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Adivinen quien aparece de nuevo... y no es Jace 🙄

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Se sentó lentamente y miró la hora. 7:30 am. Entonces recordó, Simon vendría a ayudarlo con el comedor.

-"Es hora de levantarse, cariño. Simon estará aquí pronto"

Se puso de pie, y mientras iba hacia los cajones por algo de ropa sintió algo suave golpear su espalda; se giró rápidamente, miró hacia abajo y vio a Ted en el suelo detrás de él. Alguien estaba celoso.

Cogió a su viejo amigo de infancia y suspiró.

-"¿En serio, Magnus? ¿De verdad crees que era necesario? No hay nada entre Simon y yo, te lo prometo, ¿de acuerdo? No tienes que estar celoso. Ahora, ¿te comportarías hoy, por favor?

Se quedó ahí de pie con las manos en las caderas esperando una señal como respuesta. Sintió la sensación familiar de un beso invisible en su mejilla, luego en su frente y sonrió.

-"Así me gusta, voy a bañarme"

Caminó al baño y sintió que tiraban hacia atrás de la cinturilla de sus bóxers, el elástico regresando contra la parte inferior de su espalda.

-"Amor, compórtate"- intentó sonar serio, pero en realidad no funcionó.

Se duchó y secó rápidamente, estaba de pie frente al espejo empañado por el vapor, a punto de afeitarse, cuando escuchó un chirrido frente a él. Mientras miraba detenidamente, un corazón se dibujó en la condensación y sonrió cuando las letras "A" y "M" aparecieron en el centro. Más palabras comenzaron a formarse debajo de éste.

NO AFEITAR

Alec se rió y negó con la cabeza, parece que a Magnus le gustaba el aspecto rudo. De acuerdo, podría darle eso. Se vistió para después bajar las escaleras por algo de comer antes de que comenzara el trabajo. Cogió una taza del armario, encendió la cafetera, fue a la nevera y sacó un bote de yogur. Mientras esperaba el café, se apoyó contra el mostrador, sintiendo dos brazos alrededor de su cintura. Una suave sonrisa se dibujó alrededor de la cucharada de su desayuno y sintió que la suave presión aumentaba.

-"Yo también te extraño, amor. Estoy deseando que llegue esta noche"

Oyó el sonido de un automóvil que se adentraba por el camino de entrada y supo que era Simon. Estaba a punto de dirigirse hacia la puerta cuando sintió un fuerte agarre en su entrepierna, deteniéndose con un sobresalto.

-"¡Magnus! Por Dios, para ya. No tienes que preocuparte, ¿sí? Ahora basta, soy tuyo, ¿de acuerdo? Y esa es tu propiedad, lo entiendo"

Esperó a que la presión se calmara y cuando finalmente lo hizo, se dirigió a la puerta.

Simón, en su habitual personalidad sonriente subió, las escaleras y pasó junto a él para entrar a la casa, extendiendo una mano para darle una amigable palmadita en el hombro.

-"Buenos días, Alec, ¿listo para un poco de diversión húmeda y caliente?"- dijo mientras entraba. Debe haber notado la mirada extraña en el rostro de Alec, porque soltó una risita- "¿Por el vaporizador para el papel tapiz? Ya sabes, ¿caliente, húmedo? Lo siento, fue un mal chiste"

Alec soltó una risa débil, más por alivio que nada. Sin embargo, todavía estaba preocupado por lo que Magnus iba a pensar sobre el humor de Simon; unos segundos más tarde obtuvo su respuesta, iba a cerrar la puerta cuando lo escuchó soltar un grito. Se volvió para mirarle y lo vio frotándose la mano.

-"Debe haber sido un poco de estática. Estaba apoyándome en el sofá, vaya, eso fue una buena sacudida"- dijo Simon.

Alec sólo asintió de reconocimiento. Cuando cerró la puerta, levantó los ojos hacia el techo. No le pasó desapercibido que la mano de Simon que había sido 'atacada' era la misma con la que le había tocado. Magnus.

-"Basta"- murmuró antes de darse la vuelta.

-"Estaba a punto de tomar un café, ¿quieres uno?"- le preguntó a Simon. Eso era bastante inocente, ¿verdad?

-"Si, seguro. Leche con dos gracias"- dijo, sonriendo- "Oye, ¿por qué no traigo el vaporizador y alisto las cosas mientras lo haces?"

-"Sí buena idea. Está en el cuarto de lavado"- le dijo Alec, y ambos se dirigieron a la cocina.

Las puertas no eran muy anchas y lo descubrieron cuando ambos trataron de pasar al mismo tiempo por la puerta de la cocina. Simon soltó una risita y retrocedió un paso, haciéndole un gesto a Alec para que pasara después de que chocaron. Alec entró a la cocina y cerró los ojos por unos segundos, sabiendo que esto tampoco iba a quedarse así.

-"No hagas nada estúpido, Magnus"- murmuro mientras se paraba en el mostrador, tomando otra taza.

Simon caminó detrás de él rumbo al cuarto de lavado cuando lo escuchó gritar. Oh Dios, ¿y ahora qué?

Se giró y lo vio frotándose la espinilla. Una silla de la cocina estaba colocada en un ángulo extraño hacia la habitación, lejos de la mesa.

-"Mi gran pie debió haberse atorado con la pata y me golpeé la espinilla. Ya sabes lo que dicen sobre los pies grandes"- le dijo con un guiño.

Alec quería correr hacia donde estaba y ponerle una mano en la boca para evitar que siguiera haciendo bromas coquetas, pero sabía que era totalmente imposible. ¿Se atrevería a preguntar?

-"Ah, no, ¿qué dicen?"- dijo con voz un poco más alta de lo que había querido.

Por favor, no dejes que sea algo malo, por favor no dejes que sea malo, repetía una y otra vez en su cabeza.

-"Grandes pies, grande..."- comenzó y Alec se encontró conteniendo la respiración. Oh, mierda, iba a morir.

-"Zapatos"- dijo Simon, dramáticamente.

Alec dejó escapar un suspiro de alivio y soltó una carcajada. Sí, muy gracioso. Esperemos que el celoso novio fantasma también lo creyera. ¿Podía llamarlo así?

Simon entró al otro cuarto y Alec volvió a preparar sus cafés. Estaba a punto de poner una cucharada de azúcar en la taza de Simon cuando vio que se había derramado un poco en la encimera. Observó fascinado cómo un dedo invisible escribía en los finos granos blancos.

'¡IDIOTA!'

Debajo de la palabra una flecha apuntaba hacia la puerta de la lavandería.

-"¿Eso es para mí?"

Alec saltó, volviéndose para ver a Simon parado detrás de él. ¡Oh demonios! Él vio el azúcar, pensó, y su mente comenzó a trabajar en cómo podría ocultarlo. Pero, ¿cómo diablos iba a explicar esto?

Buena suerte, genio.

-"Ese café, ¿es mío?"-dijo Simon señalándolo.

Alec soltó una pequeña risa que sonó demasiado fuerte. Simon frunció el entrecejo mientras agarraba la taza.

-"¿Exactamente cuántos de estos te has tomado esta mañana, Alec?"- dijo, con una ceja levantada.

Genial ahora estaba actuando lo suficientemente loco como para que se diera cuenta.

-"Es la primera, en realidad. Tuve una noche agitada"- le dijo Alec, tomando un sorbo de su taza.

-"Sí, estar despierto la mitad de la noche te deja hecho un desastre"- respondió Simon, asintiendo.

Alec se medió atragantó con el café demasiado caliente y lo cubrió aclarándose la garganta.

-"Sí, me pone duro. Quiero decir se me hace duro, me refiero a levantarme al día siguiente"- Oh Dios, cállate. ¿Qué diablos le pasaba esta mañana? ¿No debería estar súper relajado después de ese orgasmo que casi le voló los sesos?

Esta es tu primera pista, Sherlock. Todo ese volarte los sesos debería sonarte de algo.

Caray, tal vez la entrepierna de Magnus debería venir con una advertencia: 'Después de manipular, no opere maquinaria pesada, ni intente hablar en oraciones claras'. Su mente volvió a la noche anterior y la forma en que la dura longitud de su pene se había sentido en su mano, piel sedosa sobre hierro caliente. Tan jodidamente sexy como el infierno, haciéndote agua la boca, incluso se estremeció un poco. Sintió un pequeño pellizco en la espalda que le hizo sobresaltarse y casi derramar el contenido de su taza.

-"¿Estás bien? Parecías a millas de distancia. Si estás demasiado cansado, podemos hacer esto otro día"- dijo Simon, mirándolo, ligeramente preocupado.

-"No, no, está bien, quiero decir estoy bien. Una vez que reciba la dosis de cafeína, estaré listo"- dijo y le dirigió a Simon una sonrisa, esperando mermar el color que calentaba sus mejillas.

Nop. No funcionó Él todavía lo miraba como si no creyera nada de lo que acababa de decir.

-"Espero que no te estés enfermando. Te ves un poco sonrojado"- dijo e incluso llegó a ir tan lejos como para acercarse a poner una mano en su frente.

Oh mierda, aquí vamos de nuevo. La señal para un fantasma muy posesivo

Alec quería encogerse, esperando el próximo ataque de indignación espectral, pero pasaron unos minutos y todo permaneció en silencio. Tal vez Magnus se había calmado con la presencia de Simon.

Nop. Nuevamente incorrecto.

De repente, un fuerte pitido llegó desde afuera. Simon se giró y frunció el ceño.

-"Esa es la alarma de m camioneta, ¿qué diablos...?"

Simon se dirigió hacia la puerta y casi había llegado a ella cuando se abrió con fuerza, golpeándolo en la frente. Dio un grito y se echó hacia atrás, frotándose la cabeza. Alec maldijo en voz baja, antes de acercarse a él. La alarma todavía estaba sonando en su entrada. Gracias a Dios no tenía vecinos.

-"Mierda, ¿estás bien? Déjame ver"- dijo Alec, inspeccionando su frente.

Había una pequeña marca roja pero afortunadamente nada permanente o de gravedad.

-"El viento debe haberla empujado. Estos viejos lugares cambian tanto los marcos de las puertas que probablemente esté deformado. Creo que viviré. Quiero decir, podría recuperarme, si le das un besito para que mejore"- Simon lo miró a través de esas gafas con montura oscura, que hacían que sus ojos lucieran aún más grandes de lo que ya eran.

Alec soltó una risita. Tenía que admitir que Simon era muy mono, si te gustaba el tipo nerd, pero no encendía ningún tipo de fuego en él como Magnus. El fantasma era un completo pirómano cuando se trataba de eso y él estaba más que dispuesto a entregarle una caja de fósforos.

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Este capítulo fue algo corto, creo, Así que les dejo uno más.

Continua en el siguiente...