Más sobre Magnus y su pasado

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-"Mantén tu mente por encima de la cintura, Alexander, y cuéntame todo lo que necesito saber sobre ti. Todavía tengo esa cuerda, ¿sabes?"

Le dio a los vellos suaves y elásticos de su pecho un juguetón tirón.

-"Realmente no soy tan interesante, amor. No creo tener un color favorito, pero me gusta el azul, odio la mantequilla de maní, no bebo mucho, pero no me importa una cerveza o una copa de vino de vez en cuando, en cuanto a lo demás, bueno, simplemente no vayamos allí"

Alec se movió incómodo junto a él. A pesar de que Magnus había sido muy bueno con él con respecto a su falta de experiencia en la alcoba, todavía se sentía avergonzado de hablarlo. Nunca antes le había puesto voz a algo así y ni siquiera estaba seguro de lo que diría si lo hiciera. Parecía que se esperara que estuviera de pie frente a una sala de conferencias y diera una charla sobre civilizaciones antiguas cuando era profesor de Literatura antigua. Sintió la suave boca de Magnus sobre su piel.

-"Oh Alexander, me permito diferir. Creo que eres fascinante y en cuanto al otro tema, creo que sabes lo que te gusta más de lo que crees. Si anoche fue una indicación, creo que compartes mi afición por las cuerdas. Vamos, admítelo, te encantó estar atado a la cama mientras yo arrasaba con este magnífico cuerpo tuyo"

Le picó juguetonamente en las costillas haciendo que Alec se retorciera y soltara una pequeña carcajada.

Magnus se levantó y le sonrió- "Esa adorable risita tuya, mi amor, es como música para mis oídos. Más dulce que cualquier canto de un pájaro y dispara directamente a mi corazón. Nunca podría tener suficiente de eso. De hecho, creo que necesito escuchar más en este mismo momento"

Antes de que Alec supiera lo que estaba sucediendo, Magnus estaba a horcajadas sobre su cintura y tenía sus largos y delgados dedos, hundiéndose en sus costillas, haciéndolo estallar en risas y retorcerse debajo de él mientras trataba de apartase, sin éxito, del ataque.

Alec estaba indefenso de risa y le dolían los costados, pero no se había sentido tan feliz y despreocupado en mucho tiempo. Se revolvió y se sacudió mientras su novio lo castigaba con cosquillas arriba y abajo de sus costillas y bajo sus brazos. Odiaba la forma en que lo hacía reír como una colegiala atolondrada, pero no podía evitarlo.

A Magnus le encantaba ver a su Alexander retorciéndose ante él. No había estado coqueteando con él cuando dijo que amaba el sonido de su risa, de verdad lo hacía. Llenaba sus oídos y tocaba su corazón de tal manera que podía sentir cómo se hinchaba dentro de su pecho como un globo. Tenía la sensación de que su nuevo hombre no había tenido demasiadas oportunidades para dejarse ir y ser feliz así, con la pérdida de sus padres y el posible final de la larga amistad que había tenido con Jace, quien, por él, podía ahogarse alegremente por causar tanta angustia y dolor a este hermoso ser humano.

-"Mag, Magnus, ba– ¡amor! ¡Por–por favor! ¡bas–basta! N-no puedo. ¡No puedo respirar!"- tartamudeó Alec sin aliento mientras trataba de agarrar sus manos para calmarlas.

Magnus se estaba riendo junto con él, disfrutando de su alegría y reacción infantil a sus toques. Finalmente se detuvo, y le sonrió mientras jadeaba. Le encantaba la forma en que su cuerpo grande y fuerte se sentía bajo su peso mientras luchaba por regular su respiración una vez más. El rítmico aumento y caída de sus abdominales presionando en su entrepierna de la manera más deliciosa. Se dejó caer hacia adelante, queriendo obtener el efecto completo y no se decepcionó.

-"¡Ugh!"

Alec gruñó al sentir el peso de Magnus caer sobre su pecho, dificultando con eficiencia la lucha por llenar de aire sus pulmones, una vez más. Su cuerpo ahora tenía que trabajar un poco más para arrastrar el tan necesario oxígeno con la reconfortante pesadez que tenía sobre él. Aunque tampoco le importaba.

Cubrió con los brazos la elegante suavidad que era la espalda de Magnus, sus manos recorrieron suavemente las suaves ondulaciones que formaban su superficie.

-"¿Soy demasiado pesado?"- preguntó Magnus, y le dio pequeños y dulces besos en los músculos pectorales.

-"Nah, me encanta como te sientes sobre de mí"- dijo Alec en voz baja, acariciando con la nariz los sedosos mechones de su cabello.

-"Bien, porque incluso si hubieras dicho que sí, no tenía intenciones de moverme"

Sintió que el pecho de Alec resoplaba mientras soltaba una carcajada y luego un gemido- "Argh, no me hagas reír más, se está poniendo doloroso"

-"Oh, mi pobre dulzura, déjame darte un beso para que mejore"

Magnus canturreó y procedió a besarle y abrirse paso suavemente sobre la extensión de su pecho. Alec yacía sobre su almohada y cerró los ojos en reconocimiento de la suave y cálida sensación que le estaba causando. Todavía no habían hecho el amor, pero no podía imaginarse que se sintiera mucho mejor que esto. Canturreo ante las olas de placer que Magnus provocaba mientras acariciaba perezosamente su espalda.

Magnus llegó al valle que estaba entre sus pectorales y enterró su rostro en la suave nube de vello oscuro que lo cubría. Quería experimentar todo lo que tenía que ofrecerle y respiró hondo el aroma fresco antes de darle al espacio desde el diafragma a la clavícula un grueso recorrido con su lengua. Alec soltó un suspiro, arqueando la espalda de la cama, empujando la pared de su pecho hacia el calor húmedo.

-"Dios, amo tu pecho, mi amor. Es tan fuerte y, sin embargo, la piel y todo este glorioso cabello tan suave y maravilloso. Y tu sabor es divino, por cierto. Bueno, también sabes muy bien en otros lados, pero no creo que pueda tener suficiente de todo esto"- ronroneó, levantando las manos para deslizar los dedos en los rizos elásticos.

Alec hizo un ruido de desestimación- "Pensaba con toda tu experiencia habría sufrido en comparación"

Magnus apoyó sus antebrazos sobre su pecho y le dio una pequeña palmada en el hombro, frunciendo el ceño.

-"Basta con eso, Alexander. Puede que haya experimentado muchos placeres de la vida cuando se trata de este tipo de cosas, pero nunca te he experimentado a ti antes, eso es aún más lamentable. No te hagas menos. Tu cuerpo es una obra de arte, mi amor, recuerda eso"- se inclinó y lo besó ligeramente.

Alec guardó silencio durante unos minutos y se mordió el labio inferior. Magnus tamborileó con los dedos contra un musculoso pectoral.

-"De acuerdo, desembucha, Alexander. Sé que quieres decir algo, entonces, dilo. Y deja de mordisquear ese hermoso labio, me estás poniendo duro"

Y para demostrarlo, empuja su entrepierna contra el vientre inferior. Los ojos de Alec se entornaron y lanzó un suave gemido cuando sintió que su propia longitud comenzaba a notarlo.

-"Si sigues así, me olvidaré de lo que iba a decir"- dijo Alec, pasando un dedo por el costado del rostro de Magnus.

Para su gran decepción, Magnus se apartó, sentándose en la parte superior de los muslos, con los brazos cruzados. Comenzó a soltar un gemido por la pérdida del peso celestial que tanto amaba, pero Magnus llevó un dedo a sus labios.

-"No, hasta que digas lo que querías decir. Entonces, vamos, suéltalo"- se sentó de nuevo, con los brazos cruzados.

-"Probablemente no te guste"- comenzó Alec, sin sentirse tan valiente como lo había hecho un momento atrás cuando Magnus no estaba haciendo contacto visual con él.

-"No me importa. Quiero saber lo que estás pensando, debes ser honesto conmigo, Alexander. Las mentiras y el engaño son lo que me trajo aquí en primer lugar. No tendré eso otra vez. Así que dime"

Alec contuvo el aliento. Bueno, aquí no pasa nada.

-"Es solo que, bueno, me preguntaba cómo era Elías ¿Era como yo? ¿Cómo lucía? Lo vi en una vieja fotografía que estaba en esa caja en la parte superior del armario, pero fue bastante difícil distinguirlo. ¿Su cabello era como se veía ahí?"

Lanzó una mirada y vio que su expresión se había suavizado un poco, ahora parecía pensativo, con los ojos atormentados por los recueros de su pasado.

-"Si no quieres decirme, lo entiendo. Lamento haberlo mencionado, es sólo que..."

-"No, está bien. Es natural que sientas curiosidad por él. Me había olvidado de esa caja, él la hizo para mí en mi cumpleaños, aún estábamos juntos en la Universidad. Fue Elías con quien mi padre me descubrió cuando vino a visitarme inesperadamente. Esa visita provocó toda la vergonzosa cuestión del matrimonio"

Miró hacia la distancia, reuniendo sus pensamientos. Alec se sentó pacientemente, preguntándose si se lo diría, o si sería demasiado difícil. Una suave sonrisa curvó sus labios.

-"Elías no se parecía en nada a ti, Alexander. Era alto y de constitución delgada. Lo único que compartes es que también tenía el pelo oscuro, pero era más rizado que el tuyo. Se arremolinaba alrededor de su cabeza, donde el tuyo queda plano. Él tenía un cuerpo muy juvenil. No creo que haya cambiado mucho desde que era un muchacho. No tenía toda esta maravillosa pelusa suave que tú tienes y amo tanto. Ahora que lo pienso, la mayoría de mis otros, digamos, conocidos también eran lampiños. Nunca antes había pensado en eso. Por supuesto, las mujeres no cuentan. Una experiencia totalmente diferente"

Los ojos de Alec se dirigieron de golpe al rostro de Magnus. Espera, ¿qué?

-"Pero pensé, supuse que, bueno, Cat fue la única vez que estuviste con una mujer. Pensé que eras..."-Magnus afortunadamente lo salvó de seguir tropezando con sus palabras.

-"Pensaste que mi noche de bodas fue la primera y única vez que me acosté con una mujer. No, Alexander, no lo fue. Había estado con más hombres, es cierto, pero tuve la extraña ocasión de preferir la compañía del sexo más suave. Y esos encuentros fueron lo suficientemente agradables, pero Elías me atrajo demasiado. Creo que fue su encanto juvenil lo que me atrajo hacia él. Era muy devoto a mí, creo que hubiera hecho cualquier cosa por mí si se lo hubiera pedido. Mirando hacia atrás ahora, puedo ver dónde lo usé terriblemente"

-"No es algo de lo que me sienta orgulloso cuando lo pienso"- continuó- "Él siempre estaba allí esperándome cuando yo necesitaba estar con alguien. Ponía su vida en pausa por mí todo el tiempo, arriesgando todo. No creo que en realidad le haya apreciado. Tenía muchas facultades cuando era más joven. Un producto de mi educación. El único hijo de padres adinerados. Es cierto lo que dicen, no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. Estaba acostumbrado a hacer las cosas a mi manera, en todo. Eso incluía mi vida amorosa, por así decirlo. Tan sigiloso como era nuestro estilo de vida, siempre pude encontrar un compañero dispuesto"

-"Pensé que lo que sentía por Elías era amor, pero ahora sé que no se parecía en nada. La nuestra era una clase de relación muy superficial, bueno, al menos para mí lo era. Estoy bastante seguro de que fue diferente para él. Lo cual no fue justo de mi parte. Fue mi culpa que viniera a la casa ese día. Le había dicho que Catarina no estaría allí. Sabía que habíamos acordado no volver a traerlo a la casa, pero como dije, estaba muy acostumbrado a hacer lo que quisiera. Pensé que se habría ido para cuando ella regresara. Llegó tarde la noche anterior, así que solo estuvimos juntos por un tiempo corto cuando ella volvió al día siguiente y bueno, creo que ya sabes lo que pasó después"

Alec ahora lamentaba haber sacado todo el asunto. A pesar de que había sucedido hace décadas, era obvio que todavía traía recuerdos muy malos para Magnus. Se conocían hace tan poco tiempo, pero ya sentía los fuertes movimientos de algo más profundo dentro de él. No reconocía lo que era y le asustaba un poco; todo lo que sabía era que estaba causando que se sintiera muy mal por hacer que Magnus reviviera uno de los peores momentos de su corta vida.

Estiró una mano y tocó suavemente su rostro triste. Magnus salió de su ensoñación y la cubrió con la suya, dándole una débil sonrisa. Una vez más, sabía lo que Alec estaba pensando antes de poder encontrar las palabras para expresarlo.

-"Está bien, Alexander, no creas que me has causado dolor preguntándome sobre Elías. Después de todo este tiempo, me causa más pesar que cualquier sensación de pérdida. Y, además, como te dije, los años me han permitido darme cuenta que lo que pensé sentir por Elías en realidad no fue amor. Me has ayudado con eso. Tuve que soportar la tormenta para poder volver a ver el cielo azul. Eres mi cielo azul, mi amor, brillante de sol. El único tipo de sol que siento en mi rostro. Me siento bendecido por tener eso"

Se inclinó hacia él y suavemente rozó sus labios con los suyos.

Todo en lo que Alec podía pensar era en lo mucho que quería abrazarlo contra su cuerpo y ofrecerle consuelo, a pesar de que dijo que no lo necesitaba. No estaba seguro de las palabras que necesitaba para expresar la forma en que se sentía, así que dejó que sus labios hablaran.

Magnus podía sentir que se perdía en el beso con cada segundo que pasaba. Había tenido tanta razón sobre la forma en que se sentía cuando estaba con Alexander. Era un gran contraste con la forma en que se había sentido con respecto a Elías, y era muy consciente de su error al pensar que lo que tenía con el otro hombre tenía que ver con el amor.

Era como si hubiera tenido su visión oscurecida y lo que pensaba que había estado frente a él, ahora se revelaba como algo totalmente diferente de lo que había pensado que era. Podía sentir esa emoción sembrada en lo más profundo crecer constantemente dentro de él, y anhelaba su primer florecimiento al mismo tiempo lo temía. Sabía que muy pronto esas dos pequeñas palabras que crecían y se formaban serían arrancadas, entonces tendría que decirle a Alec su verdadero significado y cómo impactarían en su relación.

Presionó su boca más fuerte contra la suya, profundizando el beso, haciendo el delicado pensamiento mucho más difícil de soportar. Sabía que por cada minuto que pasaba con este maravilloso y hermoso hombre, estaba avanzando lentamente hacia su final y eso lo estaba matando. Mientras dejaba su boca dejara besos por el costado de su fuerte mandíbula y la suave piel ligeramente salada de su cuello, apartó los pensamientos oscuros y se concentró en la maravilla que era Alexander Lightwood. Ignorando la única lágrima que corría por su mejilla.

Alec se despertó al día siguiente pensando que todavía tenía a Magnus en sus brazos. Incluso antes de que abriera los ojos, sonreía y acariciaba con los labios los que él pensaba que eran sus mechones de medianoche. Inhaló profundamente y luego frunció el ceño cuando el olor que le devolvió no era correcto.

Abrió los ojos y descubrió que, en lugar de un cuerpo caliente y cálido con su suave y sedosa piel, se agarraba con fuerza a una almohada. Contenía vagamente ese olor terroso y exótico que identificaba como Magnus, pero no lo suficiente para satisfacerlo realmente.

-"¡Argh!"- gritó en el brillo dorado de la matutina luz del sol que llenaba la habitación. Su habitación.

Siempre había amado las mañanas; la luz nueva y suave, el aire fresco y limpio, las posibilidades de lo que traería el día por delante. Pero desde que conoció a Magnus, las mañanas significaban una profunda sensación de pérdida y el comienzo de un angustioso deseo de sentir sus fuertes brazos alrededor de él, y su cuerpo contra el suyo una vez más.

Apretó la almohada más fuerte mordiendo el suave material mientras moría por la pérdida de esos labios perfectos. Sintió un frío roce en la parte posterior de su cuello y supo que su hombre estaba con él, aunque solo fuera en forma de espíritu. Una pequeña sonrisa jugó en sus labios. No era lo suficientemente bueno, pero era mejor que nada.

-"Buenos días, amor. Ya te extraño, sabes"- dijo en voz baja a la habitación silenciosa.

Cuando conoció a Magnus y se dio cuenta de que podía comunicarse con él de esta manera, se sintió muy incómodo al hablar con alguien que técnicamente no estaba allí, pero incluso después de este pequeño espacio de tiempo, ya no le molestaba en absoluto.

Rodó sobre su espalda y miró hacia el techo, sintió la sábana resbalar de su pecho. Es más como ser sacado debajo de su pecho. Incluso en esta forma, Magnus no podía mantener sus manos para sí mismo. Sonrió y puso sus manos detrás de su cabeza, entrelazando sus dedos para acunar su cráneo. Dedos invisibles bailaron sobre su pecho, arrastrándose a través de la nube de vello, sobre sus costillas y hasta su vientre. Soltó un gemido y cerró los ojos, imaginando que Magnus estaba ante él en forma corpórea.

Mientras disfrutaba de sus suaves caricias y el ocasional roce de besos fantasmales, comenzó a pensar en lo que podría hacer por Magnus para demostrarle cuánto le importaba. Tendría que ser esa noche, quería poder tenerlo físicamente delante de él, de lo contrario no tendría mucho sentido. Siguió repasando las conversaciones que habían compartido y una sobresalió.

La tristeza de Magnus por la pérdida de no poder ver o sentir la luz del sol nunca más. Lentamente, una idea tomó forma en su mente y sonrió un poco más ampliamente, sintiendo un fuerte pellizco en el costado de la cadera.

-"¡Aw! ¡Oye! Está bien, está bien, lamento no estar concentrado, pero fue por una buena razón, lo prometo"

Se sentó más en la cama, tratando de no dejar que sus pensamientos lo delataran. La siguiente parte iba a ser difícil, pero no podía tener a Magnus cerca mientras preparaba su sorpresa, respiró profundamente

-"¿Eh, cariño? Necesito que hagas algo por mí. Quiero hacer algo especial para ti esta noche, para los dos, pero principalmente para ti y quiero que sea una sorpresa. ¿Podrías, um, tal vez... desaparecer completamente durante el día?"

Alec hizo una mueca mientras miraba alrededor de la habitación, esperando una señal de que había sido escuchado y esperaba que lo entendiera. No pasó mucho tiempo antes de que obtuviera su respuesta.

Con un perplejo asombro, vio cómo su viejo oso de peluche se levantaba de la silla en la esquina y parecía flotar a través de la habitación hasta alcanzar el extremo de la cama. Alec se encontró retrocediendo un poco como si el juguete inofensivo fuera una especie de animal al acecho.

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Que les pareció?

Se que todavía no queda claro lo que dice Magnus sobre Alec, así que un adelantito, al ser su salvación, quiere decir que lo liberara de esa media vida, por como se pone Magnus ya se imaginan hacia donde va...

Espero les haya gustado, nos leemos en la siguiente actualización😘🤗