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Capítulo Seis

Grell sonríe como un maniático al sentir a ambos vampiros tensarse.

Aquello sería divertido; y les enseñaría a no dejarlo insatisfecho y encerrado como un animal en el futuro. Un pequeño castigo no hacía mal a nadie, y menos si las posibilidades de un contraataque a posteriori eran tan deliciosas.

-Según lo que acordamos la noche de la fiesta, estamos reunidos aquí para discutir la posibilidad de que la compañía Funtom y las Bodegas Crevan comiencen a fabricar productos en conjunto- dice Sebastian-. Personalmente, tengo algunas ideas, y sé que mis socios aquí presentes tienen las propias, pero primero quiero oírlo a usted, ¿tiene alguna propuesta en mente?

Vincent asiente.

-En realidad, sí- dice-. Después de pensarlo, creo que fabricar una línea de dulces con alcohol es una gran idea, sobre todo ahora, que el invierno está cerca.

William aprieta los dientes cuando la mano aprieta su miembro, que estaba comenzando a endurecerse.

-Es una gran idea, sseñor- dice, escapándosele un siseo involuntario ante un apretón particularmente cariñoso-. Yo había pensado lo mismo, y tengo algunas sugerencias para estos d-dulces- disimuladamente lleva una mano debajo del escritorio, intentando quitar la del pelirrojo de aquella zona tan sensible. Todo lo que recibe es un mordisco sensual en la punta del dedo índice, lo que lo hace gruñir, y finge una tos para encubrir el sonido.

El moreno mira a Adrian en busca de apoyo.

-S-sí, también yo estuve pensando sobre el asunto, y creo que los bombones de cho-colate con licor son una excelente idea- aprieta los dientes. El híbrido había metido su mano en su pantalón y había comenzado a masturbarlo lenta y tortuosamente.

Vincent arquea una ceja.

-¿Se encuentran bien?- pregunta, algo confundido.

Ambos asienten rápidamente, con las mejillas sonrosadas.

-Estamos perfectamente, n-no se preocupe- dice el mayor.

William se limita a morderse la lengua para evitar que un vergonzoso sonido se le escapara al sentir el aire fresco de la habitación en su erección —ahora libre de los confines de su pantalón gracias a cierto pelirrojo—.

El joven Phantomhive sólo se encontraba sentado junto a su padre, viendo y oyendo todo muy atentamente ya que quería ser un buen director para la empresa cuando el tiempo llegara. Por eso, no se le escapan las miradas extrañas del moreno de ojos rojos, y se sonroja apenas, sin poder evitarlo. Tampoco escapa a su atención que en realidad los otros dos hombres no estaban tan 'bien' como decían estar. Sus respiraciones estaban ligeramente alteradas, y se sentaban demasiado rígidos. Además, un tinte rosado cubría sus mejillas.

-¿Están seguros?- pregunta- Parece que están algo acalorados- dice.

-No es nada, se lo aseguro- dice William-. Q-quizá una pequeña fiebre por el cambio de temperatura- jadea ligeramente al sentir una lengua caliente, suave y húmeda en la punta de su pene-. Prosigamos, por favor.

El humano asiente, convencido.

-Bien. Entonces, tenemos el concepto: bombones de chocolate Funtom rellenos de licor de las Bodegas Crevan- dice.

Sebastian asiente.

-Exactamente- responde-. En esta bandeja tiene muestras de todos nuestros licores, desde los clásicos whisky y brandy, hasta los licores de chocolate, naranja o menta- señala con un ademán a la bandeja de plata con pequeños vasos de licor, cada uno lleno de una bebida distinta.

Adrian aprieta sus manos en el borde del escritorio.

-Sí, aunque también puede probar nuestra selección de vinos, sidra o champagne si-ah gusta- intenta cruzar las piernas para dificultar el acceso a sus preciadas joyas, pero sólo logra fijar la mano del pelirrojo en ellas.

Grell exhala por la nariz, dando lamidas largas a la caliente erección del moreno, combinándolas con rápidas lamidas de gatito en el glande. Con la punta de la lengua, delinea una de las venas más prominentes en el falo, sintiendo cómo el hombre inhala agudamente.

Con su boca ocupada en torturar a William, sus manos se dedican a jugar con el miembro gloriosamente erecto del peliplateado, acariciando la punta con el pulgar, variando la presión de su agarre durante las largas y lentas caricias. Su otra mano masajea los pesados y testículos del vampiro, apretando de vez en cuando.

Mientras Vincent prueba la bebidas alcohólicas, el moreno se permite una muy breve expresión de placer al sentir como su pene es lentamente introducido a la caliente y húmeda boca del súcubo, y luego aprisionado con más fuerza por la estrecha garganta de éste.

Sebastian nota la extraña actitud de los otros dos vampiros y los mira de reojo, arqueando una ceja. El de lentes sólo niega rápidamente con la cabeza, y el mayor de los tres le indica con un movimiento de cabeza que viera debajo del escritorio disimuladamente.

El de ojos rojos lo hace, y abre mucho los ojos al ver la razón por la que sus hermanos estaban así.

Se recompone, y carraspea para llamar la atención de los invitados.

-Uh, ¿por qué no vamos al sótano? Allí guardamos más de nuestros productos, hay varios que incluso son colecciones privadas- dice-. Creo que algunos de esos quedarían excelentemente con el chocolate de los bombones.

William muerde su labio inferior, agradecido por aquello, y espera pacientemente a que los otros tres se retiraran, y justo a tiempo, ya que gracias a una succión particularmente fuerte se corre con un fuerte gruñido, profundo en la garganta del pelirrojo.

Cuando su mente se recupera de la blanca neblina post-orgásmica, toma el cabello rojo con fuerza, tirando de él y arrastrando a la criatura causante de su humillación fuera de la protección del escritorio, levantándolo hasta que sus pies cuelgan unos centímetros por sobre el suelo.

-¡Ah! ¡Oye, me duele!- se queja el híbrido, intentando zafar su cabello del firme agarre del moreno. Algo de semen manchaba la comisura de sus labios.

Adrian barre los objetos del escritorio con un brazo, dejando que los vasos de licor se estrellaran contra el piso y se rompieran en mil pedazos; y el otro arroja a Grell boca abajo sobre la superficie vacía.

-Ow...- el menor frota su cabeza con un puchero, ahora libre del fuerte tirón de cabello; a pesar de eso, no tiene mucho tiempo de recuperarse, ya que esta vez los mechones color carmesí son tomados ásperamente por Undertaker, que lo fuerza a mantener la cabeza apoyada en la madera.

Manos bruscas apartan la tela de la bata, dejándolo desnudo desde la cintura hacia abajo. El súcubo traga pesado, temblando ligeramente por el frío aire en la zona recientemente expuesta, muy excitado por el repentino cambio en el curso de los acontecimientos.

A pesar de esto, finge algunos sollozos suaves y fuerza algunas lágrimas de cocodrilo.

-¿Qué van a hacerme?- pregunta, actuando temeroso; y se le pone la carne de gallina al sentir el cuero de los guantes de William deslizándose por su espalda baja, su cintura, sus caderas, su trasero, y la parte de atrás de sus muslos.

El vampiro sólo gruñe y lo posiciona con las rodillas sobre el escritorio, dejando su trasero desnudo arriba en el aire, totalmente expuesto y vulnerable.

Un suave sonido de algo cayendo al suelo lo hace tensarse antes de sentir una mano desnuda acariciando una de sus nalgas. Gimotea y muerde su labio inferior, haciendo que una única gota color carmesí se formara sobre la minúscula herida.

Entonces los dedos en su pelo se aprietan, forzándolo a mover la cabeza, hasta que se encuentra con una gran y bonita erección justo frente a su boca.

-Chupa- ordena el peliplateado-. Tú lo comenzaste, tú lo terminas- presiona la cabeza de su pene contra los labios del menor, haciéndolos abrirse un poco.

El pelirrojo mira al mayor con ojos de perrito, húmedos y grandes, mientras abre la boca, tomando cada centímetro de largo y ancho dentro de esta, sintiéndolo abrirse paso en su garganta, cortándole el aliento. Traga alrededor del grueso falo, con su nariz rozando el vientre del vampiro, pálido y cruzado por una cicatriz; casi se sorprende por lo mucho que podía llegar a tomar, pero después de todo, su cuerpo estaba hecho para aquello.

Antes de poder pensar en otra cosa, la mano desnuda del moreno hace contacto con su nalga, haciéndola arder por la fuerza utilizada. Grell gime —tomado por sorpresa— alrededor del miembro del otro vampiro, enviando vibraciones por todo éste.

William vuelve a nalguearlo cinco veces más, seguidas, con apenas instantes entre golpe y golpe. El súcubo sólo gemía y temblaba, no era como si pudiera hacer mucho más en aquella posición.

Lágrimas falsas llenaban sus ojos, y con cada "sollozo" su garganta se comprimía alrededor del pene de Undertaker, haciéndolo echar la cabeza atrás, jadeante. La erección del propio pelirrojo goteaba presemen sobre la caoba oscura, comenzando a crear un pequeño charco en el escritorio.

Entonces las manos del moreno dejan de tocarlo y azotarlo, y sus pasos se oyen por el estudio. El menor tiembla de anticipación; él no poder ver dónde estaba William ni qué estaba haciendo, hacía que su mente comenzara a configurar algunos escenarios perversos.

El peliplateado, notando la falta de atención por parte del pelirrojo, comienza a embestir su boca muy rápido y con fuerza, jodiendo su garganta, y provocando que hiciera algunos ruidos de arcadas y succión.

El ritmo casi brutal que habían establecido es cortado por un zumbido en el aire, seguido inmediatamente por un fuerte chasquido, y Grell grita, sufriendo un espasmo al sentir aquel golpe totalmente distinto a los anteriores. Aquello no era una mano, no tenía la forma, ni carne; sólo era algo largo y sólido, que dejaba el lugar golpeado ardiendo como el infierno.

Cuando intenta separarse del pene de Adrian para ver qué demonios era aquello, éste no se lo permite, forzándolo a pegar su nariz a su pubis. Pronto otro golpe llega, seguido de otro, y otro, y otro.

Ahora las lágrimas eran reales. Corrían por sus mejillas libremente con cada azote, y los gimoteos quedaban atascados en su garganta. A pesar de eso, su erección palpitaba descontroladamente, el pulsante ardor en su trasero y la parte de atrás de sus muslos haciendo maravillas por su estado. Realmente era un masoquista sin remedio, no podía negar que aquel trato le encantaba, y lo excitaba al punto de que estaba al borde del orgasmo, sin siquiera haber sido tocado una vez, arqueando la espalda para levantar aún más su trasero. Su entrada —roja e hinchada— se contraía espasmódicamente alrededor de nada, necesitando algo dentro.

Entonces Undertaker da una última embestida en su boca, corriéndose dentro de esta, muy profundo. Desorientado por todas las sensaciones, el híbrido se ahoga y tose, haciendo que la espesa sustancia blanquecina cayera por su barbilla, escapando por las comisuras de su boca. El mayor quita su pene de su boca y se arrodilla frente al escritorio para quedar cara a cara con el pelirrojo. Recoge su semen con sus dedos, forzándolos dentro de la boca rojiza e hinchada del súcubo.

-Traga- gruñe la orden, y Grell obedece, lamiendo la semilla de sus dedos con placer antes de tragar. Una vez los dedos están fuera de su boca, lame sus abusados labios en busca de restos de aquel sabor, ronroneando.

Estaba tan concentrado en aquello que no había notado que William había dejado de azotarlo, y que en cambio había puesto algo de metal alrededor de sus testículos y la base de su pene, apretando lo suficiente para que no pudiera venirse.

Cuando se da cuenta de esto, Grell lleva una de sus manos al sencillo artefacto, intentando quitarlo, casi desesperado. ¡Necesitaba su orgasmo!

Lloriquea al no poder zafarse, apoyando la frente en la madera del escritorio. Una mano en su cabello lo jala hacia atrás, hasta que su espalda queda contra el pecho del moreno.

-Eso es lo que obtienes por comportarte mal- gruñe en su oído, cada una de las palabras enviando un tortuosamente dulce escalofrío por su columna, que llegaba a la punta de su miembro, haciendo la situación aún más desesperante para el pelirrojo, que gimotea-. De ahora en más, serás un buen chico, nos obedecerás, y a cambio obtendrás lo que tanto deseas, ¿entendido, Grell?- enfatiza la frase con un gruñido y un tirón corto pero firme a su cabello.

El menor lloriquea, tembloroso, y asiente.

-S-sí...- dice en voz rasposa, su garganta habiendo sido abusada brutalmente.

La mano libre del vampiro acaricia su vientre, apenas rozándolo con los dedos, bajando hasta que rodea el necesitado miembro del híbrido.

-Bien- con aquella palabra, lo suelta, dejándolo volver a caer boca abajo en el escritorio-. Ahora vuelve a la habitación, y espera allí. Sin trampas ni trucos, no tienes permitido quitarte el anillo si quieres que nosotros atendamos a tus necesidades más tarde- le da una mirada gélida al tiempo que deja una gran regla de madera en la superficie de madera. Recoge su guante del suelo y se lo pone sin ver.

Grell se baja temblorosamente del mueble, con las piernas convertidas en gelatina. Acomodándose la bata para cubrir la evidencia de su estado, ve a Adrian, que estaba apoyado en la pared junto a la puerta con una sonrisa sarcástica y satisfecha.

Una vez por los pasillos, el pelirrojo se permite una risita algo ahogada. Se suponía que él fuera el que los dejara deseando por más, no en el sentido opuesto.

Aún así, aquello no estaba tan mal; no, señor.

~•~

¡Hola!

¿Qué tal? ¿Qué les pareció? 7u7

Doble actualización en un día, ¡yay! ^-^ eso si contamos que el capítulo 5 lo subí a las 12:30 am🤔

Espero que les haya gustado este dheliziozo capítulo (?

¡Hasta pronto!

Bye~
Anto.

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