Se despierta algunas horas más tarde con la desagradable sensación de un espacio fresco a su lado, algo que tristemente ha conocido toda su vida pero que, hoy y considerando los eventos de la noche anterior, deja un sabor particularmente agrio.

Somnoliento abre los ojos y mira a su alrededor. Encuentra a Natasha sentada desnuda, mientras los rayos del sol resbalan y delinean delicadamente las curvas de su silueta desde el cuello hasta la cintura. Todavía le da la espalda, se ata el cabello y se pone la bata de algodón que recogió del suelo. Ella se levanta y va al baño.

Cuando regresa 15 minutos después, está vestida con su catsuit, lista para enfrentarse al mundo exterior. Ella mira en su dirección y sonríe levemente.

"¿Listo para verme abajo en 20?" ella pregunta suavemente, luego sus ojos se dirigen a su figura desnuda apenas envuelta en la sábana. "Me aseguraré de darle al dueño una propina generosa".

Él sonríe y reprime el impulso de ocultar el rubor de sus mejillas en la almohada. Cuando entra al baño un par de minutos después, oye que la puerta de la habitación se cierra poco después.

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Cuando parten juntos, la mujer rusa los mira con la misma expresión circunspecta, y sospecha que su expresión algo culpable, a diferencia de la estoica de Natasha, puede leerse fácilmente.

Salieron de la taberna y reanudaron su viaje por la llanura nevada. Medio día, dijo Natasha.

Ella no habla mucho. Y cuando lo hace, solo discute detalles estratégicos para mantener un perfil bajo. No debería exigir nada, pero desea que ella les permita discutir la noche anterior. Se pregunta si significa para ella lo que significa para él.

¿Pero qué significaba para él? No está seguro de poder responder claramente la pregunta. Lo que él sabe, sin embargo, es que no era solo físico. Tal vez ella simplemente quería desahogarse, o una distracción para poner todo en espera.

Pero no para él.

Ella no era una distracción o una especie de válvula de presión. Hizo lo que hizo anoche porque quería, realmente quería hacerlo. Un anhelo de extender su conexión. Debido a que es innegable, tienen una conexión, ella también debe sentirlo.

Ella no es cualquiera para él. Ella era diferente de todas las personas en esa instalación; ella es diferente de todos los socios con los que él ha tenido una misión; ella es diferente de todas las mujeres que ha conocido.

Antes de Peggy, nunca había conocido a una mujer tan fuerte e intimidante. Antes de Natasha, nunca había conocido a una mujer tan compleja y fascinante. Ella empuja los límites de su razonamiento.

Ella le ha enseñado que la naturaleza de las personas es demasiado intrincada como para dividirla en blanco o negro.

Si Natasha fuera un color, sería gris. Gris en toda su complejidad, en una combinación rica e insondable de los otros dos colores. No gris plata, porque esa mezcla es tan preciosa como sofisticada. Un color plateado que es inestable. A diferencia del negro que inmediatamente quedaría marcado por una gota de blanco, o el blanco manchado para siempre por una gota de negro, el gris de Natasha crece, se extiende y se espesa con cada nueva adición. Es un equilibrio justo y neutral entre los dos polos.  (T/N: la mejor descripción )

Al final del día, ingresan a la frontera de la ciudad. Natasha se pone la capucha y se dirige a la estación de tren. Ella va a la taquilla y regresa con dos boletos.

Esperan casi una hora para que el tren llame a la estación. Natasha observa meticulosamente sus alrededores, una mano agarrando el arma de fuego en el bolsillo de su chaqueta. La encuentra un poco tensa.

Eventualmente suben al tren y se dirigen a su vagón, a un compartimento de tamaño mediano que encuentran desocupado. Se quita la mochila y la pone a sus pies antes de sentarse junto a la ventana. Steve se hunde en el asiento de enfrente, junto a la ventana.

El tren parte unos segundos más tarde y se miran en silencio a los ojos por un momento. A medida que la arquitectura de la ciudad se desvanece lentamente en la distancia, Natasha se relaja progresivamente. Después de treinta minutos, se quita la chaqueta y la deja a su lado.

Han pasado un par de horas y el tren ha disminuido la velocidad para ingresar a la estación de una pequeña ciudad.

El tren no está obligado a llegar a San Petersburgo hasta el amanecer. Mira el reloj en su muñeca y suspira, antes de entrelazar los dedos de sus manos y comenzar a tocar sus nudillos. Los incesantes chasquidos y chirridos de las ruedas en el ferrocarril han invadido el vagón.

"Solo faltan 10 horas, Steve", comenta Natasha, mirándose las manos. Ella se quita los zapatos y pone los pies en su asiento, justo entre sus piernas. "Me pregunto qué podríamos hacer para pasar el tiempo. ¿Cualquier sugerencia?"

Una sonrisa torcida está jugando en sus labios.

Él pone los ojos en blanco ante su alusión, pero siente una ola de calor que lo atraviesa.

"Sin embargo, con toda seriedad, es bastante divertido pensar que fui tu primera desde 1945", comenta a la ligera.

Él resopla ruidosamente. "Tan mal, ¿eh?" él pide.

Ella se ríe para sí misma. Ella con indiferencia cruza los pies.

"No es exactamente la palabra que usaría", dice con voz ronca.

" ¿ Exactamente ?" él repite su palabra con una ceja arqueada y una creciente curiosidad.

Ella sonríe descaradamente. "¿Por qué? ¿También necesitas una calificación?"

Se da una palmada en los muslos. "He escuchado suficiente".

Se adelanta para levantarse y marcharse, pero ella presiona su pequeño pie sobre su pecho, su pierna estirada para alcanzarlo. Él se detiene y, usando su pie, ella lo empuja suavemente hacia su asiento.

"Realmente necesitas desarrollar un sentido del humor, Rogers", ronronea juguetonamente mientras desliza lentamente su pie por su pecho. Ella vuelve a poner el pie plano sobre el asiento.

"No eres fácil de leer", admite, mirándola a los ojos.

Ella muerde su labio inferior, silenciosamente tomando su comentario. Ella levanta su pie y lo presiona suavemente sobre su rodilla.

"¿Y esto es difícil de leer?" ella pregunta mientras su pie roza lentamente su muslo. "¿Qué tal si lo hacemos aquí y ahora? ¿Eso lo resolvería?"

Mirando fijamente su pie en movimiento, traga saliva nerviosamente.

"Estás faroleando", murmura.

"¿Lo estoy?" bromea, mordiéndose el pulgar, y su pie se desliza más arriba.

Respira nervioso, su cerebro se vuelve tan saturado que apenas puede pensar.

Unos pasos que se acercan la hacen bajar el pie.

"Creo que nunca lo sabremos", susurra descaradamente. Ella dobla las piernas debajo de sí misma mientras gira la manija de la puerta del compartimiento. Un hombre de unos cuarenta años, con un sombrero y un abrigo largo, se ve severo pero ajeno a la situación anterior, entra y se sienta a su lado. (T/N: que manera de cagar la diversión pinche vejete xD )

Ella mira a Steve con una sutil sonrisa y vuelve su atención a la ventana.

Definitivamente será un largo viaje.

Ha pasado una hora y el sol ha desaparecido detrás del horizonte. El hombre está sentado quieto, mirando inexpresivamente al frente, a veces mirando a Steve. Él responde con una sonrisa cortés, pero el hombre desvía la vista. Natasha tenía razón: debería acostumbrarse a la personalidad de las personas.

Suena el celular del hombre y él contesta. Natasha sintoniza fríamente. Responde en voz alta sin salir del compartimiento. Después de algunas palabras más que Steve traduce como asuntos triviales pertenecientes, el hombre cuelga y vuelve a guardar el teléfono celular en su bolsillo.

Natasha está mirando por la ventana otra vez, mirando el paisaje.

Su pie patea descuidadamente su mochila y cae sobre los pies del pasajero. El hombre frunce el ceño y ella se disculpa en ruso. Se aclara la garganta molesto y se inclina para alejar la bolsa. Ella repentinamente salta sobre su espalda, envuelve sus piernas alrededor de su pecho y cubre su boca con una mano.

El hombre salta sorprendido y busca algo en su bolsillo. Steve salta sorprendido justo cuando el hombre se arroja hacia atrás contra los portaequipajes para lastimarla. Su espalda golpea la barra de metal y suprime un fuerte gemido de dolor. Saca una pistola de su bolsillo y Steve la arroja con una patada y luego agarra sus manos para neutralizarlo. Natasha aprieta su agarre. Se las arregla para alejar la barbilla y abre la boca. Natasha rápidamente agarra su brazo alrededor de su cuello y lo abrocha.

Steve mira al hombre caer muerto en el suelo y luego mira a Natasha con una expresión de sorpresa.

"¿Cómo lo supiste?" preguntó.

" Saluda al pequeño, dijo: es un código antiguo de la época soviética", responde mientras toma su chaqueta y saca el arma. "Estaba a punto de pedir ayuda, lo que significa que hay otros hombres a bordo".  (T/N: Say hello to my little friend, entendí esa referencia xD )

"¿Cómo los encontramos?" él dice.

"Vendrán a nosotros", dice ella, poniéndose las botas, y luego ve una silueta oscura de pie detrás de la puerta del compartimento.

Lo abre y encuentra un arma apuntando a ella. Steve, de pie sobre la mano, agarra la mano del hombre y lo empuja rápidamente hacia adentro; vuela por el compartimento y aterriza sobre el cuerpo de su colega. Natasha salta sobre él y lo neutraliza.

Ella asoma la cabeza por el pasillo.

"Hay dos chicos más en el siguiente vagón", dice ella. "Yo me ocuparé de ellos. Quédate aquí y asegúrate de que nadie vea a estos dos. Si hay más agentes, debe esperar su visita en los próximos minutos ".

El asiente. "¿Y después de eso?"

Ella se encoge de hombros. "Supongo que son un pequeño equipo enviado como exploradores y ahora saben que estamos aquí. El tren acaba de hacer su última parada y ahora se dirige a San Petersburgo, lo que nos deja 9 horas para resolver algo ".

Ella habla colectivamente como si no fuera algo por lo que no haya pasado antes. Ella está tranquila y en control.

"tocaré una vez", le advierte y luego sale del compartimiento.

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Cuarenta minutos después, escucha un golpe en la puerta. Natasha entra despreocupadamente y deja caer su abrigo.

"Los dos hombres ya no son un problema. También exploré el resto del tren por seguridad". Ella deja caer una bolsa llena de comida en uno de los sofás. "Ah, y también hice una parada en el vagón de aperitivos".

Se da vuelta y mira al nuevo hombre tendido en el suelo. Como ella lo previó, un hombre entró en el compartimiento unos minutos después de que ella se fuera.

Ella se da cuenta de que todavía está respirando. "No planeo cuidar a este", dice casualmente.

"Bueno, no lo voy a matar", responde.

Natasha lo mira brevemente. Ella abre su mochila, saca un pequeño papel cuadrado doblado. Abre su botella de agua casi terminada, despliega el papel y vierte el polvo blanco que está dentro de la botella. Luego lo sacude ligeramente y se lo entrega a Steve.

"Haz que beba esto. Lo mantendrá dormido por un tiempo".

Se sienta y mira por la ventana: afuera está muy oscuro.

"Tal vez deberíamos salir ahora", dice Steve después de verter el líquido en la boca del agente.

"Estamos en el medio de la nada y de todos modos están atentos", dice ella. "Nuestra mejor opción es quedarnos. San Petersburgo sigue siendo nuestra única oportunidad de salir del país ".

Hace una pausa para reflexionar sobre un plan. "El tren está a salvo. No hay nada más que podamos hacer, nos deshacemos de estos, comemos y descansamos un poco ".

"Sin embargo, nos estarán esperando en la estación", dice.

"Y probablemente habrá hombres esperando si pensamos en bajar del tren antes de entrar a la ciudad".

Ella mira a los tres agentes tirados en el suelo y sonríe. "Buscarán a un hombre y una mujer que viajen juntos. Tal vez podríamos modificar eso. ¿Cuál es tu talla de zapatos?" (T/N: entendí esa referencia xD )

Desnudan a los tres hombres, los doblan, luego esperan después de la medianoche para ir y tirar los cuerpos del tren. Dejan al agente inconsciente en un compartimento desocupado vestido con nada más que calzoncillos y calcetines azules de tartán.

Vuelven a la suya, apagan las luces y cada uno se acuesta en un sofá. Pero tampoco puede dormir.

Ella se da vuelta tranquilamente de lado y lo mira. Se miran en silencio durante varios minutos. Es un tipo de intimidad diferente al de la noche anterior, pero igual de significativo. De alguna manera se comunican y comparten mucho en su silencio.

Que es la conversación no verbal más larga que ha tenido con una mujer.

Ella desliza una mano debajo de su sien.

"Esto va a funcionar, Steve. Puedes confiar en mi."

Su voz es gentil y tranquilizadora. A través de la oscuridad, él ve sus ojos verdes y los mira profundamente. Curiosamente, esto no es lo que le preocupa.

"Confío en ti", responde suavemente.

Se preocupa por lo que va a pasar con ellos después de que todo ha terminado.

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