4.
La sonriente enfermera terminaba de limpiar el “pequeñito e insignificante” golpecito que JungKook sin querer le había causado a Melissa. Con quien por cierto, había sido tan amable el susodicho de acompañarla al hospital; bueno, y cuando se dice ayudarla en realidad se quiere decir que el castaño había prácticamente obligado a la pelinegra.
— Ya está.— habló la mujer vestida de uniforme con una sonrisa. Justo acababa de realizar la curación de la herida de la frente de Melissa.— No fue un golpe causante de secuelas; solo debes tomarte algunos calmantes en el caso de que sientas algo de dolor. Por favor, sigue al pie de la letra las instrucciones de cuidados que debes tener en cuenta. ¿Entendido?
— Sí, muchas gracias.— sonrió la pelinegra en respuesta.
Se levantó de la camilla de metal y avanzó hacia la salida, justo ahí, en el desolado pasillo blanquecino únicamente transitado por el aire del ambiente, se encontraba JungKook observando su teléfono celular con mucho interés. Cosa que Melissa prefirió ignorarlo por completo.
— Muchas gracias por haberme traído.— agradeció la pelinegra llegando frente al castaño.— Me iré sola.
— Oye, yo te traje, así que te llevaré a tu casa.— se colocó de pie y guardó su teléfono en su bolsillo.
— No es necesario, JungKook. Muchas gracias, per-
Cortó sus palabras sin dejarle ni tiempo de hablar. El castaño suspiró y acarició el puente de su nariz.
— Te lo diré de nuevo.— habló JungKook haciendo que su tono de voz sonara más grave.— No te lo estoy preguntando.— agarró el brazo de Melissa y comenzó a arrastrarla por el blanquecino pasillo.
Y ahí estaba de nuevo; sentada –contra su voluntad– en el asiento del copiloto del auto deportivo del castaño, chico del cual a penas y conoce su nombre, ¡ah! y que visita un club nocturno, mismo club que cuyo nombre en español quiere decir profano. Y como último detalle, que no puede olvidarse –aunque no se trate de un hecho histórico, ni nada por el estilo– posee una extraña fijación por su personalidad del club.
Pero claro, ¿quién además de Melissa está asustada? Pero que no cunda el pánico, él no sabe que Melissa existe o que tiene algo que ver con Unholy.
Aunque si lo pensamos mejor, él si sabe de su existecia ya que de no ser así, no la habría reconocido. ¿Oh sí?
En fin, Melissa salió de su ensoñación cuando el castaño habló a su lado.
— Y bien, ¿en dónde vives?— ella abrió sus ojos sorprendida. ¿Pretendía acaso llevarla a su casa? ¡Eso es sin duda alguna era peligroso!
— No creo que sea necesario que me lleves a casa. Puedo tomar un taxi.
— De ninguna manera dejaré que una chica regrese sola a su casa.— prendió el motor del auto— ¿Dónde se supone que vives?
— Emm...yo...
— Venga, ánimo. Todavía puedes terminar una frase.
— Muy gracioso, Juankuko.
— Es JungKook.— corrige el castaño con una divertida sonrisa.
— ¡Como sea!
— Tengo todo el tiempo del mundo para esperar a que me digas dónde vives.
Melissa lo miró de mala gana, suspiró frustrada y terminó resignándose. Y pues, no le quedó más remedio que decirle a Juankuko –o como sea su nombre– su dirección y el camino que debía tomar.
°°°
— Así que, esta es tu casa.— comentó el castaño una vez que ambos estuvieron delante de la puerta del departamento donde viven Melissa y su hermana en total tranquilidad.
— Sí, vivo aquí.— sacó su juego de llaves de su mochila.— Gracias por traerme, puedes irte, Julio.
— Es JungKook. ¡Oh, vamos! No es tan complicado de decir.
— Ok, como sea que se diga tu nombre.
— Auch.
— ¿No tienes algo mejor que hacer en tu casa?— indaga Melissa. Abrió la puerta por fin.
JungKook entró como perro por su casa, como si no fuera la primera vez que visitaba ese lugar. La pelinegra, por otro lado, estaba maldiciendo internamente por el atrevimiento del castaño. Mismo que observaba todo con ojitos curiosos; avanzó un par de pasos más hacia adelante, deteniéndose justo en frente de varios cuadros de fotos, agarró uno, parecía reciente; en el cuadro hay dos chicas, una de ellas es Melissa, con un disfraz de princesa color caqui y una tiara encima de su cabeza (le pareció bastante adorable la imagen) y a su lado, una niñita vestida exactamente igual a ella.
—
Ella es ¿tu hermana?— pregunta el castaño con su vista fija en la fotografía en sus manos.
— Sí, es Beli, mi hermanita.— aclara. Observó la fotografía que JungKook estaba sosteniendo, había sido para Halloween del año pasado.
— Ella es muy bonita.— sonrió el muchacho admirando con ternura la foto.— De hecho, ella tiene tus ojos.— miró a Melissa, y esta hizo exactamente lo mismo con él, ambos sin apartar sus miradas el uno del otro.
A Melissa le sorprendió mucho notar que sus ojos rasgados y grandes eran muy negros, y muy bonitos a su vista. Entonces algo sucedió (porque siempre algo sucede en este tipo de momentos) que los obligó a romper el contacto visual. Se trataba del sonido del timbre.
A regañadientes, Melissa caminó hasta la puerta y la abrió sin esperar ser asediada por el mal genio de su “adorada” tía. Esta misma entró con total libertad vociferando notablemente enfadada.
— Pero que bonito. ¿Para estas cosas es que quieres que me lleve a tu hermana por unos días?— la sorna en sus comentarios nunca falta. Observó a JungKook, el chico le pareció muy poca cosa, pues no aparenta tener una buena cuenta bancaria.— ¿Ahora atiendes a domicilio?
El rostro de Melissa casi se desfigura por el comentario tan equívoco que estaba diciendo esa mujer. Debía detenerla, ¡YA!
— Tía, yo...
— ¡No quiero excusas!
JungKook cerró sus manos en puños, para nada contento con lo que esa señora le decía a su nueva amiga.
— Le voy a pedir por favor que se tranquilice.— interviene el castaño.— No comprendo sus palabras, pero por favor, no ofenda a su sobrina. Si tanto la quiere, no le diga esas groserías.
La mujer lo miró mal. ¿Cómo ese mocoso se atrevía a hablarle así?
— Sé que es mi sobrina.— suspiró.— Pero esta mal agradecida no hace otra cosa que tratarme mal.— se acercó al castaño intentando parecer intimidante.— ¿Y tú quién te crees que eres para hablarme así?
Entonces había llegado el turno de JungKook de adquirir aires de superioridad, así que recargó su cuerpo de una columna y cruzó sus brazos.
— Soy la persona que si me da la gana, puedo hacer que usted se quede sin trabajo.— elevó sus cejas un par de veces.— así que le pido por favor que, no me pruebe.
— Ja, ¿qué te crees, mocoso? ¿Esperas que me trague tu truquito de intimidación.
— De hecho, no.— sonrió.— Tal vez mi nombre se le haga conocido.— Melissa frunció su entrecejo sin comprender las palabras del chico.— me llamo JungKook Jeon.
Y entonces la mujer palideció.
— ¿Jeon?— interroga bastante asustada— No puede ser.
— ¡Exacto! Soy el hijo de su jefe. Por tanto, trate mejor a la señorita aquí presente, por favor.— miró por escasos segundos a la chica.— Ni soy su ¿cliente? ni mucho menos algo por el estilo.— observó el reloj de su muñeca.— Con permiso, tengo un compromiso con mi padre.
Una vez que JungKook salió de la casa de Melissa, entonces, Marie tomó la ausencia del castaño como la oportunidad de regañar a su sobrina juzgarla como siempre suele hacer.
— ¿En qué estás pensando al meter a un hombre aquí?— Melissa cruzó sus brazos.— Que seas una maldita prostituta no quiere decir que debas traerte a tus clientes acá. ¿Qué pasaría si Belitza llega a ver las cosas que haces con ellos, maldita golfa.
— ¡No soy una prostituta! Estoy harta que me tires a la mierda. ¡Soy una bailarina en un club nocturno!
— Bailarina, prostituta, ¿qué más da? Es la misma mierda.
Melissa sintió como sus ojos picaban por las lágrimas de ira que estaba teniendo justo en este momento. Es que ya empezaba a hartarse de que esa mujer se creyera superior y la ataque así porque sí. Y ya era hora de cantarle las cuarenta a esa vieja coñona.
— ¿Y te crees mejor que yo solo por tener un trabajo en una oficina?— vocifera la pelinegra— ¿Por qué tanto rencor hacia mí?¿Qué mierda te hice?
La mujer agarró por los hombros a su sobrina y la zarandeó, comenzó a lanzarle ofensas incomódas para la pelinegra.
— Porque no terminas de darme a Beli. Conmigo estará mejor que contigo, termina de dármela antes de que te denuncie.— escupió con rabia.— No tienes nada que hacer.
— Y tú tampoco. Ella es todo lo que tengo, así que abandona la idea de alejarla de mí.
La mujer la miró con tanto odio y rabia en sus ojos, que Melissa temió por su seguridad por un momento. Esa mujer estaba loca si creía que la pelinegra cedería así como así a la idea de darle a su hermanita pequeña. Definitivamente algo andaba mal con ella al pensar semejante sandez.
— Luego no digas que no te advertí.
Apretó la correa de su bolso y caminó a largas zancadas hacia la puerta de salida, no sin antes voltear hacia su sobrina y escudriñarla con sus ojos y de una vez salir. Melissa quedó sola en su casa, con el corazón tintineando en sus oídos; sintiendo ira, desesperación y, sobretodo, miedo. Temía demasiado a que esa mujer realmente ideara un plan macabro para quedarse con su hermanita sabrá Dios para qué.
Se dejó caer en el sofá de su salón y deslizó una de sus manos por su rostro, hasta llegar a su frente en donde apartó los mechones rebeldes colo azabache y simplemente contener la furia que poseía. Observó la hora en el reloj que cuelga en la pared percatándose de que en dos horas debía estar en el club para trabajar.
°°°
Las luces lo hacían sentirse un poco mareado. Además de sentir una gran frustración al no encontrarse con su hermosa ninfa de pelo azabache. Jugó con el vaso de vacío que contenía anteriormente whiskey, y que ya se había terminado. Llevaba una semana entera sin saber nada de esa bella mujer que lo traía completament loco. Lanzó un suspiro, ya se rendiría con ello y se olvidaría por completo de la belleza de ojos negros.
Pero cuando iba a levantarse dispuesto a abandonar sus esperanzas y arrojarlas al vacío, una voz animada se escuchó en todo el local.
— Buenas noches, mis adorados clientes.— se trataba del dueño del local. JungKook prefirió ignorarlo y salir, por tanto, abrió su billetera y sacó varios billetes para pagar lo que había consumido y de paso, dejar una buena propina. En cambio, se detuvo cuando Rodrigo anunció eso que llevaba varios días ansiando.— Sé que extrañaron a nuestra hermosa Débora, por eso es que vino a visitarlos después de su semana libre.
El castaño simplemente no posía creer lo que ese hombre decía. Y de hecho, le pareció tan irreal cuando escuchó lejanas las palabras de él diciendo :“¡Con ustedes, la hermosa e inigualable, Débora!” y los ojos de JungKook se iluminaron ante esa bella diosa que caminaba con tanta seguridad encima de esa tarima; vistiendo un sostén de color negro con perlas y decoraciones que colgaban hasta su ombligo, unos shorts que mostraban suficiente carne, unas botas altas de cuero y su cabello completamente suelto, su flequillo cubría sus ojos además de su máscara de color negro y blanco. Para el castaño era demasiada perfeccion ante sus ojos.
La canción Dark Horse de Katty Perry resonó en los altavoces del local, todo se rodeó de aplausos y silbidos del público. Y cuando ella comenzó a bailar de esa forma tan sensual que solamente ella sabía utilizar, él despertó de su ensoñación dándose cuenta de las circunstancias y rápidamente sintiéndose muy celoso. No quería que nadie a parte de él estuviera viendo ese espectáculo; empuñó sus manos y avanzó hacia una parte cercana a la tarima en donde se encontraba su Rodrigo prestándole atención a su teléfono celular.
— ¡Señor Rodríguez!— exclamó para llamar la atención del hombre. A parte de que la música estaba muy alta.— Quiero pedirle un favor.
— Claro, joven Jeon.
Por otro lado, Melissa que estaba haciendo su presentación totalmente concentrada, hasta que vio a Jungkook acercarse a la tarima y ¡no solo eso! Sino que también estaba hablando con su jefe, y eso solo poía significar una cosa: que nuevamente quería que ella bailase para él. Respiró ondo intentando mantener el ritmo de la canción ya hacer su performance correctamente.
Cuando concluyó la presentación sonrió seductoramente hacia el público y le lanzó varios besos a algunos. Luego, se retiró lentamente del escenario y casi corrió al camerino. Quitó su máscara y observó su maquillaje en frente del espejo, aún permanece impecable. Decidió llamar a su hermanita para saber cómo iba todo, pero la animada voz de su jefe interrumpió sus intenciones.
— Mi niña, tu ganado nunca te abandona.
Ella simplemente decidió ignorarlo y guardó su celular en su mochila. Cruzó sus brazos y miró mal a Rodrigo, para esperar que ordene lo que sea que diría.
— No tienes por qué mirarme así.— hace un puchero. Ella enarcó una de sus cejas.— Da igual. Verás, mi criaturita.— tomó asiento a su lado y le sonrió.— Tu adorado sugar...
— ¿Mi qué?
— Deja que termine, niña maleducada.
Melissa enarcó una de sus cejas.
— Pues tu asiático sexy y millonario te quiere para ti todas las noches.— soltó sin más.— El muy celocito no quiere que nadie más te mire cuando bailas. Dime ¿no es tierno?
— No.— totalmente seria.— Viejo loco, ¿nunca me escuchas cuando hablo?
— ¿Cómo me dijiste?
— escucha, me arriesgo a que este hico sepa quien soy y yo tengo miedo de que lo descubra. ¿No entiendes? Nadie en el instituto sabe a qué me dedico.
— Meli, traes una máscara. El chico no se dará cuenta.
— ¡Por Dios! Eres un interesado.— no habló con enojo, es más bien indignación.— ¿Cuánto pagó?
— Bueno, es gracioso, jejeje.
— ¿Cuánto?— insiste la azabache.
— ¿Recuerdas lo que pagó la vez anterior?— ella asintió.— Pues imagina eso con un par de ceros más.— ella abrió sus ojos enormes.
¿Acaso ese chico estaba loco?¿Cuánto dinero tenía? ¡Va a dejar en bancarrota a su empresa!
Melissa casi palidece cuando su jefe le dijo la suma exorbitante que el castaño estaba dispuesto a pagar solamente por ella. Definitivamente tiene problemas mentales serior en su loca cabeza.
— A ver, entiende Meli, yo...
— Sí, no te preocupes.
Rodrigo la miró con temor. por un momento creyó que le cortaría los huevos.
— Iré.
Se puso de pie haciendo rechinar la silla donde estaba sentada contra los azulejos del suelo. Agarró su máscara y la colocó correctamente. Se observó por última vez en el espejo, agarró las llaves de la habitación y simplemente ignoró a su jefe al salir de ahí. Es que le enojaba demasiado todos los problemas que tenía en una simple noche, ¡por Dios!¿Era demasiado pedir un mísero descanso?
Abrió la puerta de la habitación, esta vez sería más rápida e intentaría que a JungKook se le fueran las locas ideas de quitarle trabajo solo por ser un celoso sin ser absolutamente nada.
— Hola, señor Jeon.
Él sonrió ladinamente, se encuentra sentado encima de la enorme cama de la habitación.
— Llámame, JungKook si gustas.
Melissa avanzó a paso calmado hacia el castaño que aparentaba estar tranquilo pero que en realidad estaba muriendo de los nervios debido a esa hermosa ninfa. Su sola presencia lo hacía enloquecer.
— Es usted muy posesivo, JungKook Jeon.— el mencionado se estremeció en su lugar cuando comenzó a sonar Señorita de fondo. La voz de Camila Cabello invadió el lugar.— ¿Me quiere solo para usted?— se colocó justo en frente de él y movió sus caderas suavemente.
Embobado, JungKook lanzó un suspiro ahogado y se recostó en la cama apoyándose en sus codos. El aliento mentolado de ella se mezcló con el sabor a whiskey del suyo cuando la tuvo justo encima de sus muslossintiendo que el oxígeno le faltaba completamente.
— ¿Qué sucede, Jeon?¿Le comió la lengua el gato?— abrió los botones de su camisa suplicando mentalmente para que la canción por fin terminase.
I love it when you call me Señorita
I wish I could pretend I didn’t need ya
Movió sus caderas encima de él, siguiendo el ritmo de la música. Acarició el marcado abdomen del castaño y sonrió ladinamente.
— Eres tan hermosa.
Sonrió ladinamente sabiendo que tenía total control sobre las acciones de JungKook.
— Y usted es demasiado atrevido.
— No soy yo quien me subí encima, eh.
Melissa sonrió suavemente y dejó escuchar una carcajada para nada exagerada.
— Tiene razón.— agarró la camisa blanca que porta el castaño de ambos bordes y lo acercó a ella.— Dígame, ¿para que me deje tranquila debo acostarme con usted?— su tono serio rompió la magia del momento.
— ¿Qué?
— Solo responda.
— ¿Crees que solo siento deseo sexual hacia ti?
— ¿Qué más podría sentir? No me conoce, no sabe nada de mí.
JungKook comprendió lo que ella quería decirle. Al menos, creyó que ella le estaba pidiendo que terminase todo. Pero él nunca se rendiría.
— ¿Por qué otro motivo pagaría millones solo por tenerme todos los días?
— Porque me siento atraído por ti, y no solo sexualmente.— ella frunció su seño.— Listz...
Se apartó bruscamente de encima del castaño al escuchar su nombre salir de sus labios. ¿Cómo se atrevió Rodrigo en decirle su verdadero nombre?
JungKook se levantó de encima de la cama y se acrcó a ella.
— Por favor. No quiero que hagamos el amor si solo crees que te deseo.
Lo miró en silencio. Él humedeció sus labios para continuar hablando.
— Creerás que estoy loco, pero en serio te amo.
Ya había sido demasiada estupidez. Entonces ella se acercó a él y besó sus labios, aunque le costó asimilarlo al castaño, poco tardó en atraerla a su cuerpo y sostener su cintura. Cerró sus ojos con fuerza teniendo la fe en que esto no se trataba de un simple sueño, de esos que él solía tener con ella.
Ooh, when your lips undress me, hooked on you tongue
Ooh, love, your kiss is deadly, don’t stop
Aún la canción sonaba.
Sin embargo, Melissa cortó ese beso y se alejó de él.— Espero que en serio deje de decir más tonterías. Es imposible enamorarse de alguien solo viéndolo un par de veces.— caminó a paso rápido hacia la puerta y salió de ahí.
— ¡Mierda!
El castaño sinrió una sensación extraña. Pues, nunca había sido rechazado y tal vez, este era el rechazo más doloroso de la historia de los rechazos en su top mental. Respiró hondo y cubrió su rostro con sus grandes manos. Luego dejó de pensar negativo, es decir, ¡lo besó!¡Su diosa lo había besado!
Sonrió como idiota y observó el techo del lugar.
— Aún no me rindo, mi hermosa ninfa.
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Hola hola mai pipol.
Espero que estén vivos eh. He estado ocupada.
Notita aquí: Pues como saben esta historia está siendo reescrita ya que cuando la publiqué en su momento no me convenció y la terminé mandando a borradores. Y bueno, estoy demorando con la edición debido a que no cuento con mucho tiempo libre. Pero nada, no será una historia larga.
Por cierto, encontré una canción que siento que podría encajar con la histoia, jejeje. Verán, se llama Báilame de Nacho. Me encanta para la historia. De hecho, durante la escritura de este cap la estuve escuchando y digamos que encaja demasiado. En resumen, besiii.
Cuídense bien, porténse mal.
Francis💜
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