Capitulo XVII
La audiencia comienza la semana siguiente, pero Steve no es llamado a testificar hasta el tercer día.
Esperando en un amplio pasillo, se apoya en la pared y se golpea nerviosamente con el dedo índice a un lado del muslo.
Lleva su traje militar oficial, uno que no usa desde 1944. El corte es diferente, más moderno, pero finalmente es ropa familiar con la que se siente cómodo.
Las grandes puertas negras se abren frente a él y lo invitan a pasar. Se pone de pie correctamente, se reajusta el uniforme y entra. Esto no se parece en nada a un juicio público: sin audiencia, medios de comunicación ni jurado. Natasha está sentada en una mesa con agentes armados en posición en cada rincón de la habitación. El coronel Fury está sentado a un lado, mirando al margen. Delante, hay un gran banco que se eleva, con tres personas esperando con expresiones severas. Un hombre alto con cabello gris y rasgos faciales delgados y afilados, otro con rostro redondo y ojos pequeños que perforan a través de lentes rectangulares y una mujer, un poco mayor, con cabello rubio oscuro recogido en un pulcro moño.
Se detiene para pararse frente a ellos, tratando de evitar que sus ojos se muevan en su dirección.
"Capitán Steven Rogers", comienza el hombre alto en el centro. "Gracias por venir hoy. Como en cualquier tribunal, y como testigo, se espera que responda todas las preguntas con sinceridad. ¿Eso se entiende?"
Asiente y luego se le invita a sentarse.
"¿Cómo conociste a Natasha Romanoff?" el hombre de las gafas empieza.
"Ella estaba en las instalaciones de Rusia donde estuve encerrado durante tres meses. Ella era la encargada de servir de enlace entre sus superiores y yo ", responde.
Él la mira y la encuentra devolviéndole la mirada.
"¿Está mal decir que ella también estuvo a cargo de su inducción en misiones extragubernamentales?" otro pregunta.
El asiente. "Es correcto. Según las órdenes del coronel Petranov ".
El triunvirato parece descartar su comentario como superfluo.
"Supuse que está aquí para compartir su testimonio del trato cruel que recibió de Natasha Romanoff durante su cautiverio", continúa el hombre de las gafas mientras hojea las páginas, "pero el informe que tengo aquí sugiere que está aquí para testificar a su favor. ¿Lo estoy leyendo bien? "
"Sí", responde. "Estoy aquí para traer nuevos hechos que ciertamente pueden diferir de lo que tiene en sus archivos".
Los tres jueces se miran entre sí. "Estamos escuchando, Capitán Rogers".
Steve se vuelve para mirar a Natasha de nuevo. Ella está mirando con atención.
"El agente Romanoff fue todo lo que mencionaste antes, pero no solo", comienza. "Ella me ayudó."
"Pero eras su prisionera, ¿no?" pregunta la mujer.
Aprieta los labios pero no aparta los ojos de ella. "Eso pensé al principio", dice en voz baja con las pupilas vacilantes, "hasta que me di cuenta de que ella también. No del tipo descarado como yo, más insidioso y cruel. No hubiera escapado sin ella. Ella se liberó, se volvió contra su propia gente y me dejó salir ".
"¿Así que huyeron juntos?" pregunta el hombre alto.
"Si. Ella es la que nos llevó a San Petersburgo ".
El triunvirato vuelve a compartir miradas silenciosas.
—Con el debido respeto, capitán, y no pretendo menospreciar su juicio, ¿no se le ocurrió que todo esto podría haber sido escenificado? pregunta la mujer. "¿Una táctica implementada junto con el coronel Petranov para que ella pudiera ganarse su confianza?"
Él frunce el ceño. "No", objeta.
"¿Vio al coronel Petranov durante su fuga? ¿La viste físicamente neutralizar a uno de sus compañeros de equipo para ayudarte? "
"No lo hice, pero eso no ..."
"¿Se encontró con algún agente en su viaje a través de la tundra? Me cuesta creer que puedas pasar desapercibido en circunstancias tan agotadoras ".
"Ella creció allí. Conocía el lugar mejor que nadie ", defiende.
"¿Entonces ella burló a todos?" el hombre de las gafas interviene con ironía.
Natasha mira hacia la mesa con una expresión resignada. Fury está sentado en silencio con las piernas cruzadas.
"Fuimos atacados en el tren y en la estación", protesta Steve. "Y ella no dudó en neutralizarlos".
Los tres jueces se encogen de hombros. "Podrían haber sido un daño colateral, un pequeño sacrificio para que ella cumpliera su misión. Por lo que sabemos, podrían haber sido agentes rivales de otra agencia de inteligencia ".
Él sacude su cabeza. Nada de esto tiene sentido y sabrían si habían estado allí con ellos, o si no estaban tan decididos a hacer de Natasha su chivo expiatorio para satisfacer algún sentido personal de justicia.
"Si realmente buscas lograr justicia y acusar a alguien que es culpable, no tienes a la persona adecuada. Deberías ir tras Petranov. Romanoff siguió las órdenes hasta el día en que se detuvo ".
"Excepto que Natasha Romanoff también es responsable de sus propios crímenes. ¿Leíste sus archivos?"
De hecho, alguien se había asegurado de entregarle algunos de ellos. Leyó algunos y luego se detuvo. No tuvo que leer todo lo que ella hizo para tener una idea de su pasado criminal. El siempre lo ha sabido.
"Reconozco a una víctima cuando la veo. Y no puedo fingir que aparto la mirada una vez que lo he hecho. Sé lo que ha hecho, pero también sé que nunca tuvo otra opción. Y finalmente lo tomó hace un par de semanas cuando se escapó conmigo ".
Mira a Natasha intensamente. Y se da cuenta de que este juicio ha sido la ocasión para decirle lo que piensa de ella. Algo que ella nunca le escuchó decir, y que tal vez nunca escuchó a nadie decir.
Cuando la mira, realmente ya no ve a la Viuda Negra, aunque ella está allí, ve a Natasha.
La niña abandonada en la tundra.
La ex bailarina.
La prisionera.
La sobreviviente.
Espera que ella pueda ver todo esto en sus ojos. Y parece que lo hace; sus ojos se llenaron de gratitud.
El hombre alto se aclara la garganta. "Capitán Rogers, ¿está enamorado de Natasha Romanoff?"
Ligeramente sorprendido, se vuelve para mirar al juez y luego vuelve a mirar a Natasha. Ella lo está mirando con la boca ligeramente abierta y respira profundamente.
La respuesta es obvia. Y se vuelve hacia el juez de nuevo.
"No lo soy", responde. "Simplemente estoy diciendo las cosas como las he visto sin ningún prejuicio que empañe mi juicio. Como ustedes mismos dijeron, yo estaba prisionero allí: debería tener todas las razones para querer que ella fuera castigada. El hecho de que no pruebe que no es todo lo que parece en este tribunal. Ella podría convertirse en otra cosa ... si la dejas ".
"El mundo ha cambiado en setenta años, capitán Rogers. Ya no se puede construir sobre buenos sentimientos ", comenta el hombre de las gafas.
"Estoy muy consciente. Luché contra los nazis ".
La habitación se vuelve profundamente silenciosa. El triunvirato se mira el uno al otro, mientras Fury mira a cada persona en la habitación desde su rincón oscuro.
Los jueces agradecen a Steve por su testimonio y él se retira. No está seguro de haber hecho una diferencia, pero se alegra de poder ser la voz disidente en esta sala.
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Unos días después, Steve está solo en el apartamento, navegando por Internet. No sabe si alguna vez se le permitirá volver a ver a Natasha, pero teme que pronto sea trasladada fuera de la sede de SHIELD.
Oye un golpe en la puerta. Va a abrir y entra el coronel Fury. No lo ha visto desde que dio su discurso en la audiencia.
El coronel es su habitual severidad, aunque su comportamiento es un poco menos rígido que inusual.
"La audiencia ha terminado", comienza. Steve se apaga. "Para ser más específico, fue abortado".
Steve frunce el ceño. "¿Por qué?"
"Tuve una conversación franca con una autoridad superior al triunvirato y el juicio fue cancelado. Los cargos han sido retirados ".
Steve está desconcertado. "¿Por qué?"
Fury se sienta en la silla frente a él. "Porque pensé en lo que me dijiste el otro día en mi oficina. Ella es un gran activo y podríamos ser inteligentes y elegir convertirla en una aliada ... si demuestra que quiere serlo ".
"Entonces, ¿ella es libre?"
"No exactamente. No se le permite salir del país ni puede desaparecer del radar ".
Steve lo mira con curiosidad. "¿Por qué confías en ella?"
"Confío en usted, Capitán."
Natasha sale del confinamiento el mismo día, pero no se le permite salir de la sede hasta unas semanas después, después de que todos los consejeros y otros expertos lo hayan aprobado.
Cuando sale del edificio por primera vez, en un día soleado, encuentra a Steve esperando afuera, de pie junto a su motocicleta.
Ella sonríe. "¿Algo que te gustaría hacer hoy para celebrar?" él pide. La alegría les hace olvidar que ella debe informar en 36 horas.
Ella echa un vistazo a su motocicleta y luego a él, y una sonrisa se eleva en sus labios. "¿Qué tal si me muestras Brooklyn?"
Caminando por las calles de Brooklyn, ya no se siente solo. Ella lo ayuda a mezclarse con los demás transeúntes. Se olvida de ser consciente de no pertenecer por completo.
Su paseo lento y despreocupado contrasta completamente con su carrera por la tundra.
Después de su paseo, se sientan en un banco junto al río, ella mira el horizonte de Manhattan y él la mira a ella. Después de un rato, se aclara la garganta.
"Lo que respondí el otro día en la corte...", comienza. Echa un vistazo a la superficie del agua que brilla bajo los rayos del sol y luego a ella. "No quise decir eso."
Sí, mintió. Tenía que hacerlo si quería que su testimonio se tomara en serio, ya que significaba todo lo que decía, independientemente de la naturaleza de sus sentimientos.
Fue una pequeña mentira para proteger una verdad mucho mayor.
No espera una respuesta, sabe que Natasha no es del tipo locuaz.
Natasha lo mira de cerca. Entonces ella sonríe. "Y pensé que eras un mentiroso terrible".
De regreso a su apartamento, descaradamente se arrancan la ropa el uno al otro, anhelando mutuamente el toque del otro. Se dejan caer sobre la cama y ella toma la iniciativa.
Después de hacer el amor, ella se derrumba sobre su pecho, respirando con dificultad en el hueco de su cuello, sus manos alrededor de su cintura. Conoce las curvas de su cuerpo en cada detalle, y sus dedos trazan suavemente su silueta mientras ella besa su clavícula.
Después de unos segundos, ella arquea la espalda y se inclina sobre él, su rostro flotando unos centímetros por encima del suyo. Levanta la mano y delicadamente le aparta el pelo de la cara sonrojada. Ella se ríe, él no la ha escuchado reír por mucho tiempo, y le planta un beso en los labios.
Su jadeo disminuye y pronto, él mira sus fascinantes ojos verdes. No debería, pero ya está pensando en su toque de queda. "Nat", murmura suavemente, mirándola, de repente más grave. "Si no quieres quedarte aquí y vivir esta vida, te ayudaré".
Por doloroso que sea, podría vivir sin ella y enfrentar las consecuencias de su acción si eso puede ayudarla a ser libre. Ella, más que nadie, debería ser libre.
Espera sin decir una palabra, quiere que ella comprenda que rompería las reglas y aceptará ser visto como un criminal y un traidor por su propia patria por lo que él cree que es correcto. Para ella.
Natasha lo mira con una expresión ilegible. Ella sabe que lo dice en serio: haría por ella lo que ella hizo por él.
La luz de la luna cae sobre su espalda desnuda; sus ojos esmeralda se adentran en los de él.
"No quiero estar en ningún otro lugar", murmura ella. "No quiero correr".
Sus labios rozan los de él de nuevo, más ardientemente, y profundiza el beso. Les da la vuelta y la noche se alarga.
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Trabajando en su gimnasio local por la noche, Steve golpea metódicamente el saco de boxeo. Fury entra y da a conocer su presencia. Tiene un archivo.
Steve se quita las vendas.
"¿Está aquí con una misión, señor?" él pide. No es una sorpresa: Fury lo ha insinuado muchas veces.
"Lo estoy", dice.
"¿Tratando de traerme de regreso al mundo?" él comenta.
"Tratando de salvarlo".
Le entrega el archivo abierto con una foto del Tesseract y le habla de la situación.
"Hay un paquete informativo esperándote en tu apartamento", termina.
Steve toma aire. Es algo que ha estado esperando hacer durante algún tiempo, ahora.
"Si quieres acabar con este Loki, necesitarás un equipo", dice.
Fury lo investiga con una mirada expectante. "En efecto."
Steve cierra el archivo.
"Conozco a alguien."
Fin
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Excelente...
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