5.
— ¿Nuevos miembros?— Melissa abrió sus ojos enormes. Lo que le faltaba por escuchar.
— Meli, necesitamos bailarines masculinos para nuestro equipo de baile.
La pelinegra simplemente tomó asiento en una de las butacas del teatro del instituto de brazos cruzados y con cara de pocos amigos. Primero: la asquerosa de su tía la insulta, la degrada y encima, la amenaza queriéndole quitar a su hermanita, su única razón para seguir con su vida, el motivo por el que se levanta cada mañana. Segundo: su jefe la vendió por un par de millones y para terminar, y cerrar con broche de oro, el tal JungKook o como sea que se llame le da un ataquito de posesividad y no quiere que haga su trabajo como es porque no le gusta que nadie la observe.
Y por otro lado, no ha parado de pensar en lo bien que besa el castaño, y puede, PUEDE que en el fondo le haya gustado el beso. Pero, solo un poco. Y además, no se lo diría.
Y entonces, ahora, como cuarta cosita para agregar a su lista de cagarse en todo, está la loca idea de su amiga de hacer castings de bailarines masculinos para el equipo de baile que habían fundado el año pasado. Y encima, no tenía excusas para negarse ya que anteriormente le había comentado a su amiga que no tenía planes para pasar la tarde.
Pues, las clases habían concluido temprano, y hasta las 8 de la noche no tenía que asistir a su trabajo y seguramente el casting concluiría temprano y mañana podrían continuar. Por tanto, a Melissa no quedó más remedio que ir al vestuario a cambiarse de ropa por algo un poco más cómodo. Y todo fuera totalmente maravilloso si no fuera porque tuvo que cambiarse de ropa en el vestuario de los chicos debido a un pequeño problema con las llaves del agua y una que otra inundación; en resumen, tendrán un par de semanas el baño cerrado.
La ropa que Melissa se había colocado era muy cómoda para bailar, es muy holgada y suave. Al terminar de vestirse, la pelinegra salió del vestuario de chicos hasta su casillero para guardar algunas cosas importantes, sin embargo se percató que su teléfono celular no estaba entre sus cosas dentro de su mochila.
Lo primero en lo que pensó fue en que lo había olvidado en el vestuario, tenía esperanzas de que cuando regrese a buscarlo todavía esté ahí.
— Meli.— la llamó su amiga Amanda, esta se volteó hacia la rubia.— ¿Por qué tanta demora? Las audiciones empiezan en 10 minutos.
— Lo siento, pero olvidé mi teléfono en el vestuario cuando fui a cambiarme.— comenzó a recoger su cabello en una coleta alta.— Dile a los demás que regresaré enseguida.— observó la pantalla del celular de su amiga.— Y préstame esto.— agarró su celular.— Lo necesito para llamar hacia mi teléfono.
Corrió por los pasillos lo más rápido que pudo hasta el vestuario de las chicas. En cuanto llegó, abrió la puerta y lo único que miró primero al cruzar la entrada, fue el teléfono celular de su amiga y buscó su número telefónico en la lista de contactos y picó con su dedo la pantalla en su nombre. Escuchó como sonó su teléfono, pero no lograba dar con su ubicación. Caminó suavemente y lo halló en el suelo tirado debajo de una banca. Celebró dando brinquitos y hasta besó la pantalla.
La puerta del vestuario fue abierta y por ella entraron dos chicos. Y por algo incomprendible, Melissa se ocultó dentro de uno de los casilleros rezándole mentalmente a Dios y todos los santos existentes para que ese preciso casillero no sea abierto. Cubrió su boca con sus manos para evitar hacer algún ruido.
De esos dos chicos, solo alcanzaba a ver el rostro de uno de ellos, es moreno y con un corte estilo militar. Y al otro, solo alcanzaba a verle su espalda (muy ancha) y su cabello castaño. Este último quitó su suéter dejando ver sus marcados músculos, seguramente se iba a cambiar de ropa. Se giró para buscar algo en su mochila y SANTA MADRE DE LOS ABDOMINALES, era JungKook.
Melissa mordió su labio inferior algo avergonzada al recordarse del atrevimiento que hizo la última vez y es que ¡Le había abierto la camisa! Y no solamente eso, ¡Sino que también, para colmo, lo había tocado! Y encima, se dio cuenta de su tatuaje, este iba desde su pecho hasta su muñeca, una manga de tatuajes en su brazo derecho. Expulsó aire con alivio de que no alcanzaba a ver nada de la parte de abajo del chico, porqu esa imagen seguramente no lograría borrarla de su sistema.
— Hey Kook.— dijo el chico al que Melissa no conocía.— Te espero ahí. ¿Vale?
— Ok.— respondió el castaño.
Y, ¿sabían que Melissa es bastante torpe? Pues, la verdad es que ella tampoco lo sabía. Pero por algún motivo que no comprendió, al intentar acomodarse mejor dentro del casillero y haberse recostado tanto de la puerta, esta se abrió torpemente causando que la pelinegra cayera al suelo. Y quedando el panorama de esta manera: JungKook, demasiado confundido con una única prenda encima –su boxer– y Melissa con cara de idiota y sobando su trasero.
SANTA VIRGEN DE LOS PAQUETES. Ten piedad de mí. Era el pensamiento que se le atravesó por la mente a la pelinegra cuando vio esa sensual imagen frente a sus ojos.
— ¿Melissa?— interrogó JungKook con su seño fruncido.— ¿Qué hacías encerrada ahí adentro?
Y Melissa no pudo evitar preguntarse como ¿por qué motivo está tan tranquilo si tiene prácticamente desnudo frente a ella. ¡¡¿CÓMO VERGAS ESTÄ TAN TRANQUILO?!!
— ¿Yo?¿Adentro de qué?— intentando conservar la calma.— ¿No sabías que está de moda encerrarse en los casilleros?— él la miró como si estuviera loca. Y posiblemente lo esté.— Porque, puede darte indigestión la comida.
— ¿En serio?
— Sí, es una técnica..emm...húngara, creo.— el castaño cruzó sus brazos y ladeó la cabeza.
— Ya veo.— asintió quedando un poco perdido con sus ojos muy abiertos.— ¿Te gusta Hungría?
— ¿Eh?
— ¿Acaso crees que me chupo el dedo?— ella se levantó del suelo y lo encaró. Por algún motivo, su mirada se desvió hacia los labios rosados del castaño. Pero apartó su mirada de ahí antes de que se diera cuenta.— ¿Por qué tus excusas suenan tan semejantes?¿Todo en ti es húngaro?
Pasó saliva fuertemente y casi su respiración le falla.
— ¿Me puedes decir que hacías realmente encerrada ahí dentro?— sostiene su mentón con sus dedos.
Pausa aquí. Debemos recalcar que él aún está desnudo. Bueno...en boxers.
— Es que yo...yo...
Se detuvo abruptamente y frunció su seño; recordó lo que estaba haciendo antes de toparse al monumento de hombre ese. En fin, ella no hacía nada malo, simplemente estaba buscando su celular. En serio era tonta y la materia gris estaba falta en su mente; simplemente se encerró en el casillero sin molestarse en salir tranquilamente. El acceso al vestuario de los chicos se encontraba disponible debido al problema que le sucedió al de las chicas. Tonta, tonta, tonta.
Y se acaba de dar cuenta de que llevaba mucho rato en silencio. JungKook prefirió hablar y sacar conclusiones por su propia cuenta:
— ¿Acaso querías espiar a los chicos desnudos?— colocó cara de trauma.— No te creía capaz de eso.
— Es que no lo soy.— negó repetidas veces.— Había estado anteriormente aquí para cambiarme, pero olvidé mi celular y entonces me regresé a buscarlo, pero entonces llegaron ustedes me escondí en uno de los casilleros.
— ¿Por qué?
— Porque soy una idiota distraída.
Él se carcajeó divertido por la tierna explicación de la chica. Melissa frunció su seño ante la reacción de JungKook.
— ¿De qué te ríes?
— ¿Por qué no te conocí antes?
— ¿Eh?
— Me habría enamorado de ti sin duda.— sonrió mostrando sus dientes delanteros en una sonrisa muy conejil.— Pero, ya no se puede.
— No tengo ningún interés amoroso en ti, JungKook.
Aunque, pensándolo mejor, a Melissa tal vez, solo tal vez le llama la atención lo bueno que está y no mencionemos lo bien que besa. Pero eso son detalles. Ja, ni tú misma te crees que él no te interesa. Ese pensamiento que atravesó su mente, es posible que no solo lo escuchase ella. Y no significa esto que JungKook lea las mentes, sino que ella sin querer lo dijo en vos alta.
— JungKook.— su rostro comenzó a arder, seguramente sonrojada.— Tú...emm.
— ¡Lo sabía! Tienes interés en mí.— negó con su cabeza.— Meli.— se acercó hasta ella, apoyó su mano derecha encima de su hombro izquierdo.— Amo a alguien más. Un ángel, una diosa del Olimpo, es el amor de mi vida y la mujer más hermosa que mis ojos han visto.— el rostro de la pelinegra ardió más, es que recalco; está semidesnudo con su mano encima de su hombro mientras habla sobre sí misma. Comenzó a maldecir mentalmente el momento en el que había aceptado ese trabajo de Rodrigo.
— JungKook.
— Shh— le colocó su índice encima de sus labios.— No digas más, tu rostro lo dice claramente.
Ya, esa era la gota que colmó el vaso.
— ¡Serás idiota!— explotó la pelinegra.— ¡Lo que sucede es que estás en boxers hablando sobre una chica que no conozco y diciendo que estoy enamorada de ti sin ser cierto!— su respiración estaba agitada.
Por otro lado, él quedó atónito, había olvidado que estaba escaso de ropa.
— Lo siento, lo siento.— agarró una toalla y se intentó cubrir con ella.— No era mi intención. No creas que soy así con todas, nunca me había sucedido esto. Joder, que situación tan incómoda.
— Olvídalo.— volteó su mirada a otro sitio.— Debo irme, ya encontré lo que buscaba y tengo unas audiciones que dirigir.— caminó a paso rápido hacia la puerta.— Con permiso.
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Luego de esa tan bochornosa situación para el castaño y la pelinegra; JungKook se vistió a toda prisa, agarró su mochila y salió rumbo al teatro de la escuela. Debía aprovechar que justo hoy no tenía entrenamiento en el equipo de fútbol. En medio del camino, una chica de cabello cobrizo y ropas provocativas se le acercó.
— JungKook.— él enarcó una de sus cejas. Creía que después de todo lo que había pasado entre ellos, ella no volvería a dirigirle la palabra.
— Kate.— se detuvo.— ¿Sucede algo?
— Si hice algo mal, te pido que me perdones.— sus ojos se encontraban llorosos.— Si no te gustó el sexo, puedo mejorar. Pero, dame una oportunidad, por favor.— lo agarró del brazo.— Yo te amo.
— Kate, te dije que no me interesa una relación amorosa con nadie.— comenzó explicando.— No podemos ser novios, quiero a alguien más. Puedes estar con el chico que quieras, estoy más que seguro.
— No quiero a otro.
— Me da igual.— se soltó de su agarre sin llegar a ser brusco.— No voy a volver contigo, lo siento.
JungKook dio por concluida la conversación y abrió las puertas del teatro de la escuela y entró a paso tranquilo. Ahí adentro habían alrededor de 30 chicos. Algunos hacían estiramientos y otros simplemente estaban sentados en las butacas conversando entre ellos. JungKook buscó con la mirada a su amigo, se encontraba hablando con una chica; JungKook la había reconocido, es la chica rubia que había visto un par de veces junto a Melissa. Caminó hacia donde ellos se encontraban charlando muy cerca de la tarima, justo cuando iba a llegar hasta donde estaban ellos, en el escenario se encendieron un par de luces dejando ver a Melissa.
— Hola a todos.— saludó de manera formal desde el escenario.— Sean bienvenidos al casting para captar talentos masculinos.— avanzó un par de pasos hacia la derecha.— Serán seleccionados solamente doce de ustedes, es el cupo máximo que admitimos. Y visto lo visto, habrá competencia porque son más de los que esperábamos.— bajó las escaleras.— Serán llamados de uno en uno, y no se vean como rivales, simplemente, veánse como triunfadores suceda lo que suceda.— miró al público notando a JungKook muy cerca del escenario.— Mi nombre es Li...emmm...Melissa, y seré la encargada de sus audiciones como líder del equipo de animadoras y del equipo de baile. Además, seremos cinco jueces.— señaló a cuatro personas sentadas en las primeras butacas.—Él es el líder de baile masculino, Javier. También está Ximena Adams, es nuestra coreográfa especialista. También nuestro profesor y fundador del club de baile, Dixon Simons, y por último, la subjefa del equipo y mi mejor amiga, Amanda.
— Bien.— habló la mujer que anteriormente Melissa había presentado, Ximena.— Que comiencen las audiciones.
Todos los chicos tomaron asiento en las butacas del teatro. JungKook no se alejó tanto.
Melissa, por otra parte, estaba comportándose lo más profesional posible. Explicaba bien a la perfección los pasos cuando cometían errores, y si no lograban el paso correctamente eran despachados y rechazado. De tantos chicos, quedaban menos de 15 preseleccionados. Y de estos serían aceptados (por decisión unánime, solo quedarían 10 al final)
— Bien, el siguiente es...— se detuvo Ximena para observar su listado.— JungKook Jeon. ¿Está presente?
— Sí.— el mencionado se colocó de pie y avanzó hacia el frente.— Soy yo.
— Bien, jovencito. Demuestra que mereces estar en nuestro equipo.
JungKook asintió sintiéndose seguro de su talento; caminó hacia el escenario, sin embargo, en el último escalón tropezó y cayó al suelo llevándose consigo a Melissa. Y como si nada pudiera empeorar, todos los presentes se rieron. En lo primero que pensó el castaño fue en que la chica terminaría odiándolo porque no hacía más que meter la pata con ella. Primero la golpeó con una puerta, luego la avergonzó en los vestuarios y ahora, encima, se cayó encima de ella.
— Auch.— Melissa sobó su cabeza, se encuentra debajo del cuerpo del castaño.— Ten más cuidado, JungKook.
— Perdón. En serio que no fue mi intención.
— Yap, nunca lo es.— lo miró seriamente.
JungKook achinó sus ojos. Por un momento se perdió en los orbes oscuros de Melissa; algo había en ellos que le recordaban a los de Listz. Y, además de eso, detalló las facciones de la chica, nariz fina, labios carnosos, mejillas sonrojadas, su flequillo cubriendo su frente. Agitó su cabeza en forma de negación. ¿Acaso se estaba volviendo loco? Es que en serio creyó que estaba observando a su adorada diosa.
— JungKook.— despertó de su ensoñación. Llevaba más tiempo del común admirando la belleza natural de esa chica.
— ¿Si?— inquiere el castaño algo perdido.
— ¿Te puedes quitar de encima mío? por favor.— la incomodidad en su tono era notoria.
— Ah. Claro, claro. Perdóname.
Se levantó avergonzado y estiró su brazo para ayudar a la pelinegra a levantarse del suelo.
— Bueno. Comencemos con tus pruebas.
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Hola mi gente!!!
¿Cómo están? Espero que muy bien. ¿Han visto Aida? Es mi serie favorita jejeje, y casualmente la estuve viendo mientras reescribía este capítulo. No pueden quejarse eh, que les estoy dando actualizaciones más seguido. Es que estaré en casa hasta el lunes que debo regresarme a la vida universitaria. Very sad🥲
En fin, espero que les esté gustando la historia, y recuerden que los adoruuu.
Un besi, Francis💜
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