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1.

Capítulo uno

- ¡Meli, ven!

La pelinegra reaccionó al llamado, miró de reojo a su pequeña hermanita.

- Ya voy, Beli.- avisa.- Solo estoy terminando de preparar tu almuerzo.

Lizt Melissa Klein: una joven de tan solo 18 años cuya madre murió hace poco más de un año, desde ese fatídico día ella se ocupa sola de cuidar a su pequeña hermanita. Su único pariente vivo, es su tía Marie, la cual las visitas pocas veces debido a su trabajo.

De hecho, la pequeña Belitza Liss debería vivir con su tía porque Melissa aún no cumple su edad adulta y por tanto, no debería cuidar sola de su hermana. Pero no le gusta la idea de separarse de su hermana, ella quiere cuidarla y no le importa hacerlo, después de todo, es su única compañía la cual le alegra todas las mañanas y le da fuerzas para seguir adelante.

Como se había mencionado anteriormente, Melissa es una joven de 18 años de edad; y que actualmente cursa su último año de preparatoria. Quiere estudiar Interpretación de Idiomas en cuanto termine su último año en la escuela.

La chica posee una vida social normal, como la mayoría de las adolescentes de su edad, sin embargo, tiene una enorme carga al guardar como secreto su trabajo. Nadie conoce su vida privada.

Justo en el centro de la ciudad hay una discoteca muy famosa y frecuentada -nunca faltan los clientes- llamada Unholy. Desde que su madre murió tuvo que buscar un trabajo más apto donde cobrara más dinero como para pagar dos colegiaturas, ropa, alimentos y los gastos de la casa. Lo único bueno de trabajar ahí, es la discreción. Como ley obligatoria de vestimenta -código- las bailarinas, camareros y demás trabajadores del local, deben llevar máscaras para cubrir sus rostros. Solo los clientes les ven la cara bajo su consentimiento.

Durante el tiempo que lleva trabajando en ese lugar, Melissa ha alcanzado mucha popularidad como bailarina, hasta el punto de ser una de las más indispensables y queridas por los clientes. Está ubicada en la zona V.I.P en donde único suben los mejores de los mejores. Además de eso, esta zona cuenta con habitaciones para bailes privados; ella no frecuenta hacer ese tipo de servicios, no está en su tarifa ni en sus planes. Aunque solo son bailes, ningún cliente puede sobrepasarse con los bailarines.

- Ten bonito día, Beli.- se despide Melissa. Ambas saliendo del edificio en el que viven.- Recuerda llamarse si necesitas algo o si te sientes mal.

La noche anterior estuvo enferma, y solo va a la escuela porque quiso ir, no le gusta perder clases.

- Te quiero mucho, hermanita.

- También te quiero, Meli.- agitó su manita para despedirse. Corrió rápidamente para llegar a tomar el autobús escolar que la dejaría sana y salva en su instituto.

Hoy sería el primer día de clases del último año de preparatoria de Melissa. Y eso era algo que le desesperaba. Aún no sabía cómo coordinar la escuela con el trabajo, y para colmo vendría la universidad y ahí sin duda será más complicado acomodarse.

El último primer día.

Era la frase que se repetía mentalmente una y otra vez. No le gustaba la idea de que el maldito tiempo transcurriera tan rápido.

Envuelta en sus pensamientos llegó a su escuela, por suerte esta queda cerca y no tuvo percances en el camino. (Además de claro, haber pisado sin querer ese charco) Ella es demasiado distraída en ocasiones.

- Meli, no te vi durante más vacaciones.- saluda Amanda. Es la mejor amiga de Melissa, por así decirlo.- ¿Qué has estado haciendo?

Ambas se encuentran sentadas en una de las bancas que quedan justamente frente a su escuela. Debían ponerse al corriente en lo que llegara la hora de su primera clase.

- Pues, trabajando.- resopló la pelinegra.- Ya sabes.

- Entiendo.- asintió de manera comprensiva.

Amanda Fuentes, es la mejor amiga de Melissa, se conocieron desde que entraron a la preparatoria, y desde entonces son inseparables. Ambas son completamente diferentes, pero se entienden bien. Y por supuesto, Amanda es la única que sabe a lo que Melissa se dedicaba, tanta confianza tenía en ella que conoce eso. Por supuesto, ella no le diría a nadie.

- ¿Hoy irás al club?- preguntó la rubia mientras revisaba algo en su celular.

- No tengo más opciones.- se encogió de hombros.- Es una buena paga.- resopló. La noche anterior tuvo que desvelarse ya que no hermanita estaba enferma y debía cuidar de ella.- Solo seguiré trabajando ahí hasta que mi hermana se vaya con la arpía de mi tía.

- ¿Dejarás que te la quite sin más?- inquiere la rubia fijando su mirada en su amiga.- Es decir, es más que obvio que no quieres eso.

- Y no lo quiero. Pero es mejor así.- apoyó su cabeza en su mano.- Estoy todos los días fuera, casi todas las noches llego tarde. Mi turno termina a las 11 de la noche, y hay veces que se extiende.

- Y agreguemos que los fines de semana tu turno es hasta las mañana siguiente.

Melissa cerró sus ojos con frustración. ¿De verdad que su hermana merecía eso? Era mejor que estuviera cómodamente y siendo atendida por su tía, que al fin y al cabo todas las noches está en su casa.

- Mi hermana tiene 7 años, no debe estar sola de noche, podría suceder algo malo y yo no estaría en casa.- se recostó mejor de la banca.- Debe irse con tía Marie.

- Meli, creo que deberías...

- Ya déjalo, mejor vámonos.- sugiere la pelinegra colocándose de pie y agarrando su bolsa. La rubia repitió su acción y ambas cruzaron la entrada del instituto.

Al doblar el pasillo que lleva a las escaleras se tomaron con un tumulto de personas, había un enorme bullicio y una aglomeración, al parecer observaban a un lugar en específico.

- ¿Ha sucedido algo?- preguntó Amanda a una chica que estaba embelesada mirando hacia alguna parte.

- Hay un alumno de intercambio, es demasiado atractivo y se rumorea que es rico.- comenta la muchacha.- Pero es obvio que se juntará con los populares y eso incluye a Kate Bush.

- Ella solo es popular por ser una golfa.- espeta Amanda. La otra chica asintió en respuesta y salió del tumulto de personas.

Pero bueno, a la rubia le daba curiosidad saber de quién se trataba.

- Vamos a ver quién es.- exige Amanda agarrando del brazo a su amiga.

- No iré, mejor ve tú. Tengo irme a clase de Química.

- Siempre tan responsable.- bufó.- Venga, vete. Nos vemos después.

Melissa abandonó el lugar para irse volando a su clase de Química que sería en unos escasos minutos. Va rumbo al laboratorio.

Por otro lado, Amanda quedó totalmente embelesada admirando a ese momento de hombre que no parecía ser un joven de 18 años. Cabello castaño, chaqueta de cuero, botas estilo militar. Para su vista ese hombre es un deleité total.

- Oye, ¿Quién es él?- preguntó a un chico que había acabado de salir del grupo que estaba reunido alrededor del nuevo.

- Su nombre es JungKook, es transferido de Corea del Sur.- explicó con calma.- Dijo que se quedará hasta que se gradúe.

Fue lo último que dijo antes de irse. La rubia quedó mirándolo nuevamente sin nada de discreción.

- Eres muy atractivo, JungKook.

°°°

- Qué sí, no te arrepentirás.- habló el chico de piel morena.

- ¿Unholy?- asintieron los dos que estaban a su lado.- ¿Por qué una discoteca se llamaría así?- preguntó el castaño con cierto tono de diversión.- Da mucho a la imaginación.

- No lo sé, seguramente es porque el sitio es como estar pecando.

- Bueno, no veo por qué motivo me negaría, me agrada la idea.- sonrió el castaño de rasgos asiáticos.- Cuenten conmigo, iré con ustedes.

- Genial.- celebra el moreno.

- Por cierto, he visto que te traes onda con Kate Bush, escúchame. Mejor mantente alejado de ella, no te conviene.

- Solo es entretenimiento, debo probar el sabor americano.-los tres rieron. En ese justo momento JungKook chocó con alguien y cayeron al suelo una tanda de libros.- Oh vaya, perdóname.- se agachó para recogerlos.

- No, tranquilo. No te había visto, hoy no es mi día.- se agachó también para recoger los libros. Debía llevárselos a la bibliotecaria.- Te agradezco.- agradeció una vez que todos esos libros se habían recogido.

Y antes de que el castaño de bonita sonrisa de conejo dijera alguna palabra, una voz a la lejanía -no tan lejana- se escuchó llamando la atención de la chica.

- ¡Meli!

La pelinegra observó a su amiga a unos pocos pasos de ella. Sonrió levemente y caminó hacia ella no son antes agradecer nuevamente al chico por ayudarla a recoger esos libros.

- Adiós, y gracias nuevamente.- me sonrió.- ¡Ya voy, Amy!

Se alejó con calma hacia su amiga bajo la atenta mirada de ese chico castaño.

- ¿Quién es esa chica?- preguntó a sus nuevos amigos.

- No estoy seguro.- habló el moreno.

- Es Melissa, pertenece al equipo de animadoras de la escuela. Es muy popular aunque no habla con nadie, solo cruza palabras con las demás animadoras y de vez en cuándo con algún que otro chico del equipo o de clase.- explicó analizando a la chica que iba sonriente junto a su amiga.- ¿Por qué preguntas, JungKook?- lo miró con diversión.

- Nada, es solo curiosidad.

•••

- Amy, ¿Es posible enamorarse a primera vista.- preguntó Melissa de repente sorprendiendo a su amiga.

- Ni idea, creo que sí. me sucedió hoy. ¿Por qué preguntas? ¿Te enamoraste acaso?

Melissa pestañeó lentamente antes de hablar.

- No, es solo que hoy vi unos ojos muy bonitos.- sonrió.- Eso es todo.

- No, sé que no es todo, cuéntame, ¿quién es?

- No lo sé, nunca lo había visto antes.

- Eres mala, quería saberlo.- se queja la rubia.

- Bueno, por favor, recoge a mi hermana de la escuela. Necesito irme a trabajar.

- Lo haré, tranquila, no te preocupes.

- Tomaré un taxi, adiós.- corrió rápidamente hacia afuera del instituto para poder detener un taxi.


•••

- Tarde como siempre, Klein.- un hombre alto de cabello rizado, tez morena y ojos verdes habló en tono severo.

- Lo lamento mucho Rodri, estaba en clases.

Rodrigo Sánchez, reputado empresario y famoso arquitecto dedicado a la hostelería luego de decidir abandonar su carrera. Es el jefe de Melissa, un hombre serio y a la vez muy agradable y aniñado. A pesar de tener 30 años era como un pequeño niño.

- No te despido porque veo en ti mi futuro en Dubai.- descruzó sus brazos.- Mi esposo y yo seríamos felices ahí, pero mientras, debo explotarte al máximo.

- Y también porque me adoras, dilo todo.

- Cállate y ve a cambiarte antes de que me arrepienta y te ponga a bailar en el sótano con las ratas.- resopló.- A cambiarse, ya.

.....

- Siendo sincera, no.- dijo Melissa.

Se encontraba en los camerinos conversando con algunas de sus compañeras.

- Klein.- llama Rodrigo. Ella dio unos pasos hacia ella.

- ¿Qué se te ofrece, jefecito?- preguntó la pelinegra sonriente.

- Ha sucedido un problema, Deborah tuvo un contratiempo debido a que descubrió que está embarazada y se tomará unos días libres, se requieren de tus servicios en la zona de reposo.

- Como sea un baile privado te ahorcaré.

- No creo que a mí esposito me agrade verme muerto.

Ella lo miró mal.

- Deja el drama, te pagaré bien.

- Está bien, ok.

- Solo te mueves por dinero.

- Con dinero baila un perro.- comentó sonriente.

- Por eso eres una perra.

Melissa lo fulminó con la mirada, él solo la ignoró.

- Ten la llave, habitación 12, será la tuya en caso de que tengas que hacer ese servicio.

- Más te vale pagarme bien.


.....


Tras haberse ido su jefe, se maquilló, peinó y vistió de acuerdo a la temática de la noche de hoy. Colocó su máscara color negro que cubría su frente y parte de su nariz, viste un traje de cuero negro que consiste en una blusa pequeña muy escotada dejando a la vista su plano abdomen y unos shorts que poco dejan a la imaginación.

Luego de haberse mirado lo suficiente en el espejo y notar que no le faltaba nada, Melissa decide dirigirse a su puesto de trabajo, solo que si esta vez le exigían un baile privado, tenía que hacerlo.

La pelinegra comenzó su baile al ritmo de Angel de Michelle Morrone bajo la atención de todos los presentes, y eso incluía un castaño que no paraba de admirar a semejante belleza de mujer.

JungKook la observaba detenidamente, completamente embelesado. Desde esta tarde su amigo lo estaba convenciendo para que salieran a divertirse hoy a un club que suele frecuentar mucho y del que ahora no tenía ni un poco de quejas.

- ¿Quién es ella?- preguntó aún con la mirada en esa ninfa de cabello azabache.

- Es Lizt, una de las bailarinas más populares de aquí.- asintió mirándola.- No hace bailes privados, porque lo he intentado muchas veces y sin suerte.

Eso motivó aún más a JungKook.

Le gustó la idea de que ella solo le hiciera esos sensuales movimientos a él.

- ¿A dónde vas?- pregunta su amigo algo extrañado al ver a JungKook avanzando a una dirección contraria.

- Debo hablar con el dueño.

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