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También a quienes han dejado sus votos y continúan leyendo, mil gracias💜💛💜👻
Ahora sí la historia de Magnus está completa, más detalles del hechizo se irán agregando posteriormente, casi hemos llegado a la mitad del fic, así que aún nos falta muchos más momentos Malec como los de este capítulo.
Comienza la sorpresa, aunque los chicos se distraen un poco.
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Durante unos largos segundos, no pasó nada y se quedó con la visión extraña de un oso de peluche levitando ante él. La esquina de sus labios comenzó a levantarse y su frente se arrugó un poco mientras se preguntaba qué estaba tramando su novio espectral. Soltó una carcajada y estaba a punto de hacer una especie de comentario sobre el loco sentido del humor de Magnus, cuando el oso se precipitó hacia él con toda su fuerza. Apenas logró esquivarlo tirándose hacia un lado, el pelaje casi escaso sólo rozó su hombro antes de que el gastado muñeco de peluche golpeara contra las barras de bronce de la cabecera, y cayera con un suave golpe sobre su almohada.
Alec se apartó de su viejo amigo como si fuera una especie de araña mortal preparada para el ataque. ¿Qué demonios...? Bueno, obviamente, a alguien no le gustó que le pidieran que se fuera, a pesar de que era por una buena causa. Dio un bufido y miró alrededor de la habitación vacía.
-"Un poco viejo para hacer rabietas, ¿no? Vamos, Magnus, te lo pedí amablemente y es para una sorpresa, no quiero que la veas, ¿por favor? ¿Por mí?"- le suplicó al aire.
Nada.
Alec hizo un inventario silencioso del contenido de la habitación para ver si había algo más que pudiera venir volando hacia él. Se encogió por dentro ante la idea de los libros de tapa dura o el marco de fotos que estaba en la parte superior de la cómoda. Sintió un fuerte golpe en las costillas y soltó un grito.
-"Está bien, está bien, lamento pensar que me lanzarías algo más duro. ¿Pero puedes hacer lo que te pedí? Tampoco quiero que te vayas, pero sí quiero que sea una sorpresa. Valdrá la pena, lo prometo"
Se sentó en el silencio, los ojos escaneando la habitación en busca de alguna respuesta.
Sintió la fría caricia de un beso fantasmal en la mejilla y unos dedos invisibles revolviéndole el cabello, lo que le hizo destensar los hombros. Finalmente, ahora estaba siendo razonable.
-"Gracias amor. Te gustará. Sé que lo hará"
Salió de la cama con renovado entusiasmo y se dirigió a la ducha.
Después de un desayuno rápido y algunas notas para recordarse lo que quería, se dirigió a la ferretería. Ahora que había tomado una decisión sobre lo que deseaba hacer, no podía borrar la sonrisa de su rostro. Todavía estaba sonriendo para sí mismo cuando entró en la gran tienda, agarrando un carrito de compras y sacando la lista de su bolsillo.
Le tomó un rato obtener todo lo que necesitaba en el interior antes de ir al invernadero de afuera. Después de consultar con un asistente sobre las plantas que quería, se dirigió a la salida.
Acababa de doblar la esquina para dirigirse al pasillo central, donde estaban las cajas, absorto en sus pensamientos sobre lo que estaba planeando, y con una sonrisa boba en su rostro, cuando casi chocó con otro carrito.
-"¡Maldita sea! ¡Lo siento! No estaba... ¡Simon!"
Simon le sonrió y sus ojos recorrieron el contenido de su carrito, arqueando una ceja- "Alec, hey, bueno, eso parece un proyecto interesante, ¿te has cansado del interior y vas a empezar en el jardín?"- miró las etiquetas en las plantas, asintiendo con aprobación.
Alec tragó saliva, en realidad no estaba preparado para responder preguntas sobre todo lo que llevaba. Pero ahora se vio obligado a pensar en otra mentira plausible.
-"Ah, sí, el clima es demasiado agradable para estar encerrado, además quería asegurarme de que las paredes estuvieran completamente secas antes de comenzar a pintar"
-"Me parece bien, y también es buena idea lo de la paredes. Si quieres una mano, avísame. Soy bastante hábil con un pincel"
Él se rió. Sus ojos se posaron en el rollo de césped artificial que sobresalía del carro y frunció el ceño.
-"Así que, te decidiste por el aspecto de mantenimiento fácil, ¿verdad? Pensé que te habría gustado más tener la sensación de hierba real bajo tus pies viniendo de la ciudad. Eso no se parece mucho. ¿Lo estás probando o...?"- Simon le dirigió una mirada inquisitiva, dejando la declaración abierta para que Alec llenara los espacios en blanco.
Le agradaba Simon, pero ahora se estaba demasiado atento y lo estaba poniendo nervioso.
-"Sí, sí, solo quiero probarlo para ver cómo se vería, ¿sabes? Soy una persona visual, así que es mejor si puedo verlo"
Incluso para los propios oídos de Alec sonaba extraño. Tenía que controlar sus nervios o Simon iba a pensar que algo estaba pasando.
Ah, ¡dah! Probablemente ya lo piense de todos modos. Su subconsciente estaba parado allí, manos levantadas en señal de rendición. Termina, genio, y vete de allí.
-"Realmente debería ponerme en marcha. Y parece que vas a estar ocupado, nos veremos por ahí"- dijo Alec, esperando que su conversación terminara pronto.
Simon le dirigió una especie de sonrisa forzada- "No, realmente no, sólo abasteciéndome de algunas cosas mientras tuve la oportunidad. ¿Estás seguro de que no necesitas una mano para poner esas plantas en el suelo o algo así?"- preguntó esperanzado.
Alec sabía que estaba buscando una invitación para acompañarlo, pero no había forma de que lo consiguiera hoy.
-"Nah, está bien. Me tomaré mi tiempo, hoy veré dónde los quiero, creo. Pero gracias por la oferta, nos vemos"- le dio una sonrisa muy falsa y luego se dirigió a las salidas.
Alec trabajó todo el resto de la tarde en su sorpresa para Magnus. Cuando regresó de la ferretería y antes de comenzar a descargar las cosas, se había quedado de pie en la sala de estar, lo llamó para ver si Magnus había decidido echarse para atrás de su buen comportamiento y husmear, pero no dio señales de estar allí, así que Alec había vaciado el auto de todas sus compras.
Para las seis de esa tarde, había terminado y dio un paso atrás admirando todo su arduo trabajo. Alec sonrió y asintió con la cabeza, no lo había hecho tan mal. Sólo esperaba que a Magnus le gustara. Realmente había querido hacer algo para demostrarle que realmente le importaba, en cualquier de sus formas en que acudiera a él.
Fue a la cocina y comenzó a preparar una cena liviana, ya que tenía comida para cuando llegara Magnus.
Alec había decidido que se quedaría despierto y le esperaría sentado en el sofá con la habitación a oscuras, pero debió haberse quedado dormido porque lo siguiente que sintió fue la sensación de un suave roce de cálidos labios, ahora familiares, sobre los suyos. Incluso antes de que pudiera abrir los ojos, estiró la mano para acercarlos hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de un par de hombros musculosos y amando la forma en que podía sentir su fuerza mientras se contraían debajo de la tela de su camisa.
Magnus soltó una risa, el sonido llenando la boca de Alec mientras lo besaba larga y profundamente. Dios, estaba cayendo tan fuerte por este hombre que estaba seguro de que cuando finalmente reconociera su verdadero sentimiento por él, el golpe podría escucharse desde una milla de distancia. Con cuidado se subió al sofá, colocando una rodilla entre las suyas y bajándose suavemente sobre su torso.
Alec no estaba seguro si todavía sentía los efectos de su siesta o si eran los maravillosos besos de Magnus los que hacían que su cerebro se sintiera como papilla, pero no le importaba en absoluto. Dio un gemido de placer cuando sintió el celestial peso posarse encima suyo y dejó que sus piernas se abrieran aún más para acomodarlo. Sus manos buscaron la parte inferior de su camisa para poder levantarla y sentir la hermosa piel desnuda bajo su toque.
Cuando lo hizo, sintió que Magnus jadeaba y de algún modo presionó su boca más firme contra la suya, esta vez, agregando un breve movimiento con la punta de su lengua. Enviando ondas de placer que recorrieron el cuerpo de Alec y terminaron por acumularse en su vientre haciendo que su longitud, que ya estaba a medio grosor, se contrajera en respuesta. Magnus gimió en su boca y le clavó la pelvis; la dura cima de su polla clavándose en él de una manera que lo hacía ver estrellas detrás de sus ojos.
Magnus gentilmente se echó hacia atrás y acarició con la nariz el costado de su cuello, su cálido aliento chocando en duras ráfagas contra su sensible piel. Alec lentamente frotó su áspera mejilla contra él, provocando suaves ruidos de ronroneo mientras presionaba su rostro contra él.
-"Querido Dios, mi hermoso muchacho, nunca he deseado tanto a alguien en toda mi existencia. Quiero experimentar todo sobre ti y este magnífico cuerpo tuyo. Quiero cubrir con besos cada centímetro de ti, degustar tu delicioso sabor y sentir tu calor cuando me entierre en tu interior. Sentir tu cuerpo aferrando al mío mientras nos abrazamos en la oscuridad"
Alec quería explotar en ese mismo momento. Su polla se hinchó en un instante y comenzó a ponerse casi dolorosamente dura cuando empujó contra la parte inferior de su cremallera. Ladeó sus caderas hacia Magnus, la maravillosa fricción que causó lo hizo gemir y empujarse más fuerte.
Volvió el rostro y rozó los labios contra su frente, frotando la nariz en el borde de su cabello, llenándose con ese aroma terroso y único de Magnus. Por mucho que deseaba mostrarle a Magnus la sorpresa en la que había estado trabajando, y aunque la idea de tener relaciones sexuales con otro hombre lo excitaba y asustaba al mismo tiempo, parecía no poder concentrarse en nada más por ahora. Sólo quería llevar a Magnus a su cama y dar vida a sus palabras.
Su propia respiración se estaba volviendo irregular y profunda. Su corazón latía con fuerza en su pecho como si tratara de escapar y encontrar un nuevo hogar. Pero ya lo había hecho, simplemente no quería expresarlo todavía, era demasiado pronto para eso.
-"Creo que tu sorpresa tendrá que esperar, amor. No creo poder concentrarme en otra cosa que no seas tú en este momento. Necesitamos subir a la habitación"- susurró Alec, con voz profunda, ronca y tan llena de necesidad que casi no la reconoció.
Magnus lentamente levantó la cabeza y sólo pudo distinguir sus rasgos en la casi completa oscuridad. La luz que se filtraba por las ventanas era suficiente para que distinguiera esos grandes ojos color avellana que se habían abierto de par en par y las llamas casi titilando detrás de sus pesados párpados. Dios, deseaba tanto a este hombre. La necesidad de sentir que su cuerpo lo mantenía cautivo era casi abrumadora y se encontró a sí mismo teniendo que cerrar los ojos y centrarse lo suficiente como para poder decir algo coherente. Ahora era tiempo de pensamientos tranquilos y mente clara, incluso si era un desafío en ese instante. No quería que nada les estropeara el momento a ninguno de los dos.
-"Alexander, ¿estás seguro de esto? No quiero que nos apresuremos y convertirlo en algo que quieras olvidar que sucedió. Tu primera vez con alguien debe ser especial y debes asegurarte de que esto es lo que quieres, mi amor"
Extendió la mano y alisó el revuelto cabello oscuro a los lados de su rostro. Alec se apoyó en su toque, ansiando cualquier contacto que pudiera obtener. También estaba teniendo problemas para entender sus pensamientos, pero entendió lo que Magnus estaba diciendo, y tan nublada como sentía su mente, lo sabía, quería esto, sin dudarlo.
-"Magnus, he pasado suficiente tiempo en mi vida con miedo a sentir el deseo de estar con otro hombre. Tal vez si hubiera tenido las agallas para salir y estar con alguien más, no hubiera hecho el ridículo con Jace. He estado pensando mucho acerca de toda esta situación con nosotros, la casa y todo; creo que de alguna manera tu y yo estábamos destinados a encontrarnos"- dijo Alec- "Sé que no hemos estado juntos mucho tiempo, menos de una semana, pero parece que estoy destinado a estar aquí contigo. Todo esto todavía me pone nervioso y lo siento totalmente fuera de mi alcance, pero me parece que, si sólo sigo pisando agua y mantengo la cabeza por encima, llegaré al final. Además, te tengo para arrojarme una línea de vida"- soltó una pequeña sonrisa- "Es extraño pensar que se necesitó a alguien que murió en el pasado para ayudarme a vivir feliz en el presente"
Magnus le sonrió y le dio una mirada de fingida indignación.
-"¿Tenías que hablar de eso, Alexander? Prefiero pensar que estoy medio vivo, muchas gracias. Y por lo que he visto a lo largo de estos años, hay personas mucho más muertas que yo en esta tierra. De todos modos, tengo la intención de mostrarte lo vivo que realmente estoy. ¿Puede un muerto hacerte sentir así?"
Voló de regreso a su cuello y apretó la boca contra un costado, limpiándolo con la lengua antes de morder la superficie húmeda y caliente.
Alec gritó cuando la sensación se sacudió a través de su cuerpo como si hubiera sido electrocutado. Joder, iba a estallar en llamas en cualquier momento. Su mano se agarró a la parte posterior de la cabeza de Magnus, sus dedos enredándose a través de los sedosos mechones oscuros, sosteniéndola firmemente. Empujó contra su entrepierna, la sensación de sus largos músculos juntos lo tenía tan malditamente caliente que no podía ver con claridad. Tan pronto como sintió el toque de esa lengua talentosa en su piel hipersensible, supo que no podía esperar más, pero la idea de tener que subir hasta el otro piso lo hizo gemir por dentro.
De alguna manera, entre los suaves besos abrumadores que Magnus ahora estaba dejando en un lado de su cuello, dirigiéndose hacia la parte inferior de su mandíbula, se le ocurrió una idea que les permitiría experimentarse el uno al otro y darle a Magnus su deseo anhelado. Todo lo que tenía que hacer ahora era juntar la fuerza para pedirle que se alejara de él por un momento, cuando parecía tener la total intención de lograr que se corriera justo allí en sus pantalones y en el sofá como un adolescente hormonal. El caso es que así se sentía exactamente.
-"¿Amor? Mag... oh mierda, ¿Magnus? Joder, ¿vas a dejar eso o no habrá necesidad de subir las escaleras? Realmente quiero que veas lo que hice para ti. Y podemos unir las dos cosas. Sólo tienes que alejarte de mí, cariño, por favor, necesito hacer un par de cosas antes de que lo veas"
Alec estaba peleando con todo lo que tenía para no ceder y dejar que lo tomara en el sofá, pero estaba decidido a sacarlo.
Gran elección de palabras, Lightwood, pensó para sí mismo y la comisura de sus labios se curvó.
Magnus gruñó profundamente y detuvo su avance, deteniéndose cerca de su oreja.
Dio una leve inclinación a sus caderas y la mano de Alec agarró con fuerza la parte trasera de su camisa, tensando todo su cuerpo para sofocar la creciente necesidad que amenazaba con estallar en cualquier momento. En ese instante, no estaba seguro, incluso si se levantaba, de que sería capaz de caminar cuando lo hiciera, pero estaba dispuesto a intentar lo que quería. Magnus lo miró con maldad.
-"¿Sabes lo peligroso que es jugar con un arma cargada, Alexander? Todo lo que se necesita es un pequeño resbalón..."- volvió a chocar contra él, haciendo que Alec siseara y arqueara su espalda. ¡Joder, esto lo estaba matando!- "Y es suficiente para apretar el gatillo"
Alec dio un gruñido de frustración y canalizó toda la tensión sexual para poner las manos sobre su pecho y empujar, fuerte. Magnus soltó una risita y se levantó, de pie junto a él le ofreció una mano. Haciendo que se levantara y lo atrajo hacia sí, besándolo fuerte y profundamente.
-"¡Hmm! Magnus! Eso no está ayudando, amor"- dijo, alejándose y mirándolo con reproche.
Diría una cosa sobre Magnus Bane, cuando él quería algo, no era sutil a la hora de decirlo.
Intentó componer una mirada inocente, pero una sonrisa malvada amenazó esa boca perfecta- "Me detuve, ¿no? Me bajé de encima"- dijo, moviendo sus pestañas.
Alec realmente quería enojarse con él, listillo frustrante, pero ¿cómo demonios podía enojarse con alguien que se veía tan malditamente adorable? Magnus también estaba muy dispuesto a aprovechar al máximo su débil determinación. Una risa profunda que, envió escalofríos a la columna vertebral de Alec, precedió a Magnus acercándolo aún más para luego estrellar su boca contra la suya, lo suficientemente fuerte como para que Alec esperara que todos sus dientes aún estuvieran en su lugar más tarde. Hundió su lengua en el calor húmedo y Alec sintió que se le doblaban las piernas. Estaba peleando una batalla perdida y la jugada final se avecinaba rápidamente. Si dejaba que lo besara así, no importaría si estaba de pie o acostado, iba a ser el mismo resultado, un incómodo parche húmedo en sus pantalones.
Se obligó a retirarse, jadeando. Tardó un minuto entero parado allí, armándose de valor antes de poder hablar, tampoco quería mirar a su novio. La visión de un Magnus necesitado con sus amplias pupilas dilatadas, el cabello despeinado cayendo provocativamente sobre su frente, los labios de color rosa pálido ligeramente separados, hinchados por los besos rudos, y el aliento cálido que salía entre ellos, iba a ser demasiado para poder resistir. Parecía que, cuando Magnus tenía una cosa en mente, nada podía distraerlo.
-"No puedo pensar en una sola cosa que desee ver más que tu hermoso cuerpo grande y fuerte, desnudo, acostado en la cama frente a mí. Estoy seguro de que lo que sea que quieras mostrarme puede esperar. Aunque, lo que hayas hecho allí crea algunas formas interesantes en la oscuridad"
Magnus hizo un gesto hacia las ventanas donde ahora las sombras extrañamente formadas ocupaban el espacio donde solía estar una silla. Recuperó el espacio que Alec había creado y extendió una mano, pasando sus dedos por el costado del rostro de Alec, luego por su cuello y finalmente por su hombro.
Sonrió sin ser visto en la habitación oscura cuando lo sintió reaccionar a sus caricias ligeras como pluma. Sí, tenía a este hombre bajo su control, cada pulgada magnífica de él. Dio un paso más cerca, cerrando la pequeña brecha aún más. Comenzó a pasar su mano por el suave músculo pectoral de Alec, luego por las costillas y los abdominales, sus dedos bailando sobre las sutiles crestas de los músculos debajo de la tela de su camisa. Frunció el ceño, ¿qué estaba haciendo usando la molesta prenda de todos modos? Las cosas habían ido más allá de la necesidad de ropa.
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¿Ya saben qué es la sorpresa?
Continua en el siguiente...
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