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Capítulo 18

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También a quienes han dejado sus votos y continúan leyendo, muchas, muchas gracias💜💙👻



Ya sabemos que sucedió en el pasado y pues bueno, como dije, creo que ambos se equivocaron. Y las acciones de Catarina desencadenaron la tragedia 😢

En este capítulo tenemos un poco de la versión de Magnus...











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Alec se sintió nervioso por el resto de la tarde. Trató de dejar de pensar en todo y comenzó a lavar las paredes del comedor, pero después de darse cuenta de que había estado lavando el mismo lugar durante media hora, se dio por vencido. Se las arregló para avanzar un poco, pero eso fue todo. Pensó en su laptop en la habitación libre, intacta desde que se mudó, aunque si no podía concentrarse en una tarea tan sencilla como lavar correctamente una pared, entonces no tenía ninguna posibilidad de comenzar a escribir.

Decidió plantarse delante del televisor y ver algo ahí, sin embrago, después de darse cuenta de que se estaba quedando dormido, decidió que salir a hacer algo podría ser una buena idea.

Salió por la puerta de atrás y miró a su alrededor, ya no había mucho jardín, a excepción de los rosales de Magnus. Sintió que le hormigueaba la piel cuando pensó en su primer encuentro allí en la oscuridad, en la tormenta. Era como algo salido de una novela romántica, pero no pudo evitar la sonrisa que curvó sus labios cuando pensó en ello.

Especialmente ahora que sabía lo que era ese torso musculoso sin una camisa mojada. Tan caliente. Sus dedos formaron un puño en sus costados mientras pensaba en cómo se sentía bajo sus manos. Y tendría otra oportunidad para sentirlos de nuevo esta noche. Esperaba.

Realmente no había estado preocupado sobre cómo se veían los terrenos antes, estaba más preocupado por organizar el interior de la casa, pero no dejaba de pensar en las rosas de Magnus y en su deseo de que él las cuidara. Fue al cobertizo del jardín y encontró una pala y un azadón de aspecto oxidado. Nada como el trabajo físico para despejar tu mente de las cosas. Bueno, con suerte.

Comenzó a picar en la tierra crecida, arrancando la espesa hierba que cubría la cama de flores. Después de eso, usó la pala para excavar los pocos arbustos que estaban más allá de cualquier ayuda posible, y decidió que iría al invernadero de la ferretería para elegir algunos nuevos. En algún lugar en el fondo de su mente, esperaba que este pequeño gesto pudiera suavizar el golpe de su visita a Catarina.

Trabajó hasta la tarde y estaba satisfecho con su progreso. Había esperado que Magnus diera a conocer su presencia mientras trabajaba, pero no hubo ni un toque o un roce de labios fríos en su cuerpo. Se apoyó en la pala, enderezó la espalda, masajeando el punto justo por encima de su espalda baja que se sentía tenso por sus labores, luego volvió a guardar las herramientas en el cobertizo y entró a la casa.

Se dirigió al piso de arriba y se duchó antes de ir a buscar algo para cenar. Decidió recalentar el resto de su pasta de la noche anterior. Ahora que estaba dentro y la noche había comenzado a caer, su nerviosismo acerca de lo que pensaría Magnus regresó.

Cogió el tazón y entró en la sala de estar, encendiendo el televisor. Trató de perderse en un programa, pero se encontró a sí mismo comprobando la hora en su teléfono cada diez minutos, algo que tampoco estaba haciendo demasiado bueno por su apetito. A las nueve ya se había dado por vencido y se fue a la cama para intentar dormir un poco antes de que llegara Magnus.













Lo primero que percibió fue que lo arrastraban por la cama. Todavía no estaba completamente despierto, así que fue una experiencia bastante desorientadora, al siguiente minuto...

¡BAM!

Su trasero golpeó las tablas del suelo con un ruido fuerte. Gritó cuando un dolor se disparó desde el coxis por toda su espina dorsal.

-"¡Mierda! ¡Ay! ¡Carajo, eso duele!"- protestó, levantando una nalga de lado y frotando su dolorido trasero.

Abrió bien los ojos y levantó la vista desde donde estaba sentado en el suelo. Magnus estaba de pie frente a él, con los brazos cruzados sobre el pecho. Oh, oh, eso no es bueno. El primer pensamiento de Alec fue sentirse aliviado de que al menos estuviera allí. Y anhelaba rodearlo con sus brazos y probar esos perfectos labios suyos otra vez, pero incluso a la sombría luz opaca podía darse cuenta de que Magnus no estaba contento. De ahí el dramático anuncio de su llegada.

-"¡Esa boca, Alexander!"- espetó.

Podía escuchar una profunda respiración enojada y tragó saliva, preguntándose cuál sería su siguiente movimiento. Magnus podría tener limitaciones como fantasma, pero cuando era corpóreo, era una amenaza tanto para él como para cualquier otro hombre.

Cuando una mano se alzó frente a él, se echó hacia atrás, pero se dio cuenta de que era una ofrenda para ayudarlo a levantarse.

-"Oh, por el amor de Dios, Alexander, deja de lloriquear en el suelo, no es digno de ti. Necesito verte cara a cara para que puedas explicarme qué te poseyó para ir a visitar a ese demonio"- dijo Magnus, sus palabras eran secas y cortantes.

Esa era una buena señal, ¿no? Al menos estaba hablándole, era un comienzo.

Alec tomó su mano y se dejó levantar. Su coxis dio un pequeño chasquido de protesta por el repentino cambio de posición, pero no estuvo tan mal. No había daño permanente.

Sin embargo, Alec sintió un pinchazo de dolor diferente cuando, tan pronto como Magnus lo ayudó a ponerse de pie, soltó su mano y se volvió a cruzar de brazos, esta vez añadiendo el constante golpeteo de una bota.

-"Y bien, estoy esperando. Empieza a hablar, aunque no puedo imaginar nada que puedas decir a modo de explicación"- dijo.

Alec se sentía incómodo ahí de pie frente a él con sólo sus bóxers, pero no se atrevió a preguntar si al menos podía ponerse un par de pantalones de dormir. Magnus hizo un ruido de frustración y se acercó a la cómoda, abriéndola bruscamente de un jalón, agarró un par de pantalones y se los arrojó. Alec lo miró sorprendido. ¿Como diablos...? No podía ver su cara en la oscuridad, pero prácticamente pudo escucharle rodar los ojos.

-"Puedo escuchar tus pensamientos, Alexander, bueno, sentirlos, cómo te afectan. Ya sabes, feliz, triste, nervioso, enojado, ese tipo de cosas. Y aunque eso no viene al caso, así es cómo supe a dónde fuiste hoy. Vine para estar contigo y tú estabas aquí, pero cuando sentí lo que estabas pensando, supe a dónde te habías ido. Entonces, te contó toda la triste saga, ¿verdad? ¿Te dijo que estoy así porque ella fue mi Benedict Arnold?"

Alec lo miró, frunciendo el ceño- "¿Benny qué?"

Magnus soltó un gruñido de ira, se acercó a la cama y se sentó en el colchón. Él dio un bufido.

-"Quiero decir si ella te dijo que fue quien me traicionó a nuestros padres"

Alec se puso los pantalones para dormir y luego de dudar por un minuto caminó lentamente hacia la cama. Miró a Magnus, haciendo una seña hacia el lugar a su lado, él asintió brevemente y se sentó con cautela. Alec no dejaba de recordarse que había esperado algo así y que Cat le había dicho que lo hiciera hablar.

-"Si ella me lo dijo. Me contó todo, Magnus. Dios, debe haber sido horrible ser forzado a tener una relación con alguien a quien nunca podrías amar. Lamento mucho que hayas pasado por eso. Debió haber sido tan difícil"

-"¿Difícil? ¿Difícil? Difícil es tratar de enhebrar una aguja con los ojos vendados esto fue indescriptible. No tienes idea"- ladró.

Alec agachó la cabeza. No, en realidad no la tenía, pero sí sabía un poco acerca de las relaciones no correspondidas.

-"No tengo dudas de que lo fue. Mi corazón se rompía por ti durante todo el tiempo que ella me estuvo contando al respecto. Cómo fuiste capaz de soportarlo durante tanto tiempo, no lo sé. Yo no podría haberlo hecho, eso es seguro"

-"Entonces, ¿sabes que Catarina era mi esposa? ¿Y lo que ella me hizo?"- preguntó Magnus, su voz había perdido un poco de su tono enojado, pero todavía sonaba amargo.

-"Sí, Magnus, como dije, ella me contó todo. Aunque no creo que haya sido realmente un caso de hacerte algo, sino hacerlo por ti"

Magnus se puso en pie, fulminándolo con la mirada y Alec supo que realmente había metido la pata.

-"¿Por mí? ¿Por mí? ¿Estás loco, Alexander? La mujer me maldijo a esta existencia... a esta media vida. ¡Tiene suerte de que ya no quemen a las brujas o le haría una visita a esa mujer con los brazos llenos de leña y una caja de fósforos!"

-"¡Magnus! ¡Eso es terrible! Ella lo hizo para intentar darte otra oportunidad. Para tratar de compensar lo que había hecho. Ella lo siente mucho, ¿sabes? Si pudiera cambiar las cosas lo haría"

-"¿Y le creíste cuando te dijo eso?"

-"Sí, lo hice"

Magnus soltó un siseo de incredulidad y se alejó de él. Alec no estaba seguro de cómo manejar esto. Nunca antes había tenido que hacer algo así y lo único que podía pensar era que, a pesar de que su relación era muy nueva, no quería perderlo por esto. Se puso de pie e iba a poner sus manos sobre sus tensos hombros, pero se lo pensó mejor.

-"Magnus, no puedo imaginar el dolor que Catarina te causó, debió haber sido algo terrible. Puedo ver por qué perderías la fe en una persona y no confiarías más en ella. Pero espero que puedas confiar en mí cuando te lo digo, creo firmemente que ella lo hizo para tratar de ayudarte tanto como pudo. Era la única forma que encontró para intentar redimirse por lo que hizo. También le ha afectado a ella. Está tan atrapada aquí como tú"

-"Ja, pequeño consuelo. Ella puede caminar donde le plazca y hacer las cosas que quiera, mientras que yo estoy atado a esta casa y todos los recuerdos que contiene, e incluso eso se arruina por el hecho de que solo tengo unas pocas horas de existencia cada noche. ¿Por qué no podría haberme maldecido con poder caminar a la luz del día? Echo tanto de menos la sensación de la luz del sol en mi rostro y la vista del cielo azul. Todo lo que obtengo es oscuridad y luz de luna"- Alec vio que sus hombros se inclinaban hacia adelante y sintió que estaba tratando de esconderse. Alejarse de él.

Él no podía permitir que eso sucediera. Tenía que correr el riesgo de que, si lo tocara, lo rechazara para poder ofrecerle el consuelo que necesitaba. Extendió una mano y la colocó suavemente sobre su brazo superior, acariciándolo lentamente. Él se estremeció un poco, pero se alejó.

-"Sucede que yo amo la oscuridad y la luz de la luna porque te traen a mí. El día me da tortura tanto como a ti, parece que eres lo único en lo puedo pensar todo el día. Sé que lo que te pasó fue tremendamente injusto y que no debería haber sucedido, pero si no hubiera sucedido, entonces no te hubiera conocido nunca. Nunca hubiera llegado a sentir lo que siento cuando estoy contigo"

Puso su otra mano en el otro brazo y lo giró suavemente. Sintió un poco de resistencia al principio, pero no mucho. Magnus lo miró. La vista de esos bellos ojos oscuros tan llenos de tristeza hizo que el pecho de Alec doliera.

-"No necesitas maldecir la oscuridad, amor, porque estoy aquí para estar contigo en ella. La noche es nuestro momento, el de nadie más. Podemos hacer que la luz de la luna sea nuestro sol y contigo aquí a mi lado, brillará más de lo que podrían soñar mil soles. Sé que has sido herido y que has experimentado una pérdida, pero yo también. Podemos encontrar la fuerza juntos y usar cualquier poder que tengamos en nosotros para volvernos más cercanos"

El rostro de Magnus, que al principio había estado tan enojado y triste, simplemente se derrumbó. Se lanzó hacia Alec y tomó su boca con suficiente fuerza para empujarlo un paso hacia atrás. Sus brazos lo rodearon por la cintura y lo atrajeron con fuerza contra él, sus dedos se clavaron en su espalda como si temiera que desapareciera en cualquier momento.

Alec sostuvo a Magnus con la misma fuerza. Tan fuerte como lo había sido cuando se estampó en su boca y cuerpo, el beso en sí fue el más suave y estremecedor que jamás haya experimentado y le quitaba el aliento. Duró todo el tiempo que Alec podía permanecer allí sin desmayarse debido a la falta de oxígeno por no respirar lo suficientemente profundo.

Se apartó suavemente, jadeando por aire y haciéndolos reír a los dos. Magnus retrocedió y tomó su mano tirando de ella ligeramente.

-"Quiero simplemente estar contigo esta noche, mi amor. Sólo para sentir tu cuerpo contra el mío. ¿Podemos hacer eso?"- preguntó, sus ojos mirándolo inquisitivamente.

Alec sonrió suavemente antes de dejar un pequeño beso en sus suaves labios- "Por supuesto que podemos"- dijo en voz baja y cubrió el pequeño espacio que los separaba para pararse frente a él, tomar su camisa y quitársela.

Magnus se quitó las botas y Alec desató los cordones en la parte delantera de sus pantalones para tenerlo delante de él gloriosamente desnudo. Incluso en la oscuridad casi completa, Alec podía apreciar lo que tenía delante y deseaba ponerle las manos encima, pero esta noche no se trataba de eso y lo sabía. Magnus enganchó sus pulgares en la pretina de sus bóxers y sus pantalones de dormir, deslizándolo sobre sus caderas hasta que cayeron a sus tobillos antes de diera un paso para salir de ellos. Sintió que su rostro se calentaba al ver que los ojos de Magnus viajaban desde sus pies hasta su cabeza.

-"Por mucho que me encante verte en esos pantalones sueltos, nada se compara con tenerte así, Alexander. Eres la perfección, mi amor"

Alec sonrió tímidamente ante el cumplido. Tomó la mano de Magnus y ambos se metieron bajo de las sábanas suaves y frías.

Magnus yacía sobre el ancho pecho de Alec, con una mano a un lado de su cuello. El resto de su cuerpo prácticamente derretido contra su costado, no se veía ni un solo espacio vacío desde su pecho hasta sus pies. Dobló su pierna superior y la colocó sobre la de Alec, mientras que él acariciaba la cálida piel de su cuello y hombro con un murmullo de satisfacción.

-"Por mucho que haya amado nuestras dos últimas noches juntas, estar contigo así sólo abrazándote en la cama, debajo de sábanas suaves y sentir tu piel cálida junto a la mía está más allá de las palabras"

Magnus le besó un lado del cuello y empujó su nariz contra él, tomando el limpio aroma de recién bañado que llevaba. Alec sonrió y besó la parte superior de su cabeza.

-"Sé lo que quieres decir, amor. Pero creo que hay algunas cosas de las que realmente deberíamos hablar. ¿De verdad odias tanto a Cat, como dijiste? Quiero decir, puedo entender por qué lo harías, pero pensé que después de todo este tiempo, te habrías calmado un poco"

Magnus suspiró.

-"Mentiría si dijera que todavía no tendría problemas para empujar a esa mujer debajo de un tren, pero no creo que alguna vez pueda perdonarla del todo. Tenía una buena vida, Alexander, y ella me la quitó. Por no mencionar al hombre del que creía estar locamente enamorado. Morí sin saber si estaba vivo o muerto después de que lo sacaron ese día. ¿Sabes lo horrible que es eso?"

Alec guardó silencio durante unos minutos- "Entonces, ¿realmente amabas a Elías?"

Magnus levantó la cabeza de su pecho para mirar su rostro. Él conocía esa mirada. La había visto en el espejo algunas veces.

-"Alexander, ¿estás celoso? O, mejor aún, ¿estás celoso de alguien que murió hace muchos años?"

Alec apartó la mirada y trató de parecer ofendido- "¡No! no, por supuesto que no, eso sería estúpido..."- exclamó, pero Magnus no iba a dejarlo ir.

-"Oh, eres el colmo, estás celoso. Que encantador. No temas, mi corazón, Elías fue mi pasado, pero tengo la sensación de que tú eres mi futuro, bueno, por así decirlo. Y para responder a tu pregunta, en ese momento pensaba que sí. Él era un joven tan atento, muy parecido a ti en ese aspecto. Pero cuanto más tiempo paso contigo, Alexander, más me doy cuenta de que esto, nosotros, es algo mucho más profundo de lo que Elías y yo compartimos"

Se recostó y dejó pequeños besos en el costado de su pecho.

Alec sonrió en la oscuridad. Sabía que era infantil y erróneo, pero las palabras de Magnus le daban un sentimiento de satisfacción. En su mente, su subconsciente estaba allí de pie con las manos en las caderas, medio inclinado y con la lengua hacia fuera haciendo una trompetilla como un pequeño niño insolente.

-"Detente, sé lo que estás pensando, jovencito"- dijo Magnus, dándole una suave palmada en el hombro pero sin levantar la cabeza.

Sí, nota para sí mismo, no insultes al ex novio cuando tu actual pueda leerte los pensamientos.

-"Lo siento. No pude evitarlo. Tal vez podríamos intentar averiguar qué le sucedió a Elías. Estoy seguro de que podríamos encontrar algo sobre él"

Magnus levantó la cabeza.

-"¿Harías eso por mí? ¿Aunque pensar en él te ponga verde de envidia?"-

Alec sonrió y le besó la frente- "Si eso significa tanto para ti, entonces sí, lo haría. No creo que tenga mucho que temer de tu o tus ex's. No has tenido demasiados de tu profundo y oscuro pasado, ¿verdad? Puedo lidiar con uno o dos, pero no creo que quiera saber si hay más, tendría demasiado miedo de sufrir comparaciones"

Magnus dio un bufido de risa- "Oh, estoy seguro de que no te compararía, mi amor. Algunos de ellos fueron bastante ordinarios. Esos gemelos, especialmente. Es cierto lo que dicen sobre ellos, por cierto, pueden verse igual, incluso sonar igual, pero no fo–"

Alec soltó un grito como si hubiera sido herido y se cubrió los oídos con las manos- "¡Argh! ¡Suficiente! Te dije que no quiero saber. Demasiada información, amor"

Magnus se rió entre dientes y le apartó las manos- "Disculpas, Alexander, me dejé llevar. De todos modos, estoy seguro de que también tienes tu justa cuota. ¿Debería sacudir mis cadenas para alguien?"

Cuando él no respondió, Magnus se apoyó en un brazo y miró a su novio. Frunció el ceño cuando vio que estaba mirando hacia otro lado.

-"¿Qué sucede, mi corazón, qué he dicho para molestarte así?"- puso una mano en el rostro de Alec y suavemente la atrajo al suyo"

-"Magnus, pensé que ya lo sabrías. Nunca antes he tenido a nadie más"

Alec sintió que su rostro se calentaba de vergüenza. Magnus parecía confundido y de alguna manera eso era peor que una mirada de compasión o disgusto.

-"Sabía que no tenías mucha experiencia, pero pensé que tenías alguna. ¿Por qué tuve la sensación de que estabas escapando de algo o alguien cuando viniste aquí?"

Alec había temido que este momento llegara. Era como ser atrapado en una mentira y no tener un solo lugar para esconderse o cualquier excusa para ello. ¿Le contaba a Magnus sobre Jace y lo qué pasó? ¿Pensaría que era un idiota inexperto después? Y, lo que es peor, ¿todavía querría estar con él cuando lo supiera?

-"Alexander, dime de qué se trata. No podría ser peor de lo que pasé. No tenía a nadie con quien hablar sobre este tipo de cosas. Tú si. Me tienes a mí, puedes decirme cualquier cosa, mi amor, no te juzgaré, lo prometo. No podría. No después de haberme mostrado la misma cortesía. Yo tampoco iré a ningún lado, si eso es lo que te preocupa"

Alec todavía vaciló. Viejos miedos aún corrían justo debajo de la superficie. Sabía que era justo compartir su pasado con Magnus ahora que conocía el suyo, pero todavía era difícil sacar las primeras palabras.

Tomó una respiración profunda y se preparó para lo que estaba por venir.

-"Salí de la ciudad por lo que sucedió con mi mejor amigo. Ex mejor amigo ahora, estoy bastante seguro. Sabía que era heterosexual, tan hetero como el que más, pero eso no impidió que me sintiera de la manera en que lo hice. Nunca le dije que era gay, porque siempre tuve miedo de que ya no quisiera estar cerca de mí si se enteraba. Algunas personas se ponen así de raras, lo he visto suceder. Entonces, oculté eso y lo que sentía por él durante años. Pero la noche del funeral de mis padres, Jace me llevó a un bar y bebí demasiado, terminé besándolo, justo delante de todos. Fue el peor momento de mi vida aparte de perder a mis padres. Él estaba bien al respecto o eso fue lo que dijo. Simplemente lo ignoró porque yo era un borracho emocional, pero las cosas cambiaron entre nosotros después de eso. Nunca dijimos nada sobre ese momento, pero es lo que no se dijo lo que hablaba a grito"- dijo Alec.

-"Regresó a casa y me dejó para recoger los pedazos. Traté de volver a trabajar, pero mi corazón ya no estaba ahí y la idea de haber perdido tanto a mi familia, como a mi mejor amiga, era demasiado. Siempre quise escribir una novela, así que después de que duré un año con muy poco contacto o noticias de Jace, empaqué y me mudé aquí después de encontrar esta casa. Tú lugar"

Magnus esta vez se sentó, así que lo estaba mirando. Alec no estaba seguro de cómo leer lo que vio en su rostro; estaba cambiando tan rápidamente que era difícil mantener el ritmo. Lo siguiente que supo, fue que Magnus había llevado sus labios a los suyos y lo había besado larga y duramente.

Al principio, se sorprendió por su reacción y esperó que no fuera el gesto de despedida que había estado esperando. Cuando Magnus levantó la cabeza, Alec se quedó sin aliento y rezó porque no fuera la última vez que experimentaba un beso así. Él lo miró, con las manos alcanzando su rostro.

-"Nuestra"- dijo Magnus suavemente y Alec frunció el ceño.

¿Qué diablos quería decir con eso? Al menos no había sido un adiós.

-"Nuestra casa, Alexander. Tuya y mía. Pasado y presente combinado. ¿Cómo podrías pensar que te dejaría por algo así? Por un lado, técnicamente no puedo ir a ningún otro sitio de todos modos, pero he esperado más de cien años por ti. ¿Honestamente piensas que me desperdiciaría la oportunidad de estar con alguien que, probablemente sea mi alma gemela, sólo por su inexperiencia?

-"No me importa si has estado con una persona o cincuenta, lo único importante es que estás aquí, conmigo, ahora"

Alec sintió que su corazón se hinchaba en su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas y luchó como loco para contenerlas. Dejó escapar un suspiro que no se había dado cuenta de que había estado reteniendo y tiró de Magnus hacia él, esperando devolverle el beso que le había dado momentos antes.

Cuando los labios finalmente se separaron, se acomodaron en la cama una vez más, ambos con sonrisas satisfechas en sus rostros. Se abrazaron en la oscuridad, felices de compartir su calor el uno con el otro.

-"Entonces, a la luz de una completa revelación, ¿hay algo más que deba sobre tu pasado? ¿Hay algo que pueda volver a atormentarnos además de ti?"- le preguntó Alec, sintiéndose más valiente ahora que sabía que Magnus no iría a ninguna parte.

-"Muy gracioso, Alexander, pero no, no lo creo. Nada que se me ocurra de todos modos. Si quieres saberlo, está el hecho de que no me gusta el color verde, no bebo café, me gusta una buena copa de vino, rojo o blanco, no soy quisquilloso. Prefiero dar y no recibir en la cama, pero por ti haría una excepción, y no me importa estar atado, así que siéntete libre de explorar ese lado de mí la noche que consideres conveniente"

Alec hizo todo lo posible por asimilar toda la información que le acababan de dar, sintiendo las mejillas coloradas cuando pensó en su 'castigo' de la noche anterior. Sintió que su entrepierna se movía al recordar la forma en que la áspera cuerda se había sentido en la sensible piel de sus muñecas y la maravillosa sensación de impotencia cuando Magnus había recorrido su cuerpo. Una sonrisa se formó en sus labios cuando pensó en la posibilidad de atar a Magnus de la misma manera. Aparentemente, su pene también tenía buena memoria y se endureció debajo de la sábana suave. Magnus soltó una risita profunda.















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Ya se me hizo costumbre los dos capítulos, así que continua en el siguiente...

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