3.
Capítulo Tres
Pues si no me creen a mí, deberían creerle a los hechos. Por ahí se dice que nunca se regresa al sitio del crimen, pero para JungKook era prácticamente imposible. Llevaba toda la semana pensando en esa hermosa ninfa de cabello negro y traje de cuero, y sin evitarlo -aunque no le puso mucha resistencia tampoco- regresó a Unholy con la estrategia bien trazada. Debía preguntar el nombre de esa chica a como diera lugar, la quería para él y eso no podría decirse o tomarse como algo bueno del todo.
Y nuevamente ahí estaba, de nuevo en el lugar donde habita su diosa del Olimpo, a la cual tampoco logra localizar. Miró a su alrededor con la esperanza de toparse con su figura, pero solo veía personas enmascaradas y algunos hombres y mujeres dispersos por el sitio observando el espectáculo de baile.
JungKook se acercó a la barra y tomó asiento en una de las bancas. Pidió una bebida cualquiera al bartender y continuó observando todo el lugar con la fe puesta en que ella aparecería para ser admirada por él.
Cuando él castaño recibió su bebida, simplemente bebió un poco de ella notando como el alcohol raspaba su garganta. En eso, una linda chica se le acercó, pero él a penas y reparó en ella.
- Hola, guapo.- saludó la muchacha.- ¿Qué hace un chico tan lindo como tú, en un lugar como este?- le sonrió coqueta y se recargó en la madera de la barra.
- Solo busco a alguien.- respondió con simpleza el castaño. Ella volvió a sonreír.
- Es una tonta por atreverse a dejar plantado a semejante bombón.- él frunció su seño y por fin la miró. Era obvio que solo se trata de una chica que busca clientela con desesperación.
Por ello, JungKook no se molestó en seguirle la corrientes, y mucho menos después de ver a Rodrigo conversando animadamente por teléfono.
- No es prescisamente una cita.- se levantó de su asiento y pagó por su bebida.- Con permiso.
El castaño se alejó hacia donde se encontraba su objetivo principal: el dueño del local, quién aún no se despegaba del teléfono. Acercándose con cautela para no parecer desesperado (aunque lo estaba en realidad) y tocó el hombro del moreno, éste lo miró y le hizo una seña para que esperase un segundo.
- Bien, y hablamos en otra ocasión.- fue lo último que dijo antes de colgar y darle la mejor sonrisa posible al castaño.- El joven Jeon, un gusto volver a tenerlo por aquí de nuevo.- sonrió diplomáticamente.- ¿Gusta de él mismo servicio de la otra noche?
Y ahí JungKook ensanchó su sonrisa emocionado. Era como si las puertas del universo se abrieran solo para que él disfrutara su noche como se debía; él se encontraba justo ahora en una burbuja.
- Sí, claro.- respondió el castaño.- Si es posible con la misma chica del otro día.
Y las puertas del universo que habían sido abiertas, se cerraron con llave de doble seguro justo frente al pobre JungKook. Fue como si la burbuja "irrompible" que había creado mentalmente hubiese sido exageradamente rota con una filosa aguja.
- Ella está de vacaciones.- explicó el mayor con calma.- La semana que viene regresará; sin embargo, puedo sugerirle otra bailarina que-
Sus palabras quedaron a medias ya que JungKook lo había interrumpido. Su desesperación había aumentado nuevamente.
- No, gracias.- habló con agitación.- Solo la quiero a ella. ¿Podría por favor decirme su nombre?
Rodrigo frunció su seño. No podría decirle el nombre real, debía decir su nombre en el club.
- Aquí es conocida como Débora.- explica.- Verá, nuestras políticas son claras, no sé puede revelar el nombre real.
- Débora.- asintió.- La verdad es que le pega.
Al hombre le causó tanta ternura la expresión del joven que no pudo evitar conmoverse. Melissa lo mataría pero...
- Te diré su nombre, pero mantenlo en secreto. ¿Sí?
JungKook sonrió a más no poder. Su emoción volvía a estar al 100%.
- Claro, dígame, dígamelo, por favor.
Suspiró.- Su nombre es, Listz.
°°°
- ¡Cuánta felicidad!- exclamó Amanda en cuanto tomó asiento al lado de Melissa ganándose la atención de la misma.
- ¿Y a qué debemos agradecer por tu felicidad?- preguntó la pelinegra mientras mordía la gomita de su lapicera y leía sus apuntes.
- Pues a que la vida es bella, a que los pajaritos cantan y a esto.- colocó un folleto encima de la mesa.
- ¿Casting para animadora?- la pelinegra frunció su seño.- ¿Quieres unirte al equipo? Creía que no te gustaba usar ropa provocativa.
Amanda la miró mal por breves momentos.
- Y no me agrada para nada- respondió con obviedad la rubia.- Pero JungKook formará parte del equipo de fútbol y yo quiero verlo entrenar. Además, sumará puntos con él.
Melissa suspiró con cierta frustración. ¿Por qué su amiga pretendía hacer algo que no le gustaba únicamente por conquistar a un chico que a penas y repara en ella?
- Solo te digo que sería mejor que lo pensaras.- advierte Melissa.- Ser animadora no es tan sencillo como tú crees.- la miró por fin y soltó su lapicera encima del cuaderno. Comenzó a recoger sus cosas para salir del salón.
- Lo sé.- aseguró Amy.- Pero estoy más que lista para afrontarlo.- dijo con orgullo.
Ambas se levantaron para comenzar a caminar hacia los pasillos.
- Meli, siempre me podrás ayudar.
- Sabes que no podré ayudarte siempre, Amy.
Hizo un puchero la rubia.
- Bueno, excusa perfecta para pedirle ayuda a JungKook.- sonrió.- Por cierto, he visto como Will te observa mientras entrenas en el equipo. ¿No te has dado cuenta?
- ¿Darme cuenta?- frunció su seño.- Will solo es amable conmigo, el otro día se ofreció a llevarme a casa.
- ¿Y?
- ¿Cómo que y?
- Eres lenta.- golpeó su brazo.- Es obvio que le gustas. ¡Le gustas!
- Shh.- la calló.- Habla más bajo, nadie tiene porqué enterarse de lo que me estás diciendo.
- Ya es hora de que tengas un novio, ¿y quién mejor que el papasote del capitán del equipo de fútbol?
Melissa resopló con fastidio.
- Te he dicho que así estoy bien, Amanda.- informa.- Además, tengo un trabajo que ocupa más del 73% de mi tiempo libre.
- ¿Hiciste cálculos o lo dijiste para hacerte la interesante?- enarcó una ceja con diversión.
- Hice cálculos.- dijo pensativa.- Aunque lo dije para sonar interesan...- fue interrumpida debido a que su cara chocó con una puerta que estaba siendo abierta en ese instante. Cayó al suelo de culo y con un doloroso golpe en su rostro.
- Oh por dios.- habló el chico que Melissa aún no ha visto debido que permanece sobando su rostro.- Lo siento, lo siento.
Su voz le pareció muy conocida.
- JungKook, ¿Cierto?- habló la rubia con una sonrisa. Inmediatamente Melissa elevó su rostro al escuchar ese nombre.
- Emm, sí. Así me llamo.- asintió el muchacho y reparó en Melissa.- ¿Te duele?- estiró su brazo para ayudarla a levantarse del suelo.
Melissa hizo una mueca de incredulidad, es decir, ¿cómo pretende que no le duela? Si otro poco más y se queda sin dientes. Sin embargo, la pelinegra prefirió ignorar a su conciencia y responderle. No en tono muy agradable.
- ¡Claro que duele!- aceptó la ayuda de JungKook para ayudarla a levantarse.- ¿Se puede saber qué te interesa de este lugar?- apuntó el pasillo que llevaba al campo.
- Tengo entrenamiento con el equipo. Soy el nuevo mariscal del campo.- sonrió ladinamente. La reconoció al instante, ella es la chica xon la que había chocado el otro día.- Parece que tú y yo estamos destinados a chocarnos.
No lo dijo en un tono coqueto, sin embargo a Amanda no le agradó que le dijera eso a su amiga. Entonces recordó que Melissa y JungKook habían chocado hace una semana atrás, él tumbó sus libros y la ayudó a recogerlos. Suspiró y prefirió aguardar silencio, sabía que a su amiga no le interesaba el nuevo.
- Muy gracioso.- lo miró mal.- ¿Eres así de narcisista siempre?
- Era solo una broma.- rascó su nuca algo avergonzado. Estiró su brazo ofreciéndole a la pelinegra su mano en forma de saludo, Melissa correspondió su gesto.- Soy JungKook. El otro día no tuvimos la oportunidad de presentarnos.
- Soy Melissa, un gusto, supongo.
JungKook por supuesto que no había olvidado su nombre, ya que le había preguntado a su amigo.
- Te conozco, eres del equipo de animadoras.
- Sí.- afirmó. Ajustó la correa de su bolsa escolar y miró a su amiga.- Venga, vámonos, tienes una prueba que hacer y debo darte indicaciones. Vayamos al vestuario a cambiarnos.
- Claro.- esta vez habló Amanda sin muchos ánimos en su voz.
- Mis modales.- las detuvo JungKook antes de que se fueran y estiró su brazo hacia el frente en dirección a la rubia.- Un placer, ¿tú eres?
- Amanda.- se le notó la emoción en su voz.- Ese es mi nombre.
- Las pruebas de animadoras son el viernes.- avisa JungKook.- Si te presentarás, aún faltan tres días.
Las chicas lo miraron ladrando si cabeza, podría llegar a verse terrorífica esa imagen de no ser por esa bonita pelinegra captada por los ojos de JungKook. Sus ojos le parecieron tan profundos; ojos misteriosos que tal vez ocultan muchas cosas.
- En ese caso, mejor vámonos.- habló Amanda.- Debes ponerte hielo ahí.- Melissa asintió.- Adiós JungKook, cuídate.
Pero antes de que dieran un laso, el castaño agarró la muñeca de Melissa impidiéndole avanzar. Ésta lo miró inmediatamente y deslizó su vista hacia el toque de las manos del asiático en su muñeca.
- Espera, por favor.- Amanda frunció su seño y Melissa observó a los ojos al castaño.
- ¿Qué pasa? ¿Quieres golpearme el otro lado de mi cara?- inquirió con cierta molestia apartando su brazo del agarre del muchacho.
- No seas grosera.- la regaña.- Solo quiero ayudarte con ese golpe.- ladeó su cabeza- Después de todo, yo lo ocasioné.- la tomó del brazo.- Vamos.
Comenzó a arrastrarla por el pasillo sin aplicar mucha fuerza. Ella, por otro lado, intentaba resistirse.
- ¡No tengo que ir contigo a ningún sitio!
- No te estoy preguntando.- advierte.- Vendrás conmigo, y punto.- aprovechando que la puerta trasera que conduce al aparcamiento del instituto, entre jalones y gritos llegaron al lugar. Porque sí, Amanda los siguió ya que después de todo, debía acompañar a su amiga.- Ven, sube.- abrió la puerta del copiloto de su Lamborghini.
- No quiero.- cruzó sus brazos.- Nadie me asegura de que no seas un pervertido y me hagas algo raro.- él soltó una risa nasal muy divertido por su comentario.
- No creo que sea uno.- mostró sus dientes en una tierna sonrisa muy conejil.- Por favor, sube.- miró a la rubia.- Tu amiga vendrá con nosotros si te hace sentir más tranquila.
La pelinegra resopló. Es más que obvio que Amanda no se negaría en lo absoluto, después de todo, le encanta el castaño de ojos rasgados y sonrisa de conejito.
- Bien.- descruzó sus brazos y dio unos pasos hacia el frente para subir al asiento.- Pero como me hagas algo raro, te juro que Amanda llamará a la policía.
- Meli...
Tanto JungKook como la mencionada miraron a la rubia quien permanecía de pie cerca del pelinegro.
- Recordé que debo irme temprano. Tengo una cena familiar.
- Pero...
- Adiós, nos vemos mañana.
Les dio la espalda y caminó a pasos rápidos hasta perderse entre los autos del estacionamiento estudiantil de la preparatoria. Justo en es ese momento, Melissa intentó bajarse del auto, pero JungKook fue más rápido y cerró la puerta colocándole el seguro. Melissa lo miró ofendida y cruzó sus brazos como una niña regañada; mientras tanto él, sonreía triunfante y subía al asiento del piloto.
Pisó el acelerador y Melissa se vio obligada a mirar por la ventana.
- ¿A dónde me llevas? ¿Acaso me quieres secuestrar?
Él frunció su seño y la miró por escasos segundos antes de regresar su mirada al frente.
- ¿Tengo pinta de secuestrador?- enarcó una de sus cejas.- Además, ¿no crees que si lo fuera no habría invitado a tu amiga a venir?
- Bien que podrías querer secuestrarnos a ambas y vender nuestros órganos en el mercado negro.
El castaño rió divertido por su comentario.- Debo admitir que tienes mucha imaginación.
- Y tú tienes la habilidad de hacerme enojar.
- Lo sé, tengo habilidades increíbles. ¿No crees?
El gesto que hizo él le pareció muy sensual a la pelinegra. ¿Se estaría volviendo loca o sufre del síndrome de Estocolmo?
- ¿Puedes parar de ser un idiota y decirme a dónde carajos me llevas?- volvió a preguntar.- No es por nada malo, es por saber si debo lanzarme del auto y pedir ayuda.
Él volvió a reír.
- Reitero, tienes demasiada imaginación. ¡Eres una cajita de sorpresas!
- Y tú me estás impacientando.
- ¿Y eso? ¿Estás nerviosa?
- ¿Yo? ¿Nerviosa?- rió fingidamente.- ¿Por qué estaría nerviosa? ¿Por dejar que un desconocido sexy me arrastrase hasta su auto y me llevase con él a ver el horizonte y tener una chocoaventura en Tangamandapio?- lo miró mal.- Nop, para nada.
- No lo sé.- elevó sus hombros.- Pero no paras de hacer preguntas que pareciese que estás hablando contigo misma.- la miró.- No sé yo, pero me estás comenzando a dar miedo.- regresó la vista a la carretera.
Ella frunció su seño y analizó cada una de las palabras que habían salido de su boca hace tan solo unos segundos atrás y rápidamente sus ojos se abrieron de par en par.
JungKook se carcajeó al notar la expresión de horror en la pelinegra.
- De verás, tú imaginación da para escribir tres libros del tirón.- comentó JungKook.- ¿No lo habías pensado?
- Solo creo que eres un secuestrador porque me arrastraste hacia tu auto, no veo lo malo en eso.- agitó sus brazos.- Además, como dije anteriormente, bien podrías sacar mis órganos y venderlos.
- ¿Sabes?- su expresión cambió a una más nostálgica-Conocí a alguien hace algunas noches atrás.- sonrió embobado; se detuvo en un semáforo en rojo.- No me dijo su nombre, pero soy persistente y, lo investigué.
No, seguramente no se trataba de ella. Bien podría haber contratado a más de una bailarina durante el tiempo que lleva de vacaciones debido a su período menstrual.
- Entonces eres un acosador.- señaló Melissa tratando de evadir el tema.
- No lo soy.- negó rápidamente. Volvió a prender el acelerador cuando cambió el semáforo.- Solo que me interesó demasiado ella, es una diosa.- suspiró.
- ¿Y cuál es su nombre?- indagó Melissa queriendo morirse.
- Su nombre es Listz.
Mataría a Rodrigo después de eso. ¿Con qué permiso le había dado esa información al castaño? Ahora estaría en graves problemas si JungKook llegase a reconocerla o incluso a averiguar su nombre completo.
- Tiene el cabello negro, así como el tuyo.- explica.- Labios carnosos y seductores.- se quedó quieta en su lugar. ¿Y si se había dado cuenta y la había descubierto?- Pero fue su mirada lo que más me impactó. Me enamoró con solo mirarme.
- Y...- alargó la letra.- ¿A dónde quieres llegar con esta descripción de un personaje que no conozco?
- Pues a que no debes tener miedo de lo que pueda hacerte.- aclaró.- Amo a alguien más y por eso no tengo intenciones de hacerte algo.- elevó sus hombros.- Aunque tampoco te lo habría hecho. Respeto a las mujeres. ¿Por quién me tomas?
Melissa expulsó el aire que no sabía que estaba reteniendo y respiró sin esa presión en sus pulmones. En estos momentos le agradeció a su madre y a todo santo que conoce por haber sido nombrada con dos nombres en lugar de con uno solo.
- Entiendo.- asintió.- Pero como intentes algo, te juro que te golpeo.
Pero no esperaba recibir una burla nuevamente por parte del castaño.
- ¿Quieres dejar de burlarte y decirme de una vez a donde me llevas?
- Te llevaré a urgencias.- avisa.- Estás sangrando nuevamente.
- ¿Ah?
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