmales en la frente, antes de otro en la otra mejilla. Las lágrimas se filtraron por las comisuras de sus ojos mientras yacía allí en la habitación oscura. Esto era demasiado cruel porque se sentía demasiado real para él.
-"Cariño, por favor no llores más, estoy aquí"
Una voz suave y cálida llenó su dolorida cabeza y los ojos de Alec se abrieron de golpe. Sintió todo su cuerpo tenso y su aliento se atoró en su garganta. Él no había pensado eso. Esas no fueron sus palabras.
Se sentó en el sofá, mirando alrededor de la habitación oscura y vacía, sabiendo que era una tontería estar haciéndolo, incluso si eso significaba que Magnus había regresado.
-"Alexander, está bien. Estoy aquí. Volví"
Sintió un toque frío en su brazo y se estremeció a pesar de saberlo. Entonces su corazón comenzó a latir en su pecho. Podía sentirlo. Magnus estaba aquí, no estaba soñando.
-"¿Magnus?"- preguntó con voz ronca, que se quebró levemente en su garganta seca.
-"Sí, Alexander, estoy aquí. Oh, mi corazón, qué te he hecho, te ves horrible"
Alec sintió dos brazos deslizarse alrededor de su cuello desde detrás de él. Fue el no-abrazo más maravilloso que haya sentido alguna vez. Dejó escapar el aliento, que ni siquiera había notado que estaba reteniendo, en un suspiro y sintió su cuerpo inclinarse hacia adelante. Una sonrisa tan grande, que hasta le dolían las mejillas, se dibujó en su rostro de par en par. Podía sentir la piel seca de sus labios agrietarse, pero no le importaba. Soltó una carcajada y extendió su mano como si tocara el brazo de Magnus, no su propio hombro.
-"Pensé que me habías dejado, Magnus. Que te marchaste para siempre"- dijo en voz baja, mirando sus manos mientras ahora se movían inquietas en su regazo. Sintió un frío beso en la parte posterior de su cuello, haciéndole encogerse de hombros y ampliar aún más la sonrisa.
-"No mi amor. Realmente nunca podré irme de este lugar, pero no podría permanecer lejos de ti por mucho tiempo. Lamento mucho haberte causado tanto dolor, Alexander. Yo reaccioné exageradamente y dejé que mi temperamento me ganara. Desafortunadamente, eso no es una novedad"
-"Sentí como si hubieras muerto para mí, Magnus. Fue horrible"
Más roces fantasmales de labios fríos, esta vez, en su mejilla. ¿Cómo era posible que algo que se sentía como una bocanada de aire húmedo le calentara el interior de esa manera?
-"Lo sé. No puedo decirte cuánto lo siento, corazón mío, créeme"
-"No puedes hacerme eso otra vez, Magnus. Si esto es todo lo que podemos tener, entonces lo tomaremos. Es mejor que nada"
Alec no pensó en cómo Magnus se había quedado en silencio y que no le respondió de inmediato. Todo en lo que estaba centrado era en el hecho de que había regresado a él. Sabía que probablemente debería estar enojado, pero no podía sentirse así.
-"No puedo esperar para esta noche, cariño. Definitivamente estaré recuperando el tiempo perdido y también te compensaré por apresurar las cosas cuando no estabas listo"
-"No fue tu culpa, Alexander. No debería haber actuado de la manera en que lo hice. Pensarías que después de todo este tiempo habría aprendido a controlar mi temperamento, pero tal parece que no y casi te pierdo. Sin embargo, las cosas definitivamente cambiarán a partir de ahora. Ese es un alto precio a pagar"
Alec sintió que los brazos lo sostenían con más fuerza, cerró los ojos e inclinó la cabeza hacia atrás, como si estuviera descansando sobre el pecho de Magnus. Más besos fríos corrieron por un lado de su rostro y sonrió.
-"Necesitas comer, mi amor. Estás pálido como un fantasma. Y yo soy el experto en eso, así que no discutas"
Llevó sus labios a un lado de la sien antes de retirar los brazos y dar una palmadita en sus hombros con manos invisibles.
-"Ahora ve, vete a esa cocina y encuentra algo de comer. Algo decente"
Alec sonrió suavemente y se levantó del sofá. Pero se detuvo justo antes de llegar al comedor.
-"No vas a ir a ningún lado, ¿verdad? No quiero perderte otra vez tan pronto"
-"Por supuesto que no, mi amor. No voy a ninguna parte. También necesito alimento, pero no del tipo que obtienes de la comida. Ahora ve, date prisa"
Alec dejó escapar un suspiro de alivio antes de soltar una risita cuando sintió un golpe fantasmal en el trasero.
Sacó un bistec del congelador e incluso logró encontrar algunas verduras que aún estaban buenas. Todo el tiempo que cocinaba charlaban a la ligera, haciendo bromas tontas sobre sus torpes habilidades culinarias. A lo largo del proceso, Alec se deleitó con la sensación de los pequeños toques que sentía; era casi como si Magnus alimentara sus propias necesidades con pequeños contactos. Tomando delicados mordiscos, tratando de llenarse con tan sólo ellos.
Alec sirvió su comida y la puso en la mesa de la cocina. Era una sensación peculiar, tratar de comer con la sensación de tener dos brazos fuertes sobre los hombros, pero a él le encantaba. Cuando terminó, se sentía mucho mejor y se dio cuenta de lo hambriento que había estado.
Todavía era temprano por la noche y la medianoche parecía estar a cien años de distancia. Se dejó caer en el sofá y sintió la presencia reconfortante de Magnus a su lado y un leve peso en su hombro. Alec sonrió; Magnus había apoyado su cabeza allí, incluso podía oler su cabello. Anhelaba la oportunidad de poder descansar su mejilla sobre los suaves y sedosos mechones que cubrían la parte superior. El tiempo iba demasiado lento para él.
Encendió el televisor y navegó por los canales hasta que soltó una exclamación emocionado y se instaló más en el sofá.
-"Me encanta esta película"- suspiró e inclinó la cabeza como si pudiera apoyarla en la de Magnus.
-"Parece demasiado cursi, ¿qué estás mirando, Alexander?"
-"Dirty Dancing y no es cursi, es bonita"
-"Bueno, tengo que decir que el título me tiene intrigado. ¿De que se trata?"
Alec le dio un resumen rápido de la trama y pudo sentir su interés aumentar. Ajá, y pensaba que era cursi.
-"Entonces, ¿ese es Johnnie? ¿Ese pedazo de hombre con buen culo?"
Las palabras llenaron su mente. Alec miró a su derecha donde podía sentir su presencia contra su cuerpo.
-"¡Magnus! ¡Aparta tus ojos de su culo! Y sí, él es"
-"¿Celoso? El hombre llena bien sus pantalones, pero aún mantengo que tu culo se ve mejor"
-"Gracias, y sí, estoy celoso. Pensé que podrías conocerlo"
Podía sentir los ojos oscuros de Magnus mirándolo incluso si no podía verlos.
-"¿Por qué iba a conocer a ese hombre? No es que pueda salir corriendo a ver un espectáculo de imágenes en movimiento cuando me apetezca"
-"Amor, ahora se llaman películas y pensé que podrías conocerlo porque, bueno, murió hace un tiempo"
Alec se sobresaltó por la fuerte carcajada que llenó su mente. Difícilmente pensaba que la muerte de alguien sería motivo para reírse tanto. Pasaron unos minutos antes de que sintiera un beso frío en la mejilla, como si Magnus se hubiera dado cuenta de que había hecho algo inapropiado.
-"Cariño, no hay ningún lugar místico en el que los fantasmas nos reunamos. Estoy seguro de que sea donde sea que esté ese hombre, está dando vueltas por una pista de baile en algún lugar. Pero no en ninguno que conozca. Ni creo que vaya a conocer nunca"
-"Por mucho que me gustaría que encuentres la paz, Magnus, tampoco quiero que me dejes. Las últimas veinticuatro horas ya fueron lo bastante malas. Esto es frustrante y me afecta de vez en cuando, pero es mejor que eso"
Magnus no le dio una respuesta, pero sabía que todavía estaba con él y que se sentía muy conflictuado por algo. Frunció el ceño y apagó el televisor con el control remoto.
-"Está bien, ¿qué pasa? Puedo sentir que algo está molestándote, Magnus. ¿Tiene algo que ver con la pelea que tuvimos?"
No contestó de inmediato y Alec temió que acabara de comenzar otro desacuerdo. Pero no se sintió así. Magnus se sentía más tranquilo esta vez, de algún modo.
-"Alexander, yo... hay algo que creo deberías saber. Sobre el hechizo que me ató aquí y me trajo a ti"
Alec sintió hormigueo en la piel de la nuca. ¿Por qué tenía la sensación de que no le iba a gustar esto? Pero al mismo tiempo, sabía que tenía que escucharlo.
Respiró profundamente- "Bien, ¿de qué se trata?"
-"Cuando esa maldita mujer me hizo esto, ella era una completa aficionada a la brujería, pero creo que ya te lo dijo. De todos modos, cuando ella escribió el hechizo, lo hizo a toda prisa y obviamente no lo pensó muy bien. ¿Recuerdas el hechizo? ¿Está en esa caja que encontraste encima del armario?"
Alec entrecerró los ojos ante el pensamiento.
-"Sí, eso creo"
-"¿Entonces probablemente has adivinado lo de la primera línea, sobre que la noche sea mi día?"
-"Sí, eso lo tengo. Pero ¿por qué no pudo haber sido desde el atardecer hasta el amanecer? ¿Por qué no puedes venir a mí antes de eso?"
-"Porque aparentemente 12:15 am fue cuando morí, Alexander. Mi viuda realmente debería haber pensado más en ello, pero al menos me dio algo de tiempo. Y dadas las circunstancias, probablemente fue bastante generoso de su parte"
-"Oh, está bien, ahora lo entiendo"
-"Creo que podrías descifrar la segunda línea también. Tu corazón definitivamente ha sido mi luz, Alexander. Es como un faro para mí, guiándome hacia ti"
Alec sintió dos manos cubriendo las suyas que estaban en su regazo.
-"Me sentía como un pequeño barco, perdido en un vasto océano embravecido, temiendo que nunca volvería a ver tierra y luego apareciste en mi horizonte; esa luz interior tuya brilló hacia mí y cuanto más me acercaba a ti, más calmado estaba el mar y más brillante era esa luz. Me estabas guiando a casa, Alexander. A un nuevo hogar, uno mejor del que alguna vez había esperado tener"
Alec se estremeció cuando sintió un toque frío en su pecho, bajo la mirada para ver un pequeño hundimiento en su camisa.
-"Aquí, este es mi hogar ahora, mi amor"- sintió que labios fríos rozaban los suyos y cerró los ojos cuando el corazón en cuestión comenzó a latir más rápido.
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Glinda, la bruja buena, es un personaje del Mago de Oz.
Dirty Dancing. Titulada Baile caliente en México, Bailando suave en Cuba, Dirty Dancing, el baile atrevido en Argentina y Chile) es una película de género romántico con números de baile de 1987. Protagonizada por Patrick Swayze
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Continua en el siguiente...
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